11 de octubre del 2002
Catedra libre Ernesto Che Guevara: Clase abierta del 13/9/2002
La ética del Che Guevara y
la ética de las Madres de Plaza de Mayo
Univesidad Popular Madres de Plaza de Mayo
Claudia Korol:
Un tema que en este momento nos parece muy importante para poner
en el centro del debate es el ejemplo de las Madres. En el terreno de la ética,
de la coherencia entre el decir y el hacer, entre teorías y prácticas,
entre una vida consagrada a una idea, a un sentimiento, a un proyecto. Nos parecía
muy importante, entonces, contar con la presencia de las Madres, la que agradecemos,
aunque algunas no nos quisieron acompañar acá, en el escenario.
Se siente que es parte de la manera que tienen de enseñarnos la humildad
todos los días, pero dejaron sola a Beba [Evel Petrini, Madre de Plaza
de Mayo], que va a tener que expresar parte de la experiencia, parte de lo que
han venido construyendo con sus propias vidas. Y nos parece muy importante también
y le agradecemos su presencia a Inés Vázquez, que es coordinadora
de la Cátedra de Historia de las Madres de Plaza de Mayo y que ha hecho
muchos aportes en el terreno de sistematización de la experiencia de
vida de las Madres.
También yo quería, muy brevemente, compartir, después lo
podemos charlar mejor, que acabo de llegar de Chile, donde acaba de cumplirse
el veintinueve aniversario del golpe de Estado. Estuve tanto en los actos como
movilizaciones y marchas que se produjeron en estos días. Me parece importante
compartir, aunque no sea hoy, una mirada sobre los procesos latinoamericanos;
es decir, cómo esta historia por la que nosotros hemos pasado y también
la que estamos viviendo actualmente, tiene sus puntos de coincidencia. Cómo
hay quienes entregan la memoria. Fue impactante para mí ver al presidente
de Chile [Ricardo Lagos], que se dice "socialista", iniciar el 11 de setiembre
el acto en la embajada de Estados Unidos, recordando, no su 11 de setiembre
en que asesinaron a Salvador Allende, sino a los caídos en las Torres
Gemelas. Así empezó ese día el presidente Lagos que, insisto,
se dice "socialista" y que, evidentemente, entrega de esta manera el legado
no solamente de Salvador Allende sino de tantos caídos. Pero por otro
lado, cómo hay sectores que siguen la pelea, que siguen enfrentando,
a veces en soledad, a veces en un cierto aislamiento, pero manteniendo bien
altas las banderas, la voluntad de lucha y el proyecto revolucionario socialista
que se pretendió truncar aquel 11 de setiembre de 1973. En estos días,
cuando charlábamos con los compañeros, nos decían: "quisieron
aplastar nuestro recuerdo con lo del 11 de setiembre norteamericano". Incluso
veíamos en toda la televisión de Chile los actos al cumplirse
un año de todos los sucesos de Estados Unidos y se trató de ocultar
la propia responsabilidad de Estados Unidos en la dictadura feroz que golpeó,
y de manera tan terrible, a ese pueblo y a ese proyecto. Estamos a un año
de que se cumplan treinta años del golpe de estado, del asesinato de
Salvador Allende y de tantos otros compañeros. Acompañamos ese
proceso y fue una manera de sentirnos parte y de comprometernos en algo que
nos enseñaron tanto el Che, como las Madres y otros compañeros:
que es una sola la lucha de los pueblos de América Latina, que es uno
solo el sueño y uno solo el proyecto y que podemos y tenemos que seguir
construyéndolo con esa dimensión continental e internacional.
Con esta introducción le doy, en primer lugar, la palabra a Beba.
Evel Petrini (Madre de Plaza de Mayo):
Buenas tardes a todos. Adhiero totalmente a lo que termina de decir
Claudia. Nosotras también recordamos ayer en la Plaza de Mayo a Salvador
Allende y estamos adhiriendo totalmente a todo lo que se haga contra el imperialismo
yanqui, el imperialismo total.
Yo les quería contar lo que las Madres fuimos aprendiendo en tantos años
de caminar. Fuimos aprendiendo, primero, a saber distinguir entre qué
era político y qué era la política. Para nosotras, la "política"
era una mala palabra en aquel tiempo. ¡No entendíamos nada, no sabíamos!.
Pero hay algo que decimos siempre, que las Madres tenemos cada vez más
seguridad en lo que hacemos: es que nuestros hijos nos parieron, y cada cosa
que las Madres hacemos es un reflejo de lo que hacían los hijos. Ellos
nos enseñaron a ver cuándo había algo en que teníamos
que "ponernos". No sé si será sentimiento de madres, si será
captación de ideas o qué. Pero cuando recién empezamos
las Madres a compartir la lucha, nunca nos preguntamos -todos saben-, dónde
andaban nuestros hijos, pero todas comentábamos lo que ellos querían,
lo que hacían. Después, cuando nos dimos cuenta de que nuestra
lucha no iba a ser fácil, que no iba ser pronto el encuentro con los
hijos, empezamos a pensar en lo que ellos nos decían, empezamos a analizar
y a ver cuánta razón tenían. Y empezamos a decir, ¡caramba!,
¡qué hijos que parimos! No fuimos capaces de entenderlos cuando los teníamos
al lado, creíamos que eran sueños, que eran ideales, pero que
no eran realizables. Y cuántas veces nos contestaban los hijos: "mami,
si todos pensaran igual, estaríamos en la Inquisición".
Cuando analizábamos todo eso, nos íbamos dando cuenta de cuánta
verdad había en esas palabras y cómo nosotras, que estábamos
caminando por ellos, teníamos que hacer lo que ellos nos decían.
Ahí empezamos a entender por qué teníamos que distinguir
quién era el enemigo, por qué teníamos que pelear por el
otro, por qué teníamos que tener una conducta seria y ética
y referente de los sueños que tenían ellos. Todo eso nos hizo
ver qué hermoso era vivir con sueños, con ideales y, por sobre
todas las cosas, qué hermoso era luchar por algo y para algo. Eso fue
lo que en las Madres fue madurando.
Creo que la parte más fuerte de nuestra transformación fue socializar
la maternidad. Cuando fuimos capaces de pensar que todos los hijos eran nuestros
y que "el nuestro" eran "todos", creo que fue lo más grande que pudimos
hacer las Madres por nosotras mismas y por ellos. Pero también eso fue
de ellos, porque siempre nos decían "mami, ¿para qué estás
acá? ¿Para la casa, para los hijos, para la cocina? No. Estamos en este
mundo para otra cosa, mami, estamos para pensar en lo que nos pasa, estamos
para pensar qué le pasa al otro, estamos para pensar por qué este
mundo es tan injusto y por qué permitimos que lo sea, por qué
si somos tantos los que somos sometidos, no podemos juntarnos y realizar el
sueño de cambiar las cosas".
Al analizar eso, fuimos, pensando, ¡caramba!, ¡tenemos que hacerlo! Y así
las Madres empezamos a transitar el camino de la lucha, nos empezamos a enamorar
de esa lucha tan grande, tan dura y tan difícil. Ahí fue cuando
dijimos ¡vamos a hacernos revolucionarias!, ¡vamos a tomar las banderas de lucha
de nuestros hijos!, ¡vamos a seguir esa conducta que ellos nos iluminan! Y ahí
empezamos las Madres a hacernos revolucionarias. Todos estos pasos de la lucha
de las Madres, todo este amor que las Madres sentimos por todos ustedes, por
todos aquellos que luchan como los nuestros, es de ellos, de nuestro hijos.
Ellos nos transmiten a nosotras: el amor, la lucha, la dignidad, el amor por
el otro, la fuerza, la entereza, y nosotras tratamos, desde nuestro vientre,
de transmitirles eso a ustedes y ustedes a los otros. Esa cadena de amor, de
lucha, de no transar -por sobre todas las cosas-, de no negociar, de no permitir
que nos lleven por delante, de no permitir que nos paguen por la vida, hace
que cada día estemos más seguras de que tenemos que poder, de
que vamos a poder, de que es muy difícil, se vienen tiempos muy malos...,
estamos cada vez más amenazados. Con esto que pasó ayer [reunión
del embajador estadounidense en la Argentina, reunido con las Fuerzas Armadas
locales en función de "la lucha contra el terrorismo"], con esta junta
de los militares, que están haciendo una aprobación para decir
que el grupo Al Qaeda, ¡nada menos!, está en todos los Organismos y que
"el terrorismo" está metido entre nosotros...
Va a ser muy duro, muy difícil, pero no imposible y tenemos que empezar
por formarnos, por tener capacidad de aguante, por prepararnos, por educarnos.
Por eso tenemos tanta fe en esta Universidad Popular y en estos profesores,
porque sabemos que desde aquí va a salir la educación y la formación,
que es también lo que nos decían los chicos: "mami, hay que
formarse, hay que abrir cabezas", decían, y "hay que tener tiempo
para el estudio". Eso es lo que hacemos las Madres, eso es lo que les queremos
transmitir, y estamos seguras de que todos juntos, peleando fuerte, no transando,
no negociando, no permitiendo que nos cambien la ética ni el proyecto
de vida que tenemos, vamos a llegar. No seremos nosotras; quizás no serán
tampoco algunos de ustedes, pero seguro que llegaremos... Muchas gracias.
