VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL

31 de julio del 2002

Marx y la discusión sobre la enajenación en la búsqueda filosófica del Che

Néstor Kohan

Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo
(Clase Pública del 12 de julio de 2002)

Buenas noches. Cuando pensamos inicialmente e imaginamos esta Cátedra Libre Che Guevara en la Universidad Popular nos vimos enfrentados a un dilema.
El intercambio de ideas que teníamos entonces sobre cómo llevar adelante la Cátedra, giraba alrededor de dos polos. Por un lado, nos preocupaba y nos interesaba no repetir experiencias del pasado que ya se hicieron en 1997, que tenían que ver con convertir a la Cátedra del Che en un espectáculo. Esto implicaba traer "estrellas", gente famosa, gente célebre - de izquierda, pero... célebre y famosa -. ¿Qué se logra con eso? Pues que se llena inmediatamente el auditorio de la Universidad Popular, pero la gente que cursa termina siendo completamente pasiva, se convierte en un simple espectador: sucede algo análogo a quien va a ver una obra de teatro o una película al cine. El otro polo, la otra opción, era la de trabajar a lo largo del año. Que la gente que cursa la materia no venga simplemente a mirar un espectáculo, sino que al final del año, algo quede. Pero esto es un poquito más difícil y arriesgado, porque implica más perseverancia, más elaboración y compromiso, sentarse con textos que a veces no son fáciles, no hay tiempo para leerlos en la semana, o uno viene cansado del trabajo...
Finalmente, tratamos de realizar un difícil equilibrio ente ambos tipos de actividades. Traer invitados e invitadas pero también leer, discutir y profundizar colectivamente en clase. Y hoy precisamente nos toca hacer el trabajo más agotador y más difícil: ponerse a ver qué pensaba realmente el Che, y a estudiar detenidamente lo que él escribió y pensó. Es menos "atractivo" que venir a escuchar a una gran celebridad, pero nos parece que la Cátedra tiene que aportar en ese sentido. Es un desafío para todos, pero nosotros apostamos a que al final del año se hayan realmente discutido los textos del Che. Y que esa discusión se haga con fundamentos, no apelando a frases hechas sino a partir de la lectura. Nosotros pensamos que nuestra Universidad Popular tiene que ser rigurosa. Que aspiremos a una educación "popular" no implica populismo ni facilismo de ningún tipo. Y ser rigurosos implica estudiar. El Che era un gran estudioso y una persona muy rigurosa. Tratemos de seguir su ejemplo en la vida cotidiana.
La idea de la clase de hoy consiste en comenzar a analizar qué pensamiento tenía el Che en cuanto a la filosofía del marxismo. Y ya desde el vamos, algunos compañeros me decían: ¿cómo?, ¿la filosofía del Che? El Che era un revolucionario práctico, pero... de filosofía....poco y nada. Incluso una alumna en la Universidad de Buenos Aires (UBA), una compañera de izquierda, cuando le conté de esta Cátedra me dijo: "Realmente no entiendo porqué ustedes ponen tanta energía en estudiar al Che, que era un revolucionario práctico, pero que no hizo aportes en el plano de la teoría...".
Nosotros no estamos de acuerdo con este tipo de opiniones, que están muy difundidas, no sólo en la gente que pertenece al sistema capitalista, la gente que desprecia, que critica o que cuestiona esta tradición de pensamiento emancipador, sino incluso dentro del campo revolucionario. Nosotros pensamos que en el campo revolucionario, muchas veces hubo - y hay, todavía, aunque cada vez menos, que exista la Universidad Popular de las Madres es expresión de que cada vez menos... - cierto prejuicio antiintelectualista y antiteórico. Un prejuicio en el sentido de que aquel que se dedica a investigar o a estudiar dentro de las ideas revolucionarias, no es un verdadero revolucionario. Porque el verdadero revolucionario, únicamente tiene que ir a la práctica, pero esa práctica no tiene que estar abonada con un pensamiento teórico. Un prejuicio nefasto y muy peligroso que nos ha hecho muchísimo daño.
El Che estaba totalmente en contra de esa opinión. Y hoy vamos a discutir por qué.
Ese antiintelectualismo tiene consecuencias muy "complicadas" para la lucha política. Porque al despreciar el estudio, al menospreciar la teoría, se termina luego creyendo en determinados discursos que no tienen solidez, que no tienen una perspectiva revolucionaria, que en última instancia juegan totalmente a favor del sistema.
Podríamos citar muchísimos ejemplos: desde aquellos que abrazan la filosofía posmoderna y postestructuralista de Toni Negri y decretan que... ¡el imperialismo ya no existe! hasta aquellos otros que cifran la posibilidad de una revolución social latinoamericana en el descubrimiento del... ¡genoma! Sin olvidarnos tampoco de los que –copiando mecánicamente el ejemplo venezolano- nos reclaman la unidad con las Fuerzas Armadas y con los (supuestos) "militares patriotas" o nos sugieren que no hablemos más de socialismo sino de "democracia participativa"...
¿Cómo puede ser que "penetren" entre nosotros ese tipo de discursos? ¿Cómo puede ser que tengan todavía tanta audiencia y seduzcan tanto? Eso solamente se explica porque AÚN SOBREVIVE ENTRE NOSOTROS UN DESPRECIO MUY FUERTE POR LA TEORÍA. Es un obstáculo peligrosísimo a superar. Esta Cátedra Libre Che Guevara y esta Universidad Popular apuntan precisamente a contrarrestar ese obstáculo. Sólo superándolo se podrá contrarrestar la hegemonía del enemigo.
Si en cambio hubiera cierto respeto por el estudio teórico - que no es sinónimo de "masturbación intelectual", no es sinónimo de "pequeña burguesía" o "clase media" que le gusta hablar en difícil, que no es jamás "una pérdida de tiempo" – esos discursos serían rebatidos y rechazados al instante. Para luchar eficazmente por la Revolución hace falta estudiar. El Che fue el primero en ese sentido. Así se lo recomendaba siempre a los y las jóvenes cubanos/as que él educaba y con los que él compartía las tareas cotidianas de la Revolución anticapitalista.
En serio: el Che era una persona muy estudiosa. Además de ser un revolucionario práctico, un guerrillero, era muy, pero muy estudioso. Cuando inauguramos la Cátedra comentamos que Guevara tenía, una vez que los revolucionarios tomaron el poder en Cuba, dos grupos de estudio. Y no era un estudiante universitario..., ¡era un ministro!. Era un miembro de la dirección política de la Revolución Cubana. No le sobraba el tiempo, precisamente...
A pesar de eso, se hacía el tiempo necesario para tener dos grupos de estudio: uno los lunes a la noche y otro los miércoles a la noche. En uno estudiaba matemáticas, estadística, etc.; en el otro leía "El Capital" de Marx.
Y sobre éste último tema, sobre el pensamiento de Carlos Marx, sin ser un filosofo profesional, el Che hizo aportes, realmente dejó algo. Por ejemplo: un pensador muy conocido que investiga el marxismo, Adolfo Sánchez Vázquez, alguien que ha escrito una cantidad enorme de libros sobre el marxismo, sostiene por ahí que "El socialismo y el hombre en Cuba" es uno de los grandes textos del marxismo a nivel mundial.
