Discurso en la inauguración
de la Planta Beneficiadora de Caolín,
Isla de Pinos
10 de mayo de 1964

Compañeros todos:
Hoy procedemos a inaugurar una nueva fábrica en nuestro programa de industrialización del país. La inauguramos aquí en Isla de Pinos; será la primera de importancia tecnológica para todo el país, y, naturalmente, ha sido inaugurada en medio del júbilo del pueblo, y contando con la participación de los artistas locales y de La Habana.
Esta es una Planta de nueva característica. Todos los que hayan seguido, como todos ustedes, el proceso de maduración de la Revolución, habrán observado como al principio nosotros pusimos un énfasis muy notable en crear toda clase de plantas o de centros de trabajo que dieran trabajo, a mucha gente. Fue una concepción de la primera época, provocada fundamentalmente por la inmensa cantidad de desempleados que existía en Cuba y por el terrible tiempo muerto que vivía nuestro país al acabarse la zafra azucarera. Hoy ustedes ven un panorama completamente distinto: voluntarios de todos los sectores, de la industria, del comercio, de otras ramas de la agricultura, de distintas esferas de los servicios, deben ir a suplir los brazos que faltan en el corte de caña.
Esta tendencia empezó a observarse hace tiempo, y por ello fuimos cambiando también nuestra concepción, para hacerla más moderna, más dinámica y más acorde con los tiempos modernos y con lo que ahora se inaugura como la revolución técnica. Buscamos asegurar una serie de fábricas básicas para el país, que tuvieran una concentración grande de capital invertido, de dinero invertido por cada obrero que trabajara. De esta manera. Plantas costosas -como ésta- no dan una gran cantidad de empleo; sin embargo, aseguran materias primas de buena calidad para nuestras fábricas, y se garantiza no solamente el suministro de una materia prima dentro del territorio nacional, sino además se logra sustituir importaciones, ahorrar divisas, que tan trabajosamente conseguimos en el extranjero.
La Planta que hoy inauguramos es de esas características, es decir, es una Planta moderna. Trabajará con las reservas que tenemos ubicadas aquí en el kilómetro 13, que alcanzan hasta un millón de toneladas en este primer momento, y luego podrán trasladarse los trabajos de minería hacia otros yacimientos que existen también en la Isla, que alcanzan hasta cinco millones de toneladas, y que garantizan un trabajo de la Planta durante muchos años. Su capacidad es de doce toneladas de producto por cada turno, y al principio trabajará un solo turno. Trabajará un solo turno, porque en estas épocas de comienzo de una fábrica es necesario familiarizarse con ella, ir comprobando todos los equipos, ir -al mismo tiempo- haciendo que los trabajadores, los obreros, vayan dominando el proceso de producción y después de ajustarla se pasará a trabajar más turnos.
Así, también la mina -que hoy trabaja en condiciones no muy técnicas- pasará a mecanizarse completamente, tendrá menos trabajadores que los que tiene hoy, y los trabajadores pasarán en un segundo turno a trabajar aquí.
Solamente en este primer turno trabajarán 35 obreros en el total, y cuando esté a plena capacidad trabajarán 57 obreros. Como ustedes ven, no es un gran aporte a la cantidad de fuerza de empleo que va a dar a la Isla; sin embargo, será un gran aporte de Isla de Pinos a la economía nacional, porque estas arcillas que aquí se sacan, que después son purificadas en la fábrica, sirven para hacer multitud de artículos de consumo, de gran calidad, que nuestro pueblo necesita y que todavía no podemos hacer en la medida que quisiéramos por falta de equipos, por falta de materia prima.
Este caolín se utilizará para los sanitarios, para azulejos, para la goma, la goma de los automóviles, para el papel quizás cuando se consigan los tipos apropiados. Es decir, es un material que tiene una amplia utilización en todas las industrias, y su calidad será bastante buena. Esa es la característica fundamental de esta Planta.
Además, tiene la característica nueva para Isla de Pinos, de tener aquí una Planta moderna, con una tecnología avanzada.
Sin embargo, también tenemos que apuntar que ha habido muchos tropiezos, muchas dificultades que vencer, y también que se ha demostrado el que todavía nos falta mucho por aprender en las tareas de la construcción en la industrialización del país.
Esta Planta, si la memoria no me falla -si no, ustedes me pueden corregir-, empezó a construirse a principios del año 1962 -¿no fue así?- o fines de 1961. ¿Cuándo fue? ... Principios de 1962. Empezó ya con retraso; los equipos habían llegado, después hubo una serie de inconvenientes de tipo técnico, incluso de tipo político; la maquinaria que se había comprado fue entregada por la República Federal Alemana, país que rompió relaciones con nosotros, y no teníamos todos los datos técnicos para construir, para montar los equipos.
