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La Fogata con las Madres

16 de julio del 2003

La voz de Hebe Bonafini en "Desde el pie"


Las Madres crecen desde el pie

Elio Brat
Rebelión
Casa de las Madres de Plaza de Mayo
Buenos Aires, 12 de julio 2003.

"Hola, cómo están? Qué dicen? Las Madres somos como el programa: crecemos desde el pie. Y esta semana que pasó hicimos el Encuentro Nacional de Madres, el número 31. Encuentro que nos pone muy contentas porque nos encontramos después de muchos meses a contarnos lo que hacemos en cada lugar. A compartir también las cosas familiares. Nos preguntamos cómo está la familia, los hijos, la familia que nos queda. Y también compartimos todos los problemas de cada lugar.

Y este Encuentro tuvo una característica diferente. Digo diferente porque tuvimos una entrevista con el ministro de Educación Daniel Filmus, donde las Madres le planteamos lo que las Madres queríamos.

Queremos hacer un cuaderno. Un cuadernillo para las escuelas, donde ya los chicos de la primaria no crean que Videla -como dicen los manuales- era un presidente. Que sepan que era un genocida.

Las Madres les queremos contar a los chicos, a los más pequeños, en un cuadernillo muy sencillo y muy simple, qué pasó en esa época. Porque sino queda siempre, en muchas escuelas desgraciadamente todavía en sus bibliotecas, la literatura de las Madres y la literatura de esa época está puesta y clasificada como "subversión". Miren la ignorancia, todavía, de algunos maestros y de algunas escuelas. Por eso nosotras decimos siempre que ahora a las escuelas se va a comer. No se va a enseñar.

Entonces les pedimos al ministro si podemos hacer ese cuadernillo y dijo que sí. Que él no tiene escuelas pero se lo vamos a mostrar cuando lo tengamos hecho para repartirlo en las escuelas, en las escuelas primarias.

Sencillo. Simple. Para que los chicos aprendan. Y también los maestros creo que tienen que aprender.

También hicimos un documento, que fue dado a conocer y que está puesto ya en la internet. Y también las Madres tuvimos una entrevista con el doctor Luis Eduardo Duhalde, que vino a nuestra reunión, a nuestro Congreso y habló con nosotras. El es el secretario de Derechos Humanos del gobierno de la Nación y realmente es un hombre que hace muchos años que lo conocemos, muy Compañero de las Madres, escribió en el periódico de las Madres y puso a disposición la secretaría. Habló con las Madres, les explicó lo que está haciendo y dijo que todo lo que necesitemos -ojalá que necesitemos poco pedirle- el está dispuesto a hacer todo. Que tiene mucho trabajo, que lo llaman de todos lados. Desgraciadamente en nuestro país se violan todos los Derechos Humanos.

Fueron tres días muy lindos. Las Madres participaron del lanzamiento del periódico, de la tercera etapa. Y luego, como les dije, un día entero de encuentro y el otro medio día de sábado ya con las conclusiones y con esta cosa que tenemos las Madres, que entre una cosa y otra, la comida, el locro, las empanadas que trajo la nuera de Tota y una torta que trajo María y las tortafritas de Susana. Todo se comparte. Es muy muy lindo.

Para nosotras fue un momento muy especial también cuando los jóvenes de la Universidad que hacen Educación Popular vinieron a saludarnos, a traernos su poesía, su música. Fueron momentos muy muy conmocionantes.

Les quería contar esto que tal vez, si no se los cuento yo, a lo mejor no lo saben. Pero las Madres tenemos una forma muy particular de reunirnos. Una forma muy particular de decidir las cosas. Así que esto era parte de lo que les quería contar.

Y también las Madres participamos del lanzamiento de la campaña del Hambre Urgente. Un lanzamiento que nos pareció sumamente interesante, donde se pide por favor que no haya partidismo político. Que no haya clientelismo político. Que los niños tengan la leche asegurada, fortificada con hierro como corresponde hasta los cinco años y hasta los catorce años asegurada la comida la madre y los hijos.

Creo que es un plan que se venía deteniendo y que ahora se ha puesto en marcha. Las Madres no es lo que queremos: queremos trabajo para que los padres le compren la leche fortificada o no, la que quieran y la que los chicos necesiten. Pero bueno, ya es importante que se les asegure eso. Para que no tengamos que ver esas imágenes terroríficas por televisión.

Sabemos que va a tardar. Un plan así no se pone de un día para el otro. Fui invitada y para mí fue muy importante estar ahí escuchando. En 26 años es la primera vez que voy a un acto oficial. También lo discutimos en el Encuentro Nacional de Madres si había que ir o no. Y creo que fue bueno que estuviéramos porque después tenemos más derecho que nadie, si la cosa no sale bien, a criticar.

Creo que hay que criticar construyendo, porque estamos en un momento diferente. Todos queremos trabajo. También se habló que el próximo paso va a ser la participación de todos, sembrando, haciendo huertas. O sea, buscando la manera que la gente trabaje para darle de comer a sus hijos.

La cosa es lenta. Sabemos que todos quisiéramos que se abran fábricas, que se abran puertas, que se abran obras públicas para que todo el mundo trabaje. Yo creo que lentamente eso va a llegar. Tenemos expectativas que eso pase.

Todas las veces que hablamos decimos: que suerte será ese día que de expectantes pasemos a esperanzadas. Y vamos a estar esperanzadas cuando los hombres pasen de piqueteros a trabajadores.

Así que estamos ahí, en esa expectativa. Pero también tratando de construir: vamos a alfabetizar. Queremos alfabetizar. No queremos más gente analfabeta porque esa gente después son los próximos esclavos. No queremos más que los chicos estén en la calle pidiendo limosna. No son "los chicos de la calle". Son nuestros hijos, son nuestros niños, a los que los agredimos demasiado y sufren demasiada violencia. La violencia diaria de la calle, la violación, la persecución, el desprecio de muchos.

Entonces, para que esos niños crezcan felices tienen que estudiar, tienen que ir a la escuela, tienen que comer. Tienen que ser los niños que éramos antes: pobres pero dignos.

Muchos de nosotros fuimos familias pobres pero con dignidad. Éramos felices. Comíamos porque nuestros padres trabajaban para darnos de comer. Y creo que eso es lo que falta ahora: la dignidad en el trabajo. Se ha hecho indigno esto de pedir una limosna de una bolsa de comida o un plan Trabajar.

Ojalá que este gobierno, en el que tenemos expectativas, pase a los piqueteros de piqueteros a trabajadores. Y de niños que viven y duermen y mueren en la calle a niños que estudian, a niños que juegan, a niños como éramos antes.

Hasta el próximo programa. Un beso. Chau.