Inés Vázquez (Coordinadora de la Cátedra "Historia
de las Madres de Plaza de Mayo"):
Buenas noches. Lo primero, agradecer esta invitación, me
pone contenta, me siento muy honrada de estar en esta Cátedra. He estado
muchas veces, en la medida de mis posibilidades, como oyente, como estudiante
y me gusta, ahora, compartir con ustedes desde acá, el otro lado, pero
que está en permanente relación con el aprendizaje. A mí
me conmueve muchísimo cada vez que leo o que escucho que el Che, en medio
de la Revolución, con todas las dificultades que ellos tenían
y dirigiendo el Ministerio de Industrias, se ponía a estudiar "El
Capital", matemáticas, estadísticas, y en el Congo, clandestino,
se ponía a pensar de qué manera abordar la filosofía. Permanentemente
estaba concibiéndose como un aprendiz y como alguien que podía
seguir transformándose. En ese sentido lo hago mío, para mi modesta
existencia, y trato de que eso pueda crecer en esta Universidad. Creo que es
un lujo que podamos tener esta Cátedra aquí, y este cruce que
hicieron los compañeros, Claudia y Néstor, entre el Che Guevara
y las Madres, a mí me parece que es un hallazgo, que abre una cantidad
de perspectivas que tenemos que empezar a pensar. Hoy vamos a tirar algunas
semillitas dentro de ese camino para ver qué se descubre, creo que tiene
tantísimas posibilidades. Estamos todos invitados a pensar en esos cruces
y desarrollos particulares del Che y de las Madres.
Para empezar, una cuestión general respecto de la ética del Che
y la ética de las Madres, como se llama el punto del programa que vamos
a abordar hoy. Quería decirles en primer lugar, que el Che llega a la
formulación de su ética, después de un largo proceso teórico,
donde hay elementos de formación política relacionados con el
marxismo que llevan muchos años de acumulación dentro de él;
en segundo término, es un universitario, además de revolucionario
práctico; y en tercer lugar, es un joven cuando ocurre esta transformación
interior y la lleva a la práctica en la Revolución Cubana. Hay
aquí, entonces, algunas diferencias con el proceso que siguieron las
Madres, cuya formulación ética no tiene un desarrollo teórico
en el sentido de lo que podemos llamar la tradición de los libros, el
contexto de los intelectuales en la acepción clásica. Esto sin
ningún desprecio por los intelectuales, categoría en la que yo
me siento muy cómoda, pensándola en el sentido marxista de la
disposición a transformar la realidad.
Las Madres vienen de otra tradición y su formulación ética
no tiene que ver con esos libros. Cuando ellas salen a la calle, a la lucha,
son mujeres maduras, algunas ya son bastante mayores, algunas están en
la mitad de la vida, esa es otra diferencia con el Che. Quiero recalcar que
la formulación ética de las Madres, si bien no tiene ese respaldo
de los libros, no implica por eso que no contenga teoría. Lo que
sucede es que, en general, hay una visión que piensa que las producciones
de los sectores populares están más ligadas a la práctica
espontánea y no tienen desarrollo teórico. Este, desde mi punto
de vista, es un error; la teoría y la práctica, por lo general,
están siempre juntas en el desarrollo de las prácticas populares,
especialmente en las de las Madres, sólo que suelen aparecer bajo otros
códigos que hay que saber identificar y comprender.
Cuando ellas salen a la calle, cuando empiezan a tener contacto, como decía
Beba [Evel Petrini], con la realidad atroz que tenían que enfrentar,
están permanentemente reflexionando sobre esa práctica. Pero reflexionan
desde otro acervo, que aunque no lo desarrollemos hoy, tiene bastante que ver
con la acumulación cultural de las mujeres. Cuando ellas van como tomando
retazos de lo que escucharon de sus hijos (como también lo explicaba
Beba), lo están haciendo desde su experiencia como madres, como mujeres
madres. Esa misma prédica que hacían sus hijos, ellas la escucharon
antes de la desaparición de ellos, sin embargo, en aquel momento, no
cuajó, no hubo un despertar. Después sucedieron los hechos políticos
conocidos: la desaparición forzada, por un lado, la respuesta de las
Madres de Plaza de Mayo, por el otro; ellas se formaron como colectivo en las
calles y ahí empezaron a resignificar esas palabras que habían
quedado sembradas por sus hijos en su experiencia. Por eso digo que ellas las
leen desde la experiencia de la búsqueda maternal, en un primer momento,
de sus propios hijos. Eso como una primera diferencia.
Ahora, siguiendo con este punto del programa de esta Cátedra Libre, leemos:
"La ética del Che, la ética de las Madres, la crítica
del Che a los estímulos materiales y la crítica de las Madres
a la reparación económica".
Esto nos ubica de lleno en el tema más específico que vamos a
tomar en relación con Madres y su ética, pero quería hacer
antes otra pequeña diferenciación, que no pretende ser una crítica
a la Cátedra, sino una aclaración: Creo que el desarrollo teórico
polémico que realizó el Che en Cuba en torno al tema de la naturaleza
de los estímulos a emplear en la construcción del socialismo,
podemos considerarlo una crítica, es la práctica de un
debate entre compañeros, en un contexto de revolución, donde están
construyendo con otros compañeros que tienen otras visiones respecto
de cómo formular la economía de la revolución y la política
de la revolución. Supongo que debe haber tenido momentos duros ese debate,
pero creo que está dentro del marco de una construcción que se
abre hacia la revolución y entre compañeros que tienen ese mismo
objetivo. El caso de las Madres frente a la reparación económica,
creo que nos ubica en otro contexto; en primer lugar, se inicia esa tenaz crítica
-no, no va la palabra crítica, se inicia esa tenaz confrontación-
durante la dictadura, un contexto totalmente distinto al del Che, que está
ya en la revolución y hacia el socialismo. Las Madres, primero lo hacen
en dictadura —vamos a ir viendo qué elementos tienen esas confrontaciones—,
después lo hacen en la postdictadura, que suele llamarse democracia,
pero que tiene todo el peso, toda la gravitación del terror de la dictadura
y las tremendas postraciones que dejó en el proceso posterior.
Eso las llevó a una confrontación que atraviesa toda su política,
no creo que sea un simple debate, por supuesto que tiene elementos de debate,
pero, sobre todo, tiene elementos de una ruptura total con la mayoría
de la sociedad tal como las ideas dominantes la habían configurado en
ese momento, una ruptura total, incluso, con muchos compañeros. Ustedes
saben que las reparaciones económicas pagadas por el Estado a través
de la promulgación de sucesivas leyes (Ley 24.043 y 24.411, de 1992 y
1995, respectivamente), abarcaron a los presos políticos que permanecieron
detenidos en cárceles legales e ilegales, y a los familiares de desaparecidos
y de muertos por la represión dictatorial, y que, por amplia mayoría,
esas reparaciones fueron cobradas. Qué hablar, entonces, de esa sociedad
que, en general, mira como que este tipo de cosas le están sucediendo
a otros, que no se ve a sí misma como víctima o como represaliada
por la dictadura. Esto después va a ir cambiando y, gradualmente, sobre
todo entre las nuevas generaciones, se irá resquebrajando esta especie
de naturalización de que el pago de indemnizaciones a los luchadores
contra el sistema de opresión, o a sus familiares, por parte de ese mismo
sistema, es un ingrediente más de la lucha emprendida y, como tal, aceptable.
Así que yo haría esa distinción. Lo del Che respecto de
los estímulos materiales creo que es una auténtica crítica,
un auténtico debate entre compañeros; lo de las Madres creo que
es una terrible confrontación que conlleva toda su lucha y se encadena
con otros elementos, que vamos a ir viendo y que son el eje de esa lucha.
Vamos a ver, un poco más específicamente, cómo surge este
posicionamiento de las Madres contrario a las reparaciones económicas.
Hay como una idea de que, de pronto, hacia la década del noventa, hubo
una especie de enloquecimiento en las Madres y empezaron a rechazar esta situación
como si fuera algo novedoso. La realidad es muy distinta; éste es un
proceso muy antiguo dentro de la historia de las Madres, como dije: empieza
en la dictadura, tiene muchos momentos, hay cantidad de documentos y declaraciones
de las Madres en relación con esto.
Para no abundar demasiado, yo voy a tomar tres momentos de esa confrontación,
a través de tres documentos; son tres momentos históricos distintos
y vamos a ver, en la medida de lo posible (no hay pizarrón a la mano,
parece un poco escolástico, pero a veces suele servir para ver gráficamente
una situación compleja en el discurso), los elementos que se repiten,
que se reiteran en estas épocas, y los elementos que aparecen como nuevos
en el discurso de las Madres. Les digo inicialmente las épocas, como
para que tengan idea de la proyección: el primer documento, es de 1979;
el segundo de 1986, año del alejamiento de ocho madres, que se van de
la comisión y forman la Línea Fundadora; el último es de
1996, cuando las leyes, que ya habían sido aprobadas en el '95, se ponen
en práctica y comienzan a ser percibidos los pagos. El caso de la ley
para los ex presos es anterior, es de 1992.
El primer documento es una carta de las Madres de Plaza de Mayo al Cardenal
Primatesta, de fecha 24 de agosto de 1979, que se puede consultar en el Archivo
Histórico de las Madres.
Un breve contexto para esta carta: en el año 79, año de la visita
de la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA), que
llega al país en septiembre, las Madres ya tenían dos años
de lucha en las calles, ya se habían formado como colectivo, para ese
año, justamente, se forman como Asociación Madres de Plaza de
Mayo (en agosto), y hay muchísima expectativa por lo que pueda pasar
con la visita de la Comisión. La dictadura, de algún modo, se
siente un poco jaqueada, porque finalmente, después de varias negociaciones
a nivel internacional, tiene que permitir la visita, tienen que invitar a los
representantes de la CIDH y van a venir acá y van a constatar algunas
cosas —en cierto modo, lo que los militares permitan—.
