Raul Cerdeiras |
La nueva derecha.
Algunas reflexiones sobre la carta abierta Nº 3 producida por un grupo de
intelectuales del campo de la cultura
Raúl Cerdeiras *
La idea general es que el grupo de intelectuales que firman esta serie de
cartas parece que recién han caído en la circunstancia de que la política ha
sido secuestrada por la gestión. Parece que no han leído o tomado en serio lo
que desde hace varios años se viene trabajando en pos de un pensar-hacer la
política desde posiciones radicalmente diferentes tanto de la experiencia de las
luchas emancipadores del siglo pasado, como de la coartada que la nueva derecha
(que yo llamo nuevo sujeto reactivo) tendió cuando atenazó toda política
posible a la elección entre democracia o totalitarismo. Y en la década del 80
los intelectuales argentinos en masa (pero no todos) se encarrilaron en la
primera opción, hicieron el mea culpa de su pasado subversivo y fueron premiados
con el control casi total del aparto cultural de UBA. Y, por lo que veo al leer
esta carta (y también las otras 2), aún siguen amarrados al horizonte de la
"democracia" como la única forma de pensar-hacer la política, perfectible, pero
la menos mala.
Entre estos intentos del pasado quiero mencionar por ejemplo a la revista
acontecimiento (que lleva como subtítulo "revista para pensar la
política") cuyo primer número apareció en julio de 1991 y creo que a dos números
por año hoy andan por el 35. También hay que destacar la fuerte pero fugaz
irrupción del colectivo 5Ø1 cuya declaración en 1999 acerca de porqué invitaban
el día del acto supremo de la democracia: el voto, a realizar una asamblea
pública de discusión política, es una pieza indispensable para todos los que
quieren realmente subvertir la política tal cual hoy circula. Y no sólo
declaraciones sino todo el sacudón que culmina en el 19/20 de diciembre del
2001, piquetes, asambleas, tomas, marchas, etc.
Lo que el documento "descuida" es que esa nueva derecha ya está en marcha en
América Latina desde hace varios años, pero lo que aquí importa es que en
nuestro país asume la secuencia que recorren estos tres nombres: Dhualde-Lavagna-Kirchner.
No quiero abundar en argumentos puesto que el lector que lea la carta verá que
la gestión de Kirchner y su continuación en Cristina ofrece ejemplos más que
elocuentes de ese vaciamiento de las palabras en función de un objetivo: que el
pueblo no se desmadre y que no crezca ninguna experiencia política de un
pensar-hacer emancipador por fuera del trípode del santuario "democrático": los
partidos, la representación y el Estado.
Pero quiero dar un ejemplo. En su momento Néstor Kirchner como presidente dijo
en la asamblea de la Naciones Unidas que él se consideraba "un hijo de las
Madres de Plaza de Mayo". Hace unos pocos días en el interior de esta feroz
lucha entre dos billeteras que en definitiva es el mal llamado "conflicto
del campo contra el gobierno", la Presidenta decía que su gobierno e
históricamente el peronismo, jamás preconizó la lucha de clases, y que estaba
muy bien que los empresarios ganen y que quieran ganar más, pero ahora, ante
esta coyuntura excepcional debían solidarizarse con los que menos tienen. Si un
hijo desaparecido de las Madres escuchara estas palabras (nunca tan vaciadas de
aquello por lo que los luchadores del 60/70 dieron su vida) se levantaría y
estoy seguro que haría dos cosas: 1) darle una patada en el traste al matrimonio
Kirchner; 2) escribir una carta abierta sobre la nueva derecha diciendo del
kirchnerismo muchas de las cosas que expresa la que ahora estoy comentando
respecto al discurso de los "ruralistas". Es un acierto lo que dice la carta en
muchos de sus pasajes, sobre todo en la descripción de los montajes mediáticos,
la invocación de citas de luchadores para cubrir intereses espurios.
Pero me pregunto ¿qué pasa con el gobierno? No puedo comprender como no se dice
algo que es tan evidente: el "campo"en tanto fuerza económica está casi solo.
