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Hugo Alberto de Pedro

¡ Salud, Trabajadores de Brukman !

"La juventud es dueña del porvenir; ella verá el mundo de la paz y la justicia social. Yo me dirijo a los jóvenes obreros para incitarlos a la lucha por la conquista de ese mundo cuya aurora divisamos ya en el horizonte de la historia"

Enrique del Valle Iberlucea .

Por Hugo Alberto de Pedro .

En ésta mañana del 19 de abril me dirigí al barrio de Balvanera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde cientos de policías uniformados rodeaban varias manzanas alrededor de la fábrica textil Brukman, ubicada en la Av. Jujuy Nº 554, y a las que habían llegado en la medianoche del jueves santo en un operativo desplegado al mejor estilo de los días negros de nuestra historia de dictaduras militares. Escuchaba que hoy se conmemora el "Día del Indio Americano" en virtud del decreto 7550 del año 1945 para reivindicar los derechos aborígenes. Una paradoja de la historia. .
Al caminar por esas calles medio despobladas, con algunos vecinos, porteros y comerciantes barriendo y baldeando las veredas por el fuerte viento que la noche anterior se había encargado de mostrar que hace un mes comenzó el otoño, comprendí mejor cuales son las condiciones de represión que agobian e intimidan a los argentinos; decenas de patrulleros, carros de asalto y de transporte de policías, ambulancias, autobombas, motos y cientos de policía federales preparados para enfrentar a las trabajadoras y trabajadores de la textil que se encuentra bajo control obrero desde el 18 de diciembre del 2001. Hace exactamente hoy dieciséis meses. .
La insolencia de las miradas desafiantes de los "azules" hacían prever un desenlace nada pacífico de los acontecimientos ante la decisión tomada por el juez Jorge Rimondi, a cargo del Juzgado de Instrucción Nº 32, de desalojar el establecimiento fabril. Decisión ésta que fue adoptada tras la revocatoria de los camaristas, Abel Bonorino Pero y José Manuel Piombo, de la Sala VII de la Cámara de Apelaciones en la Criminal y Correccional del fallo a favor de los trabajadores dictado por el juez Enrique Velásquez. Éste había determinado que no existía conflicto penal en una causa iniciada por los Brukman, antes de ser enviado sospechosamente hace un tiempo a otro juzgado. Nunca nos alcanza la inteligencia para comprender la perversidad de nuestra "católica, apostólica y romana" justicia, que toma decisiones al comienzo de las festividades de pascuas, esas que nos hablan de la resurrección de Jesús, cuando ponen toda la parafernalia a su alcance para ir contra medio centenar de dignos trabajadores, en un país que su preámbulo constitucional dice "... invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia...". .
Al intentar ingresar por la Av. Jujuy desde la intersección con la Av. Belgrano un uniformado sin comentario alguno pone su mano sobre mi pecho para impedir mi paso. No podría afirmar que esas mismas manos fueron las mismas, o similares, que el 19 y 20 de diciembre del 2001 llevaron a la muerte a muchos ciudadanos cansados de ésta democracia que asfixia y excluye, como tampoco las del inspector Marcelo Álvarez Rodríguez que me manifestó que por orden del comisario a cargo del "operativo" no podía llegar hasta la puerta de la fábrica recuperada. En ambos casos, como en otros más, percibí la molestia que le ocasionaba la pregunta de un ciudadano de ésta República representativa, republicana y federal que garantiza el derecho de transitar libremente en todo su territorio porque deberíamos ser todos iguales ante la ley. .
Los "agentes del orden" estaban reunidos en pelotones de entre 20 y 30 efectivos donde se encontraban cerca muchos móviles de la Policía Federal que impedían el paso con vallados colocados sobre la calle Saavedra, y que después de varios intentos realizados para ingresar a la zona -ya que me informaban que el único ingreso se podía realizar a varias cuadras por la Av. Independencia- lo logré ante un descuido de ellos en la esquina de México donde comienza la plaza que lleva el nombre del presidente ecuatoriano derrocado en cinco oportunidades por golpes de estado, Dr. José M. Velasco Ibarra. .
Al llegar a la esquina de Av. Jujuy y México me encuentro con poco más de un centenar de trabajadores de Brukman y militantes que conversaban en la esquina que mostraba los vestigios de una noche de presencia y deshechas barricadas de tachos de chapa, cascotes, bolsas de basura, caños, hierros, maderas, botellas de plástico vacías y ramas. Sus caras demostraban el cansancio y el mal dormir que eran acompañadas por las "más temibles armas" compuestas de termos, mates y bombillas. .
Enfrente de la plaza el único comercio abierto, de entre las decenas que permanecían cerrados gracias a la presencia de los policías que impedían el paso peatonal y vehícular, era la bicicletería de Luraschi Hnos que atendía a sus clientes como si nada pasara a pocos metros de allí, mientras que la estación de servicio Shell ubicada justo enfrente impedía el ingreso a su local de ventas de quienes allí nos encontrábamos. .
La noche anterior más de 3.500 personas se habían autoconvocado para acompañar a los trabajadores expulsados de la textil en la oscuridad de la noche lluviosa, y para desgracia de las fuerzas represoras de la Policía Montada, la Guardia de Infantería y de la Comisaría sexta, como seguramente de muchos "servicios", no existían señales de ningún destrozo o atentados contra los domicilios privados que gracias a la presencia de los medios de comunicación impidieron cargar sobre las espaldas de las "hordas de elementos de izquierda". Quedaban como testimonio banderas del Partido de los Trabajadores por el Socialismo, Movimiento Socialista de los Trabajadores, Izquierda Unida, Frente Obrero Socialista, Movimiento Juvenil No Pasarán, Asamblea Vecinal S. Ortiz y Córdoba, Asamblea Popular de Flores y Frente de Trabajadores Combativos. .
Sobre las 18 vallas de negro metal dispuestas a metros de la entrada a la fábrica una sábana blanca escrita con letras grandes negras señalaba textualmente: "BRUCKMAN EN LUCHA POR ESTATIZACION CON CONTROL OBRERO VENDE Y TRABAJA", como única referencia, que a la vista tenía, del edificio de seis pisos con vidrios espejados y frente de ladrillos a la vista que hasta horas antes ocupaba a unos sesenta trabajadores, en su mayoría mujeres. Las puertas de la fábrica estaban cerradas producto de haber sido soldadas por orden judicial en el país que el desempleo y la pobreza atormenta a millones de personas, obviamente que no a los jueces que no son hijos del "Derecho del Trabajo, sino primos hermanos de los jueces federales y los miembros de la suprema corte que los políticos parieron. .
Por momentos los presentes se entusiasmaban al cantar "No me importa que digan los jueces, el desalojo de Brukman no pasara, con los obreros vamos a estar, gritemos todos en Brukman no pasarán" y también "Brukman es de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se jode". Cánticos poco originales, por cierto, cuando la verdad y la determinación de las consignas es por muchos conocida y defendida. .
Minutos antes de las once de la mañana, horario que debía comenzar la asamblea de los trabajadores expulsados, al mirar entre las vallas en dirección a la Av. Belgrano decenas de cascos y escudos, que brillaban por los rayos de sol colados en la mañana todavía nublada, permitía ver como en ordenadas y disciplinadas formaciones de grupos de veinte policías se acercaban hacia los manifestantes, eran centenares los que se encontraban ya dispuestos a reprimir a la altura de la Av. Jujuy al 500; entre los movimientos de varios patrulleros, carros de asalto, micros, ambulancias y autobombas que disponían sus trompas dirigidas hacia los civiles presentes, que en ese momento no llegaban a trescientos. .