No es entonces, que uno le tiene cariño al Che, y le "perdona" cierta inclinación hacia la teoría... No, el Che Guevara aportó bastante a nivel mundial, al desarrollo de la filosofía marxista. Obviamente sin ser un profesor de filosofía, porque eso no le interesaba. Él era un revolucionario.
¿Dónde aportó, dónde podemos encontrar huellas y rastros de ese aporte? Bueno, existe una carta –recién publicada en Cuba en 1997- que el Che Guevara le envía a un compañero cubano que forma parte del Comité Académico de nuestra Cátedra, Armando Hart Dávalos. Hart es un revolucionario. Fue uno de los fundadores del Movimiento 26 de Julio, participó en la lucha revolucionaria en Cuba, después fue Ministro de Educación, el responsable de la famosa alfabetización de la Revolución Cubana.
El 4 de diciembre de 1965 el Che Guevara, cuando se encuentra en Tanzania, le escribe a Armando Hart una carta. No estaba en una academia, no estaba desarrollando un seminario para estudiantes universitarios de Tanzania, precisamente. Estaba haciendo tareas prácticas: había peleado en el Congo, después se iba para Bolivia. Y en el medio de todo eso, se pone a estudiar filosofía. Ya venía leyendo de antemano, pero ahí queda cristalizado, en esa carta, qué inquietudes filosóficas tenía y lo motivaban. [Ver la carta del Che Guevara a Armando Hart en los materiales de lectura de la Cátedra].
Entre otras cosas le plantea a Hart la insuficiencia, la debilidad, las limitaciones de la manera en que dentro de la Revolución Cubana se estudiaba filosofía. Ya encontramos en esa carta una crítica a cómo se oficializó el estudio de la filosofía marxista no sólo en la Unión Soviética y en China, sino en la propia Cuba revolucionaria.
En la carta, el Che le escribe a Armando Hart una serie de sugerencias de cómo se podría desarrollar un estudio de la filosofía marxista alternativo, vinculado al estudio de la economía marxista. PORQUE EL CHE NO DIVORCIABA JAMÁS EL ESTUDIO DE LA ECONOMÍA DEL ESTUDIO DE LA POLÍTICA, DEL ESTUDIO DE LA FILOSOFÍA. Uno de los grandes presupuestos teóricos y filosóficos del Che (que también está presente en la obra del joven Lukács, de Antonio Gramsci y de muchos otros pensadores) consiste en que piensa la sociedad como una totalidad. Esto significa que se opone a dividir la sociedad en "tajadas", en compartimentos estancos, en esferas autónomas recíprocamente independientes. El marxismo del Che Guevara se opone tajantemente a pensar el capitalismo y su eventual superación revolucionaria a partir de "factores": el "factor" económico por un lado, el "factor" político, por el otro, el "factor político- militar por acá, el "factor" ideológico más allá...etc,etc. No, el Che plantea una visión unitaria de la sociedad. Una visión totalizante. Por eso, si bien en esta Cátedra necesitamos desagregar su pensamiento para ir estudiando paso a paso y detalladamente cada una de sus facetas, EN REALIDAD EN EL PENSAMIENTO DEL CHE NO HAY UNA FILOSOFÍA POR UN LADO, UNA ECONOMÍA POR OTRO, UNA POLÍTICA POR ACÁ Y UNA CONCEPCIÓN POLÍTICO-MILITAR POR ALLÁ. Esto es fundamental.
Hace poco un compañero economista de izquierda argentino, marxista, un revolucionario de verdad, muy valioso y muy estudioso, me decía que él consideraba que el Che no tenía un pensamiento económico acabado (ni siquiera de la transición socialista) porque no planteaba leyes económicas. Precisamente el Che no planteaba "leyes económicas objetivas" porque visualizaba el problema de la transición al socialismo como un proceso total, donde la economía está estrechamente unida a la política revolucionaria. Y ambos planos están unidos por un cordón umbilical a la construcción y creación de un nuevo tipo de subjetividad. No son problemas autónomos ni "factores" aislados con sus "teorías" respectivas: "LA economía, LA filosofía, LA política", etc. Son aspectos de un mismo problema, dimensiones de una misma totalidad social.
Volvamos a la carta a Armando Hart sobre la filosofía. Entonces, decíamos, el Che le da a Hart una serie de puntos, donde él resume una especie de plan de estudios, que puede llegar a servir - sostiene el Che - para desarrollar un plan de ediciones, o sea un plan editorial de los cubanos. Porque el plan que existe actualmente - dice el Che en 1965 - es insuficiente. Es muy "seguidista" de las publicaciones oficiales de los comunistas franceses, que a su vez eran completamente seguidistas de la Unión Soviética...
Entonces Guevara plantea ahí una serie de autores a estudiar, a partir de una periodización histórica. Y aquí encontramos otro de los núcleos teóricos fundamentales, absolutamente contradictorio con la cultura filosófica y teórica oficial en la Unión Soviética stalinizada de aquellos años. El Che ordena el estudio de los filósofos y de los pensadores a partir de...la historia. Porque si algo caracterizó a los manuales soviéticos de filosofía eso es precisamente que obviaban toda referencia a la historia. Deshistorizaban completamente el marxismo. Los académicos soviéticos que elaboraban los tristemente célebres manuales de la Academia de Ciencias presentaban la teoría marxista como un bloque macizo y sin fisuras, como si no se hubiese constituido en la historia. Un ladrillo, pesado y cuadrado, sin génesis y sin historia. Y cualquiera que se animara a dudar de ese ladrillo –denominado en tiempos de Stalin "marxismo leninismo" para desgracia del propio Lenin...- era caracterizado inmediatamente como "antisoviético" o "revisionista". Muy bien, el Che, a diferencia de esa cultura dogmática de las Academias de Ciencias de la URSS, plantea en esta carta que hay que estudiar a partir de la historia. No puede ser que el marxismo sirva para explicar la historia del capitalismo pero no pueda explicar su propia historia, su propia génesis, su propio proceso de constitución.
El Che entonces sugiere empezar por los griegos. Y reivindica a una serie de autores, cuestiona a Kruschev como dirigente político del Partido Comunista soviético (PCUS). Y aparece por ahí, en su carta, la figura muy polémica de Stalin, que él dice que hay que estudiarlo. ¿Por qué?, nos preguntamos nosotros. Si el Che no tenía nada que ver con esa cultura política stalinizada, si el Che apelaba a una visión creadora del socialismo, si el Che apostaba a la construcción de una nueva subjetividad revolucionaria (mientras Stalin se limitaba a decir que la URSS era superior al capitalismo..."porque produce más acero"), ¿por qué insistir entonces con Stalin?
Sigamos su recomendación metodológica. No estudiemos en abstracto, al margen del tiempo y del espacio, en forma metafísica. Estudiemos históricamente. Vayamos pues a la historia para encontrar la respuesta.
Muy bien, en aquella época (mediados de la década del '60): ¿quién reivindicaba a Stalin?. Los comunistas chinos. Éstos, polemizando con los soviéticos, que "aparentemente" habían dejado de ser stalinistas - aparentemente... – e iniciaban la defensa de una nueva perspectiva política que se conocía como "coexistencia pacífica", defendían a Stalin.
¿Qué era la "coexistencia pacífica"? Esto significaba lisa y llanamente tratar de frenar todas las revoluciones que haya en Occidente, o al menos no apoyarlas. Si triunfan... que triunfen, pero no apoyar las revoluciones en áreas bajo la hegemonía norteamericana. Para legitimar esa doctrina, los soviéticos decían que habían empezado un proceso de "desestalinización". No criticaban al stalinismo como una cultura política que legitimaba en el orden de la ideología los intereses de una capa social privilegiada que vivía parasitariamente de la clase trabajadora (esa misma capa social, esa misma casta burocrática luego se convirtió en mafiosa y hoy sigue gobernando Rusia, aunque ahora sin la liturgia de la bandera roja ni el "marxismo- leninismo" como doctrina, pero sigue gobernando Rusia. Ahora dejaron de ser una capa social privilegiada y burocrática para convertirse en una nueva burguesía mafiosa). Para ellos el stalinismo consistía simplemente en..."el culto a la personalidad de Stalin". Con este artilugio discursivo sostenían que "se murió Stalin, se acabó el culto a su personalidad...conclusión: se terminó el stalinismo". Lo cual era falso a todas luces.
Polemizando con esa teoría de la época de Kruschev, el Partido Comunista Chino, los discípulos de Mao Tse Tung, entre otras cosas comienzan a reivindicar a Stalin. A pesar que ellos habían tenido una relación muy "conflictiva" con Stalin, a pesar que el papel de Stalin en la Revolución China es más bien nefasto. Es más, le había recomendado a Mao que no hiciera la revolución, que se aliara con los nacionalistas del Kuomintang... pero ese es otro tema. A pesar de eso, a pesar de esa historia turbia, para polemizar con los soviéticos de Kruschev, el Partido Comunista Chino empieza a mencionar a Stalin.
El Che Guevara se hace eco de eso, de las posiciones chinas, y por eso en este Plan de Estudios dice: entre los clásicos (del marxismo) también hay que estudiar a Stalin. Plantea esa necesidad desde una visión crítica de los soviéticos, con una actitud polémica hacia el PCUS, a pesar de la inmensa distancia que separaba su propia concepción humanista del socialismo y el marxismo si lo comparamos con la visión stalinista.
Pero inmediatamente a continuación, le agrega a Armando Hart que "también tenemos que estudiar a «tu amigo Trotsky»". Por supuesto que el PC chino se negaba terminantemente a estudiar a León Trotsky... Ni hablar del PC soviético...
¿Cómo entender este planteo del Che?
Por un lado, el Che plantea en este terreno, la crítica de la cultura política y teórica oficial de la Unión Soviética, de la cual eran fieles seguidores los comunistas franceses, muy difundidos en Cuba. Por el otro lado, al plantear que hay que estudiar a León Trotsky, Guevara se "abre" de las posiciones chinas, se corre del eje prochino (que en aquellos años tenía una enorme influencia en la intelectualidad occidental, latinoamericana y europea, incluyendo grandes académicos como por ejemplo Charles Bettelheim con quien el Che había polemizado en 1963 y 1964) y de hecho plantea otra vía alternativa.
Entonces, si uno la lee despacito, si uno la lee línea por línea, palabra por palabra, esta carta - no hay que hacer un fetiche de la carta del Che, es una carta muy cortita, como dice el mismo Che: "la escribo a vuelapluma" - condensa, una búsqueda muy a contramano de lo que predomina en aquella época. Hay que pensar y preguntarse por qué el Che pone cada cosa que pone.
La búsqueda implica una visión abierta de estos problemas, no una receta cerrada. Podemos apreciar cómo en ese momento, 1965 - después vamos a decir un par de cosas sobre qué pasaba en la filosofía marxista mundial en ese momento - el Che está a la búsqueda. No se siente satisfecho con la cultura oficial del marxismo de ese momento. Se siente incómodo. Falta algo. Algo "no cierra". Entonces, busca... Se apoya en ciertas críticas chinas hacia la URSS, pero a su vez empieza a plantear también que hay que leer a Trotsky, a diferencia de los que dicen los chinos.
Eso en relación con la carta de 1965 -recientemente publicada- sobre la necesidad de replantearse el estudio de la filosofía.
Por otro lado, está el texto tan famoso que Sánchez Vázquez identifica como "uno de los grandes aportes del marxismo latinoamericano al marxismo mundial", El socialismo y el hombre en Cuba, que es del mismo año que la carta (la carta es varios meses anterior).
¿Y qué plantea en este texto el Che? Acá el Che plantea los ejes de cómo él visualiza, en el terreno ideológico, el problema de la Revolución Cubana. Originariamente es una carta, que él le envía a un semanario de izquierda. No es un texto escrito "para la universidad", es un texto escrito para la polémica política. El semanario de izquierda uruguaya se llamaba "Marcha". Un semanario que haría historia. En esta publicación Ángel Rama había encabezado un movimiento contra la penetración de la CIA en la intelectualidad de América Latina. Un semanario que a nivel intelectual, agrupaba a escritores de primera línea. Marcha era parangonable, en términos ideológicos, con la revista cubana Casa de las Américas, con la revista argentina La Rosa Blindada y con la revista mexicana ¡Siempre!.
El Che le envía este artículo a Carlos Quijano, director del semanario "Marcha". El texto aparece publicado el 12 de marzo de 1965. Allí polemiza y realiza una serie de observaciones políticas: ¿Es cierto, como dice la derecha, que el socialismo oprime al individuo?, se pregunta el Che. ¿Es cierto, como dicen los conservadores, que para los marxistas el Estado es todo, el hombre es nada?
El escribe polemizando con esas posiciones ideológicas. Y podríamos seguir con los interrogantes que el Che va abordando paso a paso: ¿Es cierto que Fidel Castro es un dictador y un burócrata? Ese tema, que se repite hoy en día, ya en aquella época estaba en discusión. El Che da, si ustedes lo leen detenidamente, su propia respuesta a esa pregunta. No lo trata, precisamente, ni de dictador ni de burócrata a Fidel Castro...sino de dirigente revolucionario. Y no lo hace por compromiso, porque este revolucionario (nos referimos a Guevara), que cuestionó cara a cara a los dirigentes de la principal potencia que era la Unión Soviética, si tuvo alguna virtud, entre muchas otras, es no haber sido jamás obsecuente con nadie. Así que cuando plantea que Fidel no es precisamente un burócrata..., no lo dice por obsecuencia ni –como hablamos coloquialmente en la Argentina- por "chupar las medias"...
Ahí el Che desarrolla su programa, su visión de la filosofía, cuando plantea por ejemplo, que la principal tarea de la Revolución - y acá se distancia de todo el marxismo oficial, del marxismo ruso, del marxismo chino y del marxismo académico que todavía hoy gira alrededor de esta problemática- no es desarrollar las fuerzas productivas. Sí, las fuerzas productivas. Siempre se alude a ellas todavía hoy, en no sé cuántos manuales, en no sé cuántos cursos de marxismo...Todavía hoy se sigue planteando que todo el esfuerzo que hacen los revolucionarios es "para desarrollar las fuerzas productivas".
¿Qué son las fuerzas productivas? Las fuerzas productivas, para aclararlo brevemente, vendrían a ser - para esta visión "oficial" del marxismo, que no es la del Che - el desarrollo de la tecnología y de los instrumentos técnicos de trabajo que permiten al ser humano y a la sociedad dominar la naturaleza. Decimos "para el marxismo oficial", no para Marx, pues para éste último la principal fuerza productiva no es la tecnología ni las máquinas ni los instrumentos técnicos sino...¡la propia clase revolucionaria! (así lo plantea explícitamente en el final de un libro suyo de 1847 titulado Miseria de la filosofía).
Para esta visión durante muchos años "oficial" del marxismo, las fuerzas productivas –reducidas a una visión ingenuamente tecnologicista y productivista- expresarían el índice del PROGRESO en el dominio de la naturaleza.
Supuestamente, para el marxismo "oficial", la principal tarea de las revoluciones es hacer desarrollar las tecnologías y los instrumentos de trabajo para poder dominar la naturaleza. Según este marxismo oficial, el principal obstáculo al desarrollo de las fuerzas productivas son las relaciones de producción, que en el capitalismo se expresan jurídicamente, para decirlo con palabras que nos suenan bien conocidas, como la "propiedad privada". Por lo tanto, para este marxismo oficial, hay que romper con la propiedad privada para permitir el desarrollo de las fuerzas productivas. Y siempre se planteó que ese es el eje de toda la historia de la humanidad. Y por lo tanto..., la principal meta de los revolucionarios.
El Che Guevara plantea acá algo muy "herético", por eso es que el marxismo "oficial" nunca lo terminó de digerir. Nunca. Y yo sospecho que hoy en día tampoco...
Porque, heréticamente, Guevara sostiene que la principal tarea de las revoluciones es liberar al ser humano. En el eje, están los hombres y las mujeres, está "la clase revolucionaria" –en el lenguaje de la Miseria de la filosofía- no los instrumentos técnicos y la tecnología. La línea del Che es la línea de Marx.
Obviamente que los instrumentos técnicos y la tecnología son imprescindibles y necesarios para desarrollar un país. Las sociedades no se construyen en el aire. Cuba, hoy en día, más que nadie, está interesada en desarrollar, por ejemplo, la biotecnología. Eso es fundamental, pero... ¡no es el eje, no es lo principal, no es lo que define, no es lo esencial de la revolución socialista, ni del marxismo como su expresión teórica!.
Lo principal, dice el Che, es liberar al ser humano de su enajenación. Si hay progreso, ahí está el progreso. No en "producir más acero" como pensaba Stalin...
Y a continuación el Che dice: el comunismo meramente económico no me interesa, si al mismo tiempo no libera al ser humano. Traduzcamos a un lenguaje quizás más sencillo: solamente con expropiar las fábricas, el ser humano no está liberado.
Ya la revolución bolchevique había pasado por esta experiencia. Allí, en Rusia, se expropió a la burguesía, luego degeneró ese proceso. Que degeneró ya está fuera de discusión, lo que está en discusión es cómo y por qué, y quiénes fueron los responsables. Pero en principio, los revolucionarios rusos expropiaron a la burguesía, socializaron la propiedad de las fábricas, y... listo, ¡ya está!, ¿entramos en el reino de la libertad...? La historia es más compleja...piensa el Che.
El Che sostiene ¡no!, la eliminación de la propiedad privada –el "comunismo económico", según su expresión- eso es apenas un presupuesto. Es una condición necesaria, pero no suficiente. No alcanza con hacer eso, porque la principal meta de las revoluciones no puede ser limitarse allí. Y entonces usa esta categoría, que el Che no la emplea de manera "inocente" ni ingenua.
Dice: la principal meta es liberar al ser humano de su enajenación. Y usa la categoría, el término, el concepto de "enajenación". Por eso, en la bibliografía de la Cátedra incluimos este texto de Carlos Marx escrito en 1844: "El trabajo enajenado", perteneciente a los Manuscritos económico filosóficos de 1844.
Uno puede preguntarse: ¿por qué en la Cátedra del Che se da como bibliografía a Marx? ¿Cuál es la razón? La razón es que este texto del Che se apoya en ese texto de Marx, que escribió cuando era muy joven – Marx tenía entonces apenas 26 años -: los Manuscritos económico filosóficos, de 1844. En uno de los Manuscritos Marx se explayó sobre "El trabajo enajenado" . O también dice por ahí alguna traducción, "El trabajo alienado" .
La categoría de "enajenación" y la categoría de "alienación", el Che las adopta de este texto de Carlos Marx. Y en los años '60 fue muy discutido ese texto, muy discutido...
Pero si ustedes leen detenidamente la carta que le envía a Armando Hart, él dice: estoy tratando de ponerme a tono con el lenguaje filosófico. Y entonces dice por ahí: "...la segunda, y no menos importante, fue mi desconocimiento del lenguaje filosófico", sostiene el Che y agrega: "He luchado duramente con el maestro Hegel, y en el primer round me dio dos caídas".
¿Quién era este "maestro Hegel" que le interesaba estudiar al Che? El Che, en el medio de su salida del Congo y antes de pasar a Bolivia, ¡se pone a leer nada menos que a Hegel! Si hay un personaje difícil de leer en la historia del pensamiento universal - mucho más difícil que leer a Marx - ese es Hegel. Hegel era un pensador alemán de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, que elaboró una nueva lógica y un método conocido como "la dialéctica". A Hegel, en la filosofía marxista, siempre se cita. Y siempre se habla de la dialéctica, pero a veces no se sabe bien de qué se trata...lamentablemente el término "dialéctica" ha sido muy bastardeado, muy manipulado, muy desgastado.
Si tuviéramos que resumir en forma apretada, podríamos decir que la dialéctica constituye una metodología y una teoría de la sociedad basada en las categorías de "totalidad concreta", en la de "contradicción", en la de "sujeto" y en la de "mediación" o término medio entre dos momentos del desarrollo histórico. Para la dialéctica no se puede entender la sociedad –el "objeto", en el lenguaje clásico de la filosofía– al margen de los sujetos y sus relaciones. Éstos no están "fuera" sino dentro mismo de la sociedad. Por eso la dialéctica parte de la unidad inseparable entre sujeto y objeto. Toda realidad se concibe como esencialmente contradictoria y sus relaciones están en permanente movimiento. Toda categoría se concibe como algo histórico. Para la dialéctica, los conceptos nunca son naturales ni eternos. La dialéctica se opone a toda forma de positivismo, a toda forma de culto a "los hechos", a toda forma de entender la sociedad de manera estática e inmóvil. La dialéctica, según explica Marx en un prólogo a El Capital escrito en 1873, es un método "crítico y revolucionario" porque no se arrodilla ante ninguna realidad, siempre pone el énfasis en lo perecedero y lo transitorio de toda realidad. Por eso la dialéctica es esencialmente histórica, porque siempre insiste con el carácter histórico –transitorio y superable- de toda realidad, aún aquella que aparece como muy poderosa, como casi, casi insuperable. Por ejemplo...el capitalismo.
Bueno, este Marx joven –de 26 años- que escribe "El trabajo enajenado" utiliza muchos conceptos de Hegel. En El Capital también utiliza a Hegel, pero aquí nos interesa el texto de 1844 porque es el que utiliza de manera inmediata el Che.
El Che, sabiendo qué importancia tiene esta categoría de "alienación" o "enajenación" para el marxismo, y sabiendo que Marx la adopta de Hegel, se pone a leer directamente a Hegel. Primero se puso a estudiar a Marx, y de ahí se fue a Hegel. En el medio de las revoluciones. Recordemos nuevamente que Guevara no es un profesor, ni lo quiere ser.
Bueno, ¿qué es entonces, la "alienación"? ¿Por qué para el Che es tan importante esta categoría teórica, al punto que la pone en el eje del objetivo de los revolucionarios? Luchamos para "terminar con la enajenación".