Quiero decir que las fuerzas económicas más poderosas y reconcentradas de la
economía están -con su obvia neutralidad- bancando al gobierno que en esta
coyuntura representan la otra billetera en la que se apoya la Presidenta.
Veamos: la banca y el capital financiero, se encuentra alineado con el gobierno,
habida cuenta que este paga puntualmente la deuda externa (y las retenciones
ayudan…); la Unión Industrial Argentina (de los Rocca para arriba…)cuando el
cuarteto ruralista fue en busca de su apoyo no se comprometieron y casi
expresamente los dejaron solos, puesto que la política económica activando el
mercado interno, manteniendo alto el dólar y bajo los salarios más los subsidios
que reciben, los pone en carrera competitiva con el exterior. Las Cámaras de
Comercio: mutis; y ni que decir de los que venden los productos que produce el
"campo" la vieja y poderosísima casta exportadora (Cargill, Dreyfus, Bunge,
etc.) que denuncia Mario Cafiero desde años. También la agroindustria y todos
los laboratorios de agroquímicos (Monsanto, Bayer, etc.). Ni que hablar de las
concesiones mineras hechas a consorcios mundiales que destruyen la naturaleza y
envenenan a los pueblos del interior no dejando -en proporción a lo que se
llevan- nada redituable en términos de canon. E incluso los pools sojeros que
vertiginosamente se instalan para disputarles a los dueños de la tierra de la
vieja oligarquía la renta capitalista aplicada sobre la diferencial
configurando una especie de patria sojera, modelo patrocinado por Kirchner, pese
al desastre que eso significa, no sólo para la economía, sino por el
aniquilamiento del suelo que acarrea, (suelo que la carta reclama que su
producción extraordinaria es un bien social) y que un histórico luchador dentro
del peronismo revolucionario, me refiero a Jorge E. Rulli, viene hace años
denunciando, pero su voz no es escuchada y su persona es perseguida por demandas
judiciales.
Pues bien, ¿qué decir de este otro escenario? Este escenario, en que todas estas
personalidades a las espaldas de la Presidenta aplaudían cuando anunciaba el
"destino" social y comunitario del aumento de las retenciones, es también el de
una derecha exactamente igual a la "nueva" que se trata de denunciar. En ese
momento, unas palabras de Buzzi, el de la FAA, cayeron como un rayo y, según mi
modo de ver, puso en la superficie la esencia del problema. Dijo: "aplauden
porque no se la sacan a ellos". Tiene razón, y él aplaudiría también si la cosa
fuera al revés…
Me inclinaría a pensar que estamos frente a una variante (la del "campo") en el
interior de una nueva derecha que nace con el Kirchnerismo. Hay que hacerse una
pregunta que la carta nunca se hace y me parece vital: ¿por qué la derecha
tienen necesidad de renovarse? La respuesta es sencilla: cuando empieza a tomar
cuerpo una experiencia política emancipativa, cuando la sociedad empieza a ser
visitada por declaraciones, formas de lucha, modos organizativos, etc., que se
resisten a ser absorbidos en el interior del modelo político vigente, cuando
todas estas circunstancias amenazan inaugurar un nuevo presente político
emancipativo, lo establecido, es decir, el lazo social dominante, el Estado y la
política en la que se sostiene, reaccionan y nuevos sujetos, nuevas ideas
empiezan a tomar cuerpo teniendo como único objetivo apagar ese presente,
reconocer el foco del incendio, pero para apagarlo, no para soplar.
