Palabras a obreros destacados
22 de febrero de 1961

Compañeros:
Después de saludaros, quiero pedirles excusas, porque tengo que retirarme muy rápidamente, debido a que tuvimos que intercalar este pequeño acto dentro de una serie de compromisos que se han retrasado un poco.
Simplemente quería explicarles con unas palabras la raíz de todo esto. La raíz de estos premios que se adjudican hoy es una decisión del compañero Fidel Castro de que todos los meses se investigara en las empresas, se buscara la gente que había sobresalido por su espíritu de cooperación, por su interés en el aumento de la producción, por su compañerismo; y por todas las cosas reunidas se hiciera mención de esta persona y, además, se le diera como estímulo un premio consistente en el conocimiento de nuestro país, de sus bellezas naturales y de las cosas que estamos haciendo, porque es muy bueno conocernos entre nosotros, visitar lugares nuevos, ver las nuevas obras.
Este sistema, en su ejecución, ha tenido todavía muchos inconvenientes, muchos defectos; no lo hemos podido hacer organizadamente, y nos hemos retrasado en la adjudicación de los premios. No dudo de ninguno de ustedes, pero tampoco puedo garantizar que cada uno sea exactamente el más merecedor.
Es muy difícil; hay que tomar en cuenta muchas características para poder hacer una cosa justa, y nunca será extremadamente justa. Hemos tratado de hacerlo lo mejor posible, dentro de la rapidez que exigían las circunstancias.
Cada mes un grupo de cien obreros de distintas empresas saldrán a conocer el país, es decir, recibirá un tipo de premio como éste, premio que no es nada extraordinario, que no significa ningún aumento en el salario; significa solamente la oportunidad de visitar los centros turísticos del país y, al mismo tiempo, los centros industriales. En fin, eso ya depende de la voluntad de cada uno, como quiera invertir su tiempo.
Todavía tenemos que trabajar mucho para mejorarlo, y ver cómo toda la familia pueda ir tomando parte también en estas excursiones; cómo se puede hacer un régimen mixto de excursiones colectivas, cómo se harán para algunos que lo quieran así, y excursiones individuales para otros. Es decir, que cada uno elija libremente el lugar donde quiera ir. Esta primera vez no ha sido posible hacerlo.
Lo que sí queremos resaltar nosotros es que nunca un premio individual debe hacer perder la noción de que la industria es el producto de un esfuerzo colectivo y que, naturalmente, estamos nosotros trabajando y trabajaremos durante todo este año 1961, para poder dar las normas necesarias para crear la emulación entre los centros de trabajo, y para poder valorar así el trabajo colectivo y poder premiarlo en la forma en que se determine en su oportunidad.
Todo este año será de ese trabajo e intervendrán ahí los Consejos Técnicos Asesores; intervendrán también grupos del Ministerio del Trabajo, y se está adiestrando especialmente a la gente para esta tarea. Y a partir del año 1962, que es cuando empieza nuestro plan cuatrienal, el primer plan económico de envergadura del Gobierno Revolucionario, ya también saldrá la emulación colectiva.
Naturalmente, los premios individuales se mantendrán siempre, y al mismo tiempo buscaremos la fórmulas que tengan un grado científico que permita premiar a los obreros y a los compañeros que hacen aportes sustanciales a la producción, con inventos nuevos, con fórmulas nuevas para trabajar mejor, para aprovechar el esfuerzo del trabajo, &c.
Quisiera, simplemente, que ustedes, después del viaje, anotaran todas las deficiencias que van a ver –desde ya les aseguro que las van a ver– para poder ir corrigiéndolas; todo lo que a ustedes se les ocurra sobre los procesos, la forma de selección, la forma de hacer los viajes, las cosas que conviene más conocer a un obrero de la ciudad o a un obrero del campo, o lo que tiene más interés en conocer.
Aquí creo que están reunidos prácticamente obreros de la ciudad, es decir, de la capital nada más. Hay obreros de pueblos pequeños, de zonas prácticamente rurales, que naturalmente no han podido venir aquí, porque están repartidos prácticamente en toda la República.
Ustedes saben que estamos en un proceso de reestructuración muy grande, que probablemente acabemos dentro de una semana o algo así, en que saldrán las leyes que establezcan nuevos regímenes para ministerios, para las empresas estatales; las formas financieras para las empresas estatales, y la metodología para la preparación del nuevo plan.
