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Latinoam�rica
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Los "socialistas" contra Ch�vez
Ariel Z��iga
A muchos convenientemente se les olvida que el socialismo, el comunismo y o el anarquismo constituyen una utop�a, un punto lejano en el horizonte al que pretendemos acercarnos con nuestras acciones cotidianas.
Tiene raz�n Chomsky, para nombrar s�lo a uno que lo ha dicho, que la pol�tica se ejerce en el mundo real y que, por lo tanto, no podemos estar permanentemente conspirando contra los v�lidos esfuerzos de transformaci�n, aunque nos parezcan insuficientes, superficiales o est�riles desde una teorizaci�n "pura".
Hacer pol�tica es actuar en el mundo, y si estamos en el bando de quienes buscamos la transformaci�n radical de lo existente es inherente a tal actuaci�n el que la lucha sea consciente, que sepamos qu� estamos haciendo y porqu�, que podamos en todo momento dar raz�n de nuestros actos. La teor�a, por lo tanto, no opera en un nivel superior sino que est� embebida en lo mundano, subsumida en lo cotidiano o no es m�s que palabrer�a.
Por lo tanto no debemos estar atornillando al rev�s de los procesos que buscan la emancipaci�n del hombre aunque caminen por senderos equivocados, ni menos conspirar contra las luchas que buscan, que intentan, aunque parezca un juego est�ril. Nuestra energ�a debe dispensarse en aportar la lucidez que escasea, la cr�tica que se torna en obsecuencia cuando los "cr�ticos" se hacen del del gobierno.
Prestarse para la ca�da del gobierno de Cuba o Venezuela es una actitud inaceptable, no s�lo de un "socialista" sino que de cualquier ciudadano del mundo que respete los valores de la autodeterminaci�n. Distinto es prestarse para lo opuesto, para defender lo indefendible, para inflacionar la moneda de la verdad o simplemente confundir poniendo todo en el mismo saco.
El informe de la "internacional socialista" [1] en contra del gobierno de Hugo Ch�vez constituye, en raz�n de lo expuesto, un grave atentado en contra de la verdad y la honestidad intelectual indispensable para relacionarse. Se debe aclarar que esta "internacional" no es m�s que una "marca" con la cual se abusa, no hace 20 sino que hace ya m�s de 100 a�os. La socialdemocracia no se transform�, parafraseando a Anthony Giddens, en un discurso de derecha para una audiencia de izquierda con la tercera v�a sino que eso ha sido desde su fundaci�n. La defensa irrestricta del orden republicano es, depurado de eufemismos, una acci�n conservadora del statu quo, es decir, se encuentra en las ant�podas de la transformaci�n social.
Las fuentes doctrinarias de la izquierda mundial coinciden en que la sociedad que vivimos no es democr�tica, que la separaci�n en clases sociales y su antagonismo hace de la pax burguesa nada m�s que un fraude de etiquetas. La socialdemocracia al aceptar "las reglas del juego" en un sistema no igualitario se miente a s� misma y a sus potenciales militantes, m�xime cuando la evidencia hist�rica apunta a que el macroempresariado transnacional no respeta dichos l�mites cuando sus intereses est�n amenazados. Como dir�a Nietzsche, el socialismo socialdem�crata no es m�s que una religi�n para esclavos, producto de la autocompasi�n de los necesitados y su desesperanza. Aceptar las reglas del juego es botar la reina, es capitular. Aceptar las reglas del juego es ceder frente a las condiciones del enemigo, es dejar de tratarlo como tal, es consentir en el dominio que el ejerce sobre nosotros.
Si la socialdemocracia no puede llamarse a s� izquierda, desde el momento en que se concibi�, menos podr� hacerlo ahora cuando su pol�tica no s�lo es conservadora sino que es progresistamente conservadora. El socialismo de balneario, o tercera v�a (termino que finalmente no prevaleci�) no es, c�mo lo he explicado en un art�culo escrito hace nueve a�os [2], un modo suave de hacer pol�tica de izquierda sino que el modo correcto de hacer pol�tica de derecha.
