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Sección Especial Bolivia

El aymara y el quechua se escucharán en el Congreso boliviano

 
Fuerte presencia indígena en la Parlamento boliviano.

El aymara, el quechua y el guaraní, lenguas nativas andinas y amazónicas, tomaron posiciones en el Congreso que este domingo elegía al liberal Gonzalo Sánchez de Lozada como presidente número 65 de Bolivia.
Al menos 50 de los 157 congresistas argumentaron en sus lenguas maternas y, en aras de ser entendidos, también se expresaron en castellano, idioma oficial boliviano, durante una maratónica sesión congresal de casi 24 horas ininterrumpidas.
Los representantes de los grupos étnicos mayoritarios de Bolivia, gran parte de los cuales debutan como parlamentarios, demostraron sus dotes políglotas al hablar en aymara (lengua de los indios andinos), quechua (hablado en el subandino) y también en guaraní, que predomina en la región amazónica del país.
Rosendo Copa, cacique qaqachaca, una comunidad de secular tradición guerrera, puso la nota de color al hablar en los tres idiomas autóctonos y reclamar a sus colegas blancos y mestizos la urgencia de estudiarlos y aprenderlos.
"Y ahora voy a hablar en castellano, porque para comunicarnos entre nosotros he tenido que aprender", indicó.
La ausencia de equipos de traducción simultánea priva a los parlamentarios hispano parlantes de entender los discursos de sus colegas indios, y cuando éstos últimos se refirieron en la "lengua impuesta (por los colonizadores españoles entre los siglos XVI y XVII)" llamaron a la confusión por problemas en el acento y la construcción gramatical.
La confusión idiomática hizo evocar el episodio bíblico de Babel, el lugar donde confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra.
Las dificultades de entendimiento llevaron al diputado mestizo Jorge Valdés a reconocer en público, en un rapto de honestidad, que lo único que conocía del aymara era la invectiva "chinha hamp'atita" (bésame el trasero).
Dos de los tres líderes indígenas, Felipe Quispe y Alejo Véliz, hablaron en sus respectivos idiomas aymara y quechua y cuando ensayaron algunas ironías sólo sus bancadas las celebraron.
El líder socialista de los indios cocaleros, segundo en las elecciones del 30 de junio y aspirante presidencial en la liza congresal, Evo Morales, se pronunció en cambio en castellano con algunos defectos fonéticos.
"Voy a hacer el esfuerzo de hablar (en castellano)", anunció de su lado el indio amazónico José Bailaba, que lució vestimenta selvática y que después de tildar de ignorante e irreverente a su colega Valdés por mofarse de los pueblos indígenas, votó por el "saruki (presidente en guaraní) Morales".
Aunque en la reforma educativa implantada en 1994 se prescribe la instrucción escolar en lenguas nativas, en Bolivia no se habla ya idiomas autóctonos puros, lo que sí sucedía hasta la década de los 70, pues el fenómeno migración campo ciudad ha convertido al castellano en un rasgo de prestigio social, según el antropólogo peninsular Xavier Albó.
Lo mismo que el quechua y el guaraní, el aymara, principalmente, sobrevivió a las conquistas de los incas (siglo XI) y españoles (siglo XVI) gracias a la tradición oral.
El carácter multiétnico y pluricultural del Estado boliviano está, como jamás en su historia, representado en el Congreso boliviano, con un 30% de componente indígena.
El 52% de la población nacional de 8,3 millones de habitantes es de origen indígena. Emplazada en siete zonas fisiográficas diversas, desde las alturas de la cordillera de Los Andes hasta el tropical Escudo Brasileño o Precámbrico, Bolivia aglutina a 37 comunidades indígenas.