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Julio Cortazar

15 de febrero de 2004

Julio Cortázar: "Cuba es para mí permanente presencia espiritual"

Luis Báez
Cubadebate

Desde pequeño le atraían las palabras. Era como un juguete que le daba vueltas en la boca. Cuando esa palabra tenía un sonido agradable la repetía durante horas. Desde luego eso era la génesis de su vocación literaria, y no fue una sorpresa que a los catorce o quince años ya tratara de escribir "cuentitos". Sin embargo, su primer libro lo publicó cuando tenía más de treinta años.

En 1976, Julio Cortázar vino a La Habana. Era la primera vez que lo hacía, después del llamado "Caso Padilla". Nos sentamos en uno de los muros que hay en el jardín del Hotel Nacional. El sol era fuerte y él se acomodaba sus espejuelos oscuros, mientras me contaba detalles de esa visita para un reportaje que aparecería en Juventud Rebelde.

Con su juvenil rostro de 61 años, me hablaba de que, si hubiera tendido que escoger entre el conjunto de sus libros, seguiría prefiriendo a Rayuela, ya que según dice: "Fueron muchos años de acumulación de experiencias en las que puse mucho de mí mismo".

Sin embargo, me comentó que también estaba contento de haber dejado atrás esa etapa de Rayuela - libro individualista-, para escribir sobre asuntos más arraigados en la historia y en la justicia humana. "Pero como pasa a veces, como un padre que prefiere a su hijito más feo y tonto, sigo queriendo a Rayuela".

Fui a verlo espoleado por una noticia en particular: hacía solo unos días que, en Niza, Francia, un jurado internacional - entre sus miembros estaba Alejo Carpentier- le había otorgado el premio Gran Águila de Oro por el conjunto de sus obras. Consistía en 30 000 francos (unos 7 000 dólares). Donó el importe "a la causa de los presos políticos en Argentina donde hay una situación confusa que me preocupa mucho".

Despreciaba los premios. De eso no se hablaría más. A partir de ahí, el diálogo comenzó realmente.


HE VISTO MUCHA CUBA

...porque he aprovechado bien las tres semanas que llevo en el país. Y después de una ausencia de casi cinco años las diferencias que he podido encontrar son muy grandes y profundamente positivas para mí.

Allá en Europa se habla mucho del despegue económico cubano. Una cosa son las cifras y otra es venir aquí y comprobar hasta qué punto ese despegue no es solo económico sino que se manifiesta en toda la obra de la Revolución.

Y qué le voy a decir del plan de educación que es evidente que ya está dando sus frutos, habia visto en París la película documental sobre la escuela nueva. Una cosa es eso y otro es visitar una serie de escuelas empezando por la Lenin y después las secundarias en el campo.

Es conmovedor hablar con los estudiantes y los profesores y darse cuenta hasta qué punto esa combinación de estudio y trabajo de vida en común da resultados muy positivos a la formación del hombre nuevo, del hombre futuro de Cuba.


PRESENCIA ESPIRITUAL

Siempre me siento un poco mal cuando paso tanto tiempo sin venir a Cuba, pero me consuela el hecho de que ella es para mí permanente presencia espiritual. Lo mismo me sucede con mi país, Argentina, ahora en las circunstancias actuales no podría volver a mi patria. Tengo una manera de llevarla conmigo a cualquier lado y sentirla presente. Con Cuba me pasa lo mismo.

Pienso que uno de los aciertos más extraordinarios de la Revolución es que desde mismísimos inicios puso muy fuerte el acento en los factores de educación y de cultura que no se pueden separar por supuesto. Porque sin alfabetización no hay educación y sin educación no hay cultura. De manera que esas etapas previas se fueron cumpliendo desde el inicio y los resultados son muy visibles. Están a la vista.

En estos momentos cuando uno habla en cualquier pueblecito del país, lo mismo en Oriente que en Las Villas, cuando uno conversa con la gente que se pasea por las calles ya sean adultos o jóvenes incluso con los niños, su participación en todo lo que está sucediendo en Cuba, su inquietud, su deseo de estar al tanto de lo que ocurre y la información que tienen es un signo absolutamente positivo.


LA PATRIA

En Cuba el sentimiento de amor por la patria, por la Revolución no es un sentimiento ingenuo y basado simplemente en "slogan" o frases hechas sino que es una conciencia política que se nota incluso en el nivel del niño bastante pequeño que con su ingenuidad natural sin embargo, dice cosas muy justas. Ellos se dan cuenta de la lucha en que está empeñado el gobierno y se sienten solidarios y participes, creo que ésa es la palabra: participación.

Cuba es un país donde a mi me produce infinito placer observar que cada vez se usa menos la primera persona de singular para utilizar el plural. Los cubanos hablan de lo que se está haciendo y dicen siempre nosotros. El yo se ha ido quedando atrás. Ese sentido comunitario es otro de los grandes factores que ha logrado la Revolución.


CASA DE LAS AMÉRICAS Y HAYDEE

Estoy muy satisfecho de mis conversaciones con los intelectuales y artistas cubanos. Me da la impresión de gente que está viviendo muy intensamente la experiencia revolucionaria. Que no solamente no se quedan al margen sino que en la medida de sus fuerzas participan lo más posible.

