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Libros sí, Alpargatas también


6 de noviembre de 2003

Reseña del libro "Zabiba y el Rey"
Saddan Hussein, novelista

Roke Aldekoa
Rebelión

Mohamad Alsaqar (¿Saddam Hussein?)
Hiru, 2003
284 páginas, 13 euros


¿Es o no es Saddam Hussein el autor de esta novela que cuenta las relaciones de una hija del pueblo, Zabiba, y un Rey en un espacio-tiempo indeterminado? Sí, todo parece acreditar que Saddam Hussein es el autor de esta novela, y ello nos remite a muchos casos de políticos que se dedicaron a la literatura y de escritores que lo hicieron a la política, y también a casos de oportunismo como el de la Academia Sueca que convirtió a Wiston Churchill en un escritor estupendo, otorgándole el Premio Nobel de Literatura. Pero también están casos ilustres como José Martí, alto dirigente político y militar de la independencia de Cuba, o Leopold Sedar Senghor, que, además de un gran escritor, fue Presidente de la república de Senegal, su país, durante veinte años.

¿Saddam Husein es un gran escritor? No diría yo tanto, pero sí que, puesto a escribir un relato de ficción, no lo usa para apoyar su propaganda política, al menos directamente. Esta novela no es un panfleto, sino que su texto se sitúa muy bien en cierta tradición de la literatura árabe (la novela filosófica), como dice con acierto una nota que acompaña a esta rara edición: "una de cuyas obras maestras fue en Al Andalus El filósofo autodidacto de Abucháfar Abentofáil (siglo XII)".

La imagen de Saddam Hussein aparece aquí bajo una nueva luz, que resulta extraña sin duda, pues no se sabe cómo entender la delicadeza de esta historia, aplicada a la imagen de un guerrero represor y casi demoníaco, que es la más circulante. ¿Guerrero? ¿Terrorista? ¿Responsable de gases mortales? ¿Pero también artista de la prosa, si se habla de la literatura, y socialista árabe, si se habla de la política? Algo añade esta novela a la posible dilucidación de tan contradictoria figura, pero sobre todo al establecimiento de su esencial complejidad.

Es curioso el carácter ambigüamente filosófico o poéticamente polisémico de estas fascinantes páginas, en las que Zabiba, la mujer del pueblo convertida en favorita del monarca, saliente de un episodio terrible -su violación-, en lugar de ponerse a dar gritos y a llorar desesperadamente, se pone a pensar, y además cosas como ésta: "Incluso un animal tiene en cuenta el deseo de una persona cuando se dispone a poseerla. En las montañas del norte de Iraq o en las aldeas próximas, cuando una osa apresa a un pastor lo lleva hasta su cueva para obligarlo a poseerla y satisfacer así sus deseos. Para ganar el deseo del pastor la osa lo alimenta con nueces recogidas de lo alto de un árbol o del suelo, y por las noches intenta robar de las casas de los campesinos queso, almendras, nueces e incluso uvas pasas". Etcétera.

Un mensaje político, que puede asociarse a la amenaza y al acoso a que estaba sometido el país cuando Saddam Hussein escribió su novela, y que propondría a su pueblo una resistencia hasta la muerte -una resistencia numantina-, está acaso en pasajes como aquel en el que Zabiba dice haber resistido a la violación con todas sus fuerzas: "Pero yo resistí hasta que mi cuerpo se llenó de heridas y perdí todas mis fuerzas casi como si fuese un cadáver. Sí, me convertí en un cadáver. ¿Puede ser un cadáver humillado por la violación? ¿Puede una patria ser humillada cuando su pueblo ha sido exterminado y no queda quien sea capaz de llevar las armas?"

En el final del capítulo XX de la novela, cuando Zabiba ya ha muerto en un combate por la defensa del reino contra sus enemigos del exterior y del interior, las gentes del pueblo hacen declaraciones como ésta: "Todos seremos guardianes de los principios que sus héroes y mujeres gloriosas, estén en la vida o junto a Dios, han dado a Iraq".

La historia de amor entre el Rey y Zabiba, es muy pulcra y respetuosa, y muy tierna. La calidad de Zabiba y la entidad de sus reflexiones se impone a la majestad del Rey, y su mensaje redunda en una crítica de la monarquía, que convive con el amor a la persona de este rey. ¿Pero qué se defiende? En definitiva, una dialéctica de Pueblo y Poder personal (el Rey). Pero habrá que acudir a los escritos políticos de Saddam Hussein para hallar formulaciones políticas propiamente dichas. Por ejemplo: "La Revolución no ha sido realizada por esfuerzos del Partido Baaz Árabe Socialista aisladamente sino por el papel del pueblo y de las fuerzas patrióticas". Con todo lo dicho, esta novela no deja de ser un enigma que probablemente, a estas alturas de la historia de Iraq, nunca se aclarará del todo.