La Izquierda debate
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La lectura del video de Marcos
Guillermo Almeyra
El video para ser leído mandado a nuestro periódico por Marcos provocó,
contra toda lógica, muy escasos comentarios a pesar de su importancia evidente.
Quizás el hecho de que la primera parte, "política", fuese superficial y
verborrágica, por lo tanto, llevó a pensar que si tan largo y negativo silencio
daba por fruto esa poca reflexión, estábamos ante un nuevo parto de la montaña.
En la primera entrega, por ejemplo, se afirmaban obviedades (todos los partidos
son iguales en cuanto a corrupción y antidemocracia; el PRD es menos igual
porque ni siquiera roba con elegancia y modernidad; hay un evidente complot
contra Andrés Manuel López Obrador, pero éste es un présbita político que mira
con su ojo derecho al gran capital y con el izquierdo al pueblo; los medios de
comunicación forman y deforman la opinión pública, y Televisa y Reforma son
particularmente nocivos, aunque a veces tienen una función muy positiva y útil,
etc.). Ni conclusiones, ni análisis, ni propuestas. Ninguna caracterización de
la situación social, de las fuerzas reales en conflicto, de la reorganización
del frente campesino-obrero-popular, de las tareas y obstáculos que deberá
enfrentar. Detrás del texto apenas se evidencia el esbozo de un puente tendido a
López Obrador, pero de modo tan tenue que puede desvanecerse en el aire. Esa
primera parte tan débil, cuando nueve meses de silencio, que pesaron muchísimo
en la vida nacional, hacían esperar un rearme político en el campo nacional e
internacional, sin duda ha desilusionado a muchos.
Pero el texto de Marcos es importantísimo por otras cosas, que aparecen en la
segunda entrega, del 21 de agosto. Cuando todos los partidos discuten la
organización del equipo que servirá a las clases dominantes, la posibilidad de
que la mujer del mero mero sea mera mera, y la identificación transversal entre
un ala del PRD, otra del PRI, el PAN y el establishment (Slim, el rector de la
UNAM), los zapatistas hacen, en cambio, un balance del funcionamiento de la
autonomía, como poder local por ahora sólo de los indígenas independientes del
aparato político burgués, que incluye los partidos. Todavía ese balance de las
juntas de buen gobierno (JBG) no lo hacen éstas, como correspondería a cuerpos
realmente autónomos, sino el EZLN, por boca de Marcos. Todavía éste piensa en
Chiapas y se limita a las zonas zapatistas, sin hablar del conflicto de clases
en el resto del país ni de lo que sucede en escala internacional, ni de otras
experiencias autónomas y/o revolucionarias (en Bolivia, en Ecuador, en otras
partes de nuestro continente).
Pero esas limitaciones, si bien importantes, son secundarias frente al hecho
que, frente al balance de Fox, se alza el balance de las JBG, de los caracoles
zapatistas, las cuales discuten los problemas resultantes de la práctica de la
autonomía y de la autogestión en sociedades cerradas y autoritarias que están
aprendiendo lentamente la democracia en medio de la mayor crisis económica jamás
sufrida por los indígenas y los campesinos, de Chiapas y de todo México, en toda
su historia, desde la Conquista, y cuando los más enérgicos y preparados deben
emigrar para sostener a sus familias.
Marcos reconoce con gran sinceridad que la discriminación a las mujeres y el
control por el aparato político militar de los gobiernos autónomos subsisten y
contradicen flagrantemente los principios zapatistas. Rechaza la reacción
racista al revés de las autoridades indígenas que, llevadas por el recuerdo de
los engaños y humillaciones sufridos durante siglos, adoptan una actitud de
reserva hostil frente a los "extranjeros". Critica que, mientras en los comités
clandestinos revolucionarios indígenas de zona las mujeres ocupan entre 33 y 40
por ciento de los cargos, en los municipios autónomos y las JBG su participación
es casi nula, y que en las comunidades sean mal vistas las militantes que actúan
con independencia. Subraya que a veces el acompañamiento por el EZLN de la
experiencia en las comunidades "se convierte en dirección, el consejo en
orden... y el apoyo en estorbo", y que comandantes del CCRI toman decisiones que
no les competen y meten en problemas a la junta. La construcción laboriosa de
relaciones democráticas en los municipios y la politización masiva y rotativa de
los adultos, así como la lucha cultural por la modificación de los usos y
costumbres, son aportes fundamentales que están haciendo los zapatistas. No lo
hacen sólo en el plano teórico (otros les han precedido, incluso en México,
desde hace años, en la previsión de los problemas que enfrentarían) sino en el
de una experiencia de masas que es válida para otras regiones. Y, si bien el
planteo es la posibilidad de que las JBG coexistan con el Estado, local o
federal, si las respetan, y hasta la idea, formulada por Marcos, de que las JBG
son hasta factores de orden y de estabilidad dentro de este sistema capitalista,
eso no concuerda con la importante formulación más general de que "lo único que
quedaría sería refundar la nación. Con nuevo pacto social, nueva Constitución,
nueva clase política y nueva forma de hacer política. En suma, haría falta un
programa de lucha, construido desde abajo, con base en la agenda real nacional,
no en la que promueven políticos y medios." Este escriba demasiado sentado, que
se cansa de repetir eso mismo, no puede sino recibir con júbilo estas líneas de
Marcos.