En esos momentos, no como sucedió por la noche, no había ninguno de los miles de políticos vernáculos, ni de los 254 diputados nacionales, ni de los 72 senadores nacionales, ni de los 42 candidatos a presidente y vice como tampoco de los cientos de legisladores, concejales e intendentes de la ciudad y los partidos del conurbano bonaerense. Todos éstos que vemos subidos a las tribunas proselitistas con el fin de no quedarse debajo de la política y la democracia que los mantiene. Llegaban en esos momentos dos unidades móviles de Crónica TV para hacerle compañía a una de Trans Video que estaba allí desde temprano, o que quizás había permanecido durante toda la noche. .
Me causo gracia, aunque no me sorprendió, el comentario de un policía a otro cuando le decía: "... éstos están llenos de bombas molotov...", en una clara forma de ir tomando conciencia de la peligrosidad de las "fieras". Para solamente confirmar que se trataba de una vil mentira me doy vuelta y veo a una señora con un changuito para hacer las compras, medio desvencijado, que tenía en lugar de una bolsa un cartón con un escudo nacional y la leyenda "Ministerio de Desarrollo Social de la Nación" y al mirar hacia su interior veo un mate, un termo, galletitas y una campera de abrigo. Esa es la policía que hace las instrucciones con las cuales luego los jueces fallan. Si porque siempre fallan. .
Transcurrían los minutos y los trabajadores se iban dirigiendo hacia la plaza antes mencionada para realizar la asamblea obrera, ingresando a ella bajo un cartel colocado en las alturas que denunciaba "Por la recuperación del espacio público. Alumbrado de la plaza. Ya". Mientras miraba dos carteles prolijamente colocados por el Gobierno de la Ciudad sobre la Av. Jujuy que hacían referencia a la obra de ampliación del subterráneo de la Línea H, pensaba en que habría quedado el petitorio obrero presentado ante los legisladores de la ciudad capital de la República hace seis meses atrás pidiendo una intervención política para permitir condiciones definitivas para seguir adelante con Brukman Confecciones. .
Acá también podemos advertir que la inoperancia de los jefes de gobierno y de los legisladores es la causante principal de estos momentos de incertidumbre y dolor para tantas familias que luchan por mantener las fuentes de trabajo y de las que no lo tienen puedan lograrlo. Cuestiones éstas que hace años no figuran en el "manual del político argentino ilustrado". .
Luego de una larga espera la decisión asamblearia fue la más apropiada al votar mayoritariamente por mantenerse en el lugar hasta el lunes próximo para seguir negociando y sin abandonar la vigilia circundante al establecimiento, porque de haber intentado ingresar a la fábrica eso se hubiera convertido en una carnicería humana porque los policías como siempre estarían dispuestos a reprimir y matar. Así también de esta forma poder acumular mayores fuerzas populares que obliguen a establecer una solución definitiva. .
Desde mediados de diciembre del 2001 no han podido doblegar judicialmente a los trabajadores, ni el 16 de marzo como tampoco el 24 de noviembre del año pasado cuando pretendieron desalojarlos. Sencillamente porque estuvieron en las calles los que siempre deberían estar y porque los abogados de los obreros realizaron una excelente actividad profesional. También debo reconocer que los medios de comunicación, con mayor o menor fuerza, han estado en todo momento presenten en las crónicas periodísticas sobre Brukman, lo que seguramente ha impedido llenar del nauseabundo olor de pólvora una vez más nuestras calles. .
Asqueado ya de tantas amenazas y pertrechos, de tanta ignominia judicial y política, de tanto manoseo y desinformación, me queda el consuelo de saber que ésta Argentina está en lucha y no se rinde, que cambiará las relaciones de fuerzas más temprano que tarde, que los uniformados algún día estarán cumpliendo funciones para perseguir y encontrar a los que se roban el país y nos llenan de corrupción empresaria, sindical y política. .
¡ Salud, Trabajadores de Brukman ! .
19 de abril del 2003