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La Fogata, Marzo 2001 - Marzo 2009, 8 años..

"NUESTROS SUEÑOS, NO CABEN EN SUS URNAS"

Garabateamos algo….entre nos….

** Por Rene Vasco Irurzun

Cualquier intento de colocarnos en la contradicción, inherente a la política y el desenvolvimiento del poder, es posible que frustre el pensamiento, porque la parcialidad nos pone sus límites, pero quien no la tiene?

Si intentamos salirnos?, Es posible observar que hay situaciones que desencuadran y desestructuran los caminos discursivos establecidos. Se podría intentar?

En ninguna de las grandes organizaciones y movimientos Sociales agrupados en torno al gobierno se percataron o sintieron el olor siquiera del advenimiento de situaciones que los desbordaban- Tampoco desde la  fusiforme oposición.

No habrá un suficiente enraizamiento en los territorios? O el rol que juegan en los territorios no es el de compartir y proyectar las existencias, sino mas bien transitan un camino alejado al de muchos jóvenes que allí habitan?, O los territorios están hoy organizados por el narcotráfico?  Todo parecería indicar que los saqueos tuvieron sus particularidades y es por eso que llaman la atención y causan sorpresas a todo el arco político  sindical, oficialista u opositor

 ¡Podría pensar alguien seriamente que el moyanismo tiene la capacidad de conducir estos acontecimientos? .- No creemos que puedan existir  conductores si estos no está compenetrados en los problemas sociales existentes, son parte de ellos y los expresan profundamente junto a los demás. 

También resulta poco creíble  pensar que  lo determinante pueda ser la distribución de dineros para movilizar. Cuestión esta que no negamos que exista, y que haya incitadores; tampoco, pero conducir es otra historia.

Es que los jóvenes actores de los saqueos, son los hijos de las políticas o de los intentos por gestionar una profunda crisis civilizatoria que envuelve a los gobiernos de distinto signo. Mas particularmente son lo hijos directos del modelo que se desarrolla desde el  2003 en adelante.  Pero además y entre otras cuestiones, estos jóvenes están atravesados  también por una  memoria genético social  de los acontecimientos del 2001

-  El llamado modelo político en curso, que establece su esencia en la afirmación presidencial de que  “el capitalismo es consumo”, dispara la pregunta que consumo? Quienes consumen y que consumen?  Quien produce para ese consumo?

Mas allá de los discursos patrióticos y liberadores de envoltorio, que hacen a la  presentación de ese consumo y esa producción,  que poco tienen de soberanía porque  el proyecto está diseñado, estructurado  y  depende de un mercado mundial , que nos asigna el rol de productores  de bienes primarios extractivos agropecuarios. La orientación de los capitales necesarios para este esquema constituye la base material de la producción y el consumo, diseñados si por el gobierno. Así se desarrollo una articulación entre mercado mundial y consumo interno. Este esquema tan anti distributivo, deja afuera a millones de personas, para quienes el Kitchnerismo  organizo un extendido sistema de asistencialismo.  Esto da una base de ingresos a los sectores excluidos,  que otorga básicos beneficios económicos, pero condiciona los sentidos, asimétriza pensamientos,  mata desenvolvimientos y drogadiza la creatividad. Volatiliza la organización desde abajo y funcionaliza hacia arriba. Este asistencialismo hoy esta trastocado por la creciente violencia de una distribución más  concentradora  de dinero que resulta ser la inflación actual.

En este esquema, muchos quedan más que sumergidos, ahogados y fundamentalmente una gran proporción de jóvenes, marchitos en sus aspiraciones, endeudados, a los que llamarles marginales seria ya tan perimido como escuchar a los que mencionan al lumpen proletariado. Ni  los llama algún sociólogo, porque ni trabajan ni estudian, y casi casi quieren decir que ni existen,  pero resulta que están. Sí, son muchos sobre todo jóvenes  a los que alienantemente  se les han borrado los sentidos de dignidad de la vida, Se percibe que para ellos participación electoral es motivo de intercambio mercantil, y resulta muy difícil explicar que democracia no sea un negociado. Son plenamente conscientes que el conocimiento en las escuelas no tiene nada que ver con su existencia, porque vida no es lo que transcurre para ellos. El inmediatismo se siente en términos absolutos, raya en un sentido atemporal, tan profundo que un plasma de 42 hoy y ya, conseguido de cualquier manera es maravilloso, significante.  Tan bueno como un par de llantas, (zapatillas) que aunque sea duren una noche y el día siguiente sea de calabozo. Son ellos los que de pequeños, recorren los grandes supermercados  juntando en un carrito lo que desearían comprar, y al llegar a la barrera detectora lo abandonan. Para ellos no es que la droga, la policía, o la justicia o los políticos sean delincuentes. Menos carga de dignidad que eso, son un curro, un negocio otro, al que tal vez, si le tiran una tabla salvavidas, se pueda acceder. La conformación de identidades es de una fragilidad que tienen una valoración positiva en su disposición al consumo, al narcotráfico, los pichones son para ellos una naturalidad, y llegar a transas una verdadera aspiración. Tienen una fuerte inclinación para  alistarse en el reclutamiento para el trabajo delictivo, muchas veces forzadamente policial. La esquina y la precariedad de códigos que allí se establecen,  le permiten zafar  del hacinamiento, no solo por amontonamiento físico sino de violencia interelacional. Saben que es un ascenso social en el barrio ser transa. El tema es ser algo que se pueda tener acceso a ser.  Y embarazarse, le da  un sentido vivificante y de atención de los que las rodean altamente significativo,  y muy por encima de cualquier enseñanza escolar. Y muchos de esos  jóvenes  son padres circunstanciales, que se olvidan de su paternidad después del fume de celebración. Y podríamos seguir describiendo a estos jóvenes  que tienen en esencia un amasijo en sus sentidos, que enrolla desde al asitencialismo al paco. Pero en sustancia, poseen una pérdida del sentido más vivificante de la existencia, por eso su vida o la de cualquiera puede derramarse por motivos que son insignificantes y sin que les resulten traumáticos, sino que parecería que hasta distintivos.  De allí que su ética se codifica en subsuelos sociales a veces insondables.-

Si lo podríamos pensar  con más profundidad, son productos de un sentido de la distribución, que tienen los  que creen que ésta es solo económica. De un desarrollo que se mide en términos del PBI, y el ingreso per capital, y que el progreso es el desarrollo de esta maravillosa tecnología que nos está destruyendo la poca vida. El viejo concepto de pobreza ha fenecido para emerger una precarización que se instala profundamente en los sentidos.-

Cabria considerar que todos esos acontecimientos sociales  que significaron los procesos de 19 y 20 de diciembre,  fueron tan importantes que tallaron en la vida social de la Argentina profundos surcos de nuevos valores y sentidos de la vida, de relaciones sociales que apuntaban hacia un posible transcurrir  emancipador,  que siguen emergiendo sistemáticamente de una y otra manera.  El Kitchnerismo fue uno de sus productos  y también el kitchnerismo  sigue intentando ser  su definitivo sepulturero.

Estos  saqueos en los que se quieren montar desde la política, unos para denostar a sus adversarios o enemigos, otros para salvar las gobernabilidades, resultan esfuerzos vanos ya que no asumen la existencia de procesos sociales que a unos u otros golpean impactantes, por encima del espectáculo que intenten montar y de explicaciones que quieran representar lo que difícilmente puedan concretar.  Estos jóvenes a los que se les ha saquedo la vida, muy difícilmente acepten liderazgos permanentes. La velocidad de degradación de sus existencias tiene la vertiginosidad del mundo que habitamos, y es tan veloz como la reproducción del capital. Los vínculos que establecen son plásticos  y  tan transitorios como la circulación del dinero electrónico-

El Kitnerismo sigue sorprendiéndose con situaciones que le son extrañas  y que parece algo cansado para seguir creando  formas eficaces de un control social extendido. Es que el  accionar de variados actores sociales parece haber retomado protagonismo en las movidas callejeras. Estas manifestaciones  apreciamos, no son fundadoras de la constitución de nuevos vínculos sociales, de novedosas   relaciones, o de acontecimientos que marchen en un sentido emancipador, será por eso de que la historia se puede presentar de distintas maneras, unas veces para adelante y otras para atrás, independientemente de su masividad y contundencia social.

En Bariloche, chispa que inicio la hoguera,  ciudad en la que por lo menos, más de treinta mil habitantes están sumergidos en la profundidad más honda que la pobreza, fundamentalmente con muchos jóvenes precarizados, fue notable como los saqueos no obedecieron a reclamos  de alimentos  ni de determinados bienes, sino más bien de la convicción de que no está al alcance de los jóvenes,  un proyecto de vida que les permita elevar su condición social. Aquí en Rio Negro, la respuesta gubernamental de proponer  entregarles módulos alimentarios fue como tirar más nafta al fuego demostrando una visión muy parcial y perimida de lo que significa la abismal y violenta diferencia social  que parece haberse establecido a través de las políticas del Estado, como una condición estructural. Y mientras estas asimetrías, o desigualdades sociales extremas sigan existiendo, en el marco de una excitación por el consumo, y una impúdica demostración y  ostentación del  lujo, con una inflación saqueadora, y una maquinaria que aliena profundamente,  estos problemas  seguirán reventando  sucesivamente.-

**El Vasco es uno de los ocho facilitadores en la Escuela de Autogestión Social en Cipolletti, a la que asisten jóvenes expulsados en su mayoría del sistema formal de aprendizaje.


Estado de bienestar – Estado de contención

Por Luis Mattini
La Fogata

Mas allá de superar cualquier determinismo, la historia sigue siendo, quizás, la más pedagoga de las disciplinas que estudian la conducta      humana. Y la historia confirma que la estructura productiva condiciona la política y que la política, o sea la voluntad y decisión de los seres humanos puede influir en la estructura. A eso se le llamaba relación dialéctica.

         Mi generación nació  y vivió la niñez y la adolescencia en el Estado de Bienestar peronista. El Estado de Bienestar fue creado por la Socialdemocracia como respuesta a la violencia de la dictadura del proletariado inaugurada por la revolución rusa  y consiste en propiciar el desarrollo capitalista mediante una alianza de clases. La clase obrera se alía con el capital productivo nacional, acepta un ministro de economía burgués y negocia el reparto de la riqueza. La lucha de clases deja de ser una lucha antagónica por el poder para ser una lucha por el reparto. Entre sus rasgos está la producción para el mercado interno, y la equidad en los salarios. O sea la diferencia de salarios es relativamente pequeña, para mantener cierta equidad social. En Europa los modelos rentables fueron los países escandinavos, Francia, Alemania y otros; en América los casos más importantes fueron Argentina de Perón, Brasil con Getulio Vargas, México con Cárdenas, pero la única plenitud fue Argentina y en menor grado pero más permanente Costa Rica.

El notable éxito en Argentina se debió, por un lado al talento de Perón, pero fundamentalmente a las ventajas de la llamada renta relativa de la tierra.  No obstante el desarrollo capitalista es inexorable y cuando el gran capital consideró ya intolerable, por insuficientemente rentable, tal situación, propició el golpe de estado de 1955 derrocando a Perón.

         Sembraron vientos y cosecharon tempestades. La  resistencia peronista transformó al peronismo en una fuerza muy combativa y a ello se sumó el surgimiento de una nueva generación, la nuestra, hija precisamente de ese Estado de Bienestar. Surgió el guevarismo que propició la salida socialista como única solución de fondo. Eso se sumaba a las grandes masas que seguían luchando por mantener el Estado de Bienestar expresado en el peronismo. A lo largo del tiempo fue necesario el terrorismo de Estado para aplastar esa lucha.

         Caída la dictadura, Alfonsín intentó restituir un tímido  Estado de Bienestar adecuado a los nuevos tiempos. No pudo.

         Entonces surgió Menem, quien tuvo la lucidez de entender que en el punto actual del desarrollo capitalista no hay lugar para el Estado de Bienestar por no ser rentable y propició la alianza de la burguesía “nacional” con el capital internacional, para impulsar un modelo productivo altamente rentable basado en los agronegocios y la minería de superficie. La industria se debe subordinar a las necesidades de la minería y los agronegocios, (maquinarias, automotrices, etc.) los bienes de consumo los provee el mercado internacional y se crea inevitablemente, en medio de la prosperidad, una enorme diferenciación social. Ya no se trata de la  diferencia entre capitalistas y trabajadores, sino que se le suma tremendas diferencias de salarios, o sea entre los propios trabajadores y entre los trabajadores manuales y los demás. Ese modelo es el vigente.

         Pero en  un país con semejante tradición de lucha popular este modelo funciona con enormes tropiezos, por ejemplo  los sacudones sociales que voltearon a De la Rúa. Para que funcione en paz era  necesario crear un  modelo político. Y esa fue la obra de Kirchner muy bien continuada por Cristina.

