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Argentina, la lucha continua....

Un viaje hacia las utopías revolucionarias (XXXV): "Triste y final"

Manuel Justo Gaggero

ARGENPRESS. info

A través de los compañeros que editaban la revista "Pasado y Presente" supimos que en los primeros días de marzo de ese año, 1964, la Gendarmería había asaltado el campamento de La Toma, que era el primero establecido por el Ejército Guerrillero del Pueblo, en la Provincia de Salta.

En el enfrentamiento fueron capturados 6 integrantes de la organización revolucionaria.

Días después el diario Clarín, que fogoneaba la represión, informó que los detenidos tenían "uniformes verde olivo, armas de distinto calibre y crecidas barbas".

Días antes, señala este matutino, habían pasado por ese lugar, designado como "teatro de operaciones", varios Jefes Militares, entre los que estaba el Jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército General Cándido López que junto, al Jefe de la Gendarmería, General Julio Alzogaray, fue uno de los artífices del golpe militar del 28 de junio de 1966.

Revelando la preocupación del Pentágono norteamericano se hizo presente en la ciudad de Orán, para conocer las medidas adoptadas por las fuerzas represivas, el embajador de los Estados Unidos y el responsable de la estación local de la Agencia Central de Inteligencia -la siniestra CIA-.

Nosotros decidimos difundir en las universidades y en las ciudades donde nuestra juventud tuviera presencia, el documento que dirigieran los compañeros del EGP a los campesinos, firmado por el Comandante Segundo -Jorge Ricardo Masetti- y fechado en enero de 1964 en las Montañas de Salta.

En el mismo se planteaba un concepto que compartíamos, que la única salida frente a la explotación y la dependencia, era la rebelión armada.

Y que los gobiernos que surgen de los procesos electorales poco pueden hacer para cambiar la situación, ya que son los "ricos los que tienen la fuerza de su parte".

Criterio que se vería confirmado, dos años mas tarde, cuándo las Fuerzas Armadas derrocaran al Presidente Illia, disconformes con su decisión de levantar la proscripción que pesaba sobre el peronismo, con la anulación de los contratos petroleros suscriptos por el ex presidente Arturo Frondizi y con la ley dirigida a limitar el papel de los laboratorios extranjeros de medicamentos en el país

En esos días John William Cooke, que integraba el Comité Organizador de la Tricontinental -un encuentro de movimientos revolucionarios de todos los países del Tercer Mundo que se reuniría en La Habana- viajó a la capital cubana para participar en una reunión de este y, al mismo tiempo, conversar con el Che para conocer, que información tenía nuestro compatriota, de la situación del núcleo guerrillero y de Masetti.

Nosotros habíamos ampliado nuestra inserción en el movimiento estudiantil y la postulación de Mario Geller, nuestro compañero en la Facultad de Ciencias Económicas, como candidato del claustro estudiantil al Consejo Superior de la Universidad Nacional del Litoral, nos daba una presencia institucional importante.

Al mismo tiempo se sumaban, en mi Facultad, un grupo de compañeros que se reivindicaban "cookistas", entre los que estaba un joven chaqueño Juan Penschansky, de una gran formación ideológica, y altamente carismático, que comenzó a perfilarse como un líder estudiantil en todo el ámbito universitario, que, además, junto a Mario, era uno de los mejores oradores en nuestra Universidad del Litoral.

Esto me permitía dedicar mi tiempo a viajar a otras sedes universitarias para organizar la JUP y ampliar las alianzas con sectores de la nueva izquierda que revalorizaban al peronismo y se autodefinían como "guevaristas".

La Federación Universitaria Argentina estaba organizando el Consejo Nacional de Centros, que sería un buen escenario para presentar nuestro Frente. El mismo se realizaría a mediados de este año en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Buenos Aires, cuyo centro estaba hegemonizado por la Federación Juvenil Comunista.

Por su lado Gustavo Roca, que como dijéramos en la nota anterior, a pedido de Ernesto Guevara, había asumido la defensa de los integrantes del EGP detenidos, incorpora a esta tarea a Farat Salim, abogado residente en Orán.

Luego se suma Norberto Frontini, cuyo hijo Federico integra el núcleo guerrillero, que fuera encarcelado y torturado por la Gendarmería.

En el gobierno radical primó la postura del Ministro de Relaciones Exteriores -Miguel Zavala Ortiz, claramente alineado y subordinado a la política de Washington- y pese a su declamada postura a favor de los derechos humanos, admitió los tratos crueles y aberrantes a que fueron sometidos los compañeros detenidos.

Completando este complejo escenario, con un plan de lucha de la CGT que planteaba la ocupación de las fábricas y la decisión de la dirigencia burocrática de nuestro Movimiento de organizar el retorno al país del General Perón, la inestabilidad del gobierno era mas que evidente.

A su regreso de Cuba John convocó a una reunión a los compañeros que conformaban la dirección de nuestra organización y ahí nos informó la magnitud y la importancia que tenía para la dirección revolucionaria de ese país la frustrada experiencia del EGP que formaba parte de una estrategia mas amplia que incluía a los movimientos revolucionarios en Bolivia, Perú y Venezuela.

De ello hablaremos en nuestra próxima nota.

Manuel Justo Gaggero es abogado, ex director del Diario "El Mundo" y de las revistas "Nuevo Hombre" y "Diciembre 20".

Fuente: lafogata.org