Nuestra América después de casi 15 años de padecer la ola neoliberal, ha
producido un sinfín de eclosiones de luchas, pensamientos, experiencias que
buscan articularse en una nueva política emancipativa, lo que llamo Otra
política, así, con la "O" mayúscula por que se trata de una ruptura con lo
que se venía haciendo y pensando hasta ahora. Desde el formidable Caracazo de
1989, los Sin Tierra, las rebeliones de las comunidades indígenas, nuestra
propia experiencia post-menemista: piqueteros, asambleas, etc. la conmoción que
produce la irrupción del zapatismo, etc. todo esto y una bastísima lista de
muchas otras cosas están abriendo los lugares privilegiados en donde es posible
inventar Otra política de emancipación. Ahora bien, la reacción no se hizo
esperar y en las naciones de América Latina sus sillones presidenciales se
vieron ocupados por una oleada de gobiernos que podríamos llamar "populares" y
de "izquierda". Esa es la nueva derecha, ese es el nuevo sujeto reactivo. Ahora
no puedo explayarme, pero en el número 33/34 de la revista acontecimiento
intenté hacer un ejercicio de intervención política en Venezuela para poner a
prueba esta idea.
En todo caso aquí me conformo en exponer una simple constatación, y es que si se
compara la potencia activada por todas esas experiencias y las posibilidades que
se abrían antes de que asumiera la nueva derecha y la comparamos con la
actualidad, resulta más que evidente la manera en que se las ha aplanado,
domesticado y encauzado dentro del orden. Por esa razón en todos los lugares en
donde queda aún alguna llama del incendio el obstáculo principal a vencer
no es la vieja derecha oligárquica de esos países sino el dispositivo
ideológico-político que llevo adelante la extinción de ese precario nuevo
presente: el chavismo y el PSUV en Venezuela; el PT en Brasil; y entre nosotros,
D`Elía desde el poder (y la vieja izquierda desde el llano) es una muestra
emblemática de lo que era la experiencia piquetera antes y después de Kirchner.
Y siguen los ejemplos por Ecuador, Nicaragua, etc. Afortunadamente ¡ya hay
rebelión en la granja contra la nueva derecha! Pero también es cierto, y hay que
reconocerlo, que esta detención y retroceso marca lo incipiente y difícil que es
esta empresa de abrir nuevos caminos, y no cabe duda que debe ser materia de un
balance y reflexión lo más profunda posible, pero jamás las inmensas
dificultades que hay que vencer para abrir Otro camino emancipativo va a
justificar que nos pongamos a marchar por las autopistas del sistema. Porque por
más que se renueve, la política de la derecha no deja de ser un cadáver del que
no se puede esperar nada, en cambio, por incipiente que sean estos múltiples
síntomas de que Otra política es posible, tiene la grandeza de ser una
posibilidad, una esperanza, y sabemos que las autopistas están hechas para que
no se abran nuevos caminos.
Quiero hacer una última consideración antes de intentar alguna reflexión sobre
la naturaleza de la nueva derecha que denuncia la tercera carta de los
intelectuales de la cultura y otras actividades afines. ¿Hacia adónde apunta
esta nueva derecha ya en el poder que llega incluso a manipular asquerosamente
los viejos -y ya agotados- oropeles del socialismo como hace Chávez? Sabemos que
intentan apagar un nuevo presente político-emancipativo, pero, y al mismo
tiempo, realizan la tarea de desarrollar e integrar la economía de sus países en
el mercado mundial capitalista, tratan de hacerlos lo más competitivos posibles
para dar batalla en el interior de la maquinaria infernal de la red de
producción del capital por fin globalizado. Esta expansión global se realiza
simultáneamente con el derrumbamiento de los Estados llamados obreros o
socialistas. A grandes rasgos podemos decir que los países del bloque socialista
eligieron dos vías diferentes para desarrollarse e incluirse plenamente: la vía
"democrática" o la de una fuerte dictadura estatal. La primera es el camino que
eligió la antigua Unión Soviética y los países del Este europeo, la segunda la
que recorre China y Vietnam. Todo indica que Cuba se va a adscribir, viendo el
éxito que tiene en cuanto a su objetivo, a la vía de los chinos. Ya vimos que
elegir entre la democracia y el totalitarismo era la imposición del mundo
Occidental para toda la humanidad y hoy constatamos que ambos son compatibles
con el secuestro que la economía capitalista ha realizado de la política para
ponerla a su servicio. Están los caminos mixtos como creo que es el de Venezuela
en donde Chávez balancea un autoritarismo personalista, vertical y casi
absoluto, rodeado de una burocracia dura como una roca, con una articulación con
las formas democráticas, como elecciones, representantes, plebiscitos, etc. Todo
indica que una fuerte intervención del Estado es necesaria en países de bajo
desarrollo económico y que las democracias son más operativas cuando el trago
amargo y doloroso que es el período de la reconversión ya está realizado. Lo que
finalmente quiero subrayar es que la política ha sido tragada por las exigencias
de la maquinaria y la lógica económica del mercado, y cualquiera sea la fachada
que se use no hay país (¿y Africa?) que no tenga como meta (subjetiva u
objetiva) integrarse en el capitalismo mundial, sea por las formas políticas que
sean, armando las alianzas o bloque económicos que se quiera, etc. Todo eso
implica asumir las consecuencias fatales que toda la barbarie capitalista del
lucro y el consumo librada a su propia dinámica es capaz de producir. Que en
este contexto alguien hable de "inclusión social" parece un chiste de mal gusto.
