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ALCA

22 de abril del 2003

Entrevista a Adolfo Pérez Esquivel
El ALCA: imposición económica y militarización de América Latina

Fernando Arellano Ortiz
Cronicón
(Extracto de la entrevista)

Frente a la agresión contra Irak es necesario repensar las democracias y los organismos internacionales, así como encontrar nuevos caminos de vida y convivencia entre los pueblos.

Hoy, en medio del proceso de globalización, a los países se les ve como mercancías. La Doctrina de la Seguridad Nacional en Latinoamérica no murió, está vigente pero sobre otros ejes.

Es un antimilitarista convencido que mira con preocupación las consecuencias que va a tener para América Latina la estrategia norteamericana de consolidar una plataforma bélica en todo el continente a través de una serie de bases militares que le va a permitir a Washington fortalecer, aún más, su posición hegemónica en esta región.

Al mismo tiempo, Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz 1980, analiza la agresión británica-gringa a Irak y sostiene que 'estamos frente al pensamiento sin sentimiento, que es una tragedia, es el vaciamiento de valores éticos y espirituales que han llevado a la humanidad a este punto sin retorno, provocado por los responsables que desataron esta guerra, buscando justificativos para apropiarse de los recursos de este país del Medio Oriente y continuar, de esta manera, con sus política de expansión mundial'.

- ¿Qué implicaciones cree usted que va a tener el ALCA para los países latinoamericanos?

- Hay que tener conciencia crítica para analizar las consecuencias del ALCA sobre la vida de nuestros pueblos: lo que significa este proyecto en cuanto a explotación, exclusión, la pérdida de la soberanía, pues este es un plan de hegemonía continental que Estados Unidos nos quiere imponer a través del Pensamiento Unico que, al parecer, para los latinoamericanos no hay salida ni alternativa, es el abismo, sin embargo debemos contrarrestarlo con el pensamiento propio, con la creatividad, con la toma de conciencia, con la identidad de ser pueblo. Tenemos que beber, como dice ese gran teólogo peruano Gustavo Gutiérrez, en el propio pozo, beber en nuestras propias fuentes de la vida y del entendimiento, porque la dominación no comienza por lo económico, la dominación es cultural.
Ahora bien, el ALCA no se puede tomar como un hecho aislado de otros graves problemas de América Latina como es la militarización del continente a través de la base de Alcántara en el Brasil, la base de Manta en Ecuador, la base en Tierra de Fuego en Argentina y las graves consecuencia que eso conlleva para el control social de nuestros pueblos.

- Usted ha venido luchando hace muchos años por el no pago de la deuda externa de los países llamados del Tercer Mundo. ¿Esa lucha no ha caído en campo árido por las imposiciones y la influencia de organismos como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional?

- Estamos frente a un sistema de dominación muy duro, sin embargo se ha avanzado en conciencia crítica, en organización, en propuestas, hoy el problema de la deuda externa está cada vez más vigente y estamos buscando alternativas frente a esto, alternativas desde el punto de vista jurídico. Una de ellas es llevar el tema a la Corte Internacional de La Haya para determinar lo legítimo y lo ilegítimo de la deuda. Lo otro estamos tratando de avanzar en la unión latinoamericana porque el ALCA no lo podemos ver sin tratar el problema de la deuda externa y las consecuencias, puesto que ese es el modelo de dominación.
Estamos en una lucha, en una resistencia para superar la grave situación que hoy vive no solamente América Latina sino también los países asiáticos y africanos. A ello hay que agregarle que hay una elevación de las tasas de interés totalmente inmoral, cuando éstas estaban al seis por ciento en forma unilateral Estados Unidos las aumenta al 22%, entonces esto es usura internacional, razón por la que venimos trabajando, y si las condiciones se vuelven insoportables a través de la unión latinoamericana debemos decirles no pagamos más esto, entonces el problema ya no es más nuestro sino de ellos.

- ¿Si embargo el hecho de que los países latinoamericanos no hayan logrado negociar en bloque con los organismos multilaterales de crédito sino en forma individual no desdice de nuestra insolidaridad regional?

- Sí, evidentemente, mientras los países latinoamericanos no nos unamos vamos a seguir en esta misma situación, no hay que olvidar aquel cuento que dice que cuando el emperador estornuda los súbditos se resfrían y esto es lo que está pasando con los Estados Unidos. Cuando Estados Unidos dice algo nosotros nos enloquecemos, nos movilizamos, en lugar de tratar de definir qué hacer para nuestro proyecto de desarrollo.

- ¿Y qué nos ha faltado para lograr pasar de la integración retórica a la integración real?

- Primero coherencia política. El único país que tiene un proyecto para América Latina lamentablemente es Estados Unidos y no es el proyecto que necesita nuestro continente.

- ¿Qué repercusiones políticas, en su concepto, puede tener el gobierno de Lula da Silva en Brasil?

- Lo primero que hay que plantearse es cuál es el margen de maniobra que tiene Lula para encarar los diversos retos que le deparan a Brasil. El primer aspecto que Lula debe encarar decididamente es su posición frente al ALCA y, en segundo término, determinar si mantiene el acuerdo con los Estados Unidos para el manejo de la base de Alcántara y las graves consecuencias que ello tendría para la militarización del continente.
Adicionalmente debe definir cómo salir del problema de la deuda externa, y otro aspecto importante es el que tiene que ver con el manejo de los mercados regionales, el fortalecimiento del MERCOSUR, por ejemplo, porque el problema del ALCA hay que analizarlo en el sentido de cómo nos fortalecemos primero los latinoamericanos para generar propuestas alternativas propias. El triunfo de Lula de todas maneras es una esperanza pero lo primero que debe encarar son las políticas sociales al interior del país para combatir las grandes desigualdades sociales y en estas políticas tiene que centrar sus esfuerzos, pero indudablemente éstas deberán ir acompañadas de un verdadero plan de desarrollo.

- ¿Cuál es la lectura que usted le da al Plan Colombia y sus incidencias directas en la región andina?

- El problema del Plan Colombia se enmarca dentro de la oferta y demanda de la droga. Lo otro es la situación de Colombia y el crecimiento del armamentismo y del militarismo en la región y en ese sentido la Doctrina de la Seguridad Nacional no murió, está vigente y está vigente sobre otros ejes, muestra de ello son las maniobras latinoamericanas realizadas en Argentina con los ejércitos de Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Estados Unidos que se denominaron Ejercicio Cabañas 2001. Ahí las hipótesis de conflicto que se presentaron son realmente preocupantes para América Latina y tiene que ver con el ALCA, la exclusión, la pobreza, la deuda externa.
El documento oficial del poder ejecutivo de la Argentina enviado al Congreso para justificar estas maniobras militares señala que el propósito de éstas 'apunta al entrenamiento de las Fuerzas Armadas de la región en un campo de batalla compuesto por civiles, organizaciones no gubernamentales y agresores potenciales'. Esta es, entonces, la hipótesis de conflictos para América Latina y cuando hablamos de esta situación creo que los gobiernos progresistas como el de Lula tendrán que enfrentarse con esta circunstancia que se origina por la influencia e intervención de los Estados Unidos. La pregunta es cómo contrarrestamos esto porque esta situación responde a políticas y a visiones geopolíticas continentales de Norteamérica que apuntan a la colonización de Latinoamérica.
Creo, en consecuencia, que estamos frente a una situación difícil, no imposible de revertir, a través de la unidad del continente y de propuestas políticas alternativas para poder avanzar en proyectos propios.