VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Hugo Alberto de Pedro

El excelente ejemplo del pueblo boliviano


Hugo Alberto de Pedro


'La lucha sigue, y es un momento decisivo en el que estamos
juntos aymarás, quechuas, trabajadores y tantos sectores y
organizaciones, porque se trata de una lucha frontal contra el
modelo'
Evo Morales Ayma - Diputado Nacional boliviano


Cómo en aquel 19 de setiembre del 2003 los indígenas, campesinos, trabajadores y estudiantes de Bolivia nos han demostrado que no existe poder instituido, por más poderoso que se presente, que pueda más que la voluntad popular.

Una voluntad que muchos pueblos de nuestra Latinoamérica han ido demostrando desde los viejos -actuales también- tiempos de la colonización y barbarismo de usurpador de las potencias mundiales ajenas de nuestro suelo.

El pueblo boliviano ha tomado conciencia de lo que representan las riquezas de su tierra y que la misma debe disponerse únicamente para el beneficio de sus habitantes, lo cual toma enormes dimensiones al comprobar que la indigencia y el hambre acorrala a las mayorías. Motivado indudablemente por la expoliación que propios y extraños hacen de los recursos que jamás deberían haber sido entregados a l manejo y dominio de las grandes corporaciones transnacionales.

Si tenemos en cuenta que Bolivia cuenta con una población representada en el setenta por ciento por los pueblos originarios la gesta de estos días toma una dimensión extraordinaria que merece, sin lugar a ninguna duda, el reconocimiento de los hombres que pensamos que la liberación nacional es una de las asignaturas más elementales y pendientes en toda su dimensión de análisis.

Cuando a los pueblos ayer se les mintió, hoy se les miente y mañana seguirán intentándolo; y se los quiere seguir entreteniendo con supuestas bondades económicas de mercado para que esperen pacientes el siempre inexistente derrame de las bondades del sistema capitalista; sucede inexorablemente lo que el bravo y valiente boliviano ha realizado en estos días.

Si bien las luchas han sido sostenidas desde hace veinte meses, la resolución de ampliarlas desde el 16 de mayo pasado han terminado con un presidente que no supo estar a la altura de las exigencias del pueblo. Porque la democracia bien concebida, no la meramente representativa, es aquella que encuentra al pueblo como protagonista por excelencia y es fundamentalmente participativa.

Los socialdemócratas bolivianos siguen entendiendo que el presente les pertenece y también el futuro, para hacer lo mismo que han venido haciendo desde hace décadas, lo que les permitió enquistarse en el poder como mafias políticas y arrodilladas a los designios de las multinacionales de los Estados Unidos. De ahí vienen las operaciones de ese Estado terrorista en inmiscuirse en los asuntos internos del hermano país. Lo hicieron en la salida de Gonzalo Sánchez de Lozada y lo siguen intentan tras la caída de Carlos Mesa.

Por ahora los militares se han mantenido al margen, cuestión no cumplida en la anterior revocación popular del mandato del presidente entreguista, lo cual debemos reconocer como un paso superador para que no se siga manchando de sangre las luchas de los pueblos en el camino a su autodeterminación y liberación.

En estos momentos la clase política parlamentaria se está debatiendo entre sostener a una institucionalidad congresista con el senador Hormando Vaca Diez o el diputado Mario Cossio, o bien dar paso a un período de transición hasta las necesarias e inminentes elecciones presidenciales con el supremo cortesano Eduardo Rodríguez a cargo del Poder Ejecutivo.

Los supuestos miedos de muchos a una guerra civil están en manos de quienes están ejerciendo el poder institucional, porque la audacia, valentía y lucha del pueblo boliviano no pueden ser interpretada como el camino a un enfrentamiento entre bolivianos. Ese es el discurso temerario y gratuito que muchos reaccionarios hacen correr para desestimar los legítimos derechos del pueblo boliviano.

Los miedos son los perfumes indígenas, campesinos, obreros y socialistas que se vienen desde Bolivia.

Bolivia está decidida a cambiar el modelo neoliberal, económico y político, y esa es una excelente noticia para los que seguimos pensando que otro mundo es posible, necesario y urgente. Muchos no podemos dejar de pensar que Ernesto 'CHE' Guevara está sonriendo junto a nosotros.

Viva el excelente ejemplo del pueblo boliviano.