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Hugo Alberto de Pedro

Justicia, Seguridad y Derechos Humanos

por Hugo Alberto de Pedro

Cuando el Dr. Juan José Álvarez deje el ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos que ocupa por designación del presidente provisional Dr. Eduardo Alberto Duhalde, será reemplazado por el ministro designado por el presidente electo, Dr. Néstor Carlos Kirchner, el Dr. Gustavo Osvaldo Béliz. Todos han sido socios políticos del Dr. Carlos Saúl Menem. Como podemos comprobar los cinco son abogados, como los otros "doctores" que mencionaremos en ésta columna, y en calidad de tal están instruidos para conocer todo el andamiaje jurídico de la República Argentina, éste comentario no es menor cuando trataremos cuestiones del importante y estratégico ministerio.
La política premia con cargos a los obsecuentes y laderos políticos, se producen nombramientos hacia quienes no tienen la capacidad necesaria para hacer frente a las responsabilidades públicas, más allá que cumplan con la función de cubrir las espaldas a los primeros mandatarios y necesariamente terminan cambiando ideas e ideales por posiciones en el circo político.
El ministro que se va
Juan José Álvarez, que el domingo cumplirá 48 años, luego de recibirse de abogado en Universidad Católica Argentina tuvo una sola experiencia como docente universitario en la cátedra de Derecho Monetario y Bancario de esa misma casa de altos estudios, siendo desde mayo de 1991 integrante del Directorio del Banco de la Provincia de Buenos Aires hasta setiembre de 1992 y Vicepresidente de la Comisión de Créditos de ése banco a partir de enero de 1992. Ya por entonces iba quedando atrás su militancia en la peronista derecha sindical.
Fue funcionario en el gobierno del Dr. Carlos Saúl Menem en el año 1989 como Superintendente Nacional de Fronteras del Ministerio de Defensa, entre 1993 y 1995 se desempeño como Subsecretario de la Función Pública y fue Interventor de la Obra Social del Congreso Nacional de 1990 a 1991.
A partir del 10 de diciembre de 1995 fue Intendente Municipal del recién creado partido de Hurlingham. En marzo de 1998 es designado Secretario de Relaciones con la Comunidad por el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense León Arslanián durante la gobernación del ex vicepresidente de Menem, durando solamente tres meses en el puesto por controversias sobre una purga de 300 policías denominados "Los sin gorra". Consiguió su reelección como jefe comunal en el año 1999 renunciando en octubre del 2001 para convertirse en Ministro de Seguridad del Dr. Carlos Federico Ruckauf quien por entonces era el gobernador de la provincia de Buenos Aires y anteriormente estudiante en el Liceo Militar, asesor de Lorenzo Miguel, ministro del Interior de Isabel Martínez de Perón y José López Rega cuando firmó los decretos de exterminación y vicepresidente de Menem.
La carrera meteórica y siempre pasajera no se detendría hasta el 23 de diciembre del 2001 en que el Dr. Adolfo Rodríguez Saá a cargo de la semanal presidencia de la Nación lo designase Secretario de Seguridad Interior de la Nación, la actitud de Álvarez y la encerrona que le realizaron "todos" en Chapadmalal y a la que el Secretario no supo brindarle la menor seguridad ante solamente treinta caceroleros -circunstancia por todos conocidas y ratificada en sede judicial- que aceleraron los tiempos de partir por los aires para renunciar en la provincia de San Luís. Sin embargo, y no por casualidad, mantuvo el cargo con la rápida y pactada llegada de Duhalde quien lo confirmaría en el cargo en los primeros días de enero del 2002 y lo convertiría en ministro el 10 de julio del 2003.
"Quienes manifestaron son otros, quienes manifestaron lo han hecho de una manera violenta e irracional. Hubo personas dentro de la manifestación que pedían auxilio porque corrían riesgo, las fuerzas policiales fueron agredidas. A partir de ahí, los policías que actuaron continuaron despejando la zona, siendo víctimas de una fuerte violencia. Se han visto agresiones con hondas, escopetas y bombas molotov. Es un hecho gravísimo que se va investigar hasta las últimas consecuencias". Estas palabras no fueron pronunciadas por el criminal comisario Alfredo Luís Franchiotti asesino de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán en Avellaneda, sino por Juan José Álvarez el día 26 de junio del 2002 con relación a los hechos del Puente Pueyrredón en su condición de Secretario de Seguridad de la Nación y que "seguramente" por su conducta quince días después fue ascendido a ministro de la Nación. Sus mentiras quedaron demostradas por las declaraciones de vecinos y comerciantes que fueron testigos de los hechos de represión indiscriminada.
En éstas cuestiones ya tenía entrenamiento ya que en los saqueos producidos a mediados de diciembre del 2001, cuando era Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires no se enteró tampoco que eran las huestes comandadas por funcionarios y punteros justicialistas las que arengaban, mientras la policía bonaerense a su cargo se hacía la distraída. Terminando los hechos en el dictado de del Estado de Sitio que ocasionó la pueblada del 19 y 20 del mismo mes que terminarían con la huída y renuncia del Dr. Fernando de la Rúa, que se llevó consigo la vida de 34 ciudadanos. Tanto en éste caso como en la de la matanza de los luchadores sociales la vergüenza y la deshonestidad manchan no solamente lo político -que por cierto está bastante sucio- sino que atenta contra la verdad y la justicia como lo demuestran las actuales persecuciones, intimidaciones y secuestros realizados sobre ciudadanos que participan de organizaciones sociales de trabajadores desocupados.
Muy a pesar del periodista Román Lejtman que lo consideró como a "un funcionario muy prolijo", muy poco conocemos de lo realizado con la Justicia, la Seguridad y los Derechos Humanos. Y en cuyo caso los que haya realizado demasiados opacados quedarán con toda esta trayectoria partidista nacida en la necesidad y la obsecuencia, que permite vivir demasiado decorosamente sin pasar las penurias que millones sufren y que algunos pocos reciben las dádivas que a ellos les permiten no enemistarse con los "representantes de Dios en Argentina".
A partir del 25 de mayo próximo éste nuevo desocupado encontrara sin la menor de las dudas un nuevo cargo en el gobierno progresista, nacional, popular, racional y neokeynesiano de Kirchner, porque amigos son los amigos y haber prestado catorce años de servicios ininterrumpidos en el justicialismo tendrán seguramente la consideración que el modelo bipartidista le niega a millones de desocupados, pues nadie se atrevería a pensar que le otorgarán un Plan de Jefas y Jefes de Hogar.
El ministro que viene Gustavo Osvaldo Béliz con 41 años realmente "vuelve". Ya que en diciembre de 1992 fue el reemplazante del Dr. José Luís Manzano en el Ministerio del Interior de la Nación durante la presidencia de Menem y sobre el cual seis años antes había sido autor del libro "Menem - Argentina hacia el 2000" aunque no llegó para acompañarlo hasta ese año porque en agosto de 1993 se cansó de estar "dentro de un nido de víboras" y renunció para dejarle el cargo a Ruckauf.
Cuando éste ex "joven sobresaliente del año 1987" que dice estar "guiado por los principios de la Doctrina Social de la Iglesia" jure nuevamente como ministro deberá recordar sus propias palabras "... no me interesa tanto los móviles subjetivos de la acción de la justicia...". Asimismo no debería volver a sostener que "debería prohibirse el aporte privado a las campañas políticas y fijar un límite estricto en el volumen de los gastos de los partidos, con control de la sociedad civil" porque muchos le recordaremos que desde el 20 de setiembre del 2002, el mismo día que atentaban contra Estela de Carlotto en La Plata, ingresó a los equipos técnicos del Frente para la Victoria de Duhalde,... perdón de Kirchner y la inversión en la campaña ha sido varias veces millonaria que jamás lo sabremos con exactitud aunque muchos aseguran que tiene un fuerte olor a "pescado".
Ya no son tiempos para que Béliz recuerde que proponía "la revocatoria popular de mandatos", "la representación política sin privilegios ni fueros especiales". Menos aún mencionar sus anteriores ideas contenidas dentro de su "Nuevo Contrato Social" en las que decía: "Y en base a una justicia que funcione con criterios de impunidad cero, removiendo a los actuales integrantes de la Corte Suprema y endureciendo las penas para los delitos contra la administración pública, de modo de dificultar su excarcelación".
No sabemos si su mentado "capitalismo coopetitivo = competencia más cooperación" estará en sintonía con el criterio neokeynesiano de Kirchner y si éste es capaz de "dejar atrás el sistema de guante blanco, mercado negro" para establecer "una profunda reingeniería del Estado con un presupuesto de base cero que elimine la corrupción estructural de múltiples FEUDOS enquistados en sus entrañas". Aunque seguramente no podrá mantener su postura sobre que los marcos regulatorios "tengan participación externa independiente y de la sociedad en su conjunto" ya que los próximos seguros pasos futuros serán quitarle al parlamento nacional todo control sobre el aumento en las tarifas de los servicios públicos regalados durante el menemato en la fiesta de la entrega del patrimonio nacional y la renta de sus empresas que encontraba a "todos" los aquí nombrados apoyándola.
El otrora escriba de los discursos presidenciales del "salariazo y la revolución productiva" con los que nos prometían llevarnos al primer mundo, cuando llegó en 1989 a la Secretaría de la Función Pública llevó adelante los programas de capacitación de los empleados públicos, que desde ya, no tuvieron ningún mensurable resultado de conformidad con todo lo sucedido en los últimos catorce años. Dejaría esa función en el año 1992, pero indudablemente le sirvieron, a él claro está, para hacer prácticas del tipo "cursillistas" aunque los empleados públicos no fueron invitados a calmar sus necesidades como tampoco a los retiros voluntarios en el convento de Azul con los monjes trapenses como era su costumbre personal e invitaba al por entonces presidente Menem. Los únicos retiros para los empleados de la administración pública eran los "voluntarios" para terminar en las largas filas de desocupados y subocupados por imperio del modelo neoliberal. Épocas en que Béliz presidía el Instituto Nacional de Administración Pública y también era miembro del directivo del Consejo Latinoamericano de Investigación para el Desarrollo.
Hablando de investigación nunca quedaron claras las que siendo ministro del Interior ordenó realizar en julio de 1993 en la provincia de Tucumán y que le costará un pedido de interpelación. Los investigados eran estudiantes, gremialistas, docentes y políticos tucumanos con conocimiento del gobernador Ramón Ortega, mientras en todo el país las amenazas a los periodistas eran intimidaciones practicadas todos los días hasta llegar a la agresión física como fue el caso de Hernán López Echagüe que rescata muy bien nuestra memoria y que Duhalde seguramente prefiere olvidar. Recordemos que tanto Timar Musumeci, Jorge Maggi y Jorge Passero, titulares de Gendarmería Nacional, Prefectura Naval Argentina y la Policía Federal, tuvieron que ir a declarar a la justicia por una causa abierta por tales deleznables órdenes.
La incapacidad en la "función pública" se vio reflejada durante los sucesos del "Santiagueñazo" en 1993 que por aplicación del Pacto Fiscal que había transferido al Estado Nacional el 15% de la coparticipación federal produciendo en el primer año de aplicación una transferencia de 3.500 millones de dólares a las arcas nacionales en detrimento de las provinciales por obra de los futuros aliados políticos Cavallo-Béliz. Para el joven ministro sus preocupaciones no estaban enfocadas en la situación que padecían los santiagueños con sueldos sin cobrar hacía tres meses sino las elecciones próximas de octubre de 1993. El cansancio y hartazgo de la población de Santiago del Estero termino incendiando y destruyendo la legislatura, los tribunales y la casa de gobierno que ante la inacción de la policía provincial culminó en la intervención de la provincia por Juan Schiaretti y la consabida represión a cargo de los gendarmes. Ya se encargarían en noviembre el Dr. Raúl Ricardo Alfonsín y Menem de hacer el tristemente recordado Pacto de Olivos que garantizaría el enquistamiento en el poder del bipartidismo y la orgía de la mayoría automática en la Corte Suprema de Justicia de la Nación y de otras provincias, como la de Santa Cruz, que lo imitaban.
