Las ametralladoras en el combate
defensivo
Verde Olivo,
24 de julio de 1960
Por la rapidez de tiro y la precisión las ametralladoras
constituyen el armazón de toda defensa bien organizada. ¿Cuántas
veces en el transcurso de las últimas guerras, una ametralladora, bien
emplazada y con sirvientes serenos y abnegados, han hecho fracasar el ataque de
batallones enteros causándoles además enorme cantidad de bajas...?
Por esto, todo miliciano o soldado cubano en su
preparación para la defensa de la Patria, debe aprender el manejo de
la ametralladora (su funcionamiento, mecanismo y el tiro con ella) y, además,
lo que no es menos importante, el empleo de la misma en el combate y en particular
en el combate defensivo.
Es ésta una cuestión de tanta importancia,
que no podía ser pasada por alto en estos consejos al combatiente
y a ella se va a dedicar una serie de los mismos.
Pero antes de entrar a explicar los principios
del empleo de las ametralladoras en el combate defensivo, vamos a recordar las
características principales que distinguen esta arma y las reglas elementales
de su tiro como cuestiones estrechamente ligadas a la aplicación de dichos
principios.
La primera característica de la ametralladora,
para facilitar la exposición generalizada, en cierto modo, refiriéndonos
a la ametralladora de ajuste rígido con trípode o ruedas, independientemente
de su marca, ya que los distintos tipos no se distinguen tanto que requieran
un empleo diferente, es la velocidad de tiro.
En los momentos críticos del combate la
ametralladora durante varios minutos puede disparar con cadencias prácticas
de hasta 250 disparos por minuto, que permite formar barras de fuego
de una densidad tal que sean completamente insalvables para la infantería
atacante.
La segunda característica es la precisión
en el tiro que lo da la rigidez del ajuste. En este sentido la ametralladora
está muy por encima del fusil ametralladora (llamado también ametralladora
ligera) y más aún del fusil automático o FAL. Disparando
con puntería fija, la ametralladora a 200 metros da un haz de proyectiles
de sólo 0,40 metros de anchura; a 600 metros dicho haz tiene 1,4 metros
de anchura; 2,70 a 800 metros de distancia; 11,7 metros a 1.800 metros y unos
quince metros de anchura al llegar a los 2.000 metros. A estas mismas distancias
el fusil ametralladora -y aún más el FAL- da dispersiones varias
veces superior.
La tercera característica es la potencia
o poder perforante de la bala de la ametralladora, que si bien no se toma
en consideración cuando se trata de obstáculos materiales puede
batir y poner fuera de combate a cualquier combatiente al descubierto hasta
distancias de 3.000 metros.
Por último, la característica
más importante de la ametralladora es la tensión de la
trayectoria de sus balas o, dicho con otras palabras, de la rasancia
de la misma. Esta es la condición que da la mayor eficacia al fuego
de la ametralladora. La rasancia de la trayectoria de las ametralladoras
es tal que a distancia hasta los 500 metros en un terreno llano, en ningún
punto del recorrido de la bala alcanza una altura superior a 1,50 metros, o
sea, que la bala en todo su recorrido es capaz de batir a un hombre que esté
de pie.
Esta característica permite, hasta una profundidad
de 500 metros, formar barreras continuas de fuego que impidan el acceso del
atacante bajo pena de ser puesto fuera de combate por uno o varios proyectiles.
A partir de 500 metros, la rasancia de la trayectoria de la ametralladora
disminuye rápidamente; tirando a más de esta distancia, la bala
en su recorrido se eleva hasta varios metros del suelo y deja amplias zonas
sin batir. Como veremos más adelante, la rasancia de las trayectorias
de las ametralladoras son el factor predominante en la organización del
plan de fuegos de la defensa.
De las reglas elementales de tiro se destaca por
su importancia la rápida corrección del mismo.
Para que la ametralladora pueda ser verdaderamente
eficaz, el tiro debe ser preparado partiendo de la medición más
exacta posible de la distancia y además el tirador debe ser capaz de
corregir los pequeños errores de apreciación de distancias o la
influencia de factores como viento, lluvia, &c. Si el tirador tarda en la
corrección del tiro dará tiempo al enemigo a ponerse a cubierto
sin sufrir bajas. Para la corrección del tiro suelen emplearse balas
trazadoras que intercaladas por series entre las normales permiten a intervalos
regulares efectuar las debidas correcciones. Pero las balas trazadoras tienen
un grave inconveniente: desenmascaran el emplazamiento de la ametralladora.
Por esto su empleo se autoriza solamente cuando el enemigo no puede observar
la trayectoria de tiro desde un flanco. Si no se tiene en cuenta esta condición,
el empleo inoportuno de las balas trazadoras traería como consecuencia
la rápida localización de la ametralladora que las usa y su destrucción
por el fuego de la artillería o morteros enemigos.
Por los efectos que persigue el fuego de la ametralladora
pueden ser de destrucción y de neutralización. El fuego
de destrucción se efectúa sobre las formaciones enemigas que están
al descubierto. Sólo en casos excepcionales se permite el fuego de ametralladora
sobre combatientes aislados. El fuego de destrucción es el más
empleado por el defensor y generalmente se efectúa a las cadencias máximas,
ya que las formaciones atacantes, que sufran sus efectos, intentarán
ponerse a cubierto con la mayor rapidez. Por esto y para poder causar el mayor
número de bajas en el mínimo tiempo, además de la cadencia
acelerada hasta lo posible, se requiere la más minuciosa preparación
del tiro.
