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Hugo Alberto de Pedro

Un oscuro día de justicia

...es necesario volver siempre y tomar como marco de referencia las cosas que a uno le hicieron creer, y no hablo de las cosas que a uno le hicieron creer cuando iba a la escuela, sino que las cosas que a uno le hicieron creer después, cuando era grande y empezaba a escribir, a relacionarse con la literatura y cosas que a uno lo condicionaron, lo frustraron, lo inhibieron y son frustraciones e inhibiciones que llegan hasta el día de hoy por más que uno se la sacuda hasta cierto punto.
marzo de 1970 - Rodolfo Walsh


por Hugo Alberto de Pedro
http://usuarios.advance.com.ar/hugo-de-pedro/hdp.htm
El título de éste artículo es idéntico a un pequeño cuento, de una pequeña publicación de bolsillo, editada por Siglo XXI Argentina Editores S.A. y que se terminó de imprimir el 10 de enero de 1973. Para el día de mi cumpleaños de ese mismo año mi madre me lo regaló, según está consignado en su actual amarillenta primera página, cuando tan solo contaba con catorce años. No podría asegurar cuantas veces lo he releído en los siguientes, producto quizás de los buenos recuerdos de que su primer lectura la hicimos con mis padres en voz alta en la cocina y que recuerdo como si fuera hoy los muchos comentarios realizados por los tres sobre ese pequeño-gran cuento.
Al tomar conocimiento de algunas de las situaciones que han pasado ayer en nuestro país me vino inmediatamente el recuerdo de ese libro, su contenido, lo aprendido de él; y que me permito recomendarlo por su vigencia y que algunas frases preceden los siguientes comentarios.
Sí, yo he pensado cosas muy contradictorias...
La Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) resolvió ayer enviar a la Cámara de Casación Penal un expediente iniciado hace casi dos años para que se declare inconstitucionales las Leyes de Punto Final (23.492) y Obediencia Debida (23.521), arrancadas con la fuerza de las armas por asonadas militares a nuestra democracia naciente.
Ha sido un determinante ejemplo de que los "supremos" jueces, de nuestra "suprema injusticia", son unos perfectos especimenes de la mentira, la inmoralidad y la irresponsabilidad que hemos heredado de los diferentes gobiernos que los han colocado en el podio de eso que llaman "justicia".
La CSJN ha dilatado su fallo desde hace años, durante los cuales se fueron esgrimiendo diferentes motivos, por demás inatendibles, para culminar pasando el tema a una instancia inferior, encima creada con posterioridad al inicio de la causa. Una resolución del Juzgado Federal Nē 4, a cargo del Dr. Gabriel Cavallo del 6 de marzo del 2001, otra del juez federal Claudio Bonadío del 1 de octubre del 2001, un fallo por unanimidad de la Cámara de Apelaciones en la Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal del 9 de noviembre del 2001, como un dictamen del 29 de agosto del 2002 del Procurador General de Nación, Nicolás Becerra, se han pronunciado por la inconstitucionalidad de ambas leyes. Es más, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su informe 28/92 se había pronunciado por la incompatibilidad de esas "normas" con la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y con la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ambas con rango constitucional de acuerdo a la carta magna argentina.
Imperioso es dejar aclarado que en todo este tiempo los "supremos" se dejaron presionar por el ámbito militar y político, como a finales del año 2002 lo intentaron el ex jefe del Ejército General Ricardo Brinzoni y el ministro de Defensa Horacio Jaunarena.
Cabe mencionar que el Congreso Nacional hace menos de dos meses atrás estableció la nulidad de ambas "leyes del olvido y perdón" en una perfecta sintonía con el sentir de la mayoría del pueblo argentino y que el Poder Ejecutivo Nacional promulgó de inmediato la Ley 25.779.
Y ahora todos comprendieron...
La misma impronta "cortesana" se verificó ayer al impedir la CSJN que se pueda conocer la identidad real de una hija de desaparecidos, Evelyn Karina Vázquez Ferrá, que su familia de sangre busca desde hace veintiséis años.
Fallos anteriores, Juzgado y Cámara Federal, habían establecido que se debía realizar el examen necesario para establecer si se trataba de la hija de un matrimonio que fuera asesinado durante la genocida dictadura militar. Debo aclarar que el derecho de la joven de no someterse al ADN por "no traicionar los intensos lazos afectivos" que mantiene con quienes la criaron, y también robaron, entra en colisión con el derecho de su familia de origen, Bauer y Pegoraro, y el derecho que una sociedad entera tiene de conocer quiénes fueron los que torturaron y asesinaron a sus padres, como lo hicieron a decenas de miles, y robaron a bebés. Así será la única forma de posibilitar su juzgamiento.
La justicia debe permitir que muchos otros casos de detenidos-desaparecidos puedan ser dilucidados y que sus mentores-ejecutores purguen las penas que correspondan por los crímenes de lesa humanidad cometidos. La CSJN ha dado otro claro ejemplo de que no está dispuesta a que "todos" podamos saber cual ha sido nuestra lamentable y dolorosa historia durante aquella larga noche de terrorismo de Estado.
Todos alzaron la mano...
Las recusaciones que, el tenista juez de la CSJN, Eduardo Moliné O´Connor va presentando en una insospechada acción dilatoria contra senadores nacionales que intentan promover su juicio político es una demostración de la incompetencia de nuestros legisladores. Ayer, una vez más, debemos aceptar como éste "injusto juez" encuentra en actuaciones mediáticas y de incontinencia verbal de senadores los motivos para pretender descalificar a los "jueces parlamentarios" que seguramente terminarán con su permanencia como juez supremo. Ésta debe ser una realidad inexorable.
Muchos de los legisladores que hoy quieren llevar a juicio político a los jueces de la "Suprema Corte de Injusticia" son los mismos que callaron al momento de sus nombramientos y que alzaron sus manos para no permitir el juicio político a todos los supremos en el año 2002. Para ellos el tiempo de la nueva justicia no cuenta de la misma forma que la urgencia de sus agendas electorales.
Con el agravante de haber propiciado, aceptado y votado en sus provincias modificaciones a sus constituciones para aumentar los miembros de tribunales superiores y cortes, convalidando el ingreso a ellos de sus "amigos jueces" para realizar sus juegos políticos llenos de arreglos y arrebatos a los derechos y libertades ciudadanas, ajustando todo lo necesario a sus conveniencias ejecutivas.
Una sociedad entera quiere ver a los miembros de la CSJN fuera de ella y parece mentira que el accionar de algunos legisladores demore tanto ésta cuestión que concierne a la seguridad jurídica de todo un pueblo.
Sonó la campana convocando...
Desde ayer, por la acción del fiscal federal Francisco Sosa, se va en camino de reabrir la causa sobre el ex jefe de Policía de Santa Fe, el Comandante de Gendarmería Agustín Feced, por los Centros Clandestinos de Detención. El que fuera presidente de facto de diciembre de 1981 a julio de 1982, el General Leopoldo Fortunato Galtieri, cuatro años antes era responsable del Segundo Cuerpo de Ejército con asiento en Rosario en la provincia de Santa Fe.
El informe de la CONADEP del año 1984 establecía con referencia al accionar de la genocida militar dictadura en esa zona lo siguiente: "...ilegalidad de las detenciones, torturas y ensañamiento, que muchas veces culminó en asesinatos".
Algunos testimonios establecían por ejemplo: "Feced me expresó que iban a trasladar a mi hija a Jefatura y que me la entregarían. Me dijo que me entretuviera mirando las fotos de unos álbumes de gran tamaño. No pude ver más de dos páginas. Eran fotos en colores de cuerpos destrozados de ambos sexos, bañados en sangre. Feced me expresó que lo que estaba viendo era sólo una muestra, que él era el hombre clave que iba a barrer con la subversión", "El Comandante -por Galtieri- entrevistó a cada uno personalmente. A mi me preguntó si sabía quién era él; me dijo que era la única persona que podía decidir sobre mi vida".
Han pasado veinte años del informe, de estos testimonios, del juicio a las Juntas Militares. Galtieri ha fallecido mientras la justicia argentina jugaba a las escondidas con la Verdad, la Justicia y el Castigo sobre lo que sucedió en la Quinta de Funes, un centro clandestino del terror cómo otros 340 más que existieron a la largo y ancho del país. Estos sitios de la tortura, la muerte y la desaparición de personas fueron negados oficialmente como también se negaba la existencia de seres humanos privados de la libertad.
Así que el lunes se levantó, algo tembloroso...
El 18 de julio de 1994 se produjo el atentado a la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) con ochenta y seis muertos y ciento nueve heridos. Y han pasado nueve años. La justicia a cargo del juez federal Juan José Galeano sigue haciendo agua por todos lados. Compra de testigos, mentiras, dilaciones, encubrimientos, millonarios dineros dispuestos, viajes al exterior, sobornos, mentiras, servicios, menemismo, policías, etc. son los únicos datos que nos entrega la realidad.
Poder llegar a la verdad mediante una seria investigación sigue siendo para la justicia argentina "una misión imposible".
Ayer nomás, Hugo Anzorreguy, abogado y ex titular de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), en su declaratoria en el juicio oral llenó el recinto de dudas, mentiras y falta de memoria, lo que nos demuestra en las perversas manos que se maneja la "inteligencia argentina" y de cómo puede influir sobre la justicia.
En ese lamentable hecho, como el sucedido el 17 de marzo de 1992 en la Embajada de Israel, la Justicia administrada por los hombres niega a los familiares poder conocer absolutamente toda la verdad.
Allí acabó la felicidad, tan buena mientras duraba...
No estaba equivocado Rodolfo Walsh antes de ser asesinado el 25 de marzo de 1977, él se había encargado de investigar y denunciar las atrocidades que estaban sucediendo en Argentina. Diez años antes, en 1967, había escrito el gran cuento "Un oscuro día de justicia" que sobre su final nos dice sobre el celador Gielty, Malcolm el tío de un alumno y sobre éstos que asimila al Pueblo:
"Allí acabó la felicidad, tan buena mientras duraba, tan parecida al pan, al vino y al amor. Recuperado Gielty sacudió al saludante Malcolm con un mazazo al hígado, y mientras Malcolm se doblaba tras una mueca de sorpresa y de dolor, el pueblo aprendió, y mientras Gielty lo arrastraba en la punta de sus puños como en los cuernos de un toro, el pueblo aprendió que estaba solo, y cuando los puñetazos que sonaban en la tarde abrieron una llaga incurable en la memoria, el pueblo aprendió que estaba solo y que debía pelear por sí mismo, y después que las figuras se perdieron en los límites del parque, el pueblo aprendió que estaba solo y que debía pelear por sí mismo y que de su propia entraña sacaría los medios, el silencio, la astucia y la fuerza, mientras un último golpe lanzaba al querido tío Malcolm del otro lado de la cerca donde permaneció insensible y un héroe en la mitad del camino.
Entonces el celador Gielty volvió, y con la primera sombra de la noche en los ojos, miró una sola vez la hilera de caras majestuosamente calladas y de banderas muertas, se persignó y entró rápido".
1 de octubre del 2003