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Alca

29 de marzo de 2004

Sabemos qué es el ALCA, pero ży el ALCOM?

Alberto Cruz
Rebelión

El Acuerdo de Libre Comercio de las Américas es conocido. La lucha contra él, también. Prácticamente no hay foro donde no se condene; prácticamente no hay tribuna en la que no se le diseccione con la precisión de un cirujano con el bisturí; prácticamente no hay nadie con dos dedos de frente que no sepa que el ALCA forma parte de la estrategia global del imperialismo para hacerse con el control de los mercados latinoamericanos, una parte del mundo que -junto a Oriente Medio- se ha convirtiendo en crucial para la estrategia estadounidense de dominio mundial. Todo está dicho, y escrito, sobre una apuesta comercial que se ha defendido en el Congreso de los Estados Unidos como primordial para "garantizar a nuestras empresas el control de un territorio que se extiende desde el Polo Norte hasta la Antártica y asegurar un acceso libre sobre todo el continente, a nuestros productos y servicios, a nuestra tecnología y nuestros capitales, sin obstáculos ni dificultades". Es decir, la aplicación de lo que uno de los teóricos del nuevo "realismo unilateralista" que inspira a la Adminisración Bush, Michael Ignatief, director del Centro Carr para los Derechos Humanos, considera "un internacionalismo inconfundiblemente norteamericano, que refleje la unión de nuestros valores e intereses nacionales". Sobre todo, los económicos.

Y esta misma estrategia, y con casi el mismo nombre, es la que Estados Unidos está poniendo en marcha en Oriente Medio, aunque no sea tan conocida y los activistas contra el ALCA no la incluyan en sus protestas, sea en Cancún o en cualquier otro Foro, como el de Sao Paulo. La historia viene de lejos, de 1991. Los países árabes acudieron a la Conferencia de Paz árabe-israelí que se celebró en Madrid con el eslogan de "la paz como opción estratégica". Se trataba de dar los primeros pasos -en el marco de un acuerdo de paz entre Israel y sus vecinos, tomando en cuenta la realidad de Palestina como pueblo, que hasta entonces negaban los israelíes- para el establecimiento de unas negociaciones y la normalización consiguiente con Israel. La Conferencia de Madrid es conocida, no así las que le siguieron: Amán, El Cairo, y Casablanca. Todas ellas tenían como principal ingrediente el aspecto económico, la inserción de Israel en la zona como gran potencia comercial, y prepararon las condiciones, en el terreno político, para desembocar en la firma de los Acuerdos de Oslo (primer acuerdo palestino-israelí, que se firmó en septiembre de 1993) y Wadi Araba (tratado de paz jordano-israelí, firmado en 1994). Se daron, al mismo tiempo, otros pasos hacia la normalización entre Israel y otros países del Magreb (como Mauritania, Marruecos o Túnez, que establecieron relaciones comerciales de bajo nivel con Israel) y otros países del Golfo (como Barhein, Omán o Qatar, que hicieron algo similar). Sin embargo, al mismo tiempo que se firmaban estos acuerdos y se establecían estas conversaciones, se endurecía el embargo contra Iraq con la aquiescencia de la mayoría del mundo oficial árabe, que no a nivel popular.

Dados estos pasos, ya en 1995, el Banco Mundial decidió el establecimiento del Banco de Desarrollo del Oriente Medio, que se pretendía constituyese "una fuente más de financiación para el crecimiento de la región". Jordania, como se ha dicho, acababa de establecer relaciones diplomáticas y comerciales con Israel, convirtiéndose así en el segundo país árabe -tras Egipto, que lo hizo en virtud de los Acuerdos de Camp David de 1975- en reconocer al estado hebreo. Jordania pasó a convertirse en uno de los principales aliados de los EEUU en la zona y uno de los más seguros ámbitos de expansión comercial y económica del Estado de Israel, que ha entrado a saco en el proceso de privatización puesto en marcha por la monarquía jordana. Así, y en virtud de esa decisión antes comentada, el Banco Mundial eligió Amán para celebrar la segunda Cumbre Económica para el Oriente Medio y el África Septentrional, en la que se apostó por la toma de medidas para aprovechar los recursos hídricos de la región a fin de evitar la posibilidad de que su escasez pusiese en peligro el crecimiento económico de la zona. El agua, he ahí la gran herida que hará sangrar al mundo en esta zona no dentro de muchos años.

La pugna UE-EEUU

La Unión Europea se dio cuenta de la jugada y contraatacó presentando su propia propuesta: el establecimiento de un plan de colaboración euromediterránea y un espacio económico euromediterráneo en el que se preveía la liberalización total del comercio de productos industriales entre la UE y ocho países árabes para el año 2010. El objetivo formal era "crear un espacio de paz y estabilidad política, de bienestar material, de respeto a los derechos humanos y de cooperación social, cultural y científica", aunque los factores que verdaderamente impulsaron esta idea fueron la necesidad de expansión de los entramados empresariales europeos, la intención de establecer un control sobre la seguridad en ambas orillas del Mediterráneo, el freno de los flujos migratorios hacia el norte, la preservación del frágil equilibrio de las relaciones norte-sur ante la ampliación de la UE al este de Europa. El objetivo político no declarado era el deseo de combatir el aumento progresivo de la influencia de EEUU en la zona.

Como consecuencia de todo ello se creó el "Proceso Euromediterráneo", también conocido como "Proceso de Barcelona", que reunió en la capital de Catalunya a 27 Estados en noviembre de 1995. De allí surgió la aprobación de la puesta en marcha de una Zona de Libre Comercio en la región para el año 2010. Así, se firmaron acuerdos de libre asociación con Túnez e Israel (ese mismo año de 1995), con Marruecos (1996), la Autoridad Palestina y Jordania (1997). Con Egipto se llegó a un punto muy avanzado de las negociaciones, aunque no han concluido, al igual que con Líbano, Siria y Argelia. żEn qué consisten estos acuerdos? Prevén principalmente la aplicación de medidas liberalizadoras y la supresión de las barreras comerciales con el objetivo, utilizando terminología neoliberal, de eliminar "las economías centralizadas, cerradas y estatalizadas", es decir abrir los sectores productivos de los países del Magreb y Oriente Medio al capital transnacional monopolista, con todas las consecuencias que ello acarrea, principalmente privatizaciones masivas, desaparición de buen número de empresas de capital nacional y aumento de la desprotección de las clases trabajadoras. La aplicación de estos acuerdos se encuentra condicionada al respeto de los derechos humanos y los principios democráticos en los países firmantes, si bien no deja de ser una mera declaración de intenciones nunca aplicada por la UE como instrumento de presión para evitar violaciones flagrantes de los derechos humanos, como los cometidos por Israel en Palestina. En ese momento la UE creía que podría convertirse en un contrapoder a la potencia imperial: se había firmado el Tratado de Maastricht, se había puesto en marcha el proceso hacia la moneda única (el euro) se hablaba de crear fuerzas militares estratégicas exclusivamente europeas, se había ganado peso demográfico con la reunificación de Alemania, se había ganado peso de mercado con la expansión capitalista y financiera hacia Europa del Este y hacia América Latina? Todo ello como consecuencia el descenso de la capacidad de los EEUU de proyectar su poderío económico y militar por la debilidad de su sistema productivo.

Pero con la guerra contra Yugoslavia (1999) se rompió el espejismo puesto que ahí comenzó la derrota de Europa, en su propio terreno, y la constatación de quién detenta la hegemonía mundial. A partir de ahí quedó bien patente que los países europeos puede que estén unidos económicamente, pero no lo están políticamente y eso les debilita, demostrando que no pueden ser sujetos activos en las relaciones internacionales y que su margen de autonomía es muy escaso. Los EEUU recuperaban el protagonismo perdido, ponían de nuevo en marcha lo que se dio en llamar "Nuevo Orden Regional" en Oriente Medio (que ya habían impulsado tras la primera guerra contra Iraq en 1991) y los países árabes descubrieron que no podrían tratar de tú a tú al Estado de Israel sino que lo que se les pedía, lisa y llanamente, era que se quedaran al margen de todo y que abandonaran su papel regional para dar paso a la imposición de las condiciones que establecía el tándem EEUU-Israel. La desbandada entre los países árabes fue casi total, buscando cada cual cómo mejorar las condiciones de la relación con el bando estadounidense-israelí (en detrimento de la UE) y encontrar un mejor acomodo en el proyecto que estos dos países se traían entre manos. El primero en rendirse plenamente a esta estrategia imperialista fue Jordania, tanto que ya la embajada de los EEUU en Amán -ese mismo año de 1999- publicaba un informe (Comercial Country Guide: Jordan) sobre las "oportunidades existentes" en ese país, entre las que merece la pena señalar "las perforaciones de pozos de petróleo y gas natural y extracción de uranio" y "la construcción de infraestructuras, especialmente el ferrocarril", así como la mejora de la telefonía. El informe mencionaba también los campos abiertos para la expansión financiera en Jordania: los mercados bursátiles y el comercio a través de la compra de acciones, bonos del tesoro, y otros productos financieros. Todo ello inserto, claro está, dentro de un movimiento de capitales de extensión limitada que no depende de una labor productiva palpable. Igualmente, el informe de la Embajada norteamericana consideraba los diferentes sectores industriales de Jordania, desde las empresas de alimentación hasta las farmacéuticas, pasando por la industria textil y otras, como "espacios ilimitados ideales" para la introducción de productos norteamericanos en Jordania.

Se podría hablar largo y tendido de la estrategia de explotación directa de los recursos en Jordania tal y como se detalla en la propuesta de la Embajada norteamericana, y sobre todo del hecho de que las diversas vías adoptadas por esta explotación desembocan todas ellas en la explotación de los recursos naturales jordanos (el caso del uranio es paradigmático). Por lo que respecta al desarrollo de una red de telecomunicaciones, dicha red jugaría un papel muy importante a la hora de facilitar el movimiento de obtención de recursos y distribución de mercancías y servicios, así como del movimiento del capital en Jordania. Se preparaba a Jordania para ser el principal agente de la penetración económica y política del tándem EEUU-Israel en los estados árabes vecinos.

El Acuerdo de Libre Comercio para Oriente Medio

Por lo tanto, no es de extrañar que este país haya sido desde entonces el lugar elegido para poner en marcha todo el proceso de creación de un Acuerdo de Libre Comercio para Oriente Medio (ALCOM). A pesar de que con el comienzo de la segunda Intifada palestina (octubre de 2000) se paralizó en cierta forma toda esta estrategia, poco a poco el proceso de normalización continuó después, si bien es cierto que de una forma algo más lenta de lo planeado. Así, el 18 de julio de 2001 se inauguró en la ciudad de Zarqa (Jordania) la principal Zona Industrial Cualificada -un proyecto compartido con Israel-. Según Hisham Bustani, uno de los principales dirigentes del Movimiento Antinormalización de Jordania, "en las Zonas Industriales Cualificadas, el capital multinacional tiene la ventaja de exportar libre de aranceles y de cuotas al mercado de EEUU, con una condición: un mínimo entre un 8 y un 20% de la producción industrial debe ser importada de "Israel". El capital extranjero en Jordania tiene la libertad de transferir sus beneficios fuera del país, no paga ningún impuesto ni aranceles al gobierno, y explota la mano de obra, la tierra y las infraestructuras a los costes más bajos. Todo muy semejante a lo que conocemos del ALCA en América Latina.

Y dando una vuelta de tuerca más, en 2002 EEUU organizó un foro económico en Detroit, en el que participaron representantes de gobiernos árabes y empresarios estadounidenses para estudiar las nuevas iniciativas que la Administración Bush tiene en marcha para "incrementar" su comercio en esa zona. Si la segunda Intifada palestina había logrado paralizar, o dificultar, esta estrategia había que acabar con el otro factor de distorsión: Iraq. Un país que se negó siempre a un proceso de paz con Israel, que tiene inmensos recursos petrolíferos y tenía un proyecto de industrialización pesada o semi-pesada, por lo que no iba a funcionar como un buen miembro en esa área de libre comercio en el que el eje incuestionable sería Israel. Por lo tanto, he aquí otra de las razones para la invasión de este país en marzo de 2003.

Superado el escollo iraquí, de inmediato se celebró (23 de junio de 2003) en Amán el cónclave en el que se presentó en sociedad el ALCOM, que tiene la fecha del 2005 como inicio de su puesta en marcha. En palabras del representante de Comercio de EEUU, Robert Zoellick, su país ofrecerá negociar acuerdos generales de libre comercio a todos los países árabes "amigos". Esos acuerdos bilaterales se ampliarán para crear acuerdos subregionales al agregar países interesados que demuestren un "compromiso" con la apertura y las reformas. El elemento final de la estrategia comercial de Estados Unidos es proporcionar asistencia financiera y técnica para ayudar a los países a materializar totalmente los beneficios de los mercados abiertos. El ALCOM (o Iniciativa de Asociación del Medio Oriente, según la terminología estadounidense) contará con más de 1.000 millones de dólares de financiación anual provenientes de varias agencias gubernamentales estadounidenses y estarán dedicados a "estimular asociaciones con organizaciones y empresas privadas que apoyan el desarrollo".

El 1 de enero de 2004, el secretario de Estado Colin Powell publicó un artículo en The New York Times en el que decía lo siguiente: "Ampliaremos la Iniciativa de Asociación con el Medio Oriente para fomentar las reformas políticas, económicas y educativas en toda la región". Y terminaba, después de alabar los tratados bilaterales firmados con otros países, como Chile y los países de América Central, diciendo que "la propuesta de establecer un acuerdo de libre comercio con el Oriente Medio tiene prioridad en nuestra agenda". Dicho y hecho: a primeros de este mes de marzo. EEUU y Marruecos han firmado un acuerdo de libre comercio. Es el segundo país árabe, después de Jordania, que lo firma. Ya ha habido protestas populares -incluso los científicos marroquíes han expresado su oposición al mismo-, ya ha habido los primeros heridos en la represión de las mismas. Pero nada de eso trasciende a occidente y la solidaridad con ellos no llega. Como no llegó con el represaliado Movimiento Antinormalización en Jordania.

Por lo tanto, es de esperar que los diferentes eventos del movimiento antiglobalización, así como los Foros Mundiales que se comienzan a celebrar por doquier -como el que en julio tendrá lugar en Ecuador- tengan estos elementos en cuenta y, al mismo tiempo que se rechaza de plano el ALCA, se introduzca también en las resoluciones el rechazo sin matices al ALCOM. En la última sesión del Foro de Sao Paulo, la XI, celebrada en Guatemala, se criticó duramente el ALCA por ser "un plan de anexión". Eso mismo es el ALCOM.