Para esta clase de fuego el conseguir el efecto
de la sorpresa es decisivo. Con el fin de conseguir la sorpresa las ametralladoras
de la defensa que deben efectuar el tiro de la destrucción no cumplen
ninguna otra misión y abren el fuego solamente al aparecer el atacante
en la dirección asignada y a las distancias fijadas en el plan de fuego.
El fuego de neutralización es el que se
efectúa contra un enemigo atrincherado o que está a cubierto por
algún obstáculo natural con el fin de impedir que use sus armas
o pueda moverse. Se realiza a cadencias normales, pero para su efectividad,
requiere también una meticulosa preparación. En la defensa esta
clase de fuego se emplea generalmente para dificultar la maniobra del enemigo,
que tratando de aprovechar los accidentes del terreno, procurará evitar
las zonas más peligrosas batidas de flanco por las ametralladoras que
efectúan el fuego de destrucción.
Desde el punto de vista táctico los tiros
de ametralladoras se pueden clasificar en tiros de barrera, de concentración
y de hostigamiento. En la defensa el fuego de ametralladora más empleado
es el de barrera. Es una modalidad del tiro de destrucción que
tiene por objeto, como su nombre lo indica, hacer infranqueable una faja de
terreno determinada. Para ello, las ametralladoras que deben formar la barrera
delante de la posición principal estarán ocultas a la vista del
enemigo y cubiertas de los fuegos (aprovechando los accidentes del terreno y
sobre todo la fortificación y el enmascaramiento de la misma), (el problema
del emplazamiento de las ametralladoras de la defensa es tan importante que
le dedicamos, a él solo, uno de estos artículos). El tiro de barrera
se efectúa siempre de flanco y a distancias no mayores de 500 metros
para poder aprovechar la rasancia de la trayectoria de las balas de la ametralladora.
Delante de la posición principal de resistencia la barrera de fuego de
ametralladoras debe ser por lo menos el doble (en los lugares más peligrosos
puede ser triple o cuádruple). Esto quiere decir que serán no
una, sino varias ametralladoras las que tendrán la misión de formar
la barrera sobre la misma faja de terreno desde emplazamientos distintos. De
este modo, aún en el caso de que algunas de las ametralladoras sean puestas
fuera de combate por el fuego enemigo o a causa de desperfectos mecánicos,
quedará asegurada la continuidad de la barrera delante de la posición.
Dentro de la posición principal se organizarán por el mismo principio
(fuego de flanco a distancias no mayores de 500 metros) barreras sucesivas y
distancias variables según el terreno. Las ametralladoras que las forman
pueden apoyar desde emplazamientos provisionales (no desde los que tienen asignados
para el fuego de barrera), el combate de las fuerzas que defienden las trincheras
con los emplazamientos de las ametralladoras que forman la barrera anterior.
Tanto en el caso de la barrera delante de posición
principal de resistencia como en el de las barreras interiores, el fuego de
unas ametralladoras debe cruzarse con el de otras a distancias no mayores de
250 metros, o sea, a la mitad del trozo de barrera asignada a cada una de ellas.
Así se consigue también una mejor continuidad de la barrera cuando
por cualquier motivo algunas de las ametralladoras empleadas en ella dejen de
tirar.
Cuando el enemigo avanza el fuego de barrera se
efectúa a cadencia acelerada al máximo, para causar el mayor número
posible de bajas al atacante en el mínimo tiempo. Alcanzado el efecto
y detenido el ataque, algunas de las ametralladoras mantienen la barrera disparando
con tiro intermitente.
El tiro de concentración es un tiro
de barrera aplicado sobre un punto que por las características del terreno
sabemos el enemigo intentará forzosamente atravesar u ocupar. Se efectúa
reuniendo sobre dicho punto los haces de proyectiles de varias ametralladoras
que disparan simultáneamente a tiro rápido.
La defensa organiza tiros de concentración
para batir objetivos a distancias superiores a alas que se efectúa la
barrera (normalmente a distancias de 600 a 2.000 metros). Los tiros de concentración
lo efectúan las ametralladoras que no están designadas para efectuar
el tiro de barrera.
El tiro de hostigamiento se realiza a intervalos
sobre zonas de terreno difícilmente observables y a grandes distancias
(de 2.000 a 3.000 metros). Con esta clase de tiro, que requiere una preparación
especial y se lleva a cabo con baterías de ametralladoras (de 6 y más
máquinas), la defensa hostiliza los segundos escalones del atacante,
los emplazamientos de artillería de apoyo, las reservas enemigas.
En algunos casos una misma ametralladora podrá
cumplir varias misiones en el combate defensivo, particularmente en la barrera,
en las concentraciones y en el hostigamiento. Pero en todos los casos estas
ametralladoras dispararán desde emplazamientos distintos para que el
enemigo no las pueda localizar y destruir.
(Tomado de Escritos y discursos,
tomo 1, Editorial
de Ciencias Sociales, La Habana 1972
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