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Latinoamérica

EL FIN DE LA HISTORIA.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Hemos afirmado que esta crisis del modo de producción capitalista es irreversible, que de ella la humanidad sale destruida por el uso de armas nucleares o con la predominancia de un nuevo modo de producción que conduzca en un proceso tal vez de decenas de años, a la muerte en paz del capitalismo y a un estadio superior del desarrollo humano.

Para llegar a esta conclusión hay que romper con la filosofía predominante de la competencia y confrontación con alternativas al sistema, que el propio sistema en su convulsivo desarrollo, que es su esencia, ha tratado de alimentar.-

Se nos habla de los distintos procesos revolucionarios, como la propia revolución francesa, la comuna de París, la revolución socialista rusa de octubre del 17 como intentos de alternativas, desconociendo que los conductores de esos procesos, los más lúcidos nunca dejaron de inscribirlos en el desarrollo del conjunto de la humanidad.- Frente a todos ellos el capitalismo siempre tuvo una carta más, hoy no la tiene porque el límite que todos conocemos es la tierra.

Los paraísos fiscales, verdadera pústula del sistema nos habla de millones, de billones en monedas sin respaldo que están a la espera de inversiones y reinversiones con ganancia; difícil para sagitario diría un astrólogo.-

Esto explica también el ampuloso desarrollo, para sectores cada vez más selectos, de inversiones en emprendimientos de un lujo exultante. Situación contrapuesta a la capacidad de la economía de resolver rápidamente en beneficio de la humanidad que hoy está contenida por la incapacidad de generar ganancia para el modo de producción capitalista.

Repasando el muy buen libro de Ciganda, Martínez y Olivari "¿Nos habíamos amado tanto?" me detengo en una cita a Rodney Arismendi; dice el libro (pág. 112) refiriéndose a las necesarias renovaciones: Arismendi ubicaba el fenómeno en el marco mundial viendo como objetivos de la humanidad terminar con las armas nucleares, salvar al mundo de la destrucción, crear un movimiento mundial tan amplio que aislara a los complejos militar industriales "más allá inclusive de los marcos de la lucha de clases".- Sin duda que tal afirmación daría para un estupendo debate en el que estamos empeñados pero que cuesta, por ahora, enormemente abrir.

Esto tiene que ver con lo que decíamos antes, Arismendi llega y traspasa el límite de la lucha de clases y propone un movimiento mundial tan amplio dice, que aislara a los complejos militar industriales; la pregunta surge sola: ¿cuál es el programa para ese movimiento? Un stalinista de pura cepa nos diría: ahí está la prueba de que Arismendi era un trotskista oportunista (calificativo usado por Eugenio Gómez) y de su abandono del marxismo leninismo, para nosotros es exactamente lo contrario.

Hoy estamos de cara al fin de la historia, la crisis del modo de producción capitalista es irreversible, el movimiento mundial que propone Arismendi (de ellos han hablado lideres mundiales como Fidel, Lula, Chávez,..) es una necesidad urgente, su orientación no debe ser solo un deseo de que no haya guerra con armas nucleares necesita de un programa que en definitiva vaya a la esencia de la crisis.-

Este es hoy el debe más importante en la conciencia de la humanidad y de un debate en donde la izquierda se ha marginado soñando todavía con el socialismo en un solo país, cuando el mundo está en la cruz de los caminos y debe decidir entre su destrucción o iniciar la predominancia de un nuevo modo de producción, la muerte en paz del modo anterior.

Jorge Aniceto Molinari

Montevideo, 8 de febrero de 2013.-

Fuente: lafogata.org