Cuando el mundo se conservaba estable hace milenios el rol de la derecha era el de contener cualquier cambio, sea desde la forma de los sombreros o de las carretas. En un mundo de vertiginosa transformaci�n, crecimiento poblacional, desruralizaci�n, individuaci�n, secularizaci�n, el modo -el �nico modo- , de mantener inalterables las relaciones de poder, que son econ�micas y pol�ticas al mismo tiempo, es transformando las instituciones al ritmo de la sociedad. Quien impida los cambios s�lo provocar� un taco en la carretera del m�tico progreso, y su acci�n majadera traer� necesariamente la rebeli�n con todos los alt�simos costos que el sistema conoce que genera.
Conservar una sociedad en transformaci�n implica una constante mutaci�n institucional y discursiva. Cuando Alfredo Jocelyn Holt habla del gatopardismo [3] de la concertaci�n a eso apunta pese a no comprender la raz�n. La concertaci�n cambia todo para que nada cambie no porque los socialistas se hayan europeizado, o hayan sido cooptados por el sistema de poder global, sino porque siempre han sido socialistas, es decir, progresistas conservadores y el mundo post guerra fr�a les ofreci� la oportunidad de hacer de su oportunismo la hegemon�a.
Como dije hace nueve a�os, la tercera v�a es el capitalismo posible en el mundo actual, la fusi�n patentada entre garrote y zanahoria que permite gobernar en el capitalismo global dejando indemne, y adem�s protegido, al macroempresariado y contento al perraje.
�La nueva forma de gobernar?
Gobernar ha sido desde tiempos inmemoriales asesinar y mentir, pero es crucial saber a ciencia exacta cu�nto se puede matar y cu�ndo, y cu�nto, mentir. El gobierno de Pi�era no puede ser "m�s de derecha" que los que lo precedieron, no por alguna resucitada teor�a ultra izquierdista o trostkista, sino porque debe mantener constantes las mismas dosis de asesinato y mentira que us� y abus� la concertaci�n. Existe un s�lo modo de gobernar, sea un emperador, un rey o un gerente no se debe mecer mucho el bote �cambiar? Lo justo y necesario para que nada cambie. Lo contrario los hace enemigos de los accionistas mayoritarios de los estados quienes no escatimar�n recursos para derrocarles.
Pi�era pretende pagar con dinero fiscal al macroempresariado el royalty por permitirle gobernar tal cual hizo Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet, y antes que ellos Pinochet. El pa�s le pertenece a ellos, a los Luksic, a los Matte, a unas cuantas transnacionales y lo "justo", de acuerdo esta valoraci�n, es que se les conceda ganar dinero a manos llenas y de tanto en tanto se les agasaje con prestaciones adicionales. Como queda muy poco, casi nada en la caja fiscal, Pi�era har� cuanto est� en �l en aras de privatizar la salud, la educaci�n y la gran miner�a. Formulas fracasadas en todo el mundo, planes que no resisten el menor an�lisis. Pol�ticas similares han originado una cat�strofe sanitaria, y en t�rminos generales, social en el primer mundo.
Desregular designando en puestos claves de supervisi�n a los mismos supervisados, convocar al macroempresariado para que meta la mano en el dinero fiscal, so pretexto de las crisis (seguridad ciudadana, terremoto, educaci�n) no son pol�ticas distintas a las ejercidas por la concertaci�n por 20 a�os, lo que ocurre es que queda un esmirriado bot�n, con tal codicia ambicionado que hasta al rey Midas se le acabar�a el oro.
Pi�era quebrar� el fisco, tal cual lo hizo Bush en los EEUU, alimentando cifras azules con la carne del propio cuerpo. La "derecha" partidaria, como podemos apreciar, es incompetente para gobernar en el mundo de hoy, sus cuadros est�n compuestos por diligentes ejecutivos incapaces de crear o agregar valor porque en eso se ha transformado la econom�a mundial en los �ltimos cuarenta a�os. El mundo se gobierna y debe gobernarse por los socialistas de balneario para evitar un descalabro social y econ�mico por el mayor tiempo posible.