Fue así como dimos bastantes cabezazos en la construcción de la Planta. Hubo a veces que rectificar lo ya hecho, volver a hacerlo, perder todo un tiempo precioso, mientras el país tenía que seguir importando el caolín que consumía.
Ya afortunadamente la mayoría de los problemas han sido resueltos y la Empresa Consolidada de la Minería tomará esta fábrica en sus manos para garantizar el abastecimiento a otras plantas del material.
Ahora queda una segunda tarea para los trabajadores, tarea que el compañero representante de los obreros, el compañero Delfín -que habló antes- apuntó ya: la tarea de continuar la capacitación y de ir preparándose técnicamente para estar en condiciones de manejarla cada vez mejor y más seguro; y, además, también hay que tener en cuenta que las fábricas del futuro, aún cuando sean mucho más grandes que ésta y puedan emplear mucha más gente, serán siempre plantas mucho más adelantadas técnicamente. Esto hace necesario que los trabajadores se preparen muy bien para poder manejar las maquinarias.
Es decir, que ligada a toda la tarea de la industrialización siempre está la tarea de la lucha por la cultura y por la tecnificación de los obreros. La batalla del Sexto Grado es una batalla de todos los obreros y una batalla que particularmente le interesa a la industria, porque es la base para seguir ascendiendo. Acuérdense que Fidel lo repetía el Primero de Mayo: esta primera etapa, la batalla del Sexto Grado, no será nada más que uno de los combates que debemos librar; después tendremos que seguir haciendo la batalla de la Secundaria Básica, hasta ir elevando cada día más el nivel de nuestro pueblo, y así para hacer que nuestro país esté en condiciones de entrar en la Revolución Técnica que se realiza no solamente en Cuba, que es un reflejo de la actual revolución tecnológica que se opera en todo el mundo, y poder construir con más rapidez la nueva sociedad. La sociedad en la cual todos podrán disponer de una cantidad infinita de bienes de consumo; la sociedad en la cual el trabajo tendrá características distintas, y cada vez será más agradable, estará más alejado de los sufrimientos físicos que todavía hoy debe tener el obrero en determinados trabajos.
En esa misma línea de la conducta está la tarea de la mecanización de la caña, para hacerla más productiva, para hacer un trabajo más fácil para todos nuestros obreros.
Esas son las principales moralejas que podemos sacar hoy de esta Planta que se inaugura. Además, naturalmente, tenemos que recordarle siempre a este pueblo que, a pesar de estar al sur del país, es una Isla al sur de la Isla mayor, precisamente por esa circunstancia de ser una Isla, de estar expuesta a los ataques enemigos, debe ser una trinchera de avanzada. Precisamente hoy vemos entre los aquí presentes una gran cantidad de uniformes verde-olivo; hay una fuerte concentración de Ejército en esta Isla, porque es un punto estratégico. Constantemente estamos expuestos al ataque enemigo. Y esa será otra de las trincheras que continuamente todo el pueblo de Cuba, y el pueblo de la Isla de Pinos, como parte del pueblo de Cuba y como trinchera de avanzada, que debe estar dispuesto a tomar y defender esta posición con el mismo entusiasmo, con la misma fe, con el mismo valor con que todos la defenderemos en cada pulgada de territorio en que nos toque actuar; con la misma fe y decisión con que aquí nuestros hombres tuvieron que resistir también el ataque de la aviación enemiga los días de Playa Girón, para derrotarlos aquí y en todo el país.
Esas serán, pues, nuestras tareas durante los años futuros: crear las bases para la construcción de una sociedad nueva, crearla mediante el trabajo constructivo, el trabajo de todos los días, el que no se ve, día a día, pero cuyos resultados se ven al pasar los años, como esta fábrica que tanto tiempo ha estado construyéndose, hasta que al fin se ve ya su resultado concreto en su maquinaria andando, el trabajo de tecnificarse, de estudiar, para afrontar la responsabilidad del porvenir, y el trabajo de prepararse para resistir cualquier eventualidad de tipo armado que pudieran desencadenar contra nosotros los imperialistas.
Esas son las tareas, y eso era lo único que tenía que decirles.
¡Patria o Muerte! ¡Venceremos! (Ovación.)
Periódico Hoy, 12 de mayo de 1964
 

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