Compa�eras
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Mujeres en el presidio
(De Edith Lagos a Melissa Pati�o)
Gustavo Espinoza M. (*)
El pasado lunes 7 de abril tuve ocasi�n de acompa�ar al congresista V�ctor
Mayorga Miranda en la visita que �ste hiciera a la C�rcel Central de Mujeres de
Chorrillos, eufem�sticamente llamada "Santa M�nica", donde se encuentran
recluidas Carmen Azparrent Rivero, Armida Valladares Jara, Mar�a Socorro Gabriel
segura, Guadalupe Hilario Rivas, Melissa Pati�o Hinostroza y Damaris Velasco
Huiza.
Ellas, en compa��a de Roque Gonzales La Rosa, fueron intervenidos en Aguas
Verdes el 29 de febrero del presente, cuando retornaban al pa�s despu�s de
participar en el II Congreso Continental Bolivariano celebrado en Quito.
Como se ha se�alado, volv�an al Per� tal como hab�an ido -por tierra- por
carecer de recursos econ�micos que solventaran un viaje m�s corto y agradable. Y
no lo hac�an en un bus de itinerario, esos que parten de Quito y cubren en l�nea
directa la ruta hasta nuestra capital, sino "caleteando" es decir, subiendo de
un veh�culo a otro en distintos lugares, con el prop�sito de abaratar los costos
de traslado, no obstante su condici�n - establecida luego en un Parte Policial-
de supuestos agentes del gobierno venezolano en nuestro pa�s encargados de
promover actos terroristas para deste�ir las Cumbres.
Entrevistadas en la oficina de la Direcci�n del Centro Penitenciario para
Mujeres de Chorrillos -secci�n correspondiente a las reclusas de "alta
peligrosidad"- compartieron con nosotros sus angustias, preocupaciones y
temores, y agradecieron tambi�n la solidaridad recibida, que la sienten en
carne viva hoy que se encuentran privadas del m�s elemental de los derechos: la
libertad.
Con lujo de detalles las reclusas nos narraron el desarrollo de los
acontecimientos, que demostraron un hecho sorprendente: al retorno, ya eran
esperadas por la polic�a de Aguas Verdes, que ten�a una orden de captura en su
contra. Como quiera que ninguna de ellas ten�a antecedentes de orden
pol�tico-social, ni hab�a realizado acci�n alguna que pudiera llamar la atenci�n
policial, quedaba claro que la "orden de detenci�n" proven�a tan s�lo del hecho
que estaban asistiendo a la cita de Quito.
Para las autoridades peruanas, la concurrencia a este evento, era un "delito". Y
m�s precisamente, "delito de terrorismo".
�Podr�a alguien admitir esa l�gica como suficiente para privar a alguien de su
libertad? �Alguna persona o instituci�n elementalmente democr�tica, estar�a en
condiciones de considerar que un "delito de terrorismo" era hacerse presente en
el encuentro continental de la CCB en compa��a de delegaciones de 19 pa�ses?
Pues bien, para las autoridades peruanas de hoy, ese si fue el delito que
amerita una detenci�n que se ha prolongado en el tiempo y que ha llevado a seis
mujeres -cuatro de ellas claramente enfermas- hasta las celdas de la c�rcel de
mujeres de Chorrillos.
La inconsistente l�gica policial pinta de cuerpo entero la estrecha mentalidad
de sus ejecutores, que afirman muy sueltos de huesos que "Todo apunta a que
estas personas intentaban algo contra las Cumbres que se van a realizar en
nuestro pa�s". As� lo sostuvo en su momento el general Octavio Salazar,
m�ximo Jefe de la PNP y responsable directo de las capturas.
A poco de ser intervenidas, las detenidas en Aguas Verdes fueron inicialmente
ubicadas en un lugar de reclusi�n en la comisar�a de Tumbes donde pasaron una
noche infernal y luego trasladadas enmarrocadas -con escala en Chiclayo- y en un
avi�n de la FAP, que ahora tambi�n se usa para estos menesteres, a fin de ser
"presentadas" como "terroristas" ante la prensa nacional.
Tan absurdo era el procedimiento que luego de hacerlas esperar as�, esposadas,
por dos horas en el aeropuerto, fueron llevadas directamente a la DINCOTE para
el "procedimiento de rutina".
�Y cu�l era �ste?, Pues uno muy simple: la acumulaci�n de "pruebas" que
comprometieran la causa. Los encargados del tema fracasaron en toda la l�nea,
porque no encontraron nada en casa de ninguna de las acusadas Y tuvieron que
dejar constancia en sus "informes" que as� hab�a ocurrido. No obstante, debido a
una obvia presi�n oficial, la DINCOTE formul� la denuncia pertinente ante la
Fiscal�a que opt� por acoger el caso y derivarlo al juzgado de turno en lo
Penal.
Como quiera que no fue posible encontrar elementos acusatorios contra las damas,
el titular de la causa no tuvo m�s remedio que acudir a un argumento
insustancial: que el cabecilla de la causa -Roque Gonzales La Rosa- "ten�a
antecedentes" por cuanto hab�a estado antes en prisi�n, motivo m�s que
suficiente para incriminar a sus "co-acusadas". As�, ellas fueron a parar a la
c�rcel de Chorrillos, bajo el absolutamente improbado cargo de ser "integrantes
del MRTA".
En el Penal, las flamantes "terroristas", graduadas como tales por certificados
extendidos no en Az�ngaro, sino en la DINCOTE, han sufrido diversos maltratos.
Sometidas al r�gimen de "alta peligrosidad" han sido v�ctimas de la reducci�n de
las horas de visita y la restricci�n de las mismas; pero tambi�n han visto
disminuidas sus horas de salida al patio, su tiempo para ingerir alimentos, y su
estancia fuera de la celda.
En el extremo, y quiz� pagando el hecho de estar confinadas con presas comunes,
han sufrido un trato humillante y hasta claras muestras de acoso sexual. �Podr�a
ser indiferente la ciudadan�a ante tama�a barbarie?
Quiz� si el caso m�s emblem�tico ha sido sin duda el de Melissa Pati�o, la poeta
de 20 a�os, confinada hoy tras las rejas. De ella, un columnista de la prensa
m�s sucia ha dicho que su condici�n de poeta no la salva, porque tendr�a el
antecedente de Edith Lagos, tambi�n poeta. Ella -dijo- "cay� despu�s como
senderista en un enfrentamiento con el ej�rcito".
Canallesco el procedimiento, sin duda, porque nadie puede juzgar los hechos a
futuro. "Como es poeta hoy, ma�ana habr� de ser terrorista o rebelde". Y nadie
puede comparar situaciones que, por lo dem�s, no existieron. Edith Lagos "no
cay� en un enfrentamiento". Fue detenida luego de un operativo militar en una
aldea per4dida de nuestra serran�a y trasladada despu�s a una base militar donde
fue torturada hasta morir.
No hay que olvidar nunca que, cuando se hizo el reconocimiento de su cad�ver,
pudo establecerse que, incluso, le hab�an introducido una bayoneta por la vagina,
que le sali� por el vientre. Por eso, en repudio masivo a tama�a barbarie, su
entierro fue apote�sico.
La acompa�� todo el pueblo de Ayacucho. No en solidaridad con Sendero, sino
repudio a las pr�cticas salvajes que rodearon su muerte.
Pero sin duda, el columnista de "Correo", batir�a palmas si a Melissa, la
mataran como mataron a Edith. Y Soltar�a jubiloso una expresi�n ves�nica:
"�Era terrorista�!"
Diversas personalidades de nuestro pa�s se han pronunciado repudiando
abiertamente el procedimiento perverso de las autoridades peruanas en el caso de
los detenidos de Aguas Verdes.
Periodistas que nadie podr�a calificar de "izquierdistas", como Rosa Mar�a
Palacios o C�sar Hildebrandt, han exigido la libertad de Melissa Pati�o, y han
reconocido tambi�n que contra ella y sus compa�eros, no se ha presentado prueba
alguna que sustente la acusaci�n.
A la demanda, se han sumado adem�s, intelectuales destacados, organizaciones
sociales, pol�ticas, colectivos, grupos culturales. y adem�s, parlamentarios de
diversas bancadas, que han hecho llegar su protesta ante las autoridades del
gobierno aprista.
Desde el exterior, escritores, poetas, periodistas, pol�ticos de distintas
posiciones, tendencias y pa�ses, han perfilado una causa com�n con los detenidos
de Aguas Verdes subrayando que los "cargos" formulados contra ellos son
francamente insustanciales, y aberrantes. Es bueno no s�lo que este
agravio a la conciencia sea reparado, sino que nunca se repita. (fin)
(*) Del Colectivo Nuestra Bandera. www.nuestra-bandera.com