Ustedes recuerdan el caso bastante comentado de los prisioneros que estaban
en ese momento con vida en la ESMA [Escuela Superior de Mecánica de la
Armada, campo de concentración de la dictadura militar argentina], que
fueron llevados a una isla del Tigre, en lanchas de la Marina. La ESMA fue visitada
por la CIDH, totalmente reformada y sin prisioneros. Después que la CIDH
dejó el país, los volvieron a meter en Capucha, en los
distintos lugares que tenían asignados para las personas secuestradas
en la Escuela de Mecánica de la Armada; algunas de ellas aparecieron
después de este momento y otras desaparecieron con posterioridad a la
visita de la CIDH. En ese contexto, la dictadura saca una ley muy importante
para el período, la Ley de Presunción de Fallecimiento.
Ellos dicen que "quieren hacer un gesto a la comunidad internacional" en el
sentido de dar una respuesta al reclamo por los desaparecidos. Y elaboran
esto que ha sido equiparado a "la solución final" de los nazis, con gran
repudio de la comunidad internacional, de los exiliados y de los organismos
de derechos humanos.
Por su parte, las Madres de Plaza de Mayo, en todo momento, es decir, desde
el inicio, y luego se va a ir perfeccionando hasta lograr la síntesis
de la consigna "Aparición con Vida", en torno al año 80-81, durante
todo este periodo y hasta el día de hoy, el de las Madres siempre ha
sido un reclamo por desaparecidos vivos; siempre preguntaron dónde
estaban, si se los podía visitar, en el primer momento decían
si son culpables de algo, que se los juzgue, nunca los consideraron muertos.
La dictadura ve que existe una posibilidad de retrasar, de echar atrás
el movimiento tal como venía avanzando, declarando la muerte de los desaparecidos.
Se la conoce como ley, pero en realidad es un decreto, no tiene validez como
ley, porque no existía el Parlamento como tal, sino una Comisión
de Asesoramiento Legislativo (CAL), formada por los propios militares. Con esta
Ley de Presunción de Fallecimiento, la lógica de la dictadura
argentina pretendía dar por muertos a los desaparecidos y, con esto,
cerrar el reclamo de las Madres y familiares. Apuntaba a esas dos cuestiones
de fondo: cerrar toda otra comparencia de las juntas militares acerca de la
represión y obligar a desandar el camino colectivo de las Madres, colocándolas
-como al principio- detrás de los rastros de cada hijo, sólo que
ahora, muerto.
Sería largo explicar todo el proceso en relación a la CIDH, lo
que nos interesa ahora es este contexto en el que las Madres escriben infinidad
de cartas y documentos e intentan hacer contactos con embajadores, diputados,
intelectuales, religiosos, para que expresen su rechazo a esta "ley", que, además,
iba a tener una implementación de oficio, ni siquiera era necesario que
alguien dijera: "sí, lo quiero dar por muerto", sino que directamente
entraba en funcionamiento después de dos años de ausencia del
desaparecido. Estamos en el año 79, así que 76, 77, 78, ya habían
pasado los años estipulados por la ley para la mayor parte de los desaparecidos,
el grueso de ellos podían entrar en esta ley. En ese contexto, entonces,
las Madres escriben una carta al Cardenal Primatesta, máximo representante
de la Iglesia en ese momento, y le piden, como a tantos otros, que se pronuncie
en contra de la ley, por supuesto que no esperaban que se pronunciara en forma
oficial, pero sí que dijera algo (la Iglesia argentina no produjo documentos
condenatorios de la represión, en cambio, existieron algunas alocuciones
de algunos obispos). Le piden que se pronuncie y, en el texto de esa carta donde
rechazan que se considere muertos a sus hijos, a renglón seguido, agregan:
"No podemos aceptar tampoco que se pretenda sustituir la vida humana, que
es sagrada, por unas normas legales destinadas a solucionar mezquinos problemas
patrimoniales, como si el dinero viniera a reemplazar a seres humanos creados
a imagen y semejanza de dios, nuestros hijos, esposos, novios, hermanos, padres."
Esto es un fragmento, nada más, de la carta, tal vez existan otros;
dentro de lo que yo pude registrar, es la primera vez que las Madres hacen una
declaración tan contundente contra la pretensión, no sólo
de dar por muertos a los desaparecidos, sino de que las vidas de los que están
buscando sean relegadas a resoluciones de índole económica.
Esto es el año 79. A partir de entonces, pasan muchos acontecimientos,
pasa el Mundialito (Campeonato Mundial Juvenil de Fútbol-Japón'79),
pasa la visita de la CIDH (6 al 20 de septiembre de 1979), pasa la guerra de
Malvinas, en el año 82. Las Madres van creciendo como colectivo que resiste
la dictadura, van creando nuevas formas de lucha. En el año 81, crean
la Marcha de la Resistencia, que primero es poco acompañada por otros
organismos y el conjunto de la sociedad y después, esto cambia y va a
ir creciendo el apoyo a sus movilizaciones y consignas. La del 82 ya es una
marcha muy importante. En el 83, la Marcha de la Resistencia es la marcha más
importante que se realiza contra la dictadura, se hace en setiembre, no en diciembre
como es habitual, se hace en esa fecha porque en diciembre ya iba a estar el
nuevo gobierno y ellas querían dejar sentado el reclamo frente a la dictadura.
Hay algo que me interesaba señalar de este contexto, que se va a volver
a dar, con algunas modificaciones, en las situaciones de los documentos posteriores.
Esta Ley de Presunción de Fallecimiento va a estar redactada por Alfonsín,
quien era el dirigente principal de Renovación y Cambio, una corriente
interna del radicalismo [UCR-Unión Cívica Radical, uno de los
principales partidos políticos burgueses de Argentina]. Todavía
vivía Balbín, que era presidente del partido y líder de
la otra corriente considerada la más conservadora. Alfonsín era
la línea "progresista", digamos así, de la UCR. Era amigo del
militar Harguindeguy, Ministro de Interior de la dictadura, y toda esta estrategia
de dar señales hacia fuera de que "algo" se quería hacer en el
sentido de dar respuesta al reclamo de las Madres, surge de este ministerio,
a través del Gral. Harguindeguy. Alfonsín lo asesora y redacta
esta ley, no sólo él, con otras personas. Otro detalle es que
Alfonsín formaba parte de la APDH (Asamblea Permanente por los Derechos
Humanos), organismo de derechos humanos que existe hasta hoy, fundamentalmente
formado por representantes políticos, gremiales, confesionales de distintas
religiones, personalidades, (de pronto, alguien que no representa partidos,
sindicatos o iglesias, pero puede estar allí), creado en 1975, en el
contexto de las Tres A [AAA-Alianza Anticomunista Argentina, grupo paramilitar
de extrema derecha] y las luchas de las organizaciones armadas.
No es el momento ahora de la historia de la APDH, pero digamos que desde su
surgimiento tiene como ideario, como marco, la "Teoría de los Dos Demonios",
el organismo surge para oponerse a la violencia "venga de la derecha o de
la izquierda", este discurso está presente en sus estatutos. Durante
la dictadura, va a tener una fluida relación con el general Videla, hay
documentos donde se lo invita a Videla a participar en seminarios sobre derechos
humanos.
Bueno, Alfonsín formaba parte de ese organismo y tiene esa participación
en el momento del que hablábamos. Esto como un dato que dejamos para
después ir viendo cómo esta presencia de organismos de derechos
humanos, de partidos políticos de la burguesía, del poder de las
Fuerzas Armadas se va articulando y relacionando en distintos momentos, con
características específicas. En este momento tiene esta conformación,
digamos.
Vamos ya hacia el documento de 1986. El tema del rechazo hacia los distintos
planes de reparación económica está presente durante todo
este período, pero no es lo principal; lo principal es el reclamo de
aparición con vida y el rechazo a la política de dar por
muertos a los desaparecidos y de que con eso, además, se pueda cerrar
toda posibilidad de reclamo. También esto es importante, en la lucha
de las Madres, el rechazo a la reparación económica surge muy
ligada al rechazo de considerar muertos a los desaparecidos. En este
primer período, que abarca estos dos documentos, el anterior y el que
vamos a leer ahora, ustedes van a ver que esto es algo que se relaciona permanentemente,
la "reparación económica" como una consecuencia de la asunción
de la muerte de los desaparecidos, y la aceptación de la muerte
como una consecuencia, a su vez, del cobro; después esto, en la historia
de las Madres, va a ir adquiriendo otras características que ya analizaremos.
Entonces, les decía, en el año 86, estamos en pleno gobierno de
Alfonsín, el que participó de esa cuestionada ley; las Madres
lo conocían bien, por eso cuando es elegido presidente, ellas dicen "no
le vamos a dar un cheque en blanco, nosotras vamos a seguir en la Plaza, vamos
a seguir exigiendo justicia hasta que realmente la veamos realizada". En
ese contexto, ellas rechazan la CONADEP [Comisión Nacional sobre la Desaparición
de las Personas], con una cantidad de argumentos que no podemos abordar hoy,
pero entre ellos figura el que no contemplaba el reclamo original de las Madres,
y no sólo de Madres, de todos los organismos, que era la Comisión
Bicameral. Una vez que Alfonsín impulsa la CONADEP, algunos organismos
de derechos humanos la aceptan -la mayoría- y las Madres quedan con la
posición contraria. En ese momento, Adolfo Pérez Esquivel (el
Premio Nobel de la Paz 1980 y dirigente del Servicio Paz y Justicia -SERPAJ-)
tampoco admite pertenecer a la CONADEP, la rechaza, entre otras razones, porque
convalidaba, como medida de gobierno, el juzgamiento de los delitos represivos
a través de la justicia militar. Esta también es la posición
de las Madres de Plaza de Mayo. Después, estas posiciones van cambiando,
salvo la de las Madres, que sigue siendo contraria y crítica de los resultados
de la CONADEP.
Todo este contexto complejo de la postdictadura no es inocuo para las Madres.
