Evo Morales y Bolivia
James Petras
Traducido para Rebelión por Felisa Sastre
Introducción
Una evaluación realista de la victoria electoral de Evo Morales requiere
conocer el papel desempeñado en las recientes insurrecciones populares en
Bolivia, su programa e ideología, así como las primeras medidas adoptadas por su
gobierno. En el pasado inmediato, innumerables intelectuales de izquierda,
académicos, periodistas y ONG se han subido neciamente al carro de una serie de
nuevos presidentes "populares" electos (Lula en Brasil, Gutiérrez en Ecuador,
Vázquez en Uruguay y Kirchner en Argentina) que han respetado a las empresas
privatizadas, que pagan rigurosamente la deuda exterior, que aplican las
políticas fiscales del FMI y envían fuerzas militares a Haití para mantener al
gobierno títere impuesto por EE.UU., y para reprimir las luchas de los pobres
para restaurar el gobierno de Aristide elegido democráticamente.
De nuevo, tenemos un líder popular elegido en Bolivia. Y de nuevo, un ejército
de incondicionales entusiastas de izquierda dominan el debate, dejando de lado
hechos significativos y los cambios de política de los últimos cinco años.
El significado de la victoria electoral de Morales
El margen de la victoria electoral de Evo Morales, un 54 % frente al 29 % de
su más cercano adversario, supera al de cualquier anterior presidente en los
últimos 50 años. Su partido, el MAS (Movimiento hacia el Socialismo) ha
conseguido mayoría absoluta en la Cámara Baja y casi ha alcanzado la mayoría en
el Senado, así como 3 de los 9 gobernadores elegidos, a pesar de que el Consejo
Electoral eliminó casi un millón de electores del censo (la mayoría votantes
indígenas de Morales) por razones técnicas. En segundo término, Morales ganó en
todas las grandes ciudades (con excepción de Santa Cruz, baluarte de la extrema
derecha), y superó el 65 % de los votos en muchas zonas rurales y urbanas
empobrecidas. En tercer lugar, Morales y el MAS vencieron a pesar de la
oposición de los principales medios de información electrónicos e impresos, de
las asociaciones de empresarios y propietarios de minas y de las intervenciones
y amenazas de la embajada de Estados Unidos. En este caso, la oposición de las
empresas estadounidenses a Evo Morales sirvió para aumentar el apoyo popular,
dando lugar a una masiva participación nunca vista. Al contrario que los muy
prestigiosos "críticos de los medios"de todo el mundo, la gran mayoría de la
gente no se dejó influir por las 24 horas de avalancha de propaganda sucia
llevada a cabo en todos los medios de comunicación. En cuarto lugar