VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Compa�eras

Se realizan 10.000 abortos por semana

 RIMA
Traducido por Natalia Di Marco

 Para los/as militantes anti aborto de Sud�frica, el martes fue un d�a de tristeza y aflicci�n. Pero para el gobierno y los grupos pro derechos de las mujeres, fue un d�a de victoria y celebraci�n.
Diez a�os atr�s, el 1� de febrero de 1997, la Ley de Elecci�n de Interrupci�n del Embarazo se convirti� en realidad, transform�ndose en una de las leyes de aborto m�s liberales del mundo. Esta Ley estableci� que los servicios de aborto deb�an prestarse ante el pedido de una mujer durante el primer trimestre o las 12 semanas de embarazo, y tambi�n si era un caso de emergencia.
Lo m�s importante, de acuerdo a los grupos pro derechos, fue que miles de mujeres pudieron tener acceso a abortos seguros y legales, y no se vieron forzadas a acudir a pr�cticas ilegales, clandestinas y peligrosas para realizarse abortos que dejaban muchas heridas y muertas.
Judi Merckel, de la Alianza por los Derechos Reproductivos, que colabor� en el lobby ante el gobierno para la legalizaci�n, dice que el hecho de que junio de 2006, demuestra un acceso a los servicios uniforme nacionalmente y un progreso hacia mayores provisiones del servicio. Mosotho Gabriel, el director nacional de Ipas, una ONG de salud reproductiva, dice que el acceso de las mujeres a abortos seguros, realizados por personal m�dico entrenado, ha reducido significativamente las muertes por aborto.
Un estudio de mortalidad realizado entre el 1998 y el 2001 por el Comit� de Investigaci�n M�dica (MRC por sus siglas en ingl�s) encontr� que la reducci�n de muertes por abortos inseguros era de hasta un 91 por ciento.
Pero los detractores, como Doctores por la Vida y la Red de Acci�n Cristiana, contin�an desaprobando  su existencia y han iniciado cuestionamiento legal tras otro para hacerla pedazos. Ellos/as cuestionan que las menores pueden realizarse abortos sin el consentimiento de sus padres, y claman que las j�venes est�n usando el aborto en lugar de los m�todos anticonceptivos.
Jewkes decarta este "mito propagado por los grupos anti-aborto para denigrar la Ley".
Gabriel aclara que la cl�usula referida a las menores se incluy� en la Ley para proteger de los abortos inseguros a las ni�as v�ctimas de incesto y abuso. Las ni�as menores de 18 a�os constituyen el 11 por ciento de las mujeres que est�n utilizando este servicio.
Los/as expertos/as creen que debe enfatizarse el acceso a los anticonceptivos, y que las actitudes de los/as trabajadores/as de la salud hostiles hacia las j�venes que acuden por abortos o anticoncepci�n, debe modificarse.
"La ley trata de proteger la salud y la vida de las mujeres j�venes y sirve para reducir el desamparo y el negativo impacto social y econ�mico que acarrea en sus vidas el ser madres", declara Merckel. Cheryllyn Dudley, del Partido Democr�tico Cristiano Africano, dice: "La gente es alentada a pensar que la vida no importa. Lo conveniente para el gobierno es asegurarse que hay una carnicer�a en cada esquina para matar ni�os inocentes. Saludamos a aquellos doctores que han hecho uso de su derecho la objeci�n de conciencia." Monila Molatlhegi, de Doctores por la Vida, dice que un 70 por ciento del personal m�dico no cree en el aborto, pero son obligados a realizarlos contra sus creencias. Siyani Marima, la directora de salud de las mujeres en el Departamento de Salud Nacional, dice que se est�n expandiendo los talleres de "clarificaci�n de valores", con los trabajadores de la salud y las comunidades. "Alguien se resiste a la interrupci�n (del embarazo) por sus valores religiosos. Pero no se trata de ellos - se trata de la paciente. Si alguien es admitida, debes ocuparte de ella, y no discriminarla", dice.
Los problemas con la implementaci�n de la ley persisten. El acceso a los servicios depende de la provincia en que vives. Gauteng, con 208.605, y Western Cape, con 80.118, explican la suma de 530.000 interrupciones que se realizaron entre febrero 1997 y junio de 2006. "La mayor�a de las provincias han descubierto que los recursos de infraestructura no existen en las cl�nicas de atenci�n primaria, y esto puede haber sido pasado por alto cuando se elabor� la Ley", dice Merckel.
De las 350 dependencias del estado destinadas para proveer el servicio, el 60 por ciento-en su mayor�a hospitales- est�n funcionando.
"Se est�n realizando esfuerzos para conseguir que m�s centros comunitarios de salud provean el servicio", dice Marima. "Actualmente lo dan alrededor del 20 por ciento".
Otras barreras son las largas listas de espera, actitudes negativas del personal, y la falta de informaci�n y servicios en �reas rurales. "Necesitamos alcanzar lo inalcanzable, como las j�venes de zonas rurales". "En la mayor�a de los hogares, hablar de sexo es un tab�. Necesitamos fortalecer la provisi�n del servicio y la disponibilidad de los recursos", dice Gabriel.
Kowie Theron, del grupo Cl�nica Marie Stopes, dice que m�dicos generalistas est�n vendiendo p�ldoras para inducir interrupciones. "Esto crea problemas para los hospitales del gobierno porque la mayor�a de las mujeres que las usan terminan en una hemorragia hospitalaria".
 
Fuente: IOL, traducido al espa�ol para RIMA (Red Informativa de Mujeres de Argentina)  

Fuente: lafogata.org

������