Béliz también supo realizar entuertos políticos con la ex -montonera, cafierista, menemista, cavallista, delarruista y lopezmurphista- Patricia Bullrich, aunque no fue la única mujer que lo acompaño en sus diferentes travestismos políticos ya que podemos sumar a Elena Cruz -actriz y defensora del genocida Jorge Rafael Videla- en el año 2000 en el Encuentro por la Ciudad para las elecciones porteñas en las que luego de perder junto a Domingo Felipe Cavallo calificarían al Frepaso del Dr. Aníbal Ibarra como "mentiroso, tramposo, incompetente y partisano" y a Irma Roy -actriz que juraba no tener una jubilación de privilegio- en las legislativas nacionales del año 2001 con la que rompió a último momento. Si de mujeres seguimos hablando debemos recordar a Mónica Amoroso que siendo una infiltrada de la Policía Federal colaboraba y era activa militante del Partido Nueva Dirigencia de Béliz que pretende brindarnos seguridad a partir del lunes próximo desde los cursos acelerados bajo el eslogan de la "tolerancia cero" realizados a bordo de un patrullero junto a Cavallo y William Bratton que tanto entusiasman al ex arbitro Javier Castrilli.
En el año 1996 fue candidato a Jefe de Gobierno de la Capital Federal con su partido Nueva Mayoría sacando el 13% de los votos junto a Guillermo Francos y en el año 2000 a vice-jefe de Cavallo obteniendo un 33%. En el 2001 perdería en la carrera por ser Senador ante el socialista Alfredo Bravo impugnando maliciosamente la sumatoria de votos conseguidos por éste, cuestión que desde fines de ese año hace que la ciudad no tenga un representante en el Senado Nacional y que seguramente con su nuevo cargo se facilitará la asunción de veterano político.
Una muestra de la irresponsabilidad política, o quizás no tanto, es haber posibilitado que una antidemocrática como la Elena Cruz llegue a ser legisladora porteña, aunque seguramente como dicen mis hijos "si se ponen las pilas" los diputados prohibirán su asunción en éstos días que corren, ya que su actitud de rendirle un homenaje el 24 de marzo del 2001 es simplemente imperdonable.
No podemos encontrar en Béliz algún acto en su vida política en favor de la lucha por los Derechos Humanos (desde 1974 y hasta siempre), no podemos afirmar que postura tiene ante las Leyes del Olvido de Alfonsín (Punto Final-1986 y Obediencia Debida-1987) que en honor a la verdad y la justicia deberán necesariamente ser declaradas inconstitucionales, como tampoco sobre las decenas de pedidos de extradición de militares asesinos (desde 1988 hasta la actualidad), y menos aún sobre los inmorales indultos dispuestos por Menem (1990) que redactara el Dr. Raúl Granillo Ocampo como secretario Legal y Técnico cuando Béliz ocupaba el cargo de Secretario de la Función Pública, cargo que ocupó desde 1989 hasta 1992 al igual que la presidencia del Instituto Nacional de la Administración Pública. En éstos días su voz no se escuchó para pronunciarse ante los nuevos indultos decretados por Duhalde.
Las relaciones que supo ir construyendo en su condición de numerario, supernumerario o cooperador del Opus Dei han sido debidamente tratados e investigados periodísticamente por muchos periodistas, entre ellos el más completo corresponde a Emilio J. Corbière que sin dudas vale la pena leer para comprender las tramas de la trilogía política-iglesia-economía. Solamente debemos recordar que en los meses que estuvo a cargo de la cartera de Interior colocó estratégicamente a unos cuantos opudeístas en puestos claves y de las relaciones más que estrechas mantenidas con los hermanos Trusso. El poder de los seguidores de Escrivá de Balaguer lo encontramos muy arraigado en la justicia, en muchas comunidades como en la de Santa Cruz desde dónde fue nombrado futuro ministro, en centros educacionales y en las fuerzas armadas y de seguridad.
Los antecedentes en el mundo del Derecho no lo podemos encontrar más allá de su paso por mencionada universidad en la que fuera profesor titular en la Facultad de Ciencias de la Información y del Master de Gestión de la Comunicación de las Organizaciones, como también supo ser asociado de su Instituto de Altos Estudios Empresariales. Quizá sea su paso como periodista deportivo en El Gráfico entre los años 1979 y 1985 o en el periódico La Razón desde 1985 a 1989 los que le permitieron conocer las cuestiones jurídicas ya que su postgrado en la Escuela de Economía de Londres poco pudo haber aportado a esos conocimientos. No creemos que los premios otorgados por la Revista Time y la CNN, ambas norteamericanas, ayuden para aclarar nuestro desconocimiento de su probidad a la hora de analizar sus relaciones con el derecho ya que no alcanzan las temáticas de sus libros para comprenderlo no sólo en éste ámbito sino en el de la Seguridad y los Derechos Humanos.
