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El neoliberalismo agudiza la marginación 
femenina 
Laura Poy Solano 
La Jornada
Mujeres activistas e integrantes de organizaciones civiles del país manifestaron 
su rechazo a la aplicación de políticas neoliberales que agudizan las 
condiciones de pobreza, marginación y violencia de género, al reducir la 
posibilidad de acceder al bienestar social, limitando los recursos públicos 
destinados a educación, salud y alimentación. 
En conferencia de prensa para difundir las acciones realizadas en el contexto de 
la Marcha Mundial de Mujeres, en la que participan activistas de más de 5 mil 
organizaciones feministas en 163 países para denunciar la explotación y 
discriminación que afecta a las mujeres del mundo, defensoras de derechos 
humanos y activistas indígenas, aseguraron que las condiciones de vida en que 
subsisten importantes sectores de la población, en particular mujeres y niños, 
'atenta contra la dignidad de las personas y limita gravemente su desarrollo y 
calidad de vida'. 
Tras leer un pronunciamiento político de las mujeres de Chiapas, en el que 
expresan su solidaridad con el movimiento internacional de la Marcha Mundial de 
Mujeres, denunciaron que en nombre de la 'democracia y el desarrollo, quienes 
impulsan las políticas neoliberales pretenden reducir los derechos a la salud y 
a la educación'. 
Aseguraron que en Chiapas, las desigualdades de género se suman a la pobreza y 
marginación, pues los usos y costumbres que la sociedad 'patriarcal' reserva a 
las mujeres, en el ámbito rural o urbano, 'se encuentra en el contexto de las 
desigualdades y la notoria sumisión de las mujeres hacia los hombres, como el 
control de la sexualidad y del cuerpo por medio del matrimonio o del trabajo 
doméstico, así como limitando el acceso a puestos de trabajo y la explotación 
laboral'. 
Teresa Cruz, de la Coordinación Diocesana de Mujeres, afirmó que en la mayoría 
de las comunidades indígenas aún enfrentan una triple marginación, 'ser mujeres, 
pobres e indígenas', lo que las obliga a depender de figuras masculinas: padres, 
esposos, hijos, suegros o tíos. 
En las comunidades, indicó, no podemos salir ni decidir nada si antes no fue 
aprobado por el hombre de la familia. 
'Las mujeres indígenas no somos valoradas ni respetadas, pues estamos sujetas a 
la autoridad de los padres, quienes deciden nuestro matrimonio a corta edad, sin 
que podamos opinar o negarnos bajo el riesgo de ser calumniadas o agredidas.'
Agregó que pese a la cultura 'machista y misógina' que prevalece en las 
comunidades indígenas, 'muchas mujeres impulsamos una recuperación de nuestros 
valores, usos y costumbres no atentatorios de los derechos de las mujeres y así 
fortalecer nuestra dignidad y autonomía'.