El plan es algo sumamente complejo. Hay que estudiarlo mucho, hay que prepararlo mucho, y nosotros trataremos de hacerlo con poca preparación. Serán apenas unos seis u ocho meses. Hay países donde se preparan dos o tres años antes. Nosotros no podemos ponernos a preparar planes en tres años, como no hemos podido hace las cosas para que salgan bien, en un mes o en dos meses, sino que lo hemos hecho rápidamente, con algunos defectos.
Pero, en definitiva, lo fundamental es que se van haciendo las cosas, y se pueden ir corrigiendo sobre la marcha, si uno está atento al error.
Se ha pensado dar a cada uno un pequeño diploma, y hacer un pequeño aviso en cada fábrica que sirva como mención para que se exponga ante los compañeros. Una vez más es un grado de distinción entre la emulación colectiva de todos ustedes; no significa de ninguna manera una división, no debe ser tomada como una división, sino todo lo contrario: nada más que como un ejemplo para que se siga por los demás compañeros.
En este primer viaje creo que se han hecho las reservaciones para salir a Soroa y a Varadero, durante poco más de una semana. Y ya les digo que después podrán salir prácticamente a todo el país. Será cuestión de ponerse de acuerdo con el INIT, hacer unos planes un poquito más elaborados. Ustedes, de todas maneras, naturalmente... Varadero todo el mundo lo conoce; algunos tienen ganas de ir, otros ya han ido; Soroa es un lugar nuevo que probablemente pocos conocen en su nuevo estilo: un lugar de veraneo. Yo no lo conozco, pero lo he visto al pasar en otras tareas. Es un lugar muy bonito, de esas cosas que se tienen en los países que nunca se conocen, los pueblos no los pueden gozar hasta que llega una Revolución.
En la tarea específica de ustedes, la tarea de la producción –que ustedes han rendido tan efectivamente–, creo que no es el momento de hablar. Si han sido elegidos, y suponemos que han sido elegidos con toda justicia, es porque ustedes han demostrado ya la comprensión cabal del proceso revolucionario, la necesidad de acoplar el trabajo del Gobierno al trabajo de los obreros en la construcción del país, como un todo armónico y orgánico; y no serían palabras de ese tipo para un grupo selecto de compañeros como ustedes, sino más bien para la masa de los trabajadores de cada centro.
Me complazco en felicitarlos, en recalcar los nuevos pasos que se están dando, la importancia que tiene que la clase obrera vaya alcanzando el nivel técnico necesario para tomar totalmente en sus manos la administración de las fábricas y de todo el Estado. Es decir, tomar en sus manos el aparato estatal, que hoy no se puede en todos los casos, porque hay, en fin, falta de cultura sobre todo.
Aquí no se preparaba a la gente para organizar ni para administrar un Estado, sino que se preparaba a la gente para ser carne de cañón y fuerza de trabajo.
Una última advertencia: nosotros pensamos, en cada fábrica, dar también premios anuales individuales; premios cuyas características no podemos todavía anunciar, no sabemos no por otra cosa, sino porque no lo sabemos exactamente, porque hay que estudiarlos, y un paso dentro de ese premio es este primer premio mensual.
Pero una cosa hay que aprender bien, y es que nadie debe dormirse en laureles de ningún tipo. Quien tenga un mérito cualquiera, que se lo haya ganado con su esfuerzo, tiene que demostrar haber sido justamente merecedor de ese galardón durante todo el año y durante todo el proceso revolucionario. No dormirse en los laureles.
El mes que viene no pueden salir los mismos obreros; tendrá que salir otro grupo para distribuir a la gente, porque son muchos los obreros y pocas las posibilidades de viajar en esta forma. Pero, de todas maneras, sería interesante que todos ustedes que hoy van a gozar de tan merecidas aunque cortas vacaciones, estén también el mes que viene recomendados; que ninguno haya decaído en ninguna de las cualidades fundamentales que los han hecho merecedores de este pequeño premio.
Les deseo, pues, unas vacaciones felices, y espero, dentro de unos meses, ver algunas caras de nuevo por aquí, porque podrán repetir el viaje. (Aplausos).
Comisión para perpetuar la memoria del comandante Ernesto Guevara
 
 

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