He conversado con personas que no tienen ninguna profesión de tipo intelectual y me marcho con la impresión que en estos momentos no sólo hay una gran apertura literaria sino que incluso uno puede expresarse en todos los campos.

La Casa de las Américas ha desempeñado y desempeña un papel muy importante en el sentido de que así como Cuba tiene sus embajadas naturales, lógicas en el mundo, tiene también esa especie de súper embajada cultural que en algún sentido es la Casa de las Américas. Porque a través de sus concursos literarios, de sus publicaciones, de todo el trabajo de difusión de la cultura cubana que hace en el exterior ha sido una constante presencia en el todo el mundo de habla hispana.

En Francia donde vivo, la llegada década nuevo número de la revista Casa o cualquiera de las publicaciones en forma de libro que edita la Casa de las Américas es siempre una buena noticia. Es algo deseado.

Al hablar de la Casa de las Américas no puedo dejar de mencionar el papel desempeñado por Haydée Santamaría. Ella es un símbolo muy grande no solo para los cubanos sino para todos los que hemos estado en contacto con el mundo cultural de Cuba. Esa difícil conciliación de la ternura con la energía que forma parte del carácter de Haydée Santamaría es lo que su máxima eficacia y su máxima proyección.

ANGOLA

Nos dio mucha alegría allá en Europa saber de la solidaridad de Cuba hacia el pueblo angolano. Una solidaridad que no era solamente de palabra o simbólica sino que se traducía en una acción directa de cuya eficacia tienen pruebas los enemigos de Angola.

Me han parecido profundamente ridículas las declaraciones de los norteamericanos, de Kissinger de pretender negarle a Cuba el derecho, como ellos dicen, de meterse en un país extranjero. Bien conocemos el tipo de intervención monstruosa que ha hecho el imperialismo a lo largo de los años. Con la diferencia de que ellos intervienen para ganar dinero y Cuba acude al llamado del pueblo para defender la libertad. Un nuevo país libre. Realmente es admirable la actitud de Cuba.


NO SE PUEDE ENJUICIAR UNA REVOLUCION QUE NO SE HA VIVIDO

No creo que se pueda enjuiciar nada sin haberlo vivido. Eso es una pedantería y es una insolencia. Si hay escritores que sin participar en esos procesos los condenan, por razones de tipo teórico, allá ellos. Su opinión a mí no me interesa, ni me parecen importantes históricamente.

Esos críticos responden a motivaciones muy diversas y la mayoría son gente de derecha que tienen especial interés en enjuiciar cualquier revolución o que son anti o contra revolución por definición. O bien son personas que tienen una tal suficiencia que consideran que sin haber conocido lo que está sucediendo en un país, en una sociedad, se permiten juzgarla desde afuera. Todo eso me parece, repito, que no tienen importancia histórica. Esa clase de juicio cae por su propio peso. Muere por su propio peso.

En los círculos intelectuales de Francia a los que pertenezco existe una definición muy evidente en relación con la Revolución Cubana. Están aquellos, como nosotros que siguen con interés y a veces con apasionamiento el proceso cubano. Y están los grupos más reaccionarios, gente de otra generación que están fuera de la historia.

Hay también gente más joven pero con una mentalidad de tipo reaccionaria. Incluso como bien dice usted juzgan sin conocer. Anteponen el juicio al conocimiento lo cual es nefasto.

En Europa hay una información cultural bastante buena sobre Cuba pero quisiese que fuese mejor. Hay mucha gente en el exterior que quiere tener información sobre lo que está pasando en Cuba y a veces no la recibe con la amplitud necesaria.

A mí me ha tocado vivir momentos muy amargos hace cuatro o cinco años justamente a propósito de ello. Fue un momento en que los enemigos de la Revolución se aprovecharon de nuestra falta de información. Pero ya todo eso pasó. Y el hecho de tener que esperar y finalmente conocer la verdad, conocer como han sucedido las cosas es siempre una satisfacción. Lo que quisiera que ese tipo de contacto cultural que hay entre el interior y el exterior de Cuba se agilice, se haga más amplio y más variado.


¿CORTAZAR VIVE EN UNA TORRE DE MARFIL?

En general, los que viven en una torre de marfil son mis enemigos. Si no fuera así se darían cuenta de que no es cierto. En estos últimos cinco años he cumplido numerosos viajes que no tenían nada que ver con la literatura. En fin me parece absurdo estarme defendiendo, es obvio que no hay ninguna torre de marfil.

Yo defiendo y eso insisto decirlo siempre, el soberano derecho de un creador en cualquier plano en expresar lo que tiene que expresar, pero también dentro de un contexto histórico. Y eso es lo que trato de hacer ahora.


FIDEL

"Fidel es un hombre que interpreta a la Revolución en sí mismo. Como dirección, orientación, fisonomía. Es evidente que para el conjunto del pueblo cubano, al margen de sus cualidades, de su eficacia como dirigente, es ya un símbolo que adquiere un valor fuera de lo humano, fuera de lo cotidiano. Cuando se oye la palabra Fidel en la boca de un niño, de un adulto, además del valor directo, tiene una serie de resonancias como en la música de armónica que toca las fibras de la sensibilidad, de la conciencia. Yo creo que Fidel es el escultor de la Revolución cubana." 1976