Los socialistas de balneario aplazan el inevitable colapso econ�mico del sistema capitalista y es posible que inclusive lo sobrevivan gobernando. Su plasticidad, su open mind, los hace m�s efectivos que los torpes ejecutivos de la derecha tradicional. Como estos �ltimos en vez que contener a las masas conservando lo esencial se preocupan obsesivamente de estupideces ultraterrenales como la moral del poto, o produciendo crisis por la incontinencia burs�til, los socialistas (renovados siempre han sido), son los �nicos capaces de conservar a un sistema capitalista cuesta abajo en la rodada.
Socialismo del siglo XXI.
El informe de la "internacional" socialdem�crata, por lo tanto, debe leerse como una recomendaci�n bastante cercana a los intereses transnacionales del macroempresariado as� como lejanas, e inclusive incompatible, con los intereses de los oprimidos. A lo que me refiero es que es absurdo pedir peras al olmo y sabiendo qu� es dicha instituci�n carece de sentido esperar una opini�n diversa de sus postulados e intereses.
Las recriminaciones a Fulvio Rossi o Sergio Bitar, pol�ticos chilenos que lo suscribieron, me parecen por lo menos rid�culas habida cuenta que representan a una coalici�n de derecha a la cual rotulan ingeniosamente como "progresista". S�lo alguien que haya estado en coma durante los �ltimos 25 a�os podr�a sorprenderse por la coincidencia entre los socialistas chilenos y los derechistas de todo el orbe.
Hugo Chavez consciente, por s� y mediante sus asesores, de este giro copernicano en el discurso, aunque no en la pr�ctica, del socialismo internacional hubo de apellidarlo con un t�mido, e insulso, XXI para hacer presente la diferencia. Y distancia entre lo que ha hecho Chavez y las pol�ticas de sus "camaradas" de otros pa�ses s� que las hay. En Venezuela se ha tomado en serio ciertos principios olvidados, archivados despu�s de la muerte de Allende en la Moneda, y que inscriben a dicho gobierno en una senda m�s cercana a Fidel Castro que cualquier gobierno socialdem�crata en el mundo. Es decir, Chavez ha acogido el principio marxista, aunque no genuinamente de Marx, de la socializaci�n de los medios de producci�n. Esta receta se conoce con el t�rmino amarillista de "dictadura del proletariado" y a ella se podr�a arribar por las armas, como en Rusia, China o Cuba, o, tal cual lo intentara Allende (contra la opini�n de toda la doctrina y adem�s de la evidencia hist�rica) mediante la radicalizaci�n del sistema republicano, capitalista y burgu�s.
Cuando la internacional de quinto o sexto enjuague acusa al gobierno de Chavez de:
"Las actividades de la sociedad civil y de la oposici�n pol�tica no son prohibidas categ�ricamente ellas est�n controladas y limitadas, particularmente debido a un tipo de autocensura que se instala bajo la amenaza permanente de ataques verbales del Presidente y de los representantes del poder, y f�sica por parte de grupos paramilitares, algunos de ellos manifiestamente a las �rdenes del poder, otros que sobrepasan al Presidente �por su izquierda� y escapan de su control inmediato. " [4]
"La prensa escrita, dirigida esencialmente a los intelectuales y a una parte limitada de la clase media, muestra una libertad de expresi�n asombrosa, a pesar de estar estrechamente vigilada y siempre bajo la amenaza de un agotamiento de las existencias de papel, al arrogarse el gobierno el control de la distribuci�n." [5]
"De esta manera son legalizados procedimientos de expropiaci�n (empresas, bancos, medios de comunicaci�n, propiedades de bienes ra�ces), la creaci�n de nuevas entidades administrativas (a nivel de ministerios, provincias, municipalidades), representativas (sindicatos, organizaciones patronales y estudiantiles) y ciudadanas (comit�s de barrios, de empresas, de administraciones p�blicas) y, por supuesto, nuevas medidas en materia electoral, judicial y administrativa. Algunas de estas nuevas leyes contravienen la Constituci�n aprobada por la Asamblea Nacional, con mayor�a absoluta del oficialismo." [6]
Simplemente reprocha a Venezuela haber elegido un sistema, aunque parecido en lo sustancial, diverso en lo superestructural a una rep�blica burguesa. Adem�s ofende la inteligencia de cualquier lector pues reprocha en un lugar lo que es pr�ctica com�n en todos los estados "democr�ticos", en especial sus vecinos. Sostiene que act�a agresivamente contra Colombia y soslaya que en este pa�s se descubri� una fosa con al menos dos mil cuerpos asesinados en los �ltimos cinco a�os. [7]
En dicho informe se escandalizan por la inflaci�n de 30% anual y no reparan en que esto no ha afectado macroecon�micamente al pa�s ni ha empobrecido a su poblaci�n, y adem�s no se menciona sus tasas de crecimiento [8]. En este punto, el informe, no hace m�s que reprochar un dogma de los economistas neoliberales, las reglas impuestas por el FMI y el Banco Mundial, de mantener estable y baja la inflaci�n. En Chile tales reglas se han cumplido al pie de la letra y pese a ello la mayor�a de sus habitantes gana lo mismo que hace quince a�os habi�ndose congelado las esperanzas de progreso individual, ascenso social o meritocracia.