La categoría enajenación tiene un origen económico. Uno de sus posibles orígenes proviene del derecho romano, ya que allí vender una casa equivalía a "enajenarla". La casa deja de ser mía, pasa a ser de otro, pasa a ser "ajena".
La enajenación, es cuando un proceso genera que el ser humano pierde algo, y ese algo se le vuelve ajeno. Después vamos a ver qué es lo que pierde el ser humano...Pero enajenar, entonces, quiere decir eso: algo deja de ser "mío", deja de ser propio y se transforma en "ajeno".
Alienar, en cambio, "alienación", - que se usa como sinónimo de "enajenación" - tiene un origen más psicológico. Alienado, es el que no está en sí mismo, el que es "otro" de sí mismo, así lo define Hegel. La alienación es ser "otro de sí mismo", dejar de ser uno, para pasar a ser otra persona. Alguien no está en sus cabales, no está en sus casillas, no es él mismo, es "otro", está alienado.
Entonces, intentemos resumir en pocas palabras qué quiso decir Marx en los Manuscritos del '44.
Este texto habría que estudiarlo muy despacio, por algo el Che le da tanta importancia, por algo el Che le otorga tanta relevancia a este texto. En esa década, todo el mundo - dentro de la izquierda...- daba vueltas alrededor de ese texto: los Manuscritos del '44. Fíjense que Marx no los publicó en vida. Recién se publicaron en el siglo XX (Marx muere en 1883). Se publican en 1932, un año antes que subiera Hitler, cuando la Argentina tenía una dictadura militar. Y lo publican los rusos, el Partido Bolchevique, más precisamente el Instituto Marx-Engels de Moscú que hasta poco antes había sido dirigido por David Riazanov (seudónimo de Goldendach, "caído en desgracia" por una purga stalinista poco antes de que los Manuscritos de 1844 vieran la luz). El Instituto Marx-Engels de Moscú venía trabajando en equipo, en unidad, con un instituto alemán - que después fue muy famoso - el Instituto Social de Francfurt. Éstos últimos eran alemanes de izquierda, y al año siguiente, en 1933, cuando sube Hitler, se tienen que exiliar. A estos pensadores hoy se los conoce como la "Escuela de Francfurt". Entre el Instituto de Investigación Social de Francfurt y el Instituto Marx-Engels de Moscú se publicaron los primeros volúmenes de la edición crítica de las Obras Completas de Marx y Engels que hoy se conocen bajo la sigla MEGA ("Marx-Engels Gesamtausgabe", nombre alemán de la edición crítica de las Obras completas de Marx y Engels que actualmente, a comienzos del siglo XXI, han vuelto a editarse –por lo menos se han comenzado a publicar algunos volúmenes- de la mano de muchos investigadores, principalmente holandeses, aunque también de otros países).
Pero cuando recién se conocieron los Manuscritos de 1844 poca gente les prestó atención. Los publicaron en alemán, al poco tiempo vino Hitler, luego la segunda guerra mundial, más tarde la Revolución China, posteriormente la guerra de Argelia...etc. Mucha importancia no le dieron, a excepción de pensadores aislados como el húngaro György Lukács (que había participado bajo la dirección de Riazanov en el desciframiento de los Manuscritos de 1844 en Moscú); de Herbert Marcuse (miembro del Instituto de Francfurt que escribió un trabajo comentando la publicación de aquel texto póstumo de Marx) y de Henri Lefebvre (que los tradujo, junto con Guterman, rápidamente al francés).
Exceptuando a Lukács, Marcuse y Lefebvre, la mayoría de los pensadores y filósofos no prestaron durante la década del '30 mayor atención a este texto de Marx. Gramsci, entonces encarcelado en la prisión fascista, no los pudo conocer...Lenin tampoco (había muerto en 1924). Quizás habría que agregar a esa corta lista a los editores y comentadores alemanes S.Landshut y I.P.Mayer, aunque hoy son poco conocidos y escasamente citados.
Pero treinta años después, durante la década del '60, se pusieron en el eje de todas las discusiones teóricas. ¿Por qué? Por muchas razones.
Entre otras, la iglesia católica le empezó a prestar gran atención a este texto de Marx. Y hubo dos pensadores de la iglesia católica, sobre todo de la iglesia católica francesa, que siempre tuvo mucha influencia - esto dicho como nota al pie - en los curas obreros de la Argentina. Toda esta corriente de la Teología de la Liberación, de los curas obreros, que quieren dar una visión distinta de la iglesia oficial, institucionalizada; siempre tuvieron mucha influencia de los pensadores franceses de la iglesia católica. Y los libros que estudian la historia de la Teologia de la Liberación en América, siempre dicen que muchos de sus maestros vienen de Francia. O, muchos curas y teólogos jóvenes de América Latina, iban a estudiar a Francia. Por eso es importante conocer el pensamiento de los teólogos católicos franceses para desentrañar la génesis de algunas de las corrientes liberacionistas de la Iglesia latinoamericana.
Había dos teólogos de la iglesia católica de Francia – ambos jesuitas - que le dieron mucha importancia a los Manuscritos del '44. Unos de ellos se llamaba Pierre Bigo, y el otro se llamaba Yves Calvez. Yves Calvez vive, todavía -Bigo no sé si vivirá- . Calvez hace un par de años vino a la Argentina. Bigo publicó en 1953 "Humanismo y economía política en Karl Marx" mientras Clavez, a los tres años, en 1956, publicó "El pensamiento de Karl Marx" . Ambos muy eruditos en el marxismo y teólogos de la iglesia católica. Fueron libros muy importantes en su tiempo. Por ejemplo, uno de los teólogos y filósofos argentinos actuales de la Teología de la Liberación, me contaba hace poco que él provenía de la derecha, que en el seminario le hacían cantar las canciones de la Guerra Civil Española - no las canciones de nuestro bando, sino las canciones de "los nacionales", las canciones en apoyo a Franco -. Es decir que venía de una línea muy reaccionaria, y se encontró... con el libro de Yves Calvez, "El pensamiento de Karl Marx" , que le abrió todo un horizonte de pensamiento. Fueron libros muy "influyentes", en realidad.
¿Y qué decían estos dos teóricos de la iglesia católica francesa? Decían, entre otras cosas, que los Manuscritos del '44, y en particular este fragmento, "El trabajo enajenado", confirmaban de algún modo la visión cristiana del mundo y de la vida. Porque ahí Marx decía - según ellos - que el ser humano en la sociedad contemporánea está alienado, está enajenado, por lo tanto se ha perdido a sí mismo. ¿Cómo lo traducían ellos? Esta pérdida de sí mismos es... el pecado. La alienación sería una especie de nombre filosófico secularizado del pecado cristiano. Una lectura muy inteligente.
¿Qué significa pues la categoría de "enajenación"? Significa que el ser humano pierde algo de sí mismo. ¿Qué pierde? Pierde su esencia, dice Marx.
Muy bien, si la enajenación consiste en la pérdida de la esencia humana, toda la historia humana puede traducirse –en términos del pensamiento cristiano- como la pérdida del ser humano, como el reino del pecado. Y antes de esa pérdida, ¿qué había? Marx no dice nada.