Este modelo político que podríamos llamar “de contención”.  El Estado les pide a los capitalistas que sean un poquito menos avaros, y cedan un poco de sus tremendas ganancias para mantener la paz social y de ese modo puedan explotar mejor a la gente. Forcejean  y de ese  forcejeo el Estado logra un paquete de dinero con el cual “socorrer” a los desplazados por esa lógica productiva.

         Porque así como el Estado de Bienestar tenía una lógica de plena ocupación no solo por la voluntad de los gobernantes, sino por  el propio mecanismo interno del modelo productivo, el actual modelo extractivo agro-exportador, comprende la restricción de mano de obra,  por lo tanto la desocupación es intrínseca, diríamos necesaria, al modelo. Digamos que el actual gobierno, administra con mucha mayor destreza que De la Rúa, el mismo sistema. Pero esa destreza, independientemente de mayor o menor talento que los gobernantes anteriores, esa destreza  de los Kirchner, tiene su mayor expresión en su admirable capacidad para comprar voluntades. No recuerdo en la historia nacional, nadie con ese talento para los negocios. Vendió espejitos de colores a un número muy grande de ex luchadores de los setentas: les presentó este modelo de contención como  un supuesto, no digamos siquiera modesto  Estado de Bienestar, sino un ilusorio Estado de transición hacia no seque….

          Es conveniente recordar que la popularidad de Perón, no residió nunca en la compra, sino en su política. Ahora podemos afirmar que una mirada objetiva a la situación mundial permite observar que transitoriamente en Argentina  las cosas están mejor que en la mayor parte del mundo. Sin embargo, en el actual estado del capitalismo, desaparecieron las fronteras, el imperialismo  es hoy imperio, dueño absoluto del mundo porque desapareció el peligro comunista. Por lo tanto ya no hay lugar ni siquiera para Estados de Bienestar. El capitalismo ha llegado al extremo de su voracidad y está poniendo en juego el futuro de la humanidad haciendo polvo la Cordillera de los Andes (se demuele una tonelada de roca para obtener un gramo de oro)  y transformado la agricultura en industria extractiva. La única opción para el futuro de la humanidad es retomar  a fondo la lucha anticapitalista y en el curso de esa lucha ir creando las condiciones para una sociedad libre.


La única forma de resistir al derrumbe de esta civilización occidental capitalista es crear alternativas
La nueva era  

Gustavo Esteva  
Radio Chimía  / La Fogata

Y la banda siguió tocando.  

El hundimiento del Titanic era irremediable. Ignorarlo era insensato. Pero la banda siguió tocando.  

El montaje del día primero es una ilustración flagrante de esa clase peculiar de ceguera. Mostró la brecha que se ha abierto entre las clases políticas y la gente, y reveló también su peligroso desapego de la realidad, la forma irresponsable y miope en que ocuparse de intereses mafiosos a corto plazo implica ignorar la hondura de la crisis económica, social y política en que nos encontramos.  

El discurso que se tiende actualmente sobre el país muestra los peores síntomas del autoritarismo populista que se ha instalado contra viento y marea. Está concebido como un triunfo irresponsable del optimismo sobre la realidad con la evidente intención de generalizar esa ceguera. La banda seguirá tocando hasta que los instrumentos y los músicos se hundan junto con el barco.  

Es particularmente difícil no escuchar el estrépito del derrumbe, que se observa en el mundo entero y se precipita muy agudamente en México. Quienes se encaramaron a los dispositivos del poder político, sin embargo, persistirán en esa sordera interesada… mientras les sea posible, por el tiempo que puedan.  

Pero los demás no podemos seguir haciendo oídos sordos. Necesitamos reaccionar.   

"Odio decir que se los dije, pero se los dije", nos dijo el subcomandante Marcos hace unos años. En varias ocasiones los zapatistas nos advirtieron de lo que ocurriría si no reaccionábamos. No reaccionamos. Ocurrió. Describieron en diversas circunstancias el desastre en que hoy nos encontramos. Anticiparon, antes que nadie, la serie de crisis que se han venido sucediendo y la destrucción que traerían consigo en las clases políticas, en el país mismo, en el tejido social… Abrieron con vigor y lucidez opciones de cambio, sin dogmatismos ni imposiciones. No las tomamos.  

El nuevo llamado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) necesita ser escuchado por cuantos intentan, desde abajo, resistir el horror dominante y crear otra posibilidad. Ojalá lo puedan escuchar hasta aquellos que abrigan aún la fantasía de que podría bastar un golpe de urna para remediarlo todo, quienes sólo pueden pensar y organizarse dentro del marco de los partidos y las instituciones y aún creen que el anticapitalismo es una mala palabra.  

Es útil mostrar de nuevo que el emperador está desnudo. Podrán atreverse a verlo y a decirlo en voz alta hasta quienes creen que es posible seguirlo negando.  

Pero mientras resulta inevitable escuchar el estrépito del derrumbe del mundo que muere, entre otras cosas porque el ruido abarca todo y se padece cotidianamente en carne propia, no pasa lo mismo con el estruendo del mundo que resurge. Para escucharlo se necesitan otras orejas.  

No estamos ante una variante más de lo que conocemos. No es otra vuelta de tuerca, un recodo más de un camino conocido. Es una novedad radical. Sus profundas raíces en el pasado no se dedican a reproducirlo o a realizar, aún peor, el intento imposible de regresar a él. Es otra cosa.  

Como quedó a la vista el viernes pasado, el mundo nuevo se construye con esperanza, gozo y celebración, a partir de la disciplina que se aprende en un orden propio, autónomo. Sólo así, desde la disciplina orgánica, la que se teje desde abajo por la propia voluntad, es posible plantearse la eliminación del poder y la autoridad coercitivos, la condición en que se usa la posición jerárquica para imponer una acción. En tiempos tan oscuros como los actuales resulta una bendición saber que contamos con ellos. Como dijeron hace tiempo Chomsky, Wallerstein, González Casanova y muchos más, la iniciativa política de los zapatistas es la más radical del mundo y probablemente la más importante. Lo fue ayer, aquella noche del primero de enero de 1994, que detonó una ola de movimientos antisistémicos en el mundo entero y nos despertó. Lo sigue siendo hoy, cuando resultan nuevamente fuente de inspiración para hacer lo que hace falta.  

Ha llegado el fin de una era. Las pruebas se acumulan todos los días. Nada podrá impedir su conclusión. Pero adquirirá una forma apocalíptica, profundizando la inmensa destrucción natural, social y cultural que ha estado caracterizando su agonía, a menos que seamos capaces de resistir tal horror. Y en estas circunstancias, la única forma válida y eficaz de resistir consiste en crear la alternativa. Nos toca hacerlo. Cada quien en su lugar y a su manera. Necesitamos disolver las relaciones económicas y políticas que nos atrapan en el mundo viejo, conscientes de que la creciente dignidad de cada hombre y cada mujer y de cada relación humana desafía necesariamente todos los sistemas existentes. De eso se trata hoy.  


El asadito

por Patricia Walsh*

Hace ya muchos años que venimos denunciando que en la Esma se hacían los llamados "asaditos". Hace mucho tiempo ya que la descripción del "asadito" puede encontrarse en artículos periodísticos como por ejemplo una nota del año 2008 ("Se referían al asadito", publicada en Página 12). Hace muchos años ya que en los llamados "juicios por la verdad" primero, y luego en los juicios Esma I y II y ahora el III se reproducen testimonios de las víctimas y sobrevivientes del campo de exterminio, como también de algunos pocos genocidas que rompieron el silencio. Dan cuenta que si no era "día de traslado", o sea el día fijo de la semana en que se apelaba a los llamados "vuelos de la muerte", los cuerpos de algunas víctimas de la Esma eran sometidos a la acción del fuego. Los genocidas de la Esma llevaban los cuerpos al campo de deportes, pedían combustible y cubiertas en el Sector Automotores, y entonces los quemaban.

Hace muchos años que varios sobrevivientes y familiares venimos denunciando que muy probablemente hicieran esto con nuestros seres queridos, "el asadito". Y por eso reclamamos y seguimos reclamando por el destino del campo de deportes de la Armada.

En ese lugar suponemos que pueden estar todavía hoy los restos óseos de Raimundo Villaflor y de Rodolfo Walsh, y de muchas víctimas más.

¿Se los busca?

No.

¿Se están haciendo las pericias que hay que hacer?

No.

¿Qué hacen?

Se comen un asadito.

* Hija de Rodolfo Walsh 


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