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La Izquierda debate

Documento para el debate en la militancia social

Tesis sobre el movimiento Politico, Social y Cultural Contrahegemonico

Mauricio Castaldo
mauriciocastaldo@yahoo.com

  1. En la era del capitalismo postfordista global, de la Tercera Revolución Industrial, de la biotecnología y del biopoder imperial, el movimiento político-social lanzado sin política por la CTA debe redescubrir y redefinir la política y lo político, primero como una acción colectiva que pone a las palabras, los discursos, las consignas y las emociones en línea directa con la acción autónoma, con la praxis transformadora, y segundo, como un movimiento político y un movimiento de política que pone el debate y la definición de la acción política por encima de lo político-electoral. La primacía de lo político-social por sobre lo político-partidario debe ser la gran bandera histórica del nuevo movimiento contrahegemónico. El movimiento está más allá y más acá de las palabras y más allá y más acá de los partidos políticos y del Estado, porque su ética es la acción concreta, su fe es una fe combativa y su horizonte y su perspectiva son más amplios que los tradicionales, y porque está cerca, con y para los trabajadores, con sus necesidades, con sus luchas, con sus valores, sus dudas, sus miedos y con sus esperanzas.
  2. Los militantes populares debemos entonces iniciar y/o apurar el éxodo hacia una nueva forma –absolutamente distinta- de entender y hacer política.
  3. El movimiento entiende la relación local-latinoamericano-global como una interrelación dinámica y compleja que debe ser encaminada políticamente hacia la emancipación a través del desarrollo de una transversalidad autónoma plural antagonista.
  4. No le queda otra al movimiento y a las luchas. La repetición y el eterno retorno de sus lugares comunes ideológicos, sus acciones sectoriales defensivas de retaguardia sólo servirán para terminar de debilitar y destruir el poder que les queda a las viejas y nuevas organizaciones del campo popular, y para terminar de hambrear, empobrecer y embrutecer a los sectores populares. Nuestro objetivo político es llevar al movimiento por un camino realmente contrahegemónico, federal, popular, pluralista, latinoamericano y globalifóbico, altermundialista. Sólo un contrapoder político-social en acción puede realizar nuestros sueños y conquistar –para todos- un futuro distinto.
  5. Tal como afirma el educador zapatista John Holloway, para conquistar hoy una vida social distinta debemos desarrollar un antipoder político-social amplio, autónomo, solidario e inteligente que nos permita ser tan fuertes como para disolver el poder político-económico-ideológico hegemónico y afirmar nuestra política. Se trata de cambiar completamente la correlación de fuerzas. Así, se puede hoy cambiar el mundo sin tomar el poder.
  6. Debemos salir de una idea simplista y esclerótica del movimiento político, social y cultural, porque en un primer plano, el movimiento debe entender las luchas sociales como directamente políticas y es por eso que hablamos de lo político-social autónomo y alternativo como lo auténticamente político. En este sentido, la línea del movimiento debe ser la acción directa, la iniciativa popular, la consulta popular y la democracia directa, tal como ya se vienen dando las luchas a nivel nacional, regional y global. El caso de los zapatistas mexicanos, de los indígenas bolivianos, de los sin tierra de Brasil, el plebiscito en Uruguay para defender el agua potable y el hecho histórico del plebiscito de Chávez para afirmar la revolución bolivariana son ejemplos válidos que han demostrado hartamente su eficacia política. La democracia directa es la palanca de desarrollo del poder constituyente de las multitudes populares, del poder que tienen los trabajadores, el proletariado social, para constituir una realidad económica, política, social, cultural y moral distinta. El movimiento es entonces, esencialmente el encuentro autónomo de distintas organizaciones político-sociales en y para la acción directa y la democracia directa. El movimiento es un encuentro abierto y horizontal de militancia social (político-social) que, al debatir su política, empieza a constituirse como un movimiento de poder popular.
  7. La praxis autónoma es la utopía en acción.
  8. Los tiempos del movimiento deben ser los tiempos del encuentro autónomo y de la reorientación de las luchas cotidianas de los trabajadores y de los pobres, por eso nuestra política debe ser de acción directa y de democracia directa: porque los pobres, los desnutridos, los chicos con hepatitis y los enfermos no pueden esperar ni respetar los tiempos de los sindicatos conservadores, de los partidos políticos y de la democracia representativa liberal y electoral. El tiempo biopolitizado y permanente de la liberación debe oponerse al tiempo hegemónico del Estado, los partidos y el mercado.
  9. Las fábricas recuperadas por los trabajadores, los foros sociales, los paros y las movilizaciones, las acciones autónomas y solidarias de la multitud, la Asamblea por la Vida y la Asamblea Pedagógica, las retenciones con asambleas docentes son claramente hechos políticos mucho más políticos y democráticos que la "política" del Estado, de los partidos y del capital. Se trata de agrandar, desplegar, afirmarse y despegar en este camino.
  10. El movimiento político, social y cultural ya está en marcha, porque hay una multitud de militantes haciendo cosas distintas. El problema es que están aislados, limitados, divididos y fragmentados. Se trata de encontrar, coordinar, conectar y potenciar las luchas. Esta debe ser su política.
  11. En un segundo plano de la dinámica del movimiento, cada militante tiene la libertad de hacer o no una opción político-partidaria. El movimiento puede debatir también qué condiciones ético-políticas exige a sus militantes. Puede también alentar la formación de frentes político-electorales democráticos, sin subordinar ni someter las organizaciones del movimiento a lo político-partidario y forzando al frente político-partidario a respetar un plataforma o un programa político mínimo transitorio elaborado o alentado por el movimiento. Pero en la era de la globalización capitalista postmoderna y en la era de la crisis estructural de los partidos y de la representación política tradicional, empujar al movimiento a la lógica y a los tiempos de los partidos, es llevarlo y llevarnos a todos a la eutanasia política y social.
  12. Un sujeto político colectivo no es sólo su idea, es su estrategia y sus tácticas; o sea, que un sujeto político es su política, su acción política concreta y real. La subjetividad o la subjetivación es la política –la acción, el hacer- de la subjetividad. La concienciación es la conciencia (política) con organización (–o sea con una estrategia- política).
  13. Traduciendo políticamente hoy los conceptos de partido, derribe y gobierno provisional por los de movimiento político-social (contrapoder popular), disolución del poder, y estrategia, releamos este párrafo de Lenin: "Si el pueblo se ha divorciado del gobierno y las masas han adquirido conciencia de la necesidad de establecer un nuevo orden de cosas, un partido que se ha impuesto como fin derribar al gobierno reemplazará al antiguo, al que haya sido derribado. Surge el nuevo problema del gobierno provisional revolucionario. Para resolverlo plenamente, el partido del proletariado consciente debe dilucidar: primero, la significación del gobierno provisional revolucionario en la revolución que se está desarrollando y en toda la lucha del proletariado en general; segundo, su actitud frente al gobierno provisional revolucionario; tercero, las condiciones precisas de la participación (de los militantes populares, hacemos la aclaración, MC) en este gobierno; cuarto, las condiciones de la presión sobre dicho gobierno desde abajo, en el caso de que no participe en el mismo (la militancia popular). Sólo dilucidando todas cuestiones, la conducta política del partido en este sentido será una actitud de principio, clara y firme" (V.I.LENIN, Dos Tácticas, 1905).