La "internacional", por lo tanto, fiel a lo que es hoy en d�a, le reprocha a Venezuela no ser Colombia o parecerse demasiado a Cuba pero en ning�n caso le efect�a alg�n reparo socialista, o que podamos acomodar discursivamente bajo dicho r�tulo.
Una cr�tica desde la izquierda.
Ha sido Chavez qui�n ha dado p�bulo a que se asocie su gobierno con el de Cuba. Por m�s que sus pol�ticas coincidan, en el esfuerzo de realizar un socialismo "real", podr�a perfectamente haberse ahorrado la pesada mochila cubana y de que se cobraran sus deudas en el patrimonio de Venezuela.
Sin cambiar un �pice de su pol�tica, sin por ello abandonar a Cuba, el gobierno venezolano se ha comprado un gran problema. La isla del Caribe no es un para�so, qui�n quiera afirmar aquello, desde el prisma que desee, tropieza con la verdad y con su kilom�trico prontuario.
Y si bien, es inaceptable que cualquiera conspire contra un gobierno que no sea el propio, distinto es oponerse con la raz�n a aquello que nos parece injusto o insostenible.
Ni Venezuela ni Cuba, teniendo en cuenta las radicales diferencias entre ambas, son reg�menes criminales a los que haya que derrocar en aras de la paz mundial. Cuba no es una democracia, pero, paradojalmente, no existe ning�n lugar en el mundo que sea sustancialmente m�s democr�tico que Cuba. Si nos vamos a las estad�sticas la isla caribe�a, y qu� decir de Venezuela, s�lo se comparan con el primer mundo, es un logro sin precedentes obtener esas cifras con presupuestos tan acotados.
Ni en Venezuela ni en Cuba se producen las atrocidades que son comunes en gran parte del mundo y en especial en M�xico, Colombia o Per�.
Pero �Bastar�n estos argumentos para absolver a estos gobiernos de todo cargo?
A mi juicio no. De lo que se debe exonerar, y eso debe afirmarse de modo tajante y sin matices es de cualquier "crimen" que justifique la pena de asesinato para sus gobernantes, derrocamiento o invasi�n "humanitaria".
La "internacional" juzga a Venezuela de ser poco capitalista, me parece que el cargo deber�a ser el contrario, el reproche que le hago al proceso bolivariano es el mismo hacia el cubano, no veo ah� ninguna revoluci�n, ni en ciernes, ni contenida, ni siquiera un principio, un andamiaje para que se erija.
Admitiendo que la pol�tica se hace en el mundo real no veo en dichos procesos, resciliantes, porfiados, m�s que experimentos fracasados de construir sobre la marcha, y sobre todo lo existente, algo distinto. Eso siempre y cu�ndo concedamos el beneficio de la duda a Castro y a Chavez de que en su fuero �ntimo son revolucionarios que conducen un desarrollo nacionalista a su pesar.
Si vamos a juzgar a una revoluci�n no lo podemos hacer por el logro en los �ndices burgueses o por la disminuci�n de los asesinatos que produce la inveterada industria de gobierno. El que no mueran ni�os de hambre en Cuba o que cualquiera pueda ser m�dico no compensa las iniquidades que su sistema produce y reproduce. El utilitarismo burdo que se utiliza para defender a estos gobiernos desde la izquierda es tanto y m�s ofensivo para la inteligencia que la majadera propaganda en contra.
