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Argentina, la lucha continua....

"Vamos a seguir de por vida

con la búsqueda de los cuerpos"

 

Francisco Martínez y Vanina Wiman

Secretaría de Prensa

Facundo Urteaga, hermano del desaparecido ex líder del ERP, declaró sobre su detención ilegal que se prolongó por más de cinco años.

Agrandar la imagenLA PLATA.- Facundo Urteaga, ex detenido-desaparecido y hermano del segundo jefe del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), declaró hoy en la Cámara Federal sobre su secuestro en el que pasó por diferentes cárceles, entre ellas, la Unidad 9 de La Plata.

Urteaga contó que fue detenido ilegalmente el 4 de enero de 1977 junto a su esposa, su madre y su sobrino, de dos años, en un departamento en Capital Federal. "Entraron a derruir cuanto encontraron en el camino -describió-. Yo estaba con mi madre y el hijo de Benito".

De allí los llevaron a la seccional 8° de la Policía Federal, donde Facundo fue torturado: "Empiezan a hacerme descargas eléctricas preguntando por el paradero de mi cuñada". Se trataba de Nélida Aguiar, esposa de Benito Urteaga, quien por entonces ya había sido fusilado por el Ejército junto al líder del ERP, Roberto Santucho.

"El bocado grande era mi cuñada. A mi hermano ya lo habían matado", explicó Urteaga, en otro tramo de su testimonio, dando a entender que ese había sido el motivo de su detención. Y agregó que en la tortura "durante 30 minutos intentaron sacarme información sobre las citas" que tenía con su cuñada, a quien veía para cuidar al hijo de dos años. El niño y la abuela, secuestrados junto a Facundo, fueron liberados al día siguiente.

Días después, Urteaga fue llevado a la Superintendencia de Seguridad Federal, en donde el método de tortura consistía en golpearlo cada una hora preguntándole sólo su nombre y apellido.

El 18 de febrero de 1977 ingresó a la Unidad 9. El ex detenido dijo que allí las requisas eran "absolutamente brutales" y que incluso la mala comida "estaba dirigida a destruirlo a uno".

Sobre los guardias de ese lugar, Urteaga mencionó a uno apodado "La Hiena". "Estaban los que cumplían las órdenes y los creativos. Éste era uno de los creativos", recordó. También señaló que, luego de una visita familiar, este guardia lo provocó y que se peleó con él. Tras ese incidente, Urteaga fue trasladado a la Unidad de Caseros.

Además, dijo que en la U9 fue entrevistado por el coronel Carlos Sánchez Toranzo, quien le sentenció: "Usted tiene Conducta 10 pero Concepto 0". También recordó que lo visitó un coronel Gatica, ya mencionado en otras audiencias del Juicio, quien le propuso hacer una declaración pública en contra de la guerrilla a cambio de poder salir del país. "Le dije que no iba a formar parte de la masacre que estaban haciendo", aseguró Facundo Urteaga.

El testigo había sido convocado para hablar de la desaparición de Osvaldo Plaul, pero no pudo aportar datos sobre ello. Según quedó dicho en la audiencia, su hoy ex mujer, Marina Grance Jara, quien momentáneamente vive en Paraguay, podría aportar información.

El caso de Benito Urteaga, de quien todavía no se encontraron sus restos, sentó un precedente en las causas por los Derechos Humanos ya que habilitó el recurso de hábeas data para los familiares de los desaparecidos, que es el derecho a saber qué información tiene el Estado sobre el destino de las víctimas de la represión ilegal.

Al terminar su testimonio, el testigo indicó que la causa en la que se investiga el paradero de su hermano y de Santucho está detenida por falta de nuevos elementos. Sin embargo, expresó: "Vamos a seguir de por vida con la búsqueda de los cuerpos".

El silencio que produce el horror

En tanto, declaró Sara Boulliet, cuyo compañero José Voloch desapareció en junio de 1977, en un operativo en el que fueron secuestradas entre 16 y 19 personas, en una quinta de la ciudad de Marcos Paz.

La semana pasada, Claudia Bellingeri prestó testimonio sobre el mismo caso, ya que en ese procedimiento también su padre fue detenido ilegalmente. Aníbal Bellingeri, junto a Voloch y varias personas más, formaba parte de un grupo político denominado PROA (Partido Revolucionario de Obreros Argentinos). La mayor parte de los integrantes del grupo fue secuestrada entre el 11 y el 16 de junio de 1977.

En la audiencia de hoy, Boulliet aportó documentación relacionada con el caso: trajo copias de testimonios de vecinos de Marcos Paz que vieron el operativo y la desgrabación de unos microfilms del Batallón 601 de Inteligencia. "Ahí se menciona al grupo y se dice que, de los integrantes, había 'doce detenidos y siete abatidos' ", dijo la testigo.

Boulliet pudo precisar algunos datos con respecto a las circunstancias del secuestro de Voloch y del resto del grupo. "Sé que el 12 de junio, cuando José llegó a la reunión, la quinta, ubicada en Urquiza y Montesquieu, ya estaba tomada por gente del Ejército y de la Policía de la provincia de Buenos Aires, y que ya había habido detenidos", señaló.

"Mi compañero llegó ese día en un Citroen con cuatro personas más. El auto fue baleado y allí fue asesinado Haroldo Logiurato", indicó, y agregó que tiene dos versiones sobre lo que ocurrió con Voloch: "Una dice que llegó al Club Sociedad Española ya herido y que de ahí se lo llevaron en un camión. Otra, que no está confirmada, dice que fue rematado en la vereda por un policía".

La mujer relató que "la ciudad de Marcos Paz fue sitiada; toda la gente sabe, recuerda, pero mantiene ese silencio que produce el horror". Y añadió, a modo de ejemplo: "A un fletero y su esposa los hicieron recorrer las calles con su camioncito para recoger cadáveres".

Boulliet también se refirió a la posible existencia de fosas clandestinas en el cementerio de Marcos Paz. "En 1985, el hijo de un sepulturero ya muerto me señaló el lugar en donde había una tumba clandestina. Y dijo que había una afuera y otra adentro del cementerio", manifestó la testigo.

Marta Vedio, abogada de la APDH La Plata, solicitó al Tribunal que se realice una inspección ocular en el lugar, en la que participen la testigo, el hijo del sepulturero y el Equipo Argentino de Antropología Forense.

La testigo pidió hoy, hacia el final de su testimonio, "que la Cámara arbitre los medios para que podamos tener un lugar para nuestros muertos y para que podamos saber qué pasó".

Nota.

Foto FM

Fuente: lafogata.org