VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
ALCA

25 de noviembre del 2003

Abrupto cierre del ALCA

Raúl Wiener
Rebelión

Ya sabía, por mi afición en los 80 a la serie policial Miami Vice, que en esta ciudad los suspensos largos conducen a desenlaces rápidos y sorpresivos, y que las historias secundarias que se articulan a la trama principal y a veces son más interesantes, quedan normalmente sin resolverse. El ALCA, por supuesto, está bien lejos de las emociones de mi serie favorita y no hay nada en común entre Don Johnson, sus sacos blancos, sus polos chillones y su rechazo a las corbatas, con alguno de los ministros o negociadores del libre comercio.

Pero igual que como ocurrió varias veces ante la televisión, cuando esperaba una secuencia de hechos hasta llegar a los abrazos por la misión cumplida, me volvió a suceder, aquí, en el mismísimo Miami, que de repente ya estaban pasando los créditos del capítulo que terminó. Los ministros del ALCA debían tener un día y medio de difíciles deliberaciones para sonreír luego para la foto o irse por la puerta trasera como pasó en Cancún. Pero discutieron quince minutos, depués de una mañana perdida oyendo a Gaviria, Iglesias y los datos de la CEPAL que figuran en un libro que todos nos llevamos para la casa.

En el comienzo de la tarde tuvieron tiempo para escuchar a los ministros de trabajo que habían hecho tienda aparte los días anteriores. Ellos explicaron, como no, que los aspectos laborales no debían ser olvidados por el ALCA; los de comercio asintieron, y olvidaron el tema apenas los otros se fueron. Ahí quedaban quince minutos para la declaración de la que se había hablado durante un año. Declaración que había existido en una versión de hace varios meses, pero que la semana anterior la cambiaron a su antojo en Virginia un grupo de 14 gobiernos escogidos arbitrariamente por Estados Unidos y que la prensa llama "diluida", aún en esta ciudad del ALCA, donde todos los medios son definitivamente reaccionarios y Andrés Openheimer puede pasar por columnista independiente.

Cómo 14 reemplazan a 34, y de qué manera esos 14 hacen depender todo del trato entre los dos grandes: Estados Unidos y Brasil, son misterios del ALCA. Mayor intriga aún es saber porqué Venezuela es el único que protesta, discrepa o tiene algo que decir. Los quince minutos del ALCA fueron un intento de la delegación chavista por hacer notar que la declaración había olvidado olímpicamente los principios del Protocolo de Buenos Aires que establecían que en un escenario de amplias disparidades, los países pequeños no estaban obligados a devolver las concesiones de los más grandes y más ricos, con cesiones de su parte. Al contrario, la declaración dice que todos deben apuntar a un equilibrio entre lo que dan y lo que reciben, que arrasa el concepto de favorecimiento a los de menor desarrollo.

Los ministros, por supuesto, guardaron silencio. Y el ministro de Brasil llamó aparte al de Venezuela, para expresarle su comprensión sobre el punto, pero que sin embargo no había que insistir, porque si se reabría el debate del contenido, los más neoliberales (entiéndase Perú, Colombia, Chile, México y casi todos) podrían aprovechar para presentar sus posiciones de super ALCA y echar a perder lo que se había logrado con los Estados Unidos. Así nos enteramos que los hombres de Bush son el centro y no la derecha de esta negociación. Y los más peligrosos, por extremistas, son los gobiernos que están compitiendo con cero verguenza por un trato especial con los EEUU (los de los TLC, o su ALCA particular).

En los quince minutos del ALCA, el ministro Amorín evitó que Venezuela aguara la fiesta, el brindis y los abrazos finales. También logró la extraordinaria concesión que las objeciones venezolanas vayan anexas a la declaración para que se trasladen a la reunión del Comité de Negociaciones Comerciales (CNC) integrado por los viceministros, que se reune en febrero, y que deberá intentar traducir la declaración en alguna orientación concreta. La verdad es que el CNC que funcionó hasta el miércoles último había concluido reclamando mandatos (instrucciones) de los ministros parta avanzar los varios miles de puntos en que el ALCA está empantanado en los comités especializados, que también están reclamando mandatos.

Ahora como nadie tiene mandato para nada por la forma en que Miami saludó a la bandera, todos los comités quedan suspendidos hasta febrero, para que la CNC les entregue los mandatos. Pero la instancia no tiene atribuciones para ello. Así que nadie entiende lo que pasará. Pero Brasil está feliz por haber impedido que le saquen acuerdos en lo que no querían. Y Estados Unidos porque la reunión no reventó sobre su territorio. El tiempo del ALCA sigue corriendo y en julio se verán los ministros en México y allí deberán tener todo listo para el ALCA del 2005. Pero es imposible que las cosas se arreglen para allá.

¿Qué va a pasar? Lo único que puede decirse es que el ALCA no avanza, pero no quiere ser desarmada. Si insisten en el 2005, habrá solamente un acuerdo de ciertos aranceles y otras facilidades. Y nada más. Pero en el entretanto habrá TCLAN con México y Canadá, Caricom, con los del Caribe y Centro América, TLC, con Chile, TLC con los andinos sin Venezuela (a la espera que caiga Chávez), es decir casi todos bajo el ala del amo y el Mercosur para una posterior negociación. Así el ALCA paracerá flexible en su diseño básico y sin embargo la mayoría ya estaremos metidos en las versiones más duras. El Mercosur quedará como una débil resistencia y el resto de América en plena etapa de recolonización.