VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Argentina, la lucha continua....

Un viaje hacia las utopías revolucionarias (LXXXIV): Esperando el 29…

Manuel Justo Gaggero

ARGENPRESS.info

En las semanas previas a aquél 29 de mayo de 1969 que conmovió al país y, a partir del cuál entro en crisis terminal el proyecto de perpetuarse en el gobierno por parte de la Dictadura Militar, que contaba con el apoyo del sindicalismo colaboracionista liderado por Augusto Timoteo Vandor y de las clases dominantes, se produjeron diferentes movimientos, a lo largo y a lo ancho del país.

Los mismos fueron acompañados por el Secretariado de la CGT de los Argentinos encabezado por Raymundo Ongaro.

En diferentes ciudades se movilizaban los trabajadores y los estudiantes, como hemos relatado en nuestras notas anteriores. Un escenario de estos levantamientos, fue la localidad de Villa Ocampo, al norte de la provincia de Santa Fe.

Hacia allí viajamos para acompañar a la delegación de la central encabezada por su Secretario General. En el lugar había comenzado una huelga de los trabajadores azucareros que se oponían al cierre del Ingenio; a los mismos los acompañaban los aceiteros, los estudiantes y el conjunto del pueblo.

Llegamos a la ciudad de Reconquista, en donde residía un joven abogado de Paraná, amigo y compañero, Omar Moreno que con su compañera Susana, asistían y asesoraban a los obreros en conflicto.

Con ellos teníamos fuertes coincidencias ya que entendían, como nosotros, que había que desarrollar una corriente revolucionaria en el interior del peronismo y que el camino para lograr, efectivamente, un poder popular era el de la lucha armada.

De formación cristiana, lectores de Teilhar de Chardin, distribuían, en la zona, la revista "Cristianismo y Revolución" que dirigía Juan Carlos García Elorrio.

Participaban, además, en los campamentos de trabajo que organizaba el sacerdote "Macuca" Llorens a los que concurrían jóvenes -en su mayoría estudiantes - de todo el país, que colaboraban en el mejoramiento de las viviendas de los pobladores, en la ayuda escolar a los hijos de estos y en la entrega de medicamentos. .

"Macuca" -oriundo de la ciudad de Mendoza- formaba parte del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo y retomando lo planteado en la Conferencia de Medellín de 1968 entendía que esta era la forma de recuperar el mensaje de Cristo, que, sin duda y a su juicio, había sido retomado por el Che; más allá de la formación marxista de este.

Como luego lo señalara Raymundo en el periódico de la CGTA, a su regreso… "Fuimos a acompañar a los trabajadores y sectores populares en lucha, a los dirigentes sindicales, estudiantiles y de la iglesia de los pobres. Fuimos a pedir un lugar en la lucha. No era fácil, sin embargo, llegar a Villa Ocampo. Sin la ayuda del pueblo hubiera sido imposible…"

Nosotros teníamos la misma impresión. La ciudad estaba rodeada de un poderoso cerco policial con órdenes precisas de no dejar pasar a nadie.

Ese viaje lo había hecho con Alba, que estaba en un avanzado estado de embarazo, pero que tenía muchos conocidos y familiares en la zona -incluidos sus padres-. Para preservarla decidimos que nos esperara en la casa de Omar.

Este, exhibiendo su credencial de abogado, pidió hablar con el responsable del operativo, que era el Jefe de la Policía de la Provincia Coronel Druetta, quién le ratificó que tenía instrucciones precisas de no dejar pasar a nadie y de reprimir a los trabajadores en conflicto, que ocupaban el Ingenio.

Pese a ello, acompañando a nuestro Secretario General, logramos atravesar el cerco, ya que muchos efectivos policiales no estaban de acuerdo con la represión y decían "péchennos y pasen".

Al detener el vehículo en el que viajaba Raymundo, los efectivos policiales le preguntaron el nombre y este contesto Ongaro, el policía anotó Raymundo Arnes, y lo dejó pasar.

Grande fue el estupor del militar a cargo de la Jefatura de Policía cuando se enteró que Ongaro no sólo estaba en el pueblo, sino que había hablado ante una impresionante multitud, en el sindicato azucarero.

Este era el contexto en los días previos al 29.

Al regresar a Paraná comenzamos a organizar una exhibición clandestina de la película "La Hora de los Hornos"; una copia de la misma nos había entregado, al despedirnos, Raymundo.

En la misma se muestra la miseria en la Argentina y en América Latina, se destaca la lucha de los trabajadores argentinos desde 1955, y la relación de esta con los Movimientos de Liberación del Continente. Su protagonista es el pueblo y su mensaje la rebelión.

La exhibimos en el Colegio "La Salle", ya que varios de los docentes de este -sacerdotes salesianos- simpatizaban con el Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo.

La sala estaba llena y al final, en el que aparece el cadáver del Che asesinado por la CIA en Bolivia, los concurrentes estallaron en un aplauso cerrado.

Los realizadores de esta, Fernando Solanas y Octavio Getino, en un artículo publicado en el periódico de la CGTA, manifiestan "que este film es una expresión del arte militante que coincide expresamente con el Programa del 1º de Mayo de la CGTA, que es compartido por un número creciente de trabajadores de la cultura".

En esos días y, como parte de este escenario de luchas, llegó a nuestra ciudad Roberto Sinisgaglia, un gran amigo y compañero al que conocía desde la época universitaria y que formaba parte de la organización que habían conformado Alicia Eguren y John William Cooke, para plantearnos la necesidad de desarrollar una campaña de solidaridad con los compañeros de la Fuerzas Armadas Peronistas que habían sido encarcelados y sometidos a brutales torturas en Taco Ralo; localidad cercana a la capital tucumana.

Aprovechando su presencia y, como era un especialista en política internacional, organizamos una charla en el Club Sirio Libanés para rescatar la lucha del pueblo `palestino y analizar la situación del Medio Oriente.

Pero, y sin perder de vista nuestras tareas políticas, logramos con Mario Arnau, un importante avance en la causa "Trevisán".

En nuestro recorrido en la zona donde se había encontrado el cadáver del niño brutalmente asesinado, y al entrevistar a los habitantes del lugar -todas quintas- ratificamos, lo que sospechábamos, que ninguno de ellos había sido interrogado por los investigadores de la policía.

Los mismos nos contaron que días antes del hecho observaron la presencia de un individuo de mas de treinta años, que tenía un comportamiento sospechoso que, desapareció, luego de la noche del crimen.

Al comentarle, estos testimonios al Juez, este dispuso citar inmediatamente a los habitantes del lugar, relevó a la Seccional de la Policía de la investigación y decidió que los empleados del Juzgado realizaran las notificaciones correspondientes.

No cabía duda que su primera impresión se había modificado totalmente y empezaba a aceptar nuestro punto de vista sobre la inocencia de nuestro defendido.

En este marco esperábamos el 29.

¿Cómo se desarrollaron el "cordobazo" y las movilizaciones posteriores? ¿Cual fue el impacto del Paro del 1º de Julio decretado por la CGT de los Argentinos? De que forma comenzaron las actividades de las organizaciones revolucionarias y cuál fue el impacto de la ejecución de Vandor?, serán algunos de los temas que abordaremos en nuestra próxima nota.

Manuel Justo Gaggero es abogado. Ex Director del diario "El Mundo" y de las revistas "Nuevo Hombre"" y "Diciembre 20".

Fuente: lafogata.org