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Latinoamérica

Husmeando el No

Por Carlos Alejandro Lara Ugarte

Si hubiese uno o más… ¿Cómo husmear el camino recorrido por el No? (Referéndum del 21 de febrero de 2016) Y sobre todo cómo tener la certeza de que la carrera del NO terminó? O si es lo contrario, ¿Cómo saber hacia dónde va?

Para husmear las preocupaciones mencionadas, parece lógico explorar el momento en que se mediatiza el proyecto para habilitar el 2019 la candidatura de Evo Morales y Álvaro García. Sin embargo esto reduce el NO a un acto formal o legal, en razón la ruta legal que sigue.

La idea de presentar al binomio como candidatos en las elecciones de 2019, se acomoda a los mecanismos constitucionales para modificarla pero interesa partir del principio del proyecto al ser presentado como demanda de los movimientos sociales, la misma que finalmente fue canalizado por la bancada del MAS en la Asamblea Legislativa.

Las primeras críticas de la oposición más reaccionaria y de liberales conservadores al proyecto fueron confusas y de una mera oposición sin argumentos más allá de los que se estaban dando a lo largo delos 10 años de gestión del Gobierno. Se atacó el proyecto con las viejas y desgastadas consignas de lucha contra la dictadura, contra la libertad de expresión, libertad de prensa entre otras.

Las corrientes de izquierda más radicales, también aportaron (a la oposición) con consignas en los diez años de gestión, como aquello de su lucha contra el caudillismo, contra el continuismo, a favor de la alternabilidad o rotación de cargos, infiltración del proceso de cambio, extractivismo, populismo, etc.

El NO era, en la medida de lo anterior, nada más que cientos de consignas sin un cuerpo ni centro de gravitación real; solo un anti-evismo, intrascendente.

Siempre, el Gobierno supo y pudo, ante arremetidas reaccionarias, imponer voluntad de masas en el marco de estrategias del ejercicio de poder a favor de las mayorías y desde la Administración Pública en el Estado Plurinacional.

En el Referéndum, se jugó la continuidad segura de un proyecto de país, visto desde el Proceso de Cambio y la Revolución Democrática y Cultural, esto en razón a las confianzas generadas desde la Gestión Pública, basada en obras y potenciamiento económico del Estado.

El NO, durante 10 años de gestión de Evo Morales, agarró el capital generado por el bombardeo mediático y de las redes sociales que exacerbó el racismo, la discriminación, el resentimiento, el odio al "indio" y el "librepensamiento" liberal –pequeño burgués, como mecanismo de lucha anti - Evo.

El NO, entonces antes del Referéndum ya tenía su capital, en similitud numérica al capital o Voto Duro del SI.

¿Salto cualitativo del NO?

El NO debe entenderse como una construcción del proyecto político de clase en contra del proceso de cambio, de las transformaciones socioeconómica y en contra de la emergencia de indígenas, pobreros y campesinos.

Nunca fue sólo una consigna o una opción de consulta, el NO del referéndum fue un NO construido, cuidado, alimentado e impulsado por las fuerzas reaccionarias para derrocar a Evo Morales y revertir el Proceso de Cambio. El NO estuvo desarrollándose al día siguiente del ascenso de Evo y Álvaro, estuvo en la Asamblea Constituyente, en las movilizaciones racistas y discriminadoras contra pueblos indígenas y originarios. El NO ya estuvo en los chantajes del Imperio Gringo cuando quitó el ATPDA a Bolivia.

El NO también fue nutriéndose desde la izquierda opositora a Evo, desde neoliberales y liberales pequeñoburgueses, fue creciendo en medio de críticas, demandas, insultos; pero lejos de proyectos alternativos.

El NO con el Referéndum parece ocasionar un salto cualitativo para asestar un duro Golpe al Proceso de Cambio y a la Revolución Democrática y Cultural y, diseminar la unidad del pueblo ante la derecha.

El NO ahora no es la consigna u oposición sin horizonte; es la posta obligada de la Unidad de la Derecha y las fuerzas reaccionarias.

A esto se prestaron los libre-pensantes, los CUECAs, los intelectuales de izquierda e independiente que pregonaron y propagandizaron el NO. Estos son los nuevos filemones que apoyaron y son los viejos Marxistas-Leninistas que apoyaron al MNR el 1985 y los que derrocaron a la UDP. La historia se repite ahora bajo otros tópicos. (Tiene sentido excluir de nuestras generalizaciones a la izquierda que se movilizó por el voto en blanco o nulo).

Los movimientos sociales, trabajadores y pueblos indígenas y originarios; la historia en sí misma, tendrá que cobrarles a los izquierdistas y pseudoizquierdistas por actitud traidora y miopía política (entre otras por no valorar objetivamente un proceso que tanto costó llegar e impulsar), del cual el único que se beneficia es la derecha reaccionaria al servicio del Imperio Gringo, pero también deberán estar alerta ante las fuerzas restauradoras del viejo sistema en su nueva arremetida por hacer caer el Proceso de Cambio y La Revolución Democrática y Cultural.

Con lo anterior queda claro que:

1.- El SI tuvo que enfrentarse al NO cuando este último estaba en proceso de crecimiento y acumulación de capital humano (Elecciones en los niveles autonómicos y Referéndums por los estatutos.

2.- El NO tuvo la adhesión de críticos y radicales pregoneros del anti – evismo- tanto en sectores de la izquierda como de ámbitos liberales.

3.- La Guerra Sucia, jugó y cohesionó a reaccionarios, libre-pensantes y opositores de pensamiento liberal (de izquierda y derecha): todo en contra el Proceso de Cambio, el MAS, Evo Morales y la Gestión del Gobierno).

Finalmente: La nuevas visión al interior del MAS y la izquierda aliada del Gobierno ya exterioriza el replanteo y radicalización necesaria del Proceso de Cambio y la Revolución Democrática y Cultural, tanto desde componentes internos de la estructura del MAS como desde las medidas económica y política concernientes a la Gestión Pública.

Fuente: lafogata.org