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El futuro del movimiento Ocupar: solidaridad y escalada
Mark Engler
Progreso Semanal
Un mes después de haber comenzado con unos pocos cientos de personas
manifestándose en Wall Street, el movimiento Ocupar ha crecido hasta incluir a
decenas de miles de participantes por todo el país y ha capturado titulares en
todo el mundo. Si no ha tenido un éxito más allá de sus más grandes expectativas
es solo porque sus participantes han soñado en grande: imaginen un sostenido
levantamiento popular que pudiera forzar cambios fundamentales en nuestro
sistema económico y político, cambios que pudieran terminar con el dominio
corporativo y promover la verdadera democracia.
De hecho, los movimientos pueden impulsar cambios significativos. Pero Ocupar
Wall Street y sus ocupaciones aliadas aún tienen camino por andar antes de
descubrir su potencial. Los dos temas más urgentes mientras planean sus próximos
pasos: solidaridad y escalada.
¿"Cooptación" o Adulación?
A pesar de grandes éxitos en atrapar la mirada pública, el número real de
personas acampadas en las distintas ocupaciones en todo el país sigue siendo
relativamente pequeño. Aunque en varios centros focales como Nueva York y Los
Ángeles acampan varios cientos de personas, los participantes de toda la noche
en ciudades más pequeñas son unas docenas. Lo que refuerza el poder de estas
acampadas es que son representativas de un descontento mucho mayor. Cifras mucho
más grandes de simpatizantes acuden a los mítines masivos, marchas y
demostraciones online de apoyo. Y lo que es importante, más organismos
políticos establecidos –sindicatos, organizaciones de activismo y grupos
comunitarios que representan grandes circunscripciones electorales– han ofrecido
su apoyo al creciente esfuerzo de Ocupar.
A medida que se unen más, algunos activistas desconfían de algunas muestras de
apoyo externo. En particular debido a que algunos funcionarios del Partido
Demócrata (incluyendo al presidente Obama y al vicepresidente Biden) han dicho
cosas positivas acerca del movimiento, algunos han mostrado preocupación por la
"cooptación". Ellