Traducido por Sinfo Fernández.

En el 66º aniversario de la Nakba, el movimiento para la liberación de Palestina está inmerso en el caos. Los partidos políticos están divididos, la Organización para la Liberación de Palestina es disfuncional, la Autoridad Palestina depende de donantes extranjeros con agendas ocultas y se carece de una estrategia nacional colectiva. Las instituciones no cumplen sus objetivos y la capacidad del pueblo palestino para la movilización popular ha quedado debilitada.

Todos estos elementos favorecen que el régimen israelí imponga unilateralmente "hechos sobre el terreno" y que su defensor, EEUU, intimide con una injusta solución política. Ambos desarrollos socavan el Derecho al Retorno de los refugiados palestinos: la esencia de la causa palestina.

Israel niega el Derecho al Retorno a sus hogares de origen a 7,4 millones de refugiados palestinos y personas internamente desplazadas. Al mismo tiempo, Israel prosigue con sus esfuerzos para reasentar en el exilio a los refugiados palestinos y los dirigentes israelíes exigen cada vez más el reconocimiento internacional del Estado de Israel como un Estado exclusivamente de judíos. Como los acuerdos de Oslo fueron un fiasco, Israel intenta legitimarse "franjas de territorio", anexionarse el Área C y controlar los recursos naturales, especialmente el agua dulce. Además, Israel desplaza a los palestinos centrando su acoso en la Franja de Gaza, el Valle del Jordán, Jerusalén Este y el Negev.

En consecuencia, los palestinos viven bajo control militar en Cisjordania, bajo asedio en la Franja de Gaza, bajo discriminación institucional dentro del mismo Israel y Jerusalén Este y en condiciones angustiosas por todo el exilio.

Los palestinos que anteriormente buscaron refugio en Siria están viviendo ahora una catástrofe multiplicada. Sufren la guerra, nuevos desplazamientos y la destrucción de sus vidas en Yarmuk, Nierab, Sit Sainab, Jan al Shiej, Daraa y el resto de las poblaciones por toda Siria donde residían. Los palestinos se ven así desplazados por partida doble por diversos países, entre ellos el Líbano, Jordania, Turquía y Egipto, teniendo que afrontar nuevas humillaciones e insoportables condiciones de vida que hacen que muchos de ellos traten de escapar por mar, un acto desesperado que acaba causando la muerte y desaparición de cientos de refugiados palestinos sin que llegue siquiera a conocimiento público.

66 años de desplazamiento continuado han hecho que el pueblo palestino tenga que volver a acudir a nuestros principios fundamentales de justicia e igualdad y a depositar su fe en nuestros pueblos por todo el planeta en vez de en las inútiles organizaciones internacionales y palestinas. El momento actual exige un retorno a lo básico.

Nosotros, las organizaciones abajo firmantes, ratificamos lo siguiente:

1. Después de 66 años de desplazamiento forzoso desencadenado por el régimen israelí, el 66% del pueblo palestino se compone de refugiados o personas internamente desplazados. En ambos casos, tanto como principio como en la práctica, el Derecho al Retorno es la condición necesaria para lograr la autodeterminación del fragmentado y exiliado cuerpo político palestino;

2. El Derecho Internacional dota a los refugiados palestinos del derecho al retorno voluntario a sus hogares, a recuperar sus propiedades y a recibir indemnizaciones. Este inalienable Derecho al Retorno no está sujeto a negociación, intercambio, capitulación o expiración;

3. Los palestinos desplazados mantienen el Derecho al Retorno tanto a nivel colectivo como individual. El derecho se cumple sólo cuando una persona puede ejercer su libre arbitrio.

4. La resolución 181 (1947) de las Naciones Unidas para la partición de Palestina en dos Estados provocó el desplazamiento de entre 750.000 y 900.000 palestinos. Por tal motivo, la comunidad internacional codificó su responsabilidad para proporcionar protección internacional jurídica y física y ayuda humanitaria, facultando el Derecho al Retorno a sus hogares de origen a todos los palestinos refugiados y desplazados a través de la resolución 194 (1948) de la Asamblea General de la ONU y de la resolución 237 (1967) del Consejo de Seguridad de la ONU;

5. La heroica resiliencia y resistencia del pueblo palestino ante el rechazo de Israel al Derecho al Retorno, ante el continuado desplazamiento de los palestinos y ante la ausencia de protección internacional exigen que una institución como la Organización para la Liberación de Palestina se base en una representación e integración auténticas.

Anhelando la libertad y liberación del pueblo palestino, decimos SI a la representación palestina y a la protección internacional integral, y NO a detraer ninguno de los derechos de los refugiados.

Firmado por las organizaciones, instituciones y coaliciones siguientes: