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Argentina, la lucha continua....

Los regímenes de bienestar y sus verdugos o crónica de una muerte anunciada.

Por Miguel Angel Hernández

El jueves pasado un jubilado de 91 años se suicidó en las instalaciones del ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social) Mar de Plata con un revolver calibre 38. Según diversos testimonios recogidos por medios de comunicación habría afirmado que no podía seguir dependiendo de sus familiares, y por ende, era su destino cometer dicho acto.

Más allá de lo trágico que pueda resultar la historia de una persona mayor quien después de haber trabajado toda su vida se ve en una situación de vulnerabilidad tal, llevándolo a no concebir otra alternativa posible fuera del suicidio, razón suficiente para sentirse indignado, trae a colación un problema que pareció desaparecer brevemente del panorama subcontinental pero el cual venia configurándose desde mediados de los años 70 con el auge del neoliberalismo, pasando por periodos de avance y reflujo, pero conservando una vigencia incuestionable, y tiene que ver con la incapacidad de concebir un sistema distinto al capitalismo que se ha posicionado en el sentido común, sembrando raíces tan profundas que permiten visualizar primero el apocalipsis que una vida más digna para todos y todas.

Frederic Jameson [1] ilustra este sentir cuando afirma que hoy día es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo, pero también Žižek, otro intelectual abocado a desenredar el confuso entramado de la cultura popular, hace eco de tal argumento cuando en una conferencia dictada en la Universidad de Buenos Aires se refería a la emergencia de teorías esotéricas que habían surgido con la supuesta profecía Maya que vaticinaba el fin del mundo para el año 2012 [2] , dejando en evidencia que podíamos pensar la extinción de la raza humana pero nos parecía improbable construir un sistema más equitativo.

Ésta derrota histórica del pensamiento crítico no es un fenómeno nuevo, Perry Anderson realiza una arqueología que la remonta a mediados del siglo pasado [3] , haciendo un llamado a reconocerla, no para resignarnos y aceptar que no existen alternativas, sino para poder avanzar sobre aquel pasaje de ruinas amontonadas que contemplaba el ángel de la historia descrito por Benjamín [4] y construir un futuro mejor.

Decía Gramsci que es necesario elevar el pesimismo de la razón con el optimismo de la esperanza, y no hay palabras más sabias para los tiempos que transcurren. La peor derrota se da cuando los vencidos asimilan su condición, soltando las armas y resignándose a su destino, ningún cambio histórico se dio en cuestión de días, aunque en la sociedad del espectáculo, donde la información se trasmite en cuestión de segundos y somos bombardeados constantemente con imágenes que nos desbordan imposibilitándonos, tanto para generar juicios de valor basados en un análisis profundos, como para sentir empatía por nuestros semejantes cuando los niños bombardeados en palestina pasan a ser cifras que conocemos por un tweet, nos haga pensar que un minuto basta para modificarlo todo.

Basta recordar el largo proceso que paso entre la revolución francesa y la revolución industrial permitiendo la conformación de los Estados capitalistas [5] que conocemos hoy en día. La paciencia apremia y la acción colectiva mueve al mundo, solo regenerando nuestra capacidad de pensar otra existencia posible, más solidaria, más justa, más humana, y mediante una movilización social constante y terca, que no se intimide frente a las dificultades, podremos realmente salvarnos de la catástrofe, porque no hace falta imaginarse la llegada de un meteorito, la guerra y la pobreza nos exterminan en silencio, mientras los días pasan, mientras se casa Messi y Shakira repite vestido.

Notas:

[1] Jameson, F. (2003). La ciudad futura. En New Left Review (en español). Nr. 21 (pp. 91-106)

[2] Žižek, S. (2003, Noviembre 25). La Estructura de la Dominación Actual y los Límites de la Democracia. Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras.

[3] Anderson, P. (2000). Renovaciones. En New Left Review (en español). Nro 2 (pp. 5- 20)

[4] B, Walter. (2008). Obras. Libro I/vol. 2. Madrid: Abada Editores.

[5] Se hace referencia a la elaboración que sobre dicha categoría desarrolla O'Donnell .

Fuente: lafogata.org