Para terminar, ¿qué pensar de esta "nueva derecha" que nos presenta la Carta
Abierta/ 3? Creo que todos los gobiernos que estrenan la ideología populista y/o
socialista para realizar la tarea de una nueva derecha que busca extinguir ese
nuevo presente que siempre resucita toda nueva idea liberadora, terminan
tarde o temprano abriéndole un amplio canal a la derecha que ellos juran
combatir. Es una derecha que se licua como el mercado, es volátil como ninguna,
le habla al ciudadano como si fuera un consumidor, reivindica la libertad de
expresión, es decir, la libre circulación de la opinión y el sentido común que
los medios luego amplifican, devota de la democracia y la participación porque
ya ve que la intervención del Estado es inútil toda vez que ya no hay rastros
activos de ese presente nuevo que tan bien apagó la ahora "desactualizada" nueva
derecha que en su momento aceptó. Destruye toda idea de que haya otra cosa en la
política que no sea la gestión de negocios, repudian la palabra pensamiento
político. Para ella jamás la política podría ser un pensamiento. Enarbolan la
consigna fascista: la única verdad es la realidad. Por cierto es un
rejuntado variopinto típico de la posmodernidad en cuanto a su capacidad de
disolver en el plano del pensamiento toda diferencia con capacidad de inscribir
algún principio, de la misma manera que el rasero del mercado iguala a todas las
particularidades culturales. Llevan hasta el final la ideología de los derechos
humanos porque (lo sepan o no) esa es una ideología acorde con el capitalismo
contemporáneo que pone en el centro al Hombre interpretado desde dos variantes
reaccionarias: la de víctima y la de un ser puramente biológico.
Personalmente lo dije hace 13 años en un trabajo publicado en la revista
acontecimiento número 10 titulado Contra la Memoria, allí,
refiriéndome al tema de los derechos humanos decía: "Si bajo su manto hoy se
intentan cobijar posiciones «progresistas», llenas de «buenas intenciones», no
es sino una mueca siniestra del destino que producirá -por encima de la buena
conciencia de sus sostenedores- el reforzamiento de todo aquello que
supuestamente se quiere impedir". No hay que asustarse que esa ideología les
calce de alguna manera y ver como ese siniestro personaje que es De Angelis la
invoca impunemente.
Si se analiza más de cerca la cuestión se podrá comprobar que tanto el
kirchnerismo como esta variación interna tienen muchos puntos en común.
No puede ser de otra manera sobre todo si se piensa que la verdadera nueva
derecha es la que hoy nos gobierna y este exabrupto del la vieja y desgastada
oligarquía remozada con un lenguaje acorde a sus necesidades coyunturales, es la
señal de que el fuego se ha controlado, aquél nuevo presente tibiamente
anunciado está como apagado, ¡es la hora de repartir riquezas! Es el momento en
que el capitalismo muestra su peor (¿tiene otro?) rostro: la lucha descarnada
por el interés, el lucro, el goce de los cuerpos, "¡no me metan la mano el
bolsillo!". Nuevamente, Buzzi tiene razón: aplauden porque no se la sacan a
ellos.
