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Argentina, la lucha continua....

Un viaje hacia las utopías revolucionarias (XLII): Preparando el retorno

Manuel Justo Gaggero

Retomando el hilo de este relato, alterado en la nota anterior por los recuerdos que me generó el 30 aniversario de la muerte de Evita, pasó a describir como siguieron los acontecimientos en aquél movido año 1964.

Si bien no se repitieron las agresiones y amenazas a mi vida de los grupos de la derecha peronista, tomamos la decisión de no bajar la guardia, por lo que concurría a la Facultad o a las reuniones, acompañado por Miguel Angel Rams y algunas veces por el "Polaco" Héctor Rosso.

En ese contexto comenzamos a preparar nuestra delegación para participar en el Consejo Nacional de Centros convocado por la Federación Universitaria Argentina.

Habíamos logrado una representación importante. Raúl Churruarin junto con un compañero de Palabra Obrera representaban al Centro de Estudiantes de Ingeniería Química, Mario Geller y Néstor Vedinelli integraban la delegación de Ciencias Económicas, Alba Sager, Secretaria General del Centro de Estudiantes del Profesorado, era la delegada de este y el autor de esta nota, junto a un compañero de una agrupación reformista, representábamos a los estudiantes de derecho.

Decidimos hacer el viaje en dos formas, a dedo hasta Rosario y desde allí en colectivo, ya que eran escasos nuestros recursos y sabíamos que la conducción de la Federación no nos daría apoyo ni alojamiento alguno.

Al llegar a Buenos Aires nos acreditamos en la Facultad de Medicina ya que el encuentro se realizaría en el auditorio de esta.

De entrada percibimos cierta hostilidad de la autodefensa integrada por compañeros de la Federación Juvenil Comunista que cuestionaban nuestra condición de peronistas y guevaristas.

Luego de alojarnos en una pensión muy económica en la zona, lo llamé a John, para contarle que este era el primer evento de alcance nacional en el que íbamos a participar al interior de la FUA considerada por algunos sectores de la juventud peronista, como "gorila".

Nosotros reivindicábamos la Reforma Universitaria de 1918 ya que entendíamos que había producido una gran transformación cultural no sólo en el país, sino también en América Latina.

Esta postura tenía algunos detractores, incluso dentro de nuestra organización, los que sin embargo aceptaban que nuestro desarrollo se diera en los centros de estudiantes y no en construcciones organizativas paralelas.

Alicia y John nos desearon éxitos y nos convocaron para que, al final del evento, nos encontráramos para analizar los resultados.

Las deliberaciones comenzaron al día siguiente. Presidía Ariel Seoane, presidente, en ese momento, de la Federación.

Luego que leyera el orden del día pedí la palabra y propuse que el Consejo se pusiera bajo la presidencia honoraria de Ernesto Che Guevara, Amhed Ben Bella -el líder de la Revolución Argelina- y Fidel Castro Ruz.

Amato que representaba a la Unión Prográmatica Estudiantil de Farmacia y Bioquímica, agrupación con la que teníamos acuerdos, adhirió a la propuesta y sugirió sumar al líder campesino que dirigía un movimiento guerrillero en Perú -Hugo Blanco-.

Ariel respondió con una vehemencia inusitada, señalando que esta propuesta era una provocación, por lo que no la iba a someter a votación.

Tomé nuevamente la palabra, entre gritos de desaprobación de las tribunas, todas alineadas con la conducción de la FUA, y manifesté que si no se votaba nos retiraríamos de las deliberaciones.

El presidente insistió en su planteo por lo que nos retiramos durante algunos minutos regresando cuando empezó el debate sobre la situación nacional e internacional.

Amato, tomó la palabra, entre silbidos y "chicanas" de los concurrentes que en sorna gritaban "Viva Trosky" por la militancia en Palabra Obrera del compañero, he hizo una medular exposición destacando los procesos revolucionarios que se desarrollaban en los países del Tercer Mundo y, en ese contexto, los combates que se libraban en Vietnam, el triunfo de la Revolución Cubana y la propuesta del Che de extender la lucha revolucionaria armada a todo el Continente.

En el mismo momento que debatíamos alrededor de los acontecimientos que marcaron a la década del 60, llegaba a visitar a Alicia y John, el enviado del General, el ex Canciller Jerónimo Remorino, que había sido comisionado por éste para acordar con las autoridades argentinas el regreso a la Patria del Líder del Movimiento.

Perón entendía que la cúpula militar, en acuerdo con un sector de la dirigencia sindical, preparaba un golpe para desalojar del gobierno al presidente Arturo Humberto Illia, lo que entendía que sería un gran retroceso, ya que este había levantado la proscripción que pesaba sobre el peronismo, que se preparaba para intervenir en las elecciones del año próximo.

Nuestros compañeros escucharon atentamente al enviado, pero le manifestaron sus dudas.

Los Estados Unidos, que a partir del triunfo de la Revolución Cubana habían desarrollado la "doctrina de la Seguridad Nacional" y un programa de contrainsurgencia, no permitirían el regreso del Jefe del Movimiento -señalaron John y Alicia-.

El reciente golpe militar en Brasil que contará con el apoyo de la Casa Blanca, demostraba que Washington confiaba en los militares que estaba formando en la "Escuela de las Américas", que aseguraban el dominio imperial; concluyeron en su exposición.

Remorino que simpatizaba con ambos, escuchó con atención, y señaló que le trasmitiría al General estos puntos de vista, pero que les pedía apoyo para lograr una entrevista con el Ministro de Relaciones Exteriores Miguel Zavala Ortiz.

Como siguieron los preparativos del primer intento de retorno y como continuó aquel encuentro de la FUA en la Facultad de Medicina, será el tema de nuestra próxima nota.

Manuel Justo Gaggero es abogado, ex Director del Diario "El Mundo" y de las revistas "Nuevo Hombre" y "Diciembre 20".

Fuente: lafogata.org