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Libros sí, Alpargatas también

La estructura del mundo del trabajo en América Latina: la fuerza de trabajo femenina*

Adrián Sotelo**

Reseña del Libro:

Irma Balderas Arrieta, Mujeres trabajadoras en América Latina: México, Chile y Brasil, coedición Plaza y Valdés-UOM, México, 2006.

Precedido de un sugestivo prólogo de la investigadora brasileña Claudia Mazzei Nogueira, este libro de Irma Balderas Arrieta constituye un importante aporte a los estudios contemporáneos sobe la nueva estructura de los mercados laborales. En particular se estudia la inserción de la fuerza de trabajo femenina en México, Brasil y Chile en el contexto de la reestructuración del sistema capitalista mundial ocurrida en las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado.

Tanto en la introducción como en el cuerpo de libro queda claro que no se trata del tradicional estudio de género que permeó hegemónicamente los estudios laborales en las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado bajo la sombra de la teoría de la "segregación ocupacional". Se trata, más bien, de una perspectiva estructural, de largo plazo que vislumbra las tendencias que se proyectan en el mundo y en América Latina en cuanto a la conformación de los nuevos procesos posfordistas del trabajo al influjo de la constitución del patrón capitalista neoliberal dependiente en tres países latinoamericanos: México, Brasil y Chile.

La elección no es casual; corresponde al método adoptado por la autora para cotejar las similitudes y diferencias en estos tres países que han asumido el neoliberalismo en sus patrones de reproducción, en sus sistemas políticos y en sus pautas laborales a la luz de intensos procesos de crisis y reestructuración de la economía capitalista.

Al respecto, una de las conclusiones del libro indica que:

"...la fuerza de trabajo femenina en la región latinoamericana, independientemente de la contracción del mercado de trabajo formal, ha mantenido una tasa de actividad creciente determinada por el incremento de la población joven de ambos sexos, lo cual implica que cada año una nutrida masa de trabajadoras se ponga a disposición de la valorización del capital, para engrosar el valor agregado de la economía latinoamericana...La reestructuración económica en Chile, México y Brasil propició una incorporación diferenciada de las mujeres en los empleos, creó una tendencia estratificadora de la fuerza de trabajo; es decir, los procesos de reestructuración de la economía de los tres países generaron, por una parte, la aparición de una reducida fuerza laboral que se encuentra en los empleos formales de alta calidad, con las prestaciones sociales de ley y remuneraciones relativamente altas; y, por otra, un mercado en el que predominan el empleo formal e informal precarios, con derechos disminuidos o nulos, en el que se encuentran empleadas las trabajadoras con menores capacidades en empresas donde la incorporación de tecnología no es prioritaria y se resarce este componente por el de la mayor intensidad del trabajo" (p. 183).

El libro se compone de cinco capítulos antecedidos de una introducción general y con una conclusión al final.

El primero se ubica en un alto nivel de abstracción para definir conceptos y categorías de uso a lo largo del texto. Así, aparecen el fordismo, el taylorismo y la automatización flexible como componentes conceptuales que servirán como puente para adentrarnos en el segundo capítulo destinado al estudio del patrón de acumulación de capital, no sin antes realizar una renovada crítica a la teoría de la segregación ocupacional desprendida de la concepción del "capital humano" de origen neoclásico y adoptada de manera acrítica por ciertas corrientes feministas en los estudios de género y en los del mundo del trabajo.

Después de poner de relieve el carácter a-histórico de dicha teoría —que, por cierto, se construye en la mayor parte de los casos en un nivel tal de abstracción con construcción de "modelos ideales" formalizados, que se llega a divorciar de la dinámica real de las transformaciones histórico-sociales— Irma Balderas opta por vincular, creativa y dialécticamente, en el capítulo 2 el patrón de acumulación del capital con la teoría de la estratificación de los mercados laborales que después va a aplicar al caso de los tres países latinoamericanos que son su objeto de estudio. Esto lo desarrolla en el capítulo 3, donde verifica los efectos de la aplicación de las políticas neoliberales en sus fases secuenciales de choque-ajuste-estabilización y crecimiento. El producto de esta política es una monumental precarización de la fuerza de trabajo, en particular, de la femenina; el incremento de la explotación del trabajo y una extendida pauperización en las urbes latinoamericanas que agravan los fenómenos sociológicos de exclusión y pobreza de la población alejándose, así, de la posibilidad de lograr lo que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha llamado el "trabajo decente" que es un trabajo que se considera, según el organismo, como productivo, con justa remuneración, seguridad y protección social y, sobre todo, que permite la integración social y el desarrollo de la persona.