Este movimiento, que es tan heterogéneo, pero tiene un punto de coincidencia
en el reclamo por los hijos, al llegar el gobierno de Alfonsín va a soportar,
una especie de fuego cruzado de estos actores que estuvimos mencionando: los
organismos, los partidos políticos de la burguesía, las políticas
impulsadas desde el Estado, que van a presionar sobre las Madres, creando o
haciendo surgir y, a veces, profundizando, distintas visiones y distintos posicionamientos
dentro de la Asociación. Estamos hablando del 1984 y 1985, al llegar
este año '86, del que vamos a leer el segundo documento, ya hay un grupo
de Madres que se ha retirado. Esto representa una gran convulsión, desde
mi punto de vista: no es lo mismo que esas madres estuvieran adentro de la Asociación,
con disidencias, a que se retirasen, con toda la política de confrontación
que luego se fue desarrollando entre los ocho organismos -como se los
llama– y las Madres.
En mayo de 1986, las Madres ya tienen en todos sus volantes y documentos las
consignas que las identifican; les leo nada más que las consignas, no
las explicaciones. Algo muy notable: ellas explican cada una de sus consignas,
por eso les decía que sus prácticas siempre tienen un gran contenido
teórico, desde ciertos sectores intelectuales no se lo considera así,
en general, dicen que no tienen demasiada "paciencia", que son un poco "brutas",
"mujeres de la cocina", y no se contempla cuál es el proceso reflexivo
de las Madres.
Las consignas asumidas por ellas son:
Aparición con vida, Cárcel a los genocidas, Libertad a los
presos políticos, Restitución de los niños a sus legítimas
familias, No a las exhumaciones, No a la reparación económica,
No a los homenajes póstumos.
El 16 de mayo de 1986, los otros organismos de derechos humanos convocan
a una marcha de apoyo a los jueces de la Cámara Federal, a quienes consideran
"presionados" por el poder político en su tarea judicial. Las Madres
-que descreen de la Cámara desde las absoluciones y débiles condenas
del Juicio a los ex Comandantes de las Fuerzas Armadas (9/12/1985)- redactan
un documento titulado "Por qué no vamos a la marcha del 16 de mayo",
que también puede consultarse en el Archivo Histórico de las Madres,
en el que explican muchas cosas, les leo nada más que el párrafo
referido a la reparación económica.
Dicen que la rechazan "Porque la reparación económica es
el punto final. El ofrecimiento de una pensión a los familiares de
detenidos-desaparecidos es un viejo proyecto que se arrastra desde la época
de la dictadura. ¿Por qué tanto empeño en que aceptemos? Porque,
según la ley 14.394, al haber percibido durante tres años una
pensión de ese carácter, automáticamente el desaparecido
se convierte en un muerto para la justicia y la legalidad. De esta forma, pretende
"comprar" a los familiares de los desaparecidos para que acepten una muerte
que sólo puede beneficiar a los asesinos.
Todo esto no significa que las MADRES nos "automarginemos", como pretendió
sugerir uno de los principales medios de prensa.
En cambio, debemos aceptar que esta supuesta "soledad" es la que han provocado
los partidos políticos -escuchen esto- que aceptaron las modificaciones
a la Justicia Militar en su momento, que votaron los ascensos para los militares
genocidas, que apoyaron la confirmación de jueces cómplices de
la dictadura -es decir, toda la política de Alfonsín-.
También es lo que, lamentablemente, nos pretenden imponer nuestros
compañeros de lucha en la defensa de la vida -algunos organismos de Derechos
Humanos- al no respaldar nuestras consignas y permitiendo, por el contrario,
que el Gobierno avance en su intento de que sean los propios damnificados quienes
pongan el nefasto "Punto Final"..."
Después, siguen otras consideraciones. Entonces, marcamos como reiteración
de aquel momento del 79, que aquí las Madres se refieren a la Ley de
Pensiones para los familiares de los secuestrados, que, además, trae
como consecuencia la condición de muertos para los desaparecidos.
En este período de Alfonsín, sobre todo el Juicio a los ex Comandantes,
es muy importante, porque solamente se juzgan homicidios, (desechando
la exigencia del movimiento de derechos humanos de juzgarlos por desaparición
forzada de miles de personas o por genocidio) y homicidios en los
cuales se hayan encontrado cadáveres. Toda la política de exhumación
de cadáveres toma fuerza y se institucionaliza en este momento, a partir
de un enviado especial que viene de Norteamérica, casualmente...,
se llama Snow, y es quien impulsa la creación el Equipo Argentino de
Antropología Forense, que va a hacer las excavaciones y el desentierro
de cadáveres, en perfecta sintonía con la política oficial.
Tenemos, entonces, nuevamente a Alfonsín y los intereses de la burguesía,
dentro de este triángulo que mencionamos; por otro lado, las Fuerzas
Armadas, un poco desdibujadas en cuanto a ser ellas quienes trazan la política
del Estado, pero bueno, siempre estamos hablando del tema de la represión
dictatorial, y, nuevamente, los organismos, en acompañamiento de la política
estatal, en este caso, de Alfonsín. Las Madres tienen una postura totalmente
contraria.
Ahora quería pasar al último documento. Es del año 1996.
Han pasado muchísimas cosas, han pasado 10 años. En el 92 se da
la primer ley que es la de los liberados de cárceles legales e ilegales.
Son aproximadamente 8.900 presos políticos, la mayoría cobró
–tengo que decirlo con tristeza; soy sobreviviente de un campo de concentración
y me da terrible tristeza que compañeros que han pasado cosas que creo
conocer, hayan cobrado este dinero-. En este momento, todavía las Madres,
como tales, no están involucradas porque no son reparaciones para familiares,
pero está el debate presente. Hay cantidad de documentos respecto de
esto.
En 1995, finalmente, se promulgan las leyes para los familiares de muertos y
de desaparecidos. Hay una serie de demoras, reglamentaciones que no se dan en
el plazo en que los organismos que impulsan esas leyes lo pretenden, y es entonces
cuando los legisladores invitan a las Madres al Parlamento, a una reunión
para tratar el tema de la reglamentación, y ellas responden con una carta
que es la que les voy a leer ahora.
Me gustaría que presten atención a las variaciones que aparecen,
yo se las voy a remarcar después, pero para que vayan notando ustedes
qué cambia del discurso del 79 y del 86, qué se incorpora como
concepto nuevo en esta carta, fechada el 15 de noviembre de 1996.
Está dirigida "Al Presidente de la Comisión de Legislación
General de la Cámara de Diputados, Sr. José Gabriel Dumon -diputado
radical, y dice-: "Con copia a los Diputados..." -enumera a quienes van
a tratar el tema, que son-: Alfredo Bravo, María Luisa González,
Dolores C. Domínguez, Elisa Garca y Mary Sánchez. -algunos
nombres les deben sonar, ¿no?-
"La Asociación Madres de Plaza de Mayo les hace llegar su más
firme repudio y todo el disgusto que representa que desde el Parlamento se promueva
una sociedad enferma en vez de que, desde ese lugar, desde esas bancas, se condene
a los asesinos y no se les permita ocupar las mismas, como a Aldo Rico [militar
carapintada] y otros cómplices.
Se quiere reparar con dinero el crimen y la tortura. Las Madres que pertenecemos
a la Asociación Madres de Plaza de Mayo jamás aceptaremos del
gobierno que indultó a los asesinos y convive con ellos, el dinero que
prostituye a quien lo recibe.
Cuando las sociedades comienzan a doblegarse y en vez de luchar por la vida,
aceptan que les paguen por la muerte, el camino que eligen es el del infierno
capitalista e individualista que somete y reprime a todo aquel que piensa en
el socialismo.
Siempre con nuestros hijos, defendiendo su lucha revolucionaria, donde la vida
vale lo mismo que la libertad."
Firman Juana Pargament y Hebe de Bonafini, por las Madres.
No sé si tuvieron tiempo de ver las incorporaciones. Les decía
que, en los otros documentos que leímos, está muy presente el
tema de que el cobro por la desaparición de un ser querido involucra
la muerte de los desaparecidos; la muerte en la concepción política
de negar el sistema de desapariciones y de dar por concluido el proceso de lucha
encarnado por los desaparecidos. Creo que esos son los elementos esenciales
de los otros documentos. En esta carta que acabamos de leer, hay una frase que
me parece muy clara, "el infierno capitalista", hay una serie de palabras
que nos hablan de otro contexto para las Madres, diríamos que hay un
enriquecimiento ideológico muy importante, que tiene lugar alrededor
del año 1987, 1988.
En esos años se da una circulación de la figura del Che en nuestra
sociedad, que es diferente a la de años anteriores, por no decir que
era inexistente. Esta rememoración del Che después va creciendo,
hasta que al cumplirse 30 años de su asesinato en Bolivia, creo que llega
el momento de mayor auge de la instalación de su figura entre nosotros.
Por supuesto, dejando de lado la década del 70, estamos hablando de la
postdictadura. Las Madres "aprovechan" al máximo esta circulación,
toman contacto con su lucha y su pensamiento, resignifican la experiencia dejada
por sus hijos a la luz de la práctica política del Che y del hecho
de haber constituido, él mismo y durante décadas, un desaparecido.
Entonces, acá hay una serie de elementos que las Madres vinculan con
el rechazo a la reparación económica, como por ejemplo, el rechazo
al capitalismo, el rechazo al individualismo, la clara reivindicación
del socialismo, y uno de los elementos más polémicos de la postura
de las Madres, me parece que está muy claro acá, que es el tema
de la prostitución.
¿Cómo introducen ellas el tema de la prostitución como consecuencia
del cobro de reparaciones económicas por la vida, por la tortura? Hay
una frase genial, a mi modo de ver, "la vida vale lo mismo que la libertad".