Estos pensadores católicos franceses se proponen entonces traducir todo este planteo del joven Marx que se apoya en la categoría roussoniana (por Juan Jacobo Rousseau) y hegeliana (por Guillermo Federico Hegel) de "alienación", al lenguaje cristiano. Si nos aventuramos podemos trazar una analogía precisa: está el Paraíso, donde el ser humano no se perdió todavía a sí mismo. A través de la historia se cae en el pecado, y hay una pérdida de la esencia humana en la historia. Esa es la sociedad terrenal, ése es el capitalismo, ése es el pecado.
¿Y qué habría –siempre según este esquema de traducción de Marx al cristianismo- al final de la historia? Marx diría que al final, estaría la revolución comunista, que consiste en superar la enajenación y en recuperar la esencia humana perdida. ¿Y los pensadores cristianos cómo lo traducen? Esto es el Juicio Final: barrer con el pecado y volver a recuperar lo que se había extraviado luego de la caída del paraíso perdido...
Entonces, con una óptica cristiana progresista (obviamente, ni la Iglesia oficial argentina ni el papa Juan Pablo II jamás aceptarían este tipo de lecturas y analogías...), óptica que tuvo una influencia enorme, éstos pensadores cristianos se "apropian" de "El trabajo enajenado" de Marx, y dicen: "¡esto es nuestro! ¡Marx es uno de los nuestros!".
Otros pensadores, socialdemócratas y hasta liberales, hicieron lo mismo. Intentaron traducir a partir de este texto, todo el lenguaje del marxismo revolucionario a categorías del "socialismo democrático" o del "individualismo liberal" (utilizamos aquí "liberal" en el sentido clásico del término, no en el sentido de los liberales actuales que son más bien fascistas...).
Por ejemplo uno de ellos, un gran pensador italiano que vivió exiliado en Argentina y dio clases en la Universidad de Tucumán –maestro, dicho sea de paso, del intelectual peronista Juan José Hernández Arregui-, llamado Rodolfo Mondolfo, escribió un libro titulado "El humanismo de Marx". Se publicó en 1964 - o sea un año antes que el Che escriba su carta al semanario Marcha de Montevideo. ¿Cuál es la tesis central de Mondolfo? En pocas palabras, "brutalmente" resumido, Mondolfo sostiene que todo el pensamiento de Marx está sintetizado en este texto de 1844. Ustedes saben que luego Marx escribió una obra monumental que se titula "El Capital. Crítica de la economía política" (el primer tomo –el único que Marx publica en vida- sale a la luz en 1867, su segunda edición alemana en 1873). Bueno, la tesis de Mondolfo consiste en afirmar que todo "El Capital" no hace más que "desplegar" lo que ya estaba en germen en "El trabajo enajenado". El Che tiene opiniones sobre eso, ahora les voy a comentar qué opina de esa tesis...
Otro pensador, muy de moda en esa época, judío de izquierda, alemán, que se tuvo que exiliar cuando subió Hitler, era Erich Fromm. Un pensador realmente muy sugerente. Es muy citado su libro "El miedo a la libertad" donde analiza los fines inconscientes que busca el militante nazi cuando se deja atrapar por la lógica totalitaria del partido nazi y la obediencia ciega al führer, al líder, al jefe. La tesis central de Fromm en "El miedo a la libertad" consiste en que lo que subrepticiamente e inconscientemente está buscando aquel que se abandona en tanto sujeto para caer preso de las pegajosas redes del fascismo y el nazismo es la reconstitución de sus relaciones primarias, de las relaciones familiares perdidas. El partido nazi cumpliría el papel –imaginario- de volver a "abrigar" a este sujeto desnudo de la sociedad mercantil. Pero este "abrigo se logra a un precio carísimo...abandonándose como sujeto y aceptando dócilmente una disciplina de hierro, la disciplina fascista y una obediencia ciega al líder nazi. Una hipótesis interesante para pensar muchas de las obediencias y complicidades que se dan en nuestras sociedades latinoamericanas frente a los milicos, frente a los militares, frente a siniestros personajes genocidas como Pinochet, Bussi, Rico, Videla, Seineldín, etc.
Pero Erich Fromm también escribió un trabajo menos citado, menos conocido, menos transitado. Un trabajo que hace referencia a "El trabajo enajenado" de Marx. Es de 1961 y aparece por primera vez en español en 1962. Poco antes, tres años antes, que el Che escribiera su trabajo sobre la enajenación. Y E. Fromm dice exactamente lo mismo que Mondolfo: todo el marxismo está resumido en esas diez páginas de "El trabajo enajenado"... Fromm va más lejos todavía que Mondolfo, intentando insertar a Marx, no ya dentro de la Iglesia y el cristianismo como Bigo y Calvez sino dentro de la familia liberal (insistimos, estamos pensando en el liberalismo democrático clásico, no dentro del liberalismo latinoamericano que apoya la tortura, los golpes de estado, las peores dictaduras, etc.).
De modo que "El trabajo enajenado" permite ese tipo de lecturas, las cristianas, las liberales, las socialdemócratas. Eso no implica que el texto de Marx sea cristiano, liberal o socialdemócrata. Esas son apropiaciones o intentos de apropiaciones posteriores al mismo Marx.
Finalmente, a diferencia de Bigo, de Calvez, de Mondolfo o de Fromm, dentro de la tradición comunista ortodoxa, dentro de la dirección ideológica del PC francés –el más prosoviético y afín al stalinismo de Occidente- existió un autor que también se apoyó en los Manuscritos de 1844 para intentar hacer presentable ante la intelectualidad occidental la ideología oficial de la "coexistencia pacífica" de la época de Kruschev: Roger Garaudy. Este filósofo "oficial" del PC francés, tras la expulsión de Henri Lefebvre en 1956, es autor de una serie interminable de ensayos donde se retomaba la idea de una esencia humana perdida –alienada- para fundar un "humanismo" laxo, genérico, supraclasista e indeterminado. Algunos de esos libros son: Humanismo marxista, de 1957, Perspectivas del hombre, de 1961 o ¿Qué es la moral de los marxistas? de 1964. En Cuba Garaudy era muy conocido. Él estuvo en la isla dando cursos y uno de sus cursos en La Habana -de febrero de 1962- rindió como fruto el libro Introducción a la metodología marxista.
Por otro lado, en Francia, en esa misma época, había otra corriente dentro del PC francés. No era "oficial" pero tenía gran predicamento. Su principal ideólogo era un autor comunista, militante del PC francés, que no se sentía cómodo con toda esta divulgación del "humanismo" (cristiana, liberal, socialdemócrata e incluso comunista prosoviética). Se llamaba Louis Althusser. También muy famoso en América Latina durante esa época - no tanto por sus escritos, muy difíciles de leer - sino porque tenía una difusora latinoamericana, compañera nuestra, llamada Marta Harnecker. Ella "tradujo" todo ese lenguaje tan difícil de Althusser a un leguaje comprensible para todo el pueblo. En Chile, por ejemplo, llegó a editar en folletos dirigidos a los obreros, 250 mil ejemplares. Por eso se hizo tan famoso Althusser en América Latina. Toda una generación completa de revolucionarios latinoamericanos se educó con esos manuales de Marta Harnecker que ayudaban a divulgar el pensamiento de Althusser.
Y Althusser ¿qué decía? Él, que simpatizaba con los chinos contra esta visión oficial de la URSS en ese momento, sostenía que todo la filosofía que giraba alrededor del trabajo enajenado...¡no era marxista!. Una tesis muy provocadora. Decía "esto no es marxista", usaba un término muy peyorativo a nivel teórico: decía: "esto de la «enajenación» y de la «esencia humana» es pura ideología". Es decir que toda esa filosofía no era propiamente un conocimiento científico. Era –por oposición- ideología, o sea, un conocimiento invertido, un conocimiento deformado, opaco, ilusorio.