¿Qué hacer, entonces? Mi propuesta es intervenir en la coyuntura pero para
trabajar en la invención de Otra política. Corrernos lo más que se pueda, es
decir, todo lo que lo permitan las experiencias y pensamientos acumulados hasta
ahora, para abrir otra mirada que la que nos quieren presentar. Tratar de
demostrar que esta es una operación en la que el pueblo no interviene ni se
expresa, ni se reúne, ni declara, y que es necesario hacer todo lo que se pueda
para que esto suceda. Todos aquellos que están convencidos de que algo nuevo
tenemos que hacer nacer, empeñarnos en sostener y difundir nuestras experiencias
y los nuevos puntos de partida sobre los que abrir caminos quizás insospechados
para los mismos que los promueven. Abandonar definitivamente la política del mal
menor, de estar constantemente eligiendo la mejor basura que nos tiran.
Desmantelar la idea de que nosotros somos débiles, que no somos nadie, y afirmar
que la potencia trabaja de nuestro lado, que los políticamente débiles
son ellos y basta para evidenciarlo con el espectáculo televisivo de ese circo
de impotencia que nos brindan a diario.
Un párrafo final para los luchadores peronistas que han puesto su vida en un
pensamiento y una acción en la que afirmaban su convencimiento del potencial
liberador que encerraba el peronismo. Hay que ser un necio para no reconocer que
la historia política de las luchas emancipativas de nuestro país tuvo en ese
movimiento un lugar privilegiado en el que también se debatieron los
grandes temas de la emancipación de los años sesenta, y en su nombre se llevaron
adelante gloriosas jornadas de lucha y resistencia. Pero ese ciclo ha concluido
junto al acabamiento de la experiencia y el pensamiento de lo que fue el ideario
socialista. Deben hacer un sincero balance de sus luchas y decirles a estos
payasos que copan la Plaza de Mayo, junto con custodios de dudosa reputación,
que todo ese aparato de funcionarios como Moreno, De Vidio, Kirchner, etc. nada
tienen que ver con sus luchas históricas. El pueblo está ausente y su lugar lo
ocupa la resaca que dirige un partido llamado justicialista…
Los que venimos de la experiencia política fundada por Marx, Lenin, Mao…y yo
vengo de esa historia, hemos debido romper con la izquierda vernácula (en todas
sus variantes) siempre ubicada en el lugar incorrecto en los momentos decisivos
de nuestra vida política, y hace años que empezamos a hacer el trabajo
(especialmente en la revista acontecimiento) de desmontar los
dispositivos teóricos y políticos que puedan explicarnos su agotamiento y
esterilidad actual. Pero tampoco vamos a aceptar que ese balance se lo haga
desde la derecha, puesto que estamos convencidos de que todo proyecto
emancipativo debe reconocer que las luchas de la humanidad sostenidas en la
idea del comunismo serán un punto de renacimiento eterno en cada
singularidad política liberadora a la que se convoque a los pueblos.
De la misma manera quiero decirle a los compañeros peronistas que se dicen
revolucionarios, que también emprendan el camino que consideren adecuado
para romper con ese lastre que hoy produce (concientemente o no) un sólo efecto:
reproducir un sistema y abortar a una nueva generación en la búsqueda de
un nuevo horizonte emancipativo. Deben plantearse que hay ideas políticas
propias de los populismos del siglo pasado que hoy son un lastre que no producen
nada. Que hoy es un culto a los cadáveres políticos revivir las oposiciones del
estilo "oligarquía contra el pueblo" para justificar un apoyo al gobierno. Esa
maniobra se la acepto como táctica al gobierno pero no a un peronista de la
emancipación. Y quizás, en esa dirección de revisar el pasado, como cierre de
una historia y como un homenaje de sinceridad política a esa figura
extraordinaria atravesada tanto por la grandeza como por las miserias de su
época, podrían salir a la calle para gritarle a la Presidenta: no hinchen más
las bolas ¡Evita hay una sola¡
* director de la revista: acontecimiento)