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ALCA

29 de noviembre del 2003

La visión original del ALCA se desmorona

Walden Bello
La Jornada

Estados Unidos intentó pintar la reunión del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), en Miami, como un éxito. La realidad es que el bando opositor al ALCA consiguió una victoria. Así lo valoraron los dirigentes de variados movimientos, conforme miles de manifestantes de todo el continente americano convergieron en esta ciudad durante la Marcha por la justicia global, mientras la policía de Miami y del condado Dade montaba un operativo de fuerza, demostrativo, para intimidar la protesta. Los manifestantes no se arredraron.

Que la gente no se achicó fue evidente en la Gala por la justicia global, celebrada el miércoles 19 de noviembre por la tarde, cuando los opositores al ALCA se reunieron en pos de "otro mundo", lo cual fue el meollo de un acto que incluyó un programa musical y discursos de muchos activistas del continente.

En representación del movimiento obrero estadunidense, Leo Girard, presidente del Sindicato de Acereros Unidos, declaró: "No permitiremos que nos roben la soberanía. No se trata solamente de comercio, sino de contratos de inversión y privilegios para los inversionistas y financieros voraces. Esta lucha es por nuestros hijos y nietos". Girard resaltó la contribución de los estudiantes activistas contra las maquiladoras, y narró la historia de cómo, esa misma tarde, más temprano, "rumbo a Guzman Park, para asistir al Foro de los pueblos, vimos un grupo de estudiantes rodeado de policías que los registraban. Y, żadivinen qué? Un grupo de acereros rodeó a los policías y exigió que soltaran a los estudiantes. Y los soltaron". Y eso hizo que la multitud se pusiera de pie.

Washington recula del ALCA

Sin embargo, la gran noticia del miércoles 19 fue la dilución de la visión que originalmente se tenía del ALCA. "Estados Unidos quería amarrar un acuerdo que abarcara todas las disciplinas", dijo un funcionario, delegado de un país latinoamericano que participaba en las negociaciones. "El bosquejo de la declaración ministerial que surgió del Comité de Negociaciones Comerciales refleja con claridad dicha retirada". El bosquejo propone un proceso "flexible" en el que los gobiernos puedan decidir la exclusión de algunas áreas de las negociaciones en torno al ALCA, incluso si otros gobiernos negocian la liberalización en estas mismas áreas. Como se afirma sin ambigüedad en la declaración: "Los ministros reconocen que los países pueden asumir diferentes niveles de compromiso. Además, las negociaciones deberían permitir que los países que así lo decidan, acuerden dentro del ALCA, obligaciones y beneficios adicionales".

Esto permitirá que Brasil y otros miembros del área de comercio del Mercosur se retiren de las negociaciones sobre inversión, propiedad intelectual, procuración gubernamental, servicios, políticas competitivas y otras áreas que no desean sujetar a una liberalización forzosa. Al mismo tiempo, permitirá que Estados Unidos continúe sus políticas de subsidio masivo a su agricultura al no entrar a negociar lo referente a ese rubro. El resultado es lo que los irónicos llaman "ALCA lite" o "ALCA a la carta".

Esencialmente, la declaración ministerial es la que puso en la mesa Brasil y el Comité de Negociaciones Comerciales en la reunión de San Salvador el pasado julio. Como afirmara el funcionario latinoamericano citado anteriormente, "Brasil decía: miren, 2003 es diferente de 1994, cuando Clinton lanzara las negociaciones del ALCA. Las políticas de libre comercio dieron malos resultados por toda América Latina. La gente ha derrocado gobiernos neoliberales. No había forma en que Estados Unidos lograra el acuerdo comercial abarcativo que deseaba".

Para sorpresa de muchos, Estados Unidos acordó el compromiso brasileño algunas semanas antes de llegar a Miami. Pero, según el funcionario latinoamericano, la alternativa era otro Cancún, es decir, el colapso de la quinta reunión ministerial de la Organización Mundial de Comercio, que se debió a las tan diferentes posturas entre Brasil y Washington, Canadá y otros simpatizantes. No podía ocurrir otra derrota de tan alto perfil. Los administradores del régimen de Bush no podían darse ese lujo, con las elecciones en puerta el año entrante.

Pese a que Estados Unidos reconsideró su postura, dice Tim Gerson, un agente de campañas comerciales de Public Citizen, pintará Miami como un logro. "Dirán que no se descarriló el tren, como en Cancún, y que se van de Miami con nueve vagones, es decir nueve áreas de negociación intactas. Lo que intentarán esconder es que los vagones están vacíos porque por todo el continente la gente se negó a subir".

Una vigilancia precautoria

Para contrarrestar el giro de los acontecimientos que pretende Washington, al tiempo de llamar a una vigilancia continua de lo que ocurre en torno al ALCA, la alianza denominada Campaña Continental contra el ALCA difundió la siguiente declaración el 19 de noviembre, después de que se diera a conocer el bosquejo de declaración mencionado antes:

"Presenciamos en Miami el fracaso del proyecto original del ALCA, pero al mismo tiempo vemos emerger nuevas y tal vez más peligrosas propuestas para las negociaciones. Estados Unidos intentará presentar la propuesta flexible como un logro de la reunión ministerial en aras de que las negociaciones sigan su curso. Pero esto es sólo fachada. Miami deja claro que Estados Unidos perdió su capacidad de convencer a la gente de las virtudes del proyecto de libre comercio, y como tal usa su fuerza para imponer sus objetivos tratando de aislar a los gobiernos del continente que pugnan por una visión diferente."

Para la organizadora brasileña Fatima Mello, pese a que la visión original del ALCA queda trunca, "hasta ahora el marco de referencia del ALCA, y sus principios básicos, permanecen intactos, la imposición de políticas de comercio neoliberales seguirá siendo una amenaza y sigue siendo importante oponernos a esta versión diluida del ALCA".

Para cubrirse en esta retirada táctica, el representante de Comercio estadunidense, Robert Zoellick, anunció que Washington emprendería negociaciones bilaterales de libre comercio con República Dominicana, Panamá, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. Para Sarah Anderson, analista comercial del Instituto de Estudios en Políticas Públicas de Washington, la jugada de Estados Unidos es una confesión de debilidad. "Están admitiendo que no pueden conseguir lo que quieren mediante el ALCA, y eso se debe a que el pueblo y los gobiernos resisten por todo el continente".

* Walden Bello es director ejecutivo de Focus on Global South y miembro de la junta directiva de Food First
Traducción: Ramón Vera Herrera