|
Econom�a
|
Una econom�a mundial sin equilibrio
Crece la dependencia de EE.UU. respecto a China y los pa�ses
productores de petr�leo
Andy Robinson
La Vanguardia
Si China decidiera vender sus reservas de d�lares provocar�a una grave crisis, una fuerte depreciaci�n del d�lar y subidas de tipos en EE.UU. Probablemente provocar�a una recesi�n en EE.UU. que, al mismo tiempo, frenar�a en seco la maquinaria exportadora china. Esel llamado equilibrio de terror financiero.
"Los cambios de la pol�tica macroecon�mica tardan mucho", dijo
resignado Rodrigo Rato la semana pasada durante la asamblea semestral del Fondo
Monetario Internacional (FMI), en referencia a los ya casi diez a�os en que el
FMI viene advirtiendo sobre el peligro de una econom�a mundial en la que EE. UU.
se limita a comprar, y China, a vender.
El fondo convocar� reuniones multilaterales en los pr�ximos meses con las
potencias econ�micas sist�micas para instarlas a tomar medidas, concretamente la
reducci�n del d�ficit fiscal en EE. UU., la apreciaci�n del yuan chino, y
pol�ticas de activaci�n de la demanda interna en Asia y en los pa�ses
productores de petr�leo. Una desaceleraci�n de la demanda interna en EE. UU. es
un requisito imprescindible para bajar las importaciones, coincidieron los
economistas del FMI. Cinco d�as despu�s, se public� el dato del PIB
estadounidense en el primer trimestre. Tirado por el consumo, hab�a crecido un
espectacular 4,8%.
La expansi�n del d�ficit por cuenta corriente en EE. UU. - la diferencia
negativa entre sus exportaciones e importaciones, m�s los flujos de beneficios e
intereses- s�lo es posible porque, como ha dicho el ex secretario del Tesoro
Larry Summers, la econom�a mundial se rige por "una especie de equilibrio de
terror financiero". Se refer�a a la paradoja de que China, el principal rival de
EE. UU. en la lucha por la hegemon�a econ�mica en el siglo XXI, se convierta en
su principal acreedor, una fuente esencial de financiaci�n de su deuda externa.
Cuanto m�s crece el d�ficit exterior de EE. UU. - ahora m�s de 800.000 millones
de d�lares, una cuarta parte, con China-, m�s se amontonan las reservas de
divisas en el banco central chino. Si se mantuviera la trayectoria actual, el
d�ficit exterior estadounidense alcanzar�a un bill�n de d�lares antes de finales
de esta d�cada, m�s o menos el volumen que se prev� que alcanzar�n las reservas
de d�lares chinas. Si China decidiera vender sus d�lares provocar�a una grave
crisis, una fuerte depreciaci�n del d�lar y subidas de tipos en EE. UU. que
probablemente provocar�an una recesi�n, frenando en seco la m�quina exportadora
china y bajando el valor de las reservas que el banco central mantiene. Por eso,
China, el mejor amigo del consumidor estadounidense, se ve condenada a mantener
el equilibrio. Esta explicaci�n es "muy convincente", dijo Summers en un
discurso en Harvard en el 2004. Pero a�adi� que "no parece muy prudente depender
de un equilibrio de terror financiero para evitar las ventas de reservas".
Dos a�os despu�s, otros se han sumado al juego de ajedrez, pa�ses que, si cabe,
deben de incomodar a Washington a�n m�s que China. Son los productores de
petr�leo, desde el Medio Oriente musulm�n hasta el viejo rival de otros
equilibrios de terror, Rusia, pasando por la Venezuela de Hugo Ch�vez. Seg�n el
FMI, el acelerado encarecimiento del petr�leo, un 30% en dos a�os, es
responsable de la mitad del aumento disparado del d�ficit por cuenta corriente
en Estados Unidos, que tambi�n ha subido un 30% desde que Summers hizo su
discurso en el 2004. EE. UU. ya debe captar inversiones por m�s de 2.000
millones de d�lares todos los d�as y ma�ana ser� m�s. En estos momentos, deuda
estadounidense por 7,5 billones de d�lares ya se encuentra en manos extranjeras
frente a 4 billones de propiedad estadounidense.
De forma paralela, los super�vit comerciales de los pa�ses petroleros se han
disparado. En Rusia rebasa un 11% del PIB, en Venezuela un 19% y en el conjunto
de productores de Oriente Medio, un 22%. Los petrod�lares se reciclan al igual
que las reservas del banco de China, y muchos acaban invirti�ndose en los
mercados de bonos y acciones estadounidenses. Seg�n el FMI, el 60% de las
reservas de los productores de petr�leo se mantiene en d�lares que, en muchos
casos, "se invierten en t�tulos estadounidenses, a trav�s de intermediarios en
Londres y en para�sos fiscales". En este sentido, EE. UU. ya no es s�lo "adicto"
al petr�leo importado - seg�n advirti� George W. Bush el mes pasado-, sino que
sufre una elevada dependencia financiera de las reservas asi�ticas pero tambi�n
de los petrod�lares.
Pasa lo mismo con los productores de otras materias primas con subidas
disparadas de precios, y emerge un "mundo al rev�s" como el de Eduardo Galeano,
en el que Am�rica Latina registra super�vit por cuenta corriente, acumulando
reservas que luego financian la abultada deuda estadounidense.
Si todo esto es motivo de preocupaci�n para el Tesoro y la Reserva Federal, debe
serlo tambi�n para el Departamento de Estado, advierte Barry Eichengreen,
economista de la Universidad de California y ex asesor del FMI. "En diez a�os,
si seguimos la trayectoria actual, la mitad del capital en Estados Unidos
pertenecer� a extranjeros, y no s�lo me refiero a t�tulos financieros sino a
activos productivos tambi�n, desde grandes almacenes hasta empresas. �Esto ser�a
admisible?", se pregunta.
Cuando se tiene en cuenta la pol�mica desatada por la opa de la petrolera china
Cnooc a la petrolera californiana Unocal, o por la adjudicaci�n de un contrato
de gesti�n de los puertos de una empresa �rabe de sede en Dubai, es obvia la
envergadura del dilema; el consumidor estadounidense compra sin recelos
productos fabricados en China y petr�leo extra�do en Medio Oriente y Venezuela,
pero, ya lejos la Pax Americana que se pretend�a reestablecer en el post 11-S,
nadie puede sentirse demasiado c�modo con la creciente dependencia
estadounidense de las reservas de divisas de estos pa�ses con super�vit.
Washington no debe sorprenderse de que tanto Ir�n como Venezuela ya cobren en
euros su petr�leo. Pero no s�lo son los estados parias los que empiezan a
cuestionar el papel del d�lar. Alexei Kudrin, ministro de Finanzas ruso, ha
dicho que la inestabilidad del d�lar perjudicar�a su estatus de divisa de
reserva, y bancos centrales en Oriente Medio han dicho que van a diversificar
sus reservas. Por el momento, sin embargo, el equilibrio de terror aguanta; el
70% de las reservas de divisas en bancos centrales sigue denominado en d�lares.
Fuente: lafogata.org