¿Por qué estaba tan disgustado y contrariado Althusser cuando hablaba de "El trabajo enajenado" de Marx? Pues porque él planteaba que "El trabajo enajenado" gira alrededor de la categoría de enajenación, o alienación; y la categoría de alienación no significa otra cosa que la pérdida de la esencia humana. Entonces, todo el texto de Marx da vueltas alrededor de un centro: el concepto de "esencia humana". Ese concepto - dice Althusser - no es marxista, pertenece a otros pensadores anteriores, entre otros a Hegel. Entonces – sostiene provocativamente Althusser - en "El Capital" , Marx no habla de "esencia humana", porque esa obra tiene otro lenguaje, usa otras categorías: relaciones de producción, fuerzas productivas, formación económico social, modo de producción, etc., etc, etc.
Nunca vamos a encontrar la palabra "esencia humana" en los escritos de madurez de Marx (piensa Althusser). Luego, Althusser llegó a la conclusión que la categoría central, alrededor de la que gira todo el texto y el discurso del joven Marx, no era "marxista". Así, de un plumazo, barre con estos pensadores de la iglesia católica - Bigo y Calvez - , con Erich Fromm, con Mondolfo, con su rival dentro del PC francés –Garaudy- y con todos los que pensaban que el marxismo era un "humanismo".
Porque decir que el eje de la revolución socialista es el ser humano, eso es ser humanista. Si hubiera que resumir en una palabra la filosofía del Che, su pensamiento filosófico, es un pensamiento humanista.
Y Althusser sostiene contra viento y marea que el humanismo es una ideología burguesa, es una ideología de la derecha, no es una ideología de la izquierda, no es una ideología de los revolucionarios. Althusser proporciona toda una serie de argumentos que lamentablemente en esta clase no tenemos tiempo de desarrollar pero que convendría estudiar y conocer al detalle (entre otras cosas porque hoy, en 2002, Toni Negri vuelve a reflotar muchos de los argumentos althusserianos contra el humanismo y contra la dialéctica revolucionaria, aunque varios de sus lectores –fascinados hasta el límite con la prosa barroca de Negri- no saben que esas tesis en realidad pertenecen a Louis Althusser...).
Althusser escribió un libro que en aquella época fue un auténtico "best-seller": Para leer El Capital. Lo escribió con cuatro discípulos muy jóvenes (Roger Establet, Pierre Macheray, Jacques Ranciere y el más fiel y leal de todos ellos, Etienne Balibar). En una parte de ese libro, cuestiona duramente a todos los pensadores de izquierda que no están en su línea, por ejemplo a Antonio Gramsci, a György Lukacs, a Korsch, a Trotsky, a Rosa Luxemburg, a Bogdanov - que había polemizado con Lenin -. A todos ellos los destroza, teóricamente hablando (o al menos eso pretende...). No menciona al Che Guevara. Ese libro es del '65, justamente. Pero se publica en el '67, cuando el Che cae asesinado en Bolivia. Y dice por ahí - no lo menciona al Che, insistimos - entre todos estos revolucionarios que Althusser critica por ser "humanistas", Luxemburgo, Lukacs, Gramsci, Trotsky, etc., "y algunos dirigentes de países del Tercer Mundo que están desarrollando una lucha muy heroica contra el imperialismo" ¿Quién es sino el Che Guevara? Althusser incluye también al Che en esta corriente a la que llama, despectivamente, "izquierdista".
Puede resultar un poco raro: ¿cómo un pensador comunista critica a otros marxistas por "izquierdistas"? Un tanto contradictorio o confuso ¿no? Si los comunistas, se supone, son de izquierda...¿cómo criticar a otros marxistas por "izquierdistas"?
¿Cómo se entiende esa acusación?
Lo que sucede es que Lenin, a principios de siglo, había utilizado, en un libro famoso, "El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo" (1920), la categoría de "izquierdismo" para criticar a toda una corriente –principalmente alemana del marxismo, aunque también a Bordiga en Italia-. Althusser se apoya en esa categoría de Lenin, y entonces dice: "todos estos pensadores son izquierdistas". Y entre otros ubica al Che.
Aquí no está criticando a Fromm, Mondolfo, Bigo, Calvez, o a Garaudy, que, digamos, están a su "derecha" (sea en el liberalismo, en la socialdemocracia, en el cristianismo o entre los sectores comunistas más moderados, como es el caso de Garaudy). No, aquí Althusser está criticando por "humanistas" a todos los que están a su izquierda...
Como nota al pie fíjense y tomen nota del siguiente hecho. Que Althusser, que el principal filósofo marxista de Francia, uno de sus grandes intelectuales, uno de los más influyentes...se ocupara del humanismo del Che, alguna importancia tendría ¿no? No es el caso entonces que somos fanáticos del guevarismo, y entonces nos golpeamos el pecho y cantamos loas injustificadas al pensamiento de Guevara. No, no es el caso. No estamos inventando un mito. No estamos artificialmente invirtiendo energía en una figura heroica pero teóricamente nula. No, realmente no es el caso. Si hasta una personalidad de alcance y relevancia internacional como Louis Althusser sale a discutir estas tesis...alguna importancia tendrían...¿no es cierto?
Volvamos entonces a Marx. Ya vimos –someramente- que su texto de 1844 es materia de infinitas y acaloradas disputas, por "derecha" y por "izquierda". Dentro y fuera del marxismo.
Pues bien: ¿Cómo se puede clasificar entonces la categoría filosófica de "enajenación", empleada por Marx para criticar a la propiedad privada y cuestionar a la economía política?
La enajenación es la pérdida de algo. ¿Qué es lo que se pierde? Se pierde lo que tiene de específico un ser humano, a diferencia de un perro, un gato o cualquier otro animal. Marx dice que lo que tiene de específico la especie humana, entre otras cosas, es la actividad libre, creativa, que puede construir un mundo a imagen y semejanza del hombre, transformando la naturaleza.
¿Y cómo se llama esa actividad libre, creativa, que te permite crear un mundo humano? El trabajo.
Obviamente, cuando Marx dice esto, no está pensando en el trabajo que tenemos todos (los que tenemos la "suerte" de tener trabajo...porque hoy en la Argentina hay millones de compañeros y compañeras que ni siquiera tienen la posibilidad de ser explotados bajo una relación salarial clásica y tienen que sobrevivir revolviendo la basura o de mil otras formas indignas). Marx no está pensando en el trabajo que se realiza a cambio de un salario, bajo la mirada vigilante de un jefe o un patrón. No está pensando en esto que dentro del capitalismo es monstruoso, el trabajo forzoso, que se realiza para poder comer, para poder vestirse, para poder darle de comer a los hijos y la familia. Justamente, Marx, dice: el trabajo en el capitalismo está completamente alienado. No nos pertenece, le pertenece a otro. Nosotros no marcamos el ritmo, el ritmo lo marca el jefe o el patrón, la "música" que nos marca el ritmo le pertenece al capital.
El producto de nuestro trabajo no nos pertenece. Le pertenece al patrón.
La relación con los demás seres humanos no nos pertenece, no la manejamos nosotros, la maneja el patrón. O el gerente, o el jefe, como quieran... La relación con los demás seres humanos tampoco nos pertenece, se ha vuelto ajena.
Pero, en una sociedad no capitalista, esta actividad libre y creativa, sí la podría manejar el ser humano. Esa actividad libre y creativa, que en filosofía se denomina "praxis" o - más fácil - el trabajo, la producción, la creación, la acción, dice Marx, eso es la esencia del ser humano, pero en el capitalismo se pierde...
¿Cómo se denomina esa pérdida? Enajenación, o alienación.
Entonces, si uno lo tuviera que resumir brutalmente (por la falta de tiempo), alienación o enajenación, que es la categoría central de todo el texto del Che "El socialismo y el hombre en Cuba", sería aquel proceso mediante el cual el ser humano pierde algo, y eso que pierde se independiza del ser humano, cobra autonomía, pasa a regirse por sus propias leyes, y se le vuelve hostil, se le vuelve en contra. Lo que el ser humano pierde lo gana el mundo de las mercancías, el mundo de las cosas. El ser humano que es el verdadero sujeto, se vuelve un objeto y se arrodilla ante el producto de su trabajo, el mundo mercantil. Las mercancías, los objetos producidos por el ser humano, que son objetos, se transmutan en el verdadero sujeto que oprime a su creador. Y no hay otra posibilidad, piensa el Che. Cuando existe la mercancía, cuando hay mercado, no queda otra que arrodillarse frente a la "magia" de la mercancía, frente al Mercado que es el verdadero Dios todo poder(oso). Por eso él se oponía tan fuertemente y con tanta vehemencia al socialismo mercantil, un curioso "experimento" que ya en esa época intentaban desarrollar los soviéticos, los polacos y los yugoslavos. Así les fue...Pero eso lo analizaremos más adelante, en otras clases.
Uno puede apelar a una película o a una novela para explicar en forma este proceso de la enajenación en el mundo mercantil capitalista que explicó Marx y que el Che adopta como criterio para analizar las sociedades postcapitalistas de transición al socialismo: la figura de Frankestein.
Frankestein es una criatura creada por un ser humano, un ser muerto que vuelve a la vida (el capital es trabajo muerto, objetivado, que vuelve a la vida...). Un monstruo, que luego intenta matar a su creador, al doctor que le dio vida (como el capital intenta explotar, subordinar y oprimir a su creador, la fuerza de trabajo). Este monstruo que quiere matar a su creador... ese proceso es el proceso de enajenación que nos intenta explicar Marx en 1844.
Marx sostiene que el trabajo humano genera un producto que se vuelve en contra, y lo termina oprimiendo. Y nos quiere matar (porque el capital es como un vampiro –escribe Marx en El Capital- que necesita sangre humana fresca para seguir viviendo y reproducirse). Ese producto, ¿qué es?: el dinero, la mercancía, el capital, el mercado, el Estado, etc., etc., etc.
Todo esto - el mercado, el capital, el Estado - son productos del ser humano. Este Estado, que nos reprime, es un producto de las relaciones humanas. No es algo mágico. Pero es un Estado que se escapó de nuestro control, que cobró independencia, que sirve a otra gente, a otras clases, y que es completamente hostil contra nosotros.
Por eso Marx plantea que hay que luchar contra el Estado, hay que luchar contra la propiedad privada, contra el capital, contra la mercancía, contra el mercado, para terminar con la enajenación.
Y el Che hace suyo ese pensamiento de Marx. No se limita a "recitarlo". Guevara piensa que esas enseñanzas tienen vigencia en el mundo contemporáneo. Que no tienen que quedar recluidas en una clase académica de historia de la filosofía sino que son problemas candentes para todos y todas aquellos y aquellas que pretender cambiar el mundo luchando por una revolución mundial. Por eso en "El socialismo y el hombre en Cuba" de algún modo "baja a tieerra", vuelve terrenales las formulaciones filosóficas de Marx y trata de utilizarlas para comprender el proceso que impide en las sociedades capitalistas y en las formaciones sociales postcapitalistas vivir de otra manera. Porque los obstáculos, piensa el Che, no están sólo en capitalismo. También están en aquellas sociedades que pretenden avanzar hacia el comunismo.
De esta manera el Che se apropia de la categoría de "enajenación" y de la crítica humanista de Marx al capitalismo. Lo hace a contramano de todas las corrientes liberales, jesuitas y socialdemócratas –el "humanismo" de derecha, pero también a contracorriente del "antihumanismo" de la filosofía althusseriana. Por eso es que Sánchez Vázquez sostenía que la reflexión del Che es realmente original y uno de los grandes aportes al marxismo mundial. No es una exageración. La propuesta humanista del Che va a contramano de estas dos grandes corrientes de época: el "humanismo" de derecha y su contracara invertida, el "antihumanismo" de Althusser.
¿Qué entendía el Che por "humanismo"? ¿Qué entendía por "hombre nuevo"? ¿Qué relación existe entre su visión creadora del socialismo y su rechazo terminante al mercado y a los estímulos materiales?
Todas estas preguntas las vamos a ir desarrollando en próximas clases.
Sólo queríamos agregar una última observación, antes de pasar a la discusión colectiva, al debate colectivo. Hasta ahora sólo mencionamos la utilización que Guevara realiza del texto juvenil de Marx, el de los Manuscritos de 1844. Nos parece oportuno citar un texto del Che donde también se refiere a El Capital. Porque Guevara, como decíamos, era un estudioso muy constante de El Capital.
En febrero de 1964 –un año antes de "El socalismo y el hombre en Cuba"- el Che interviene en un debate "económico". Ya veremos más adelante que –según nuestra opinión- no existe en el Che un pensamiento económico separado y aislado de la filosofía o de la política. Pero en ese debate Guevara expone lo que él entendió de El Capital. Dice así:
"En El Capital Marx se presenta como el economista científico que analiza minuciosamente el carácter transitorio de las épocas sociales y su identificación con las relaciones de producción [...] El peso de este monumento de la inteligencia humana es tal que nos ha hecho olvidar frecuentemente el carácter humanista (en el mejor sentido de la palabra) de sus inquietudes. La mecánica de las relaciones de producción y su consecuencia: la lucha de clases, oculta en cierta medida el hecho objetivo de que son los hombres los que se mueven en el ambiente histórico".
Esto Guevara lo plantea en "Sobre el sistema presupuestario de financiamiento". Más adelante lo estudiaremos. Lo interesante resulta el carácter explícitamente "humanista" que el Che atribuye a El Capital, no sólo a los textos juveniles de 1844. Luego de todo lo que vimos hoy, podemos apreciar qué sentido preciso tiene esa atribución. Pero Guevara, previendo cualquier molesta asociación que se pudiera hacer de su visión con la de Fromm, Mondolfo, Bigo, Calvez o Garaudy, agrega inmediatamente: "humanista...en el mejor sentido de la palabra".
Nos podemos preguntar: ¿y cuál es el "mal sentido de la palabra"? Obviamente el "mal sentido" hace referencia a este humanismo laxo, indeterminado, supraclasista de aquellos que se valían de los Manuscritos de 1844 para diluir, desdibujar y opacar el carácter revolucionario del marxismo, incorporándolo a otras visiones del mundo o intentando legitimar filosóficamente la "coexistencia pacífica" con el imperialismo.
En las próximas clases analizaremos entonces un poco más en detalle en qué consiste para Guevara este "humanismo en el buen sentido de la palabra".
Muchas gracias.