El capítulo 4 se ocupa en sí de la fuerza de trabajo femenina, sus características de inserción en los mercados laborales y los efectos que la reestructuración y el neoliberalismo acarrean en los mercados laborales. La autora constata que en todo el mundo —y, por supuesto, América Latina no es la excepción—ha aumentado la fuerza de trabajo de la mujer como producto de cambios económicos, demográficos y culturales y donde la tecnología informática, las recurrentes crisis económicas y la introducción de nuevas métodos y formas de organización del trabajo han desempeñado un papel fundamental en este proceso. Aquí se deben vislumbrar los supuestos aumentos del empleo global que se coteja en la actualidad como resultado de este ensanchamiento de los mercados laborales a partir de la incorporación del trabajo de la mujer, de los niños y de otras categorías como jóvenes y adultos.

Sin embargo, en un mapa global la autora destaca que el aumento absoluto de la población femenina que trabaja —para otros autores como Ricardo Antunes: la clase que vive del trabajo— se ha dado en los países del tercer mundo compartimentándose de la siguiente manera: Asia concentra 68. 48%, le sigue África con 12. 27%; los países industrializados, con 11.34% y América Latina agrupa 7.91% del total (gráfico 4.1, p. 146). Por lo tanto, a partir de aquí cualquier teoría sobre la supuesta pérdida de centralidad del trabajo tan en boga hoy en día, tendrá necesariamente que reformularse a la luz de esta realidad restando el predominio ideológico de las tesis eurocentristas que basan sus reflexiones y conclusiones en la experiencia laboral de los países desarrollados que es sustancialmente distinta y minoritaria frente a la realidad histórico-laboral de los países dependientes y subdesarrollados como los analizados en este libro.

Al respecto, la conclusión de Balderas es elocuente: "…estamos asistiendo a una feminización precarizada del trabajo en el mundo…" (p. 148, cursivas nuestras) como producto, subraya la autora, a) de la aceleración de innovaciones científico-tecnológicas y su aplicación capitalista a los procesos productivos; b) de la segmentación de la producción, c) la externalización de los procesos productivos y, por último, d) dentro de "…una etapa de crisis y de la avanzada de la derecha sobre las condiciones de trabajo, anulando sus regulaciones" (p. 148). Desregulación que, hay que agregar, ha obtenido consenso entre los diversos investigadores y escuelas del trabajo de todo el mundo para caracterizar los procesos contemporáneos de flexibilización, de fractura social y de la monumental precarización del mundo del trabajo que como un cáncer se extiende hoy en día por todas partes y a velocidad impresionante.

Teoría crítica, método de investigación y análisis pormenorizado se conjugan en este libro de perspectiva global sobre los fenómenos y problemas del mundo del trabajo con énfasis en la problemática de la fuerza de trabajo femenina. Conjunción que genera una visión no fragmentada y más bien integral de los fenómenos estudiados en un contexto que comprende las sobredeterminaciones del mundo del trabajo de las fuerzas que operan en escala mundial y regional.

Es quizás la hipótesis que levanta la autora relativa a la novedad de la estratificación del mercado laboral femenino expresado en la estratificación del empleo en tres grandes grupos —a) el moderno, b) el tradicional y, c) el excluyente (p. 182)— su aporte más original, puesto que demuestra que es justamente el primero el que articula poder, conocimiento y mejor remuneración en el capitalismo neoliberal configurando, así, uno de los peldaños de la llamada "sociedad del conocimiento" que se erige en el horizonte de la precarización. Pero, a la luz de su tesis central, o sea, de la feminización precaria de los mercados laborales femeninos identificada más arriba, el panorama es dinámico y cambiante puesto que al mismo tiempo:

"… se amplía la masa de trabajadoras excluidas que laboran en condiciones vulnerables en la más alta inestabilidad y precariedad, a quienes no se les reconoce su aporte económico y social...Estamos, efectivamente, ante un cambio en el patrón de la división sexual del trabajo, pero es un nuevo patrón que beneficia sólo aún número muy reducido de mujeres y deja a la saga a la gran mayoría" (pp. 187-188).

El problema es aún más complejo y dramático para millones de mujeres trabajadoras sí, como asegura la autora y como efectivamente está sucediendo en realidad, se profundiza la política neoliberal de acumulación de capital y exclusión social, entonces la división tripartita del empleo quedará reducida a sólo dos sectores que va a provocar un ensanchamiento de la precarización del mundo del trabajo global femenino en la base de la pirámide ocupacional: variables como sexo, edad, estratificación ocupacional, remuneraciones, contratos laborales, demografía, tasas de morbilidad y de fecundidad e inserción profesional, estarían siendo modificadas para expresar nuevos indicadores y paradigmas de los mercados de trabajo y sus múltiples relaciones sectoriales en beneficio de los procesos de valorización del valor y de producción de plusvalía y de riqueza para el gran capital social global .

Se trata de un sugestivo libro que reabre el debate necesario para ubicar y caracterizar los cambios sustanciales que ocurren en la forma y esencia del mundo del trabajo tanto en el capitalismo contemporáneo como en nuestras sociedades dependientes y subdesarrolladas y en sus respectivas estructuras y mundos laborales en el que el femenino acusa un creciente papel.

Fuente: lafogata.org