Al haber realizado sus estudios universitarios en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, en parte en épocas de la genocida dictadura militar y el resto en la democracia, no sabemos que ha entregado de su profesionalidad a favor de los Derechos Humanos por lo cual dudamos sobre su impronta a cargo del ministerio, ya que lo que sabemos de él es que siempre se ha encontrado rodeado de personajes para los cuales éstos derechos no interesan y menos merecen ser defendidos. Pensamos como la Presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo que no tiene experiencia y que su nombre al frente de esa función nos preocupa sobremanera. De los archivos de la legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no surge ningún proyecto relacionado con los Derechos Humanos mientras fue legislador del año 1997 al 2000, siendo uno sólo por Seguridad y dos por Justicia.
En la Argentina de estos tiempos los atropellos llevados a cabo por las fuerzas policiales, de seguridad y los servicios de inteligencia contra los diferentes actores sociales que protestan y no se dan por vencidos ante el modelo impuesto, encuentran a miles de ellos procesados y detenidos. Desconocemos las acciones llevadas a cabo por el futuro a ministro para ponerse a su disposición, aunque más no sea desde una postura cristiana, porque de lo que estamos seguros es que no se ha preocupado por contribuir a esclarecer los hechos que han regado de sangre nuestras calles, plazas y puentes. Esas son cuestiones que a la luz de los Derechos Humanos deben ser atendidas de la misma forma en que operan los diferentes organismos de seguridad. Porque nosotros, los ciudadanos comunes, sabemos muy bien que en cada oportunidad que se investiga o bien que las periodistas informan a través de sus cámaras o micrófonos conocemos que los excesos ocurrieron y que, además, son cotidianos. Lo mismo acontece con nuestros jóvenes que cada día son más perseguidos y humillados por aquellos que llevan puesto un uniforme con el cual ya han cometido muchos excesos.
Para ir concluyendo, los movimientos pendulares de sus convicciones políticas son demasiados conocidas, la forma de cambiar su camiseta partidaria es demasiado rápida, sus compañeros de ruta representan lo más retrogrado de las ideas y sus denuncias siempre van acompañadas de un gran operativo de prensa y muy poco de una investigación y seguimiento para su corrección y búsqueda de las sanciones respectivas.
Béliz al frente del ministerio no garantiza en Derechos Humanos: Cumplir con las normas que los reconozcan y reglamenten, promover su difusión, prevenir sus violaciones, formular las denuncias ante sus violaciones, realizar los programas y las políticas relativas a su promoción y defensa, intervenir en la aplicación del régimen de extradición, formular políticas, proyectar normas y ejecutar programas que garanticen la igualdad de oportunidades y la no discriminación de grupos o personas, asegurar la seguridad interior para preservar la libertad, la vida y el patrimonio de los habitantes, sus derechos y garantías.
Béliz al frente del ministerio no garantiza en Justicia: Agilizar las relaciones con el Poder Judicial, el Ministerio Público, el Defensor del Pueblo y el Consejo de la Magistratura, coordinar los programas jurídicos, sociales y de atención comunitaria supervisando su funcionamiento, coordinar las actividades de cooperación jurídica nacional e internacional, intervenir en los litigios en que los intereses del Estado Nacional o sus entidades descentralizadas puedan verse comprometidos, diagramar la política criminal de la Nación, formular planes y programas para la prevención del delito, desarrollar programas de protección de testigos y promover el desarrollo de los patronatos de liberados.
Béliz al frente del ministerio no garantiza en Seguridad: Organizar dentro del marco de la plena vigencia del sistema democrático las fuerzas de seguridad nacionales y provinciales, planificar y coordinar las acciones individuales y de conjunto para la preparación y doctrina de las fuerzas de seguridad y policiales, participar en la producción de inteligencia e información de las fuerzas de seguridad y policiales dentro del marco de la plena vigencia del sistema democrático, preservar la seguridad de las áreas de frontera y zonas de seguridad.
Hacer estas advertencias son indispensables si queremos custodiar nuestros derechos y libertades, no permitiendo que nunca más sean violados y atropellados.
21 de mayo del 2003