Es para meditarlo bastante, para debatirlo bien. Cómo las Madres
están planteando un sistema de equivalencias diferente, que es lo que,
de algún modo, nos confronta con la idea de la prostitución. ¿A
qué equivale la vida? ¿Con qué se la puede equiparar? Esa es una
de las preguntas que están haciendo las Madres. Ellas dicen:
"la vida vale lo mismo que la libertad", en otros textos dicen:
"la vida sólo vale vida". Esas son, a su juicio, las equivalencias
posibles para la vida.
El tema de la prostitución es un tema de gran debate. Podemos observar
que ellas están criticando no sólo al capitalismo, sino también
al monetarismo -no sólo hay moneda en el sistema capitalista, también
la hay en otros modos de producción-. Y me parece que tiene mucho que
ver con este tema de las equivalencias posibles para la vida. Al bajar la vida,
los ideales, el sufrimiento, a un intercambio por moneda, bonos, papeles, lo
que se quiera considerar, se está creando una equivalencia degradante,
se está pensando que esa moneda, ese papel pone en igualdad de condiciones
a esa vida con ese papel. En la idea de prostitución, -que tantos problemas
ha traído, la introducción de esta palabra- yo creo que está
implícita una relación de desiguales, de un oprimido y un opresor.
En la prostitución hay alguien que cede y está siendo degradado
y hay alguien que está degradando, y el vehículo es el dinero
que iguala a sujetos con condiciones diferentes. Creo que ésa es la descripción
básica que están tomando las Madres para incorporar la idea de
prostitución en el cobro de las reparaciones económicas. De todos
modos me parece interesante dejarlo para el debate, para ver qué es lo
que ustedes piensan, qué otras cosas pueden estar involucradas.
Esto que les voy a comentar ahora ya es una elaboración que no surge
de las Madres, pero sí del análisis que podemos hacer de su postura,
en cuanto a todos los alcances que puede revelar este cuestionamiento frontal
al capitalismo. En la idea de la confrontación de clases, esas clases
no son equivalentes, los capitalistas no tienen los mismos intereses,
no están luchando por lo mismo ni hacen la misma lucha de clases
que los trabajadores. Hay una confrontación, hay un antagonismo, pero
ese antagonismo no es de equivalentes, la lucha es de intereses desiguales,
no quieren lo mismo los capitalistas que los proletarios que están luchando
y confrontando. El cobro de reparaciones económicas, involuntariamente
quizás, al aceptar el elemento de equiparación que es la moneda,
está aplanando la diversidad de los sujetos sociales de esta confrontación.
Hay algo que es lo que uno aporta en su lucha, lo que ha aportado, en el caso
de los presos, en el caso de los desaparecidos, que, al prestar acuerdo al intercambio,
se pone en el mismo nivel que quien lo da, que en este caso es el Estado y sabemos
que éste es un Estado totalmente cooptado por la burguesía. Entonces,
acá hay una operación de equivalencia inaceptable, que queda plasmada,
desde mi punto de vista, de un modo totalmente claro con el tema de las reparaciones
económicas.
Una cosa más respecto al Che. El rechazo a los llamados estímulos
materiales, se da o se plasma en un proceso revolucionario, en un camino
hacia el socialismo. Yo creo que tiene esa marca, ese asentamiento y así
va hacia delante ese rechazo, y el privilegiar los estímulos morales,
como camino para las masas, es lo que permite pensar en la construcción
del socialismo; digamos esto como síntesis de la postura del Che. Para
las Madres, creo que hay como un proceso un poco inverso, pero que llega a la
misma meta. La apropiación que hacen ellas del socialismo y del rechazo
al capitalismo, creo que ha sido posible en su experiencia porque, previamente,
ellas tuvieron este rechazo a la reparación económica desde otro
lugar, que es su propia construcción y su propia lucha. Un poco lo que
estuvimos viendo a través de los documentos. Ellas claramente tienen
afirmado para sí el que los seres humanos nacidos de sus entrañas
no pueden ser "reparados" económicamente, por eso afirman que la vida
sólo vale vida. En este camino, absolutamente original, ellas van
consolidando su anticapitalismo. Y sobre ese terreno siempre fértil irán
incorporando y recreando su concepción del socialismo. Es como si viéramos
un vitreaux, que tanto puede verse desde adentro como desde afuera.
O de atrás y adelante. Yo creo que el Che está, con su postura
en el socialismo, en lo que sería el vitreaux desde adentro, las
Madres, con su construcción ético-política y su rechazo
al capitalismo, están en el reverso. Llegaron a ese punto de encuentro
con el Che, pero con estos caminos diferentes.
Me parece que es importante ver cómo esta construcción que ellas
hicieron de rechazo, a través de su experiencia y de su reflexión,
a la reparación económica, les ha posibilitado incorporar el socialismo
como sociedad a construir. Fíjense que es un proceso totalmente distinto
al del Che, que primero se formó en las categorías del marxismo
y después, como parte del proceso revolucionario, prácticamente
dedujo la superioridad de los estímulos morales. Para seguir con
la figura del vitreaux, el diseño que muestra (que en este caso
sería la ética de la que hablamos) es el mismo para los
que, estando en el capitalismo, luchan contra él, como para los que,
construyendo el socialismo, advierten que las taras de la sociedad capitalista
perduran y deben ser combatidas sin descanso; pero sus situaciones de lucha
son diferentes.
Las Madres están inmersas en esa sociedad opresiva, el vitreaux,
visto desde afuera, marca la diferencia que ellas promueven; el Che y sus compañeros
han roto las cadenas y continúan la lucha por la autotransformación
en la nueva sociedad, el vitreaux, visto desde adentro, alumbra ese camino.
Néstor Kohan:
Quería decir un par de cosas a partir de la intervención tan interesante
de Inés [Vázquez] y también de lo que planteó Beba
[Evel Petrini]. Quería dar otra vuelta de tuerca. Tuve la impresión,
tal vez cuando lo lea más tarde pueda tenerlo más claro, porque
uno al escuchar tiene una visión unilateral; digo, tuve la impresión
de que Inés puso el énfasis más en la discontinuidad o
en los elementos que diferencian a la ética del Che de la ética
de las Madres.
Yo quería volver sobre eso. Por un lado, para contextualizar históricamente
este tema de la ética, más allá del problema fundamental
de las Madres (pues a ellas está abocada la clase de hoy) y más
allá del programa de esta Cátedra.
Me parece que, a nivel mundial, este problema se constituyó como tal
a partir de la época moderna. El primer intelectual que expresamente
lo formuló fue un italiano, el célebre Nicolás Maquiavelo.
Después, Maquiavelo pasó a la historia como sinónimo de
mala palabra: decir que alguien es un "maquiavélico" es denostarlo como
alguien perverso, calculador.
Pero originariamente Maquiavelo no era eso, de ningún modo. Era un pensador
burgués que quería unir Italia, que en esa época no era
un país unificado. Para ello enfrentó un gran enemigo que no quería
unir Italia: el Vaticano. El Vaticano, decía Maquiavelo, es tan fuerte
que no permite que ningún otro unifique Italia, pero es tan débil
que él mismo –en tanto Estado- no puede unificarla. Aclaremos que en
esa época, el Vaticano tenía ejército, no era sólo
una Iglesia, era un Estado.
Maquiavelo, como burgués, quería unificar Italia. En aquel momento,
su planteo fue progresista y se inscribe dentro del gran ciclo de las revoluciones
burguesas.
Lo interesante para lo que aquí nos interesa consiste en que Maquiavelo
es el primero que formula una característica que será central
en nuestra sociedad: el divorcio entre la ética y la política.
Pero Maquiavelo no lo decía porque le pareciera bueno y deseable, sino,
sencillamente, porque era lo que él veía. Lo que hizo Maquiavelo
fue describir cómo era la sociedad burguesa. Para ello escribió
una serie de libros, a los que el Vaticano siempre los denostó y descalificó
con energía. Por eso su nombre pasó a la historia como el de "una
persona mala".
En esos libros, Maquiavelo describía cómo funciona el poder
y cómo funciona la política. Para ser un buen gobernante
–pensaba- no hay que respetar las leyes de la moral. ¿Por qué?, Pues
porque en esa época... ¿quién dictaminaba qué era "lo bueno"
y qué era "lo malo"? ¡El Vaticano!. Este último decía:
"el buen rey, el buen príncipe, es el que sigue nuestras normas".
Si había uno que se iba un milímetro de la línea y no obedecía,
pasaba a ser "el mal", el infiel.
Entonces, como Maquiavelo estaba disputando —no él como individuo aislado
sino aquel sector que él defendía, la burguesía del norte
de Italia, de Florencia— con el Vaticano, planteó que para ser un buen
gobernante no había que respetar esa moral que venía de Roma,
del Vaticano. Había que aplicar otras reglas: las reglas de la política,
que eran autónomas, que no tenían que ver con las reglas de la
moral. Fue el primero que lo formuló así, por eso pasó
a la historia como "el malo" de la película, pero sólo estaba
describiendo cómo es la moral de la sociedad burguesa.
Cuando invitamos a las Madres para que participaran de la clase de hoy, nos
pusimos a conversar de la ética y la política. Y surgió
el recuerdo y el ejemplo de Carlos "Chacho" Alvarez [político argentino
de centroizquierda, que llegó a ser vicepresidente de De La Rúa].
El "Chacho" Alvarez, en la Convención Constituyente del año 94,
cuando se fue Jaime de Nevares [obispo progresista que fue elegido para la Convención
Constituyente a la que renunció prontamente], porque le dio asco todo
lo que estaba viendo, el Chacho declara públicamente "Jaime de Nevares
es un gran tipo, éticamente es impecable, pero de política no
entiende nada".
