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Compaņeras


Género y transformación social, historias diferentes (Parte III y final)


Carolina Aguilar Ayerra*


Genero, roles, identidad, estereotipos

Como someramente hemos revisado, dentro del desarrollo socioeconómico y humano se fueron cimentando los papeles de mujeres y hombres en las esferas de la producción y la reproducción.

Resulta que la construcción de los géneros es un proceso social e histórico que se expresa tanto en el producto del desarrollo como en el proceso de su representación simbólica y de su interiorización en cada uno de los seres humanos.

Se configura en un proceso social que marca pautas: desde lo psicológico, inscribe identidades y desde lo ideológico, refuerza un sistema de ideas sobre la feminidad y masculinidad, obra milenaria de una cultura que legitimó la discriminación y la desigualdad.

La identidad de género se asume en un proceso complejo de socialización, en el que se incorporan los atributos, valores, conductas de lo aceptado como masculino y femenino. Es la inscripción psíquica del género.

Mientras el rol de género se refiere a las funciones que 'debe' cumplir la mujer y el varón en un determinado contexto, el estereotipo de género es la tipificación social del ideal masculino y femenino. Así, el estereotipo masculino considera como lo propio del varón la actividad, la racionalidad y la independencia; el femenino presupone que los rasgos distintivos son la dependencia, la pasividad y la emotividad.

En resumen, los roles de género que hoy conocemos constituyen el producto de la división del trabajo. Si bien se asientan en las diferencias biológicas, sobre las mismas se ha erigido durante milenios una verdadera cultura por la cual se fomenta el desarrollo de la mujer y el hombre.

En Cuba

Los papeles que desempeñan las mujeres y los hombres en las familias y en la sociedad que estamos edificando, los valores éticos y morales que orientan conductas y actitudes, los conceptos e ideas que defendemos para hacer avanzar el proyecto social cubano, pasan por un proceso de reconceptualización de roles genéricos, un aspecto esencial dentro de la batalla de ideas.

Preparar a las mujeres para asumir sus responsabilidades en todas las esferas, incluida la de dirección política y administrativa del país, y en los varones seguir desarrollando todas sus habilidades y cualidades humanas, tanto para el trabajo social como para el ejercicio de la paternidad consciente y responsable, formar mejores padres y madres, mejores seres humanos, constituye uno de los fundamentales objetivos estratégicos en la sociedad cubana.

Durante más de 40 años, todas las instituciones del país que tienen que ver con la educación de las nuevas generaciones se han trazado el elevado propósito de masificar la cultura y preparar a los niños, jóvenes y adolescentes para el futuro.

En ese campo los logros que hemos alcanzado resultan incuestionables. Pero existen aún espacios donde pesan todavía los rezagos del pasado.

De ahí que la introducción del concepto y enfoque de género ha resultado un aporte que contribuye a la investigación social, al trabajo educativo y político, en un país como Cuba, que concede una importancia estratégica a la formación de los jóvenes, con una vasta cultura general-integral, más plenos y libres, que han de relacionarse sobre valores y principios más elevados: respeto mutuo, solidaridad humana, justicia social e igualdad.


* Carolina Aguilar Ayerra es Directora de la Editorial de la Mujer (Cuba).