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Econom�a

Los socialistas de Wall Street

Amy Goodman

La crisis financiera en la que se encuentra sumido Estados Unidos produjo que algunos de los bancos y compa��as aseguradoras m�s importantes suplicaran al gobierno que realice un enorme desembolso de dinero para sacarlos de la crisis. Las industrias banquera, financiera, de inversiones y aseguradora, durante mucho tiempo ac�rrimos enemigos de los impuestos, ahora necesitan dinero de los contribuyentes de la clase trabajadora para mantenerse a flote. Los contribuyentes deber�an estar al mando, entonces. En lugar de ello, los ricos, los reguladores y aquellos a los que los reguladores no han sido capaces de regular toman decisiones a puertas cerradas, que pesar�n sobre la poblaci�n durante d�cadas.
El martes, la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos acordaron una costosa operaci�n de rescate financiero de 85 mil millones de d�lares para salvar a la gigante de los seguros AIG. Este acontecimiento ocurre justo despu�s de la repentina bancarrota de Lehman Brothers, el banco de inversi�n de 158 a�os de antig�edad; la angustiosa venta de Merrill Lynch a Bank of America; el rescate financiero de Fannie Mae y Freddie Mac; la quiebra del banco minorista IndyMac; y la compra de Bear Stearns por parte de JPMorgan Chase, que cuenta con garant�a del gobierno federal. Con 103 mil empleados y m�s de un bill�n de d�lares de activo, AIG fue considerada "demasiado grande para dejarla quebrar". Seg�n los reguladores, una quiebra sin control podr�a provocar una inestabilidad financiera global. Los contribuyentes estadunidenses ahora son due�os de casi 80 por ciento de AIG, as� que, en teor�a, la venta controlada de AIG permitir� a esos contribuyentes recuperar su dinero. Pero no es tan sencillo.
La crisis financiera posiblemente se profundizar�. M�s bancos e instituciones financieras podr�an quebrar. Millones de personas compraron sus viviendas con las turbias hipotecas de alto riesgo y ya han perdido sus casas o las perder�n pronto. Las financieras incluyeron estas hipotecas en complejos "bonos hipotecarios" y otros planes de inversi�n derivados. Los inversores se lanzaron a comprar salvajemente estos derivados con m�s y m�s dinero prestado.
Nomi Prins ha estado al frente del grupo de analistas europeos de Bear Stearns y trabaj� para Lehman Brothers. "AIG no operaba solamente como una empresa de seguros," me dijo. "Funcionaba como un banco de inversiones especulativas, de inversiones de alto riesgo, igual que Bear Stearns, igual que Lehman Brothers, as� como tambi�n funcionar� Bank of America/Merrill Lynch. As� que tenemos una situaci�n en la que el gobierno de Estados Unidos asume el riesgo de unos instrumentos financieros que apenas comienza a entender." Y continu�: "Se trata de tomar deuda en exceso, de abusar del apalancamiento y pedir dinero prestado para ir por m�s riesgo y volver a pedir m�s dinero, una y otra vez, de 25 a 30 veces el monto de capital propio... Necesariamente ten�an que darle respaldo a los pr�stamos que estaban tomando... No hab�a transparencia para la Reserva Federal, para la Comisi�n de Valores, para el Departamento del Tesoro o para cualquiera que se hubiera tomado la molestia de analizar la cat�strofe que se estaba gestando, de modo que cuando alguna de las piezas cayera, ya fueran las hipotecas de alto riesgo o los cr�ditos con garant�as combinadas, todo estar�a bajo una monta�a gigantesca de pr�stamos entrelazados de manera incestuosa, y eso es lo que est� derrumbando a todo el sistema bancario".
Como estos especuladores de alto vuelo est�n perdiendo todo el dinero de sus bancos, toca al contribuyente acudir en su rescate. Michael Hudson, profesor de econom�a de la Universidad de Missouri, Kansas City, y asesor en temas econ�micos del representante Dennis Kucinich, opina que un uso m�s sensato del dinero ser�a "salvar a estos 4 millones de propietarios del incumplimiento del pago de sus hipotecas y de ser expulsados de sus hogares. A como est�n las cosas, los van a expulsar de las casas. Esas casas van a quedar vac�as. Las ciudades van a perder impuestos a la propiedad y verse obligadas a recortar los gastos locales y reducir la infraestructura local. Se est� sacrificando la econom�a en pos de pagarle a los especuladores".
Prins sigui� explicando: "Estamos nacionalizando la peor parte del sistema bancario... Estamos asumiendo riesgos que no podemos comprender. As� que es incluso m�s riesgoso". Le ped� a Prins, a la luz de todas estas nacionalizaciones, que hablara sobre la posibilidad de nacionalizar el sistema de salud bajo la modalidad de un sistema de salud de pagador �nico. Me respondi�: "Verdaderamente se podr�a destinar parte del dinero a este tema, adelant�ndose a un posible problema futuro, y ayudar a que la gente tenga asistencia m�dica".
La debacle del sistema financiero es un asunto de ambos partidos. Ambos candidatos presidenciales, John McCain y Barack Obama, han recibido millones de d�lares de estas mismas empresas que est�n quebrando y que se aprovechan de la asistencia gubernamental en beneficio propio. En 1999, el presidente Clinton y su secretario del Tesoro, Robert Rubin (ahora asesor en temas econ�micos de Obama), fueron los principales promotores de la derogaci�n de la Ley Glass-Steagall, norma que fue aprobada en 1929 tras el comienzo de la Gran Depresi�n para ponerle freno a la especulaci�n que condujo a semejante calamidad. En el Congreso, la derogaci�n fue impulsada por el ex senador republicano Phil Gramm, uno de los ex principales asesores de McCain. Los pol�ticos dependen demasiado de Wall Street como para poder hacer algo. La gente que los vota, y cuyos impuestos est�n siendo transferidos a estas financieras quebradas, deben mostrar su indignaci�n y exigir que sus l�deres pongan realmente "al pa�s en primer lugar" y le den por fin lugar al "cambio".
Denis Moynihan ha colaborado en esta columna.
� Amy Goodman

Fuente: lafogata.org

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