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Argentina, la lucha continua....

Matar a Belgrano

Carlos del Frade

APE

El feriado del 24 de setiembre debi� servir para pensar por qu� al vencedor de la batalla de Tucum�n primero se lo declar� padre de la patria y s�lo siete a�os despu�s, reo peligroso y le pusieron grilletes en sus piernas. Belgrano lleg� a Jujuy con trescientos desesperados en aquel 1812. En setiembre, sin embargo, sum� m�s de cinco mil. No fue un milagro.

Fueron dos hechos claros y convincentes que lo convirtieron en l�der de masas: distribuci�n de tierras a cada una de las familias sin importar ninguna diferencia de clase, de color de piel, religi�n u origen y, adem�s, fuero gaucho, carta de ciudadan�a al que peleara por la liberaci�n de estos arrabales del mundo. La oligarqu�a del noroeste no olvid� ninguno de los dos hechos. Primero festej� que los espa�oles ya no estar�an m�s al frente de los negocios, ahora ser�an ellos, los propietarios de haciendas, animales y seres humanos. Y segundo, las clases dominantes jam�s respetar�an la igualdad ni mucho menos a los protectores de sus explotados. Por eso Belgrano termin� engrillado y perseguido y Mart�n Miguel de G�emes asesinado. Eran las clases dominantes de los territorios que luego fueron las provincias de Santiago del Estero, Tucum�n, Salta, Jujuy, Catamarca y La Rioja.

El objetivo era matar a Belgrano. Y lo lograron.

El feriado, vaciado de contenido, esconde la l�gica de los vencedores. Belgrano venci� a los espa�oles pero fue vencido por aquellas oligarqu�as.

Los due�os de la tierra siguen siendo los due�os de las vidas de las mujeres y los hombres de esas geograf�as.

De all� que las noticias dicen que "pistoleros se ofrecen en el sur de Salta para desalojar a campesinos".

"Jos� Luis Palavecino, tal el nombre completo del cowboy reencarnado en la localidad santiague�a de Monte Quemado, es el jefe de los alambradores con los que puesteros criollos de La Choya se toparon en esa finca el pasado 1 de julio.

Uno de los pastajeros que sali� al paso de los intrusos, Sixto Ruiz, recibi� un disparo a sangre fr�a. La bala le atraves� el pecho, roz� el coraz�n y sali� entre dos costillas dorsales. El hombre lleg� agonizante al hospital de Joaqu�n V. Gonz�lez, donde los m�dicos apenas pudieron salvarle la vida.

Ruiz siente que sigue vivo "s�lo porque Dios as� lo quiso", de modo que a ese designio divino Palavecino deber�a agradecerle tambi�n que los cargos penales en su contra sean por tentativa de homicidio y no por una muerte consumada", apunta la cr�nica period�stica.

Pero los casos se multiplican.

Mar�a Guillermo Arga�araz junto a sus hijos Rovin, Timoteo, Eduardo, Soledad y Eneida denuncian que los alambradores avanzan en su finca, localizada a 25 kil�metros de Talavera, ahora con polic�as de esa poblaci�n a los les pagan adicionales para amedrentarlos.

El grupo familiar hostigado en La Choya tiene cuatro nenas y tres varones, con edades que no llegan a 10 a�os, quienes viven atemorizados por macheteros, alambradores, desalojadores, matones armados y uniformados a sueldo. A una mujer le quemaron la casa y la silla de ruedas.

"Los grupos criollos que habitan en fincas recostadas sobre el l�mite con Santiago del Estero, como La Choya, Pilpintos, Halladito, Suri, Vinalito, Roca, Cordillera y Lorena, no son las �nicas que sufren las tropel�as de matones contratados para desalojarlos de esas tierras. La precariedad de las posesiones tambi�n se presta a atropellos de grupos armados en otros rincones del chaco salte�o", remarca el art�culo.

Las clases dominantes, los due�os de la tierra de Salta, Jujuy, Tucum�n y Santiago del Estero siguen en el tercer milenio con el mandato permanente de sus ancestros: matar a Belgrano y a todos aquellos que osen pensar que el suelo puede ser para todos y que cada uno merece ser tratado con dignidad. De all� que los pistoleros de la actualidad no sean otra cosa que la expresi�n de aquel poder que se adue�� el significado profundo del �ltimo feriado del 24 de setiembre.

Fuente: lafogata.org

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