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El asesinato de un joven negro en Missouri aviva el debate racial en Estados Unidos
PL
La muerte a tiros del joven negro Michael Brown por un policía en la ciudad
estadounidense de Ferguson, reaviva el debate sobre el uso de la fuerza letal
entre los agentes y la discriminación racial.
El asesinato el sábado de Brown, de 18 años, generó de inmediato una ola de
protestas en esa población del estado de Missouri, donde durante la noche de
ayer y la madrugada de este martes la policía y equipos antidisturbios lanzaron
gases lacrimógenos y balas de goma contra decenas de manifestantes.
Los participantes en estas jornadas de desobediencia piden esclarecer los
hechos, que se divulgue el nombre del homicida y que este sea acusado por
asesinato, según medios locales, los cuales dan cuenta además de la detención de
al menos 32 personas el domingo.
"Nunca en mi vida he visto nada como esto", dijo Eric Crawford, de 25 años,
quien fue sorprendido por una lluvia de gases lacrimógenos, reseñó un artículo
publicado en la página digital del diario The Washington Post.
La Oficina Federal de Investigación (FBI, por su sigla en inglés) anunció la
víspera una investigación de derechos civiles sobre el trágico incidente.
"Estamos indignados porque una vez más un joven afroamericano ha sido asesinado
por la policía", dijo John Gaskin, uno de los responsables de la Asociación
Nacional para el Progreso de las Personas de Color.
Aún los detalles que rodean la muerte de Brown siguen sin estar claros, pero el
caso recuerda la animosidad racial que rodeó el homicidio a tiros del también
joven afroamericano Trayvon Martin, de 17 años, en el sureño estado de Florida
en 2012.
El homicida de Martin, George Zimerman, un exvigilante voluntario, fue absuelto
de culpas el pasado año, meses después de matar de un balazo al adolescente
afroamericano, quien, al igual que Brown, caminaba desarmado.
En aquel momento el presidente Barack Obama llamó a la calma y reflexionó sobre
el tema racial, pero no hizo comentario alguno sobre el caso de Brown durante
una aparición pública el lunes en la isla de Martha Vineyard, Massachusetts,
donde se encuentra de vacaciones.
De otro lado, el reverendo Al Sharpton, activista por los derechos civiles,
advirtió que la ocurrencia de hechos como estos se vincula con "un problema más
amplio que vemos en muchos círculos" pues, dijo, existe "la sensación de que los
hombres jóvenes, negros en particular, son prescindibles". Para Sharpton "hay un
aspecto racial en esto, así como un aspecto de clase".
La Policía del condado de St. Louis expresó en un reporte inicial que Brown
agredió físicamente al agente involucrado e intentó tomar su arma del carro
policial.
Sin embargo, dos testigos proporcionaron una descripción acerca de lo acontecido
muy diferente. Uno de ellos, Piaget Crenshaw, aseguró que vio la persecución que
la policía hizo "plagada de uso de fuerza".
Más adelante el testimoniante precisó que el joven "corrió por su vida. Le
dispararon y cayó. Puso sus brazos en alto para que supieran que obedecería y
que estaba desarmado. Y le dispararon dos veces más, cayó al suelo y murió".
Los residentes en Ferguson describen la irritación actual como resultado de años
de tensas relaciones entre el departamento de policía de la ciudad, de mayoría
blanca, y su población, de mayoría negra, indicó el Post.
Michael Brown se había graduado hace poco de estudios secundarios y comenzaría a
cursar la universidad el lunes próximo.
Su madre, Lesley McSpadden, expresó que él no molestaba a nadie y se pregunta si
"¿tienen otra vida para darle, para hacer que mi hijo vuelva?".
Mientras, el consenso entre los propios habitantes, los líderes comunitarios y
periodistas es que este malestar que se ha apoderado de la urbe en los últimos
días solo está comenzando.