Pues entonces nos preguntamos: ¿Qué expresa esta tristemente célebre
declaración de Álvarez, considerado por muchos como el arquetipo
de "LA ética"? Según nuestra opinión, esas declaraciones
expresan aquel viejo descubrimiento de Maquiavelo: que la política
(burguesa) tiene reglas que no tienen nada que ver con la ética.
Cuando pensamos inicialmente y planificamos el programa de esta Cátedra,
nos planteamos justamente cómo en el Che Guevara y cómo en las
Madres de Plaza de Mayo no se cumplía eso. Con experiencias distintas
-comparto la idea con Inés- porque las Madres están inmersas en
un proceso de lucha contra el Estado, contra el capitalismo; cuando el Che plantea
toda su visión del socialismo lo está haciendo desde una Revolución.
Entonces no es lo mismo estar en la oposición y la resistencia contra
el capitalismo que estar ya en una sociedad donde se eliminó al ejército,
a la burguesía, a los empresarios. Son contextos muy diferentes.
Pero, ¿dónde encontrábamos el punto en común? ¿Dónde
hallábamos la continuidad?:
Pues en que en ambos casos se rompía con esa vieja dicotomía consustancial
a la tradición occidental. Esta vieja dicotomía que es formulada
por primera vez por Maquiavelo, pero que no se inicia con él. Esta vieja
dicotomía que consiste en divorciar –y hasta enfrentar- la ética,
por un lado, y la política, por otro.
En ambos casos se rompe completamente y se pone en crisis aguda esta vieja idea
confesada públicamente por Chacho Alvarez cuando expresa en forma abierta
que "bueno, en la ética es excelente, pero en la política...
no sirve".
Nosotros encontrábamos, en cambio, que en la práctica y en la
reflexión colectiva de las Madres de Plaza de Mayo y del Che Guevara
no se cumple ese divorcio. Habría, sí, un intento problemático
y una apuesta tensionada. ¿Por qué no lo vamos a decir?, Nadie es Dios,
ni las Madres ni el Che. Somos todos seres humanos, por tanto vivimos en contradicción.
Si ersto no fuera así, pues seríamos ángeles.
Pero, sin desconocer todas las contradicciones que tiene irremediablemente la
vida humana, tanto en la práctica guevarista, que también tuvo
sus conflictos, como en la práctica de las Madres, que también
ha tenido conflictos y alguno de ellos comentaba Inés, vemos que se da
un intento de superación de ese divorcio entre la ética y la política,
que ya lleva en Occidente, como mínimo, cinco siglos. Existe en ambos
casos un intento serio y permanente de conjugar el decir, el sentir y el hacer,
el objeto y el sujeto, la política y la ética, lo público
y lo privado.
Bueno, ahí, precisamente allí, me parece que hay un punto en común,
una continuidad, aunque el contexto sea distinto en ambos casos. ¿En qué
reside ese punto en común?.
A nosotros nos parece que lo que sí une, más allá de que
la circunstancia histórica es distinta, que son sociedades distintas
la Cuba de los 60 y la sociedad argentina actual, donde está el punto
en común y la continuidad es en la importancia política asignada
los valores.
¿Los valores? Sí, los valores. Esto que decía Beba, que los enunciaba
sin llamarlos así, pero los enunciaba: la dignidad, la solidaridad, la
justicia, la coherencia con los principios, ...etc,etc, esos son los valores.
Cualquier manual de ética académica (de axiología) los
define así.
¿Qué son los valores? Son los principios que guían la acción
de la gente. Nosotros pensamos que a partir de la práctica de las Madres
de Plaza de Mayo y del guevarismo se recupera en Argentina y América
Latina, una antigua y prolongada tradición de lucha política.
Una lucha que no empieza con las Madres, porque acá las luchas revolucionarias
vienen de mucho antes. Las Madres son la continuidad presente y actual de esas
luchas, de sus hijos e hijas desaparecidas, pero también de luchas anteriores
a la década del '70. Pensemos un solo ejemplo: Simón Radowitzky
[joven obrero judío anarquista, que ajustició a un sanguinario
coronel de la policía] peleando contra Ramón Falcón [jefe
de la policía]. Cuando Simón lo ajusticia, tal vez ninguno de
los que esta noche estamos acá había nacido. Sin embargo, venimos
desde hace mucho tiempo con esta pelea contra el capitalismo.
El punto en común que entonces yo encontraba en las Madres y en el Che
Guevara era la IMPORTANCIA CENTRAL DE LOS VALORES PARA HACER POLÍTICA.
No como dice Chacho Álvarez refiriéndose a De Nevares: "actuar
desde la ética implica no hacer política". En las Madres y en
el Che encontramos que PARA HACER POLÍTICA REVOLUCIONARIA HAY QUE
BASARSE EN LOS VALORES. Hay que desterrar el cinismo, la doble moral, el
doble discurso, el poner el habla a la izquierda y el cuerpo a la derecha. Los
principios éticos no están para decorar una vitrina ni un monumento
tranquilizador al pasado.
Ese, me parece, era el punto central a discutir. El problema de los valores,
entiendo que los militares los conocían bien; la dictadura militar también
se planteaba este problema. Para demostrarlo, hemos traído como ejemplo
un manual de educación escolar de la época militar, escrito por
la profesora Angela E. Luchenio, que lleva por título "Formación
moral y cívica". Una materia de la escuela secundaria por la cual
pasaron miles y miles de chicos argentinos, por lo menos de los que tuvieron
el privilegio de estudiar en un país donde cada vez más gente
queda excluída fuera de la escuela. El texto escolar lo editó
la editorial Kapelusz. Es del año 1981, plena dictadura militar. Se les
hacía estudiar y memorizar a los chicos y chicas adolescentes. Uno de
los documentos de este libro, de la materia "Formación moral y cívica",
se titula así: "Distintas formas de subversión".
Además de otras partes que son para la risa, como consejos a los
chicos sobre la obligación de llegar virgen al matrimonio, en los tramos
políticos, este texto pedagógico de la dictadura define qué
es "la acción subversiva". En un párrafo plantea, en una materia
para segundo y tercer año (catorce y quince años): "en un sentido
más restringido, se denominan subversivas las acciones ilegales, generalmente
violentas, destinadas a sustituir a las autoridades establecidas por otra cuya
ESCALA DE VALORES es diferente".
Eso es la subversión, tener OTRA ESCALA DE VALORES.
La dictadura también veía que los valores y la ética era
parte de una lucha política y veía enfrente a un enemigo y lo
identificaba. Empieza hablando de distintas formas de subversión, en
general, y luego, en el segundo subtítulo pasa directamente al "Enemigo":
"El marxismo internacional". Después de explicar qué es
el marxismo, pasa al siguiente documento: "La agresión marxista internacional".
Éste es un documento del Ministerio de Cultura y Educación
de la Nación. El texto, expresivo de toda una época, se llama
"Subversión en el ámbito educativo", Buenos Aires, 1978.
¿Y qué dice este documento de la dictadura? Vuelve a hablar de distintas
estrategias de los marxistas... Realmente vale la pena leerlo, porque ellos
tenían una claridad meridiana para identificar a su "enemigo", es decir,
para identificarnos a nosotros.
Realmente, en las Fuerzas Armadas había gente que nos estudiaba, como
debe haber hoy gente que nos sigue estudiando. Bueno, entonces este texto pedagógico
vuelve a plantear esta idea de qué quieren "los subversivos", qué
quieren los marxistas. Sintetizando: "la agresión marxista internacional
busca la destrucción de las estructuras de nuestro sistema de vida, para
reemplazarlas por las estructuras del sistema marxista. Para eso actúa
simultáneamente en todos los ámbitos" —se ocupa de aclarar
que la subversión no consiste solamente en las organizaciones revolucionarias
armadas, sino que está en todos los ámbitos— "y trata de socavar
los cimientos de nuestras instituciones, DESTRUIR NUESTROS VALORES con mayor
o menor grado de recurrencia a la lucha armada".
En conclusión: cuando la dictadura militar veía este problema
también identificaba a la ética y la escala de los valores como
un eje de disputa.
Por eso me parece que allí existe un punto fuerte en común entre
lo que es el guevarismo y los que son las Madres de Plaza de Mayo: DISPUTAR
NO SÓLO EN POLÍTICA SINO EN EL PLANO DE LOS VALORES TAMBIÉN.
Disputar y confrontar ya no sólo a la dictadura militar, pues sus
generales, además de asesinos, hoy son unos personajes grotescos y patéticos,
sino también a su herencia y a sus continuadores actuales, ya que éstos
sólo han cambiado la forma, pero siguen ejerciendo ininterrumpidamente
la dominación capitalista.
Para terminar, me parece que en el campo de la revolución cubana, es
cierto que el tema de los estímulos morales fue un debate. Pero no fue
un simple intercambio de ideas; es decir, fue un debate, fue un intercambio
de ideas, como dijimos en reuniones anteriores —por suerte, ninguno de los que
participó en ese debate terminó en un campo de concentración,
ninguno terminó fusilado, se trataron como compañeros, cosa que
no siempre pasó en las tradiciones revolucionarias..., realmente eso
fue un gran aporte de la revolución cubana, respetarse aunque hubiera
corrientes distintas— pero no fue simplemente un intercambio de ideas. Había
una disputa muy fuerte entre proyectos políticos distintos, y no sólo
al interior de Cuba sino a nivel mundial. La propuesta del Che era una de las
corrientes pero la otra corriente tenía por detrás al gigante
de aquella época que era la Unión Soviética.
Eso está claro en sus comentarios críticos donde el Che donde
anota sus cuestionamientos al "Manual de Economía Política"
de la URSS. Me parece que era un debate político. Y ahí la posición
del Che le otorgaba a la ética una importancia fundamental, pero no sólo
para ser "buena persona", "buen vecino" y "y portarse bien ante la vida". Sino
también sobre cómo se construye una revolución. La tesis
guevarista sostiene que con la economía sola no alcanza; cuando habitualmente,
incluso este manual de la época militar, cuando quiere explicar el marxismo
dice:
"para el marxismo lo único que importa es la economía".
Y muchos marxistas, lamentablemente, caen en esa trampa y repiten lo mismo,
que para el marxismo lo único que importa es la economía. El Che
no estaba de acuerdo, para nada.
Para cambiar la sociedad, si no se construye la nueva subjetividad, si no se
construye un hombre nuevo, una nueva ética comunista, no se puede cambiar
la sociedad. LA DISPUTA ESTÁ EN LOS VALORES. Yo creo que la Universidad
de las Madres también está en ese terreno: todas las actividades
que se realizan, incluso las actividades que no tienen que ver directamente
con la política inmediata, están vinculada a esa lucha de los
valores, a esa lucha por una nueva cultura, a esa lucha por la hegemonía.
Nuestros enemigos también tienen una posición tomada muy clara
en ese sentido...
Claudia Korol:
Sí, también quería decir algunos comentarios, porque este
tema es apasionante. Nos sentimos casi obligados a darle más vueltas.
En estas relaciones, ética de las Madres, ética del Che, yo encontraba
algunos temas que me parece interesante pensar. Uno, esto que planteaba Beba
al comienzo sobre la socialización de la maternidad y también,
varias veces que se refirió el Che al tema de la familia. Hay una carta
cuando una señora española le pregunta al Che si no será
familiar, ella se llama Rosario Guevara, le dice "¿no seremos parientes,
no seremos primos?", él le responde que no sabe realmente si son
parientes, pero que si ella comparte el deseo de lucha, de justicia, de rebeldía,
bueno, son parte de la misma familia en este sentido.
Creo que estas dos, más allá de lo textual, la idea de que la
familia está en los que están luchando, en los que están
combatiendo, en los que están asumiendo una posición frente al
mundo, y en el caso de Madres: "nuestros hijos son todos los que luchan",
hay una fuerte comparación y además es un desafío a uno
de los pilares con que se construye la subjetividad del capitalismo, es decir,
la familia tradicional que sostiene y reproduce la dominación, que forma
los valores con los cuales se va reproduciendo el sentido común en la
vida cotidiana de la dominación.
A mí me parece que en este punto hay un tema para explorar, para seguir
pensando y para ver esto de la socialización de la maternidad no sólo
en los términos de la ampliación de la lucha, que me parece fundamental
en las Madres, es decir, salimos del drama individual para hacernos cargo del
drama colectivo y compartirlo, sino también desafío a este concepto
tan fundante de los pilares que sostienen el capitalismo, uno de ellos: la familia,
otro puede ser las leyes, la propiedad, etc. Lo dejo así para los debates.
Otro tema me parece que tiene que ver con esto que decía Néstor
y que también se planteó, que es el lugar de la subjetividad
en la lucha y el lugar de la voluntad dentro de esa subjetividad. El
Che siempre fue acusado, incluso dentro del campo de las izquierdas, por "voluntarista"
y las Madres también, e incluso el concepto de "locas" en el campo popular
tiene que ver con eso: "está bien, pero es una locura lo que están
planteando". No tiene que ver con el realismo político que manda
y ese realismo político es sentido común, y ese sentido común
es conservador, es reproductor también del imaginario, de las ideas que
conservan lo existente.
El desafío a eso, ¿qué es? Cuando el Che se fue para Bolivia —algunos
dicen fue una locura, muy bien el Che, macanudo, muy entregado, pero una locura;
cuando se embarca en el Granma fue otra gran locura. Más allá
del resultado de uno o de otro, el tema era poner también el factor voluntad
como una categoría de la construcción histórica. Es decir,
no se va a combatir el capitalismo sin voluntad de enfrentarlo, sin voluntad
de desafiarlo y sin poner, en esa voluntad, el cuerpo, que es un elemento que
yo veo como un paralelo. Cuando el Che le escribe a su familia para despedirse,
a su mamá, que a veces también le criticaba esto, aunque era una
luchadora, él le dice: "me dirán aventurero y lo soy, sólo
que de un tipo distinto, de los que ponen el pellejo para demostrar las ideal".
Cuando dice pongo el pellejo, está diciendo en estas ideas estoy poniendo
mi cuerpo, estoy poniendo mi vida. Y creo que esto es también una constante
del discurso y de la práctica de las Madres: el poner el cuerpo en la
calle, en la resistencia, en el irse a Mosconi [pueblo del interior argentino
donde hubo una feroz represión contra el movimiento piquetero] ese mismo
día que estaban ahí, los compañeros peleando y en situación
de un gran acorralamiento, el haberse ido a las zonas de guerra. Claro, si uno
lo ve desde el realismo, dice ¡qué locura!, ¿y si les pasa algo? Algunos
por seguridad habrán dicho ¡no!, ¿cómo se les ocurre? Y sin embargo,
el gesto era estar y ahí retomar algo que también me parece es
parte de los enfoques del Che: cuando él decía "no hay que
desearle suerte al agredido, sino compartir su propia suerte", entonces,
de alguna manera, decir bueno, no, no saquemos la declaración de solidaridad
con la situación de acá, o de allá, o del otro lado, firmar
papeles está bien, vale la pena como documento, pero quedan ahí,
hay que estar también, hay que ponerse en el lugar y creo que en esto,
las Madres han dado un ejemplo permanente.
Tiene que ver con algo que en el Che también estaba, que es la pedagogía
del ejemplo, es decir vale más dar una vez que hablar o escribir no sé
cuántos libros sobre la importancia de tal o cual situación. Es
decir, a veces el ejemplo enseña y enseña más y además
invita e invita más porque uno ve que es posible. En papel contra papel
o teoría contra teoría, uno puede elegir la que más le
guste o más le acomode; cuando se trata de discutir prácticas
y ejemplos, ahí me parece que pasa a ser más desafiante porque
nos pone contra nuestra propia historia individual y contra esto de decir, bueno,
tenemos que ver cuál es el grano de arena que nosotros podemos escribir
dentro de esta historia social.
El concepto de hombre nuevo, que el Che lo trabaja y lo repite tanto, y la idea
de que el hombre nuevo va naciendo en la lucha revolucionaria y ahí es
también interesante, porque cuando las Madres dicen: "nuestros hijos
nos parieron", están diciendo que nacieron nuevamente y que, de alguna
manera, ellas son mujeres nuevas, nacidas de ese parto de sus hijos revolucionarios
y cuando el Che con su gente estaba luchando en Bolivia o en el Congo estaba
tratando también de producir ese parto de hombres y mujeres nuevas, como
él decía, revolucionarizados en la acción y por la acción.
Para terminar, también esta forma de solidaridad, que creo que en las
Madres está clarísima y por eso les da bastantes disgustos, que
es el internacionalismo antiimperialista; este posicionamiento intransigente
contra el capitalismo y contra los Estados Unidos a los que el Che también
nombró con nombre y apellido, él no hablaba con generalidades,
decía: éste es el enemigo, las Madres dicen con claridad: éste
es el enemigo. Y eso le trajo disgustos a él, a todos, porque no lavan
las palabras y eso, incluso dentro de nuestro campo, se acostumbra a veces,
vamos dejando en el camino palabras, vamos reemplazándolas, queda mejor
decir así, ya no digamos "imperialismo", digamos "neoliberalismo", no
digamos esto, digamos lo otro. Bueno, cuando se recuperan conceptos y se dice
esto es así, el concepto de enemigo, de imperialismo, de quién
es y nombrarlo, se ponen al desnudo muchas cosas y se desafía todo un
campo que hizo este lavaje de palabras. Entonces se nos plantea un debate nuestro,
en nuestro propio campo, y me parece que también esta cuestión
de la verdad y los principios por sobre todo cálculo, incluso sobre el
cálculo de "tal vez, si aflojamos un poquito el discurso, nos vean mejor".
Esto es un ejemplo también, y para mí uno de los ejemplos más
valiosos, muchas veces se dice y esto construye consenso. Muchas veces se dice
por ahí: ¡qué grande el Che, porque pudiendo haber sido no sé
qué en Cuba, se bajó de ese puesto y fue a combatir de manera
anónima a otros lugares del mundo! Para terminar, también esta
forma de solidaridad, que creo que en las Madres está clarísima
y por eso les da bastantes disgustos, que es el internacionalismo antiimperialista;
este posicionamiento intransigente contra el capitalismo y contra los Estados
Unidos a los que el Che también nombró con nombre y apellido,
él no hablaba con generalidades, decía: éste es el enemigo,
las Madres dicen con claridad: éste es el enemigo. Y eso le trajo disgustos
a él, a todos, porque no lavan las palabras y eso, incluso dentro de
nuestro campo, se acostumbra a veces, vamos dejando en el camino palabras, vamos
reemplazándolas, queda mejor decir así, ya no digamos "imperialismo",
digamos "neoliberalismo", no digamos esto, digamos lo otro. Bueno, cuando se
recuperan conceptos y se dice esto es así, el concepto de enemigo, de
imperialismo, de quién es y nombrarlo, se ponen al desnudo muchas cosas
y se desafía todo un campo que hizo este lavaje de palabras. Entonces
se nos plantea un debate nuestro, en nuestro propio campo, y me parece que también
esta cuestión de la verdad y los principios por sobre todo cálculo,
incluso sobre el cálculo de "tal vez, si aflojamos un poquito el discurso,
nos vean mejor". Esto es un ejemplo también, y para mí uno de
los ejemplos más valiosos, muchas veces se dice y esto construye consenso.
Muchas veces se dice por ahí: ¡qué grande el Che, porque pudiendo
haber sido no sé qué en Cuba, se bajó de ese puesto y fue
a combatir de manera anónima a otros lugares del mundo!
Es cierto; es decir, es una parte de lo cierto. También podríamos
decir ¿y cuántos monumentos les podríamos hacer a las Madres?
Y estaría todo el mundo contento, les levantamos un monumento en cada
plaza, ¿no? Y se terminó la historia. Y a mí me parece que también
de la renuncia a esos monumentos y el decir, bueno, el monumento en todo caso
es continuar la lucha, es bajarse del pedestal y seguir luchando, seguir combatiendo,
seguir dando ejemplo. Ni el dinero, ni el falso honor, digamos, que como el
Che no vamos a estar felices hasta que no se vean estos ideales realizados,
y no sólo a escala nacional sino a escala mundial. Estos me parece que
también son elementos de aprendizaje, elementos comunes, elementos de
encuentro que nos permiten abrir una serie de campos de análisis, para
lo que son las prácticas actuales de los movimientos populares, de los
movimientos revolucionarios, son parte de los legados en términos de
enseñanza en la experiencia de las Madres.
Evel Petrini:
El amor es lo que nos mantiene vivas en la lucha, por los hijos y por los ideales.
Las Madres nunca dejamos de reconocer que odiamos al enemigo, lo que sí,
nunca quisimos vengarnos del enemigo, matándolos, porque sería,
ponernos a la altura de ellos y ser como ellos. Nunca quisimos matarlos, siempre
quisimos repudiarlos y condenarlos a una justicia de encierro de por vida, que
se pudran, que trabajen, que piquen piedras...
La verdad que el odio es impresionante, pero nos da mucha fuerza cuando tenemos
que enfrentarlo, toda esta furia que nos da cuando nos sentimos impotentes,
como en Mosconi, cuando pasó lo de este pibe que está internado,
que herido de bala ha quedado hemiplégico, está solo, ha luchado
con tanto amor por sus ideales. Eso nos pone muy impotentes, nos da mucha pena,
pero también nos da fuerza para ayudarlo, para pedir colaboración,
para decir que ese pibe tiene que estar bien. Si luchó por lo que quiso
y le tocó eso, nosotras vamos a estar acompañándolo, no
vamos a arrepentirnos jamás de la lucha.
Muchas de nosotras veníamos de una cultura burguesa muy marcada, hablar
de "comunismo" era mala palabra, era sucio... Era muy difícil para la
mujer tener conciencia política, muy difícil en la época
que nosotras nos criamos. Cuando los hijos nos avivaron, empezamos a pensar
y empezamos a sentir. A medida que vos vas sintiendo que algo podés ir
haciendo, cuando sentís que te gusta lo que hacés, cuando pensás
hacia dónde te dirigís, ¡es tan importante!. Cuando ves que te
gusta darle la mano al otro y agregarle sentimiento, ahí te vas dando
cuenta de que servís para la Revolución. Que no la vas a hacer
hoy o mañana, pero que servís para hacerla.
Si me preguntan ¿cuál es la fuerza de las Madres? ¿De dónde sacamos
tanta energía a pesar de la edad que tenemos? Pues no hay misterios.
Ese, en todo caso, es el único misterio: la fuerza de las Madres son
los hijos. No hay otra respuesta. Cuando a vos te llevan lo que más querés,
cuando te entran a tu casa y te arrebatan lo más grande que tenés,
cuando sabés que no lo podés encontrar en ningún lado,
¿vas a pensar en tu vida o en tu miedo? ¡No!. Más que eso no te puede
pasar. Eso fue. Las Madres nacimos así. Yo tengo otro hijo, otras tienen
otros hijos, y otras tenían nietos que cuidar. Pero vos al otro lo tenías,
y te lo arrebataron y no sabés ni dónde estaba, ni qué
le pasaba y no pensábamos en aquel momento que no lo íbamos a
ver más. Nunca pensamos en la desaparición, nos costó tiempo.
Íbamos con la bolsita, con el calzoncillo, con la bombachita, pañuelos,
para ver si estaban presos, pensábamos si se lavaban los dientes...,
llevábamos el cepillito para lavarse los dientes.... Las veces que veníamos
a la Plaza, todos los días con la bolsita, para ver si podíamos
ir a las comisarías, a los lugares, y encontrarlos.
El primer grito de Madres fue ¡queremos nuestros hijos!, ¡que digan dónde
están! La desaparición, no saber dónde están, es
lo más horrible que puede pasar. La desaparición no se puede
explicar. Que Dios quiera no nos pase, que no pase nunca más, que
nunca más tengamos que lamentar esto. Por eso es que ahora tenemos que
estar muy firmes, mirar muy bien, porque está volviendo eso. Los pibes
que mata la policía, los que se lleva. Los jóvenes a los que están
presionando para que no participen; ese miedo que se tuvo en ese momento hizo
que muchos de nuestros hijos murieran, muchos más de los que debían
morir. Y la sociedad tiene un grave conflicto de conciencia con eso. Por eso
nos decían "locas", nos repudiaban, porque nosotras metíamos en
la cabeza lo que en realidad estaba pasando. Revolvíamos y muchos, que
hoy quizá sean de una generación mayor, decían: "y bueno...,
en algo andarán..., por algo será..., nosotros, los argentinos,
somos... derechos y humanos...". Y nosotras gritando en la calle, no es
esto la realidad, saliendo al mundo, sin haber viajado nunca, a contar lo que
en realidad pasaba, pensando cómo, de qué forma podíamos
hacer una carta para informar al mundo lo que pasaba. Éramos muy ignorantes
pero teníamos el dolor y el riesgo de salir a averiguar porque era el
hijo el que nos faltaba, no era un zapallo. Y ese hijo era lo más hermoso
que podía tener nuestra vida, entonces el miedo, si lo sentías
en algún momento, lo echabas a un costado, pero no te dabas cuenta. Y
menos cuando estábamos juntas, si alguna vez sentimos miedo cuando nos
perseguían, cuando nos golpeaban, nos metían presas, nos juntábamos
y éramos como un bloque, y así también la circunstancia
nos fue enseñando que lo individual no sirve.
Lo bueno era estar juntas, sentirnos fuertes, que a todas nos pasaba lo mismo.
Íbamos a la comisaría cuando se llevaban a una y nos metíamos
todas, ¡y qué problema les creábamos a los milicos!, porque nos
sentábamos en el piso y empezábamos a gritar y rezábamos,
porque el milico le tiene miedo a Dios y al himno. Entonces nosotros rezábamos,
mientras rezábamos el rosario, gritábamos ¡ay, dios mío,
hacé que estos asesinos no les hagan nada a nuestros hijos! Y los tipos
se tenían que aguantar el rosario y entonces nos sacaban y así
la que estaba sola, no tenía miedo. Y eso lo fuimos aprendiendo y nos
enseñó a querer el socialismo. Nos enseñó a pensar
cómo se puede cambiar y cómo se puede pelear.
Esta bien, hay 30.000 desaparecidos y nunca hubo 30.000 madres de desaparecidos.
Hay muchas madres que por miedo, por miedo —porque ellos dijeron muchas veces,
"no haga nada porque si hace algo, le va a pasar algo a su otro hijo"—
pero una qué piensa, entonces ¿yo por miedo a que me lleven este hijo
voy a dejar que me maten el otro? No. El otro está ahí y si
le toca, Dios dirá, pero hay que salvar al que no está. Esas fueron
posiciones.
Ahora una cuenta las cosas y parecen muy fáciles, pero fueron actitudes
muy fuertes, de mucho dolor, de mucho andar. Y como nosotras andábamos
y empezábamos a preguntarnos qué podíamos hacer, así
fuimos inventando las cosas, a fuerza de dolor, de golpes, de ir a las puertas
de todos los lugares y que se burlaran de nosotras. Y todas esas acciones, qué
podíamos hacer cuando venía un personaje y nos parecía
que hacíamos la gran cosa. Nos reuníamos en un lugar secreto,
íbamos a hacer una cartita y la íbamos a firmar todas. Y nos juntábamos
y ahí, porque nos perseguían hasta la casa a mucha gente, entonces
hacíamos esa acción y nos parecía que con eso íbamos
a tocar el cielo. ¡Ilusas!, porque cuando mandábamos carta a Naciones
Unidas, ¡uy, Dios mío!, va a ir al Organismo, van a hacer algo por el
hijo, y resulta que una vez, el primer viaje que hacemos a Europa, va Hebe [de
Bonafini] al Organismo y... ¿con qué se encuentra?, con que era el momento
de la guerra y todos, hasta Cuba y Rusia que necesitaban trigo, y el negocio
con Videla lo necesitaban y entonces negociaban trigo por nuestros hijos.
Y un montón de cosas que vimos en el exterior, esos viajes que también
nos dieron mucha enseñanza; que aprendimos a ver que las instituciones,
estas con tanto renombre, no sirven para un pito, que lo único que hacen
es llegar siempre tarde y que cuando vos les pedís algo, verdaderamente
no sirven. Eso nos fue enseñando, nos fue alimentando. Nos fuimos dando
cuenta que a los chicos no los íbamos a encontrar tan fácilmente.
Que había un proyecto diferente. Ahí empezamos a entender qué
era un proyecto político, ahí dijimos: "Esto está planeado;
es como nos decían los chicos; estos [los militares argentinos] quieren
meter un plan económico y para eso necesitan sacar toda la oposición
que hay y los chicos son lo más grande, lo más claro, los que
tienen las cosas que les van a impedir, entonces, deciden impedirlos a ellos
y los sacaron". Esto lo fuimos conversando así, nos surgió
así y así le hubiera surgido a cualquiera de ustedes.