Estos gobiernos, que "socializan" -estatizan- los medios de producci�n, que no son s�lo econ�micos sino que tambi�n culturales, si es que son de izquierda, deber�an hacerlo s�lo como un medio de revolucionar a la sociedad de modo de disolver aquel estado hipertrofiado que han construido. Es la receta tantas veces probada como fracasada de la "dictadura del proletariado" como fase necesaria previa al comunismo. �Qu� posibilidades existen que se disuelva el estado cubano? �Que como todo lo s�lido se evapore? �Que rija el comunismo? En fin �qu� posibilidades existen de que se supere la "fase" "dictadura del proletariado" y se "avance" hacia el comunismo?
Ese es el quid de la discusi�n, es absurdo defender a Cuba en tanto una sociedad de clases mejor administrada que las dem�s.
Las posibilidades de que Cuba y Venezuela sean realmente comunistas, es decir, se suprima la lucha de clases, se termine la explotaci�n del hombre por el hombre, nos emancipemos de jefes, patrones o gobernantes son las mismas que existen, y quiz� menos, que eso pase en todo el resto del mundo. Los caminos que han emprendido estos pa�ses, por lo tanto, no son m�s revolucionarios, y a�ado, no son en ning�n caso revolucionarios, ese es el reproche que se les puede hacer.
La pr�ctica de los "revolucionarios" cubanos y venezolanos est� tan enemistada de las fuentes te�ricas que nominalmente defienden como la de los opus dei respecto del cristianismo. He ah� otro reproche posible de hacer. Y tal cual la extrema derecha del catolicismo, se suple con la histeria del espiritualismo y el culto al l�der las contradicciones de una fe ciega escindida de la doctrina que la justifica.
Es muy distinto tomar conciencia de la explotaci�n de la que somos objeto que ser educados, concienciados, para que culpemos a una entelequia (burgueses, gusanos, contrarevolucionarios o lo que sea) de nuestros problemas sociales e individuales.
La transformaci�n radical de la sociedad, la aniquilaci�n del estado, la supresi�n de las jerarqu�as, la emancipaci�n sin matices s�lo se producir� cuando nos avoquemos de modo serio a tal tarea colectiva y seamos capaces de superar todos y cada unos de los atavismos que nos conducen de vuelta al orden tras cada rebeli�n.
No existen atajos, ni f�rmulas m�gicas que nos emancipen autom�ticamente. Y tampoco existen caminos intermedios a la emancipaci�n que debamos padecer antes de llegar a la tierra prometida. Si supi�ramos que el camino cubano o venezolano conduce necesariamente a la utop�a, a�n cuando haya que esperar quinientos a�os en el mientras tanto, a�n valdr�a la pena pero no es as�. No se trata de impaciencia, tampoco de "infantilismo", toda la evidencia hist�rica ense�a que el poder corrompe, que la acumulaci�n de poder s�lo empeora la situaci�n de los dominados, que una dictadura no es el punto intermedio entre una dictablanda y una democracia real.
En suma, el reproche que es posible hacerle a dichos reg�menes no es que sean poco capitalistas sino que no implican una conquista, por no ser un avance, para la izquierda. Se trata de regresiones, de retrocesos que no es posible defender, menos sentirse orgulloso por ello.
Pese a ello, insisto, decir aquello no implica defender a quienes intentan, por motivos deshonestos, desestabilizar a los gobiernos de Cuba y Venezuela.
Que unos cuantos ni�os menos mueran de hambre en un mundo en que al menos treinta mil mueren al d�a de inanici�n, no es mucho m�rito mientras no nos encaminemos a la supresi�n completa de dichas injusticias. Aunque sea un camino largo y arduo la forma en que transformamos el mundo, lo revolucionamos, es emprendiendo su tr�nsito. Los socialismos "reales" no nos acercan, su reino es el eterno mientras tanto, y s�lo desvisten el santo de la libertad para vestir el del est�mago.
Fuente:
Fuente: lafogata.org