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" En defensa de la humanidad "


Àngel Guerra Cabrera: Intelectuales y compromiso social

Angel Guerra Cabrera

El encuentro de intelectuales En Defensa de la Humanidad, celebrado en México, tuvo varios aciertos importantes. Sus deliberaciones fueron ajenas al abandono de principios irrenunciables de la auténtica izquierda, justificado en nombre de una supuesta modernización por no pocos tránsfugas tras el derrumbe del socialismo eurosoviético y la generalización de la ofensiva neoliberal. La Declaración Final llama a terminar con la globalización excluyente, no a limar sus aristas "más duras" y rechaza la renuncia por el Estado al interés público, representada por la liberalización económica, las privatizaciones y los recortes al gasto social.
El documento, publicado por este diario, llamó al imperialismo por su nombre y lo consideró el causante del actual orden hegemónico depredador y militarista que "opera como una máquina de exclusión social" y ha llevado a la humanidad a un "punto crítico que entraña serios peligros". El imperialismo, afirma, hace un uso instrumental de la democracia: "la apoya en sus aspectos formales si conviene a sus intereses y conspira contra ella si las fuerzas populares llegan al poder por la vía democrática". Como corolario, denuncia el uso que hacen los gobernantes neoliberales de la democracia "como patente de corso(...) para la entrega de recursos al capital trasnacional." Igualmente, reivindica el derecho de los pueblos a la rebelión, señalando como ejemplo a la que defenestró en Bolivia "un gobierno totalmente subordinado a Estados Unidos."
Precisamente por su apego a los principios de la izquierda primigenia, la reunión no tuvo nada que ver con una nostálgica y estéril reivindicación de los dogmas de un socialismo alejado del sentir del pueblo. Por eso postuló que "La diversidad es consustancial a la sociedad humana" y denunció el menosprecio del sistema dominante por las culturas y valores de los excluidos, "a menos que sean reducidos a los imperativos del mercado". Por eso subrayó el arraigo popular de la revolución cubana y su firme voluntad de construir otro tipo de sociedad como fundamentos para que esta haya podido resistir casi cinco décadas de bloqueo y agresiones.
El rescate del internacionalismo como valor intrínseco de la izquierda recorre la Declaración Final, que se manifestó solidaria "con los patriotas que –acusados de terroristas- luchan por la libertad de sus pueblos." Aquí logró la combinación armónica entre la defensa de lo local -el edificante patriotismo y nacionalismo que identifica a las comunidades- y lo universal, encarnado por los supremos intereses de la humanidad toda. ¿Qué es si no el amor a la patria lo que mueve a la heroica resistencia de iraquíes y palestinos? ¿ No es acaso el patriotismo latinoamericano un impulso fundamental al rechazo de la entrega al capital por gobiernos lacayos de los recursos nacionales?
Al enfatizar en las luchas de los movimientos sociales e indígenas de nuestra América la reunión se colocó en la mejor tradición de fraternidad latinoamericana, nacida desde que el haitiano Petion tendió la mano a Simón Bolívar, continuada en los ulteriores combates de la clase obrera, en la resistencia de Augusto César Sandino contra la intervención de los marines y en la memorable batalla contra la dominación imperialista y por la liberación de nuestros pueblos de sus movimientos guerrilleros en las décadas de los cincuentas a los ochentas.
El Encuentro trazó con precisión la postura ética que define el compromiso social de los intelectuales al valorar el trabajo intelectual "que se funda en procedimientos rigurosos y, al mismo tiempo es sensible a la injusticia del mundo en que vivimos; que aprende de sectores en todas las regiones, naciones y continentes que se levantan contra el orden establecido" y definirse "en favor de la igualdad económica, de géneros, postulando que la dignidad, la libertad y el respeto a la riqueza cultural de la humanidad han de prevalecer sobre el capital".
Pero más allá de sus inegables aciertos en el análisis de la globalización imperialista y del papel de los intelectuales son las Estrategias acordadas para enfrentar a aquella, las que le confieren una enorme importancia. Ellas postulan la organización de un Comité Internacional y definen tareas concretas a acometer (Pueden leerse en
www.defensahumanidad.org , www.rebelion.org, http://www.lafogata.org/defensa/listado.htm).

La reunión se convocó con premura y modestos recursos porque era urgente dar este primer paso para articular los vínculos de los intelectuales con todas las resistencias del mundo al hegemonismo unipolar. Muchos que merecían estar no estuvieron, pero su concurso será indispensable en las nuevas acciones de una empresa que nace y tiene un gran desafío por delante si nos atenemos a la llana definición de Evo Morales: "la defensa de la humanidad pasa por la eliminación del imperialismo y del neoliberalismo".
aguerra12@prodigy.net.mx