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COMPA�ERAS

Mujeres, un rol que cumplir para la liberaci�n de todo tipo

Mujeres un rol que cumplir para la Liberaci�n de todo tipo: Respuesta a "Cambiar todo para que Nada cambie"...
Creo que el tema de la mujer es un tema poco abordado, muchas veces ignorado (por diversos motivos) por la izquierda...

Nidia Lorca

Creo que el tema de la mujer es un tema poco abordado, muchas veces ignorado (por diversos motivos) por la izquierda.

Me considero una mujer de izquierda, creo en la lucha de clases y deseo terminar con la explotaci�n del hombre por el hombre, o de la mujer por la mujer, y de la mujer por el hombre y del hombre por la mujer.

Claro est� que el g�nero hist�ricamente nos ha demostrado contradicciones con la lucha popular, primero porque los revolucionarios han cometido el grueso error de ignorar una cuesti�n heredada del sistema que tanto deseamos destruir, y por otra parte, porque es evidente y reconocible que en las filas de la izquierda pululan los err�ticos y muchas veces abusadores. Maltratadores de mujeres hay, en todo el pueblo, y como parte de �l, a veces tambi�n cercanos a las izquierda. Muchas compa�eras han sido golpeadas por sus compa�eros. Mas el silencio y responsabilidad creo que recae en todos y todas. Y es esta misma raz�n de mantener la "lucha de g�neros" alejada de la lucha popular, la que crea una brecha entre ambos, que debiesen confluir por naturalidad.

Alguna vez hablamos con las compa�eras de un colectivo de mujeres, donde la mayor�a eran mujeres j�venes de izquierda que hab�an tenido experiencias similares con "sus  hombres", "los compa�eros" y llegamos a varias conclusiones. Primero, muchas �ramos machistas y segundo, muchos de los que se hacen llamar "compa�eros" nada tienen que ver con nuestra izquierda, la izquierda revolucionaria.

�ramos machistas, porque nunca postul�bamos a conducir la lucha, nos gustaba ser conducidas. Permit�amos hablar a otros por nosotras, siendo que nadie pod�a decir con la suficiente claridad nuestra verdad. Dej�bamos a otros salir a la calle por temor a nuestra inculcada "debilidad". Pero eso para muchas ha cambiado. Y as� de a poco, cada una fue forjando su pol�tica tan de izquierda como femenina, porque descubrimos que la esencia de ser mujer, que tanto se acusa de visceral, ha demostrado a esos compa�eros "responsables, comprometidos y admirables" (pero abusadores y autoritarios hombres) que estas mujeres, con su agudo grito y con su pu�o es capaz de tomar mejores decisiones, responder m�s calmamente al enemigo y le ha hecho reflexionar su operar, dot�ndolo de sinceridad consigo mismo y ha ganado su respeto, y ya no tras la bambalina de las "violentadas" como inicialmente era, sino que tras la afrenta de la lucha, despojando a ese seguro hombre de su seguridad, temblando ante la voz fuerte de una mujer que no calla con nada, que se impone y que impone a su pueblo. Pero no todas terminamos igual. �Qu� pas�?

Yo, por mi parte, he destruido moralmente a quien hizo de mi vida un tormento en alg�n momento. Evidentemente reconoci� que sus pr�cticas no son parte de las de un revolucionario y hoy busca reivindicar sus errores. Despu�s de a�os tiene una nueva pareja, advertida y readvertida de la cala�a de hombre que fue. Lo juzgar� siempre, seguramente, pero ya lo enfrent�, con el respaldo de todos y todas quienes me rodean y jam�s se ha repetido la historia para m�.

Con otras compa�eras, el cuento fue distinto. Muchas se alejaron, se fueron para siempre. Salieron a buscar otros amores, as�, heridas, manoseadas, victimizadas, lejos de sus compa�eras que tanto las apoyaron. Hoy est�n solas, acompa�ando a otro hombre, durmiendo en su casa, asumiendo nuevas amistades, que no son sus amistades, son las amistades del hombre al que "acompa�an", pero la verdad es que ellas no quisieron asumir este reto de enfrentar, de construir, de comprometerse, de luchar ya no desde la postura v�ctima-pasiva, sino desde la posici�n enfrentamiento-activo. Acusaci�n, delaci�n, y s�, a veces humillaci�n a los humilladores, pero es as� como se da la pelea cuando ya no hay respeto.

Puede ser s�lo una experiencia entre tantas distintas, pero notamos que cuando se apoya unas a otras, cuando se encuentra que la vida es m�s que esperar que las cosas cambien y cuando se asume como lucha, no s�lo en lo particular respecto del g�nero, sino que frente a todo abuso y violencia, pareciera que somos m�s. Parece que somos muchas las violentadas, y somos muchos los agredidos, pero seremos m�s si  luchamos juntos.

Jam�s he sido una feminista como tal, siempre he dicho soy mujer, s�, porque lo soy y estoy orgullosa de serlo. He dicho y repetido y lo har� siempre, un compa�ero o compa�era que no es capaz de respetar a su par, de luchar por su par, de proteger a su par y de buscar como fin terminar con las injusticias de todo tipo contra el pueblo, no es digno de llamarse  revolucionario, y en esta visi�n no hay cabida al abuso entre compa�eros/as, ni entre el pueblo (o en la sociedad), por eso es inaceptable este tipo de errores, y si lo asumen como tal ser�n capaces de cambiar. Ahora es bueno recordar, por supuesto, que no todo aquel que dice ser de izquierda es un revolucionario, y eso hace la diferencia. En eso coincido con el che, s� es posible y necesario construir al "hombre nuevo". Talvez se equivoc� y debi� decir "mujer nueva", pero la verdad es que se refiere a esos seres humanos revolucionarios que cada d�a intentamos construir. Seguramente no es el �nico error garrafal que ha cometido, pero recojo de cada cual lo que creo que me pueda servir, primero para mi propia construcci�n como mujer, como revolucionaria, y luego  para la apertura pol�tica hacia el resto.

A veces yo misma pierdo el hilo de si escribo la "a" al final de la oraci�n  o si repito la consigna con ambos g�neros, pero creo que la trascendentalidad no est� all�, sino en reconocer y reivindicar a las compa�eras que han logrado, por medio del esfuerzo y la lucha, dar un importante reconocimiento y respeto a todas aquellas f�minas con �tero de fuego. En eso estoy ahora, buscando, persiguiendo y estudiando a las compa�eras que quieren hablar, tienen mucho que decir y no las alcanzamos a escuchar.

Dicen que quienes pensamos como lo hago son unos locos, pero la verdad es que mi �nica locura es  amar  a mi  pueblo como a nadie, y en ese hermoso pueblo, en esa hermosa masa de personas, de sentimientos, de  deseos, de valores, de instintos y de pensamientos,  hay hombres y mujeres, y de todos hay muchas cosas que aprender y muchos a quienes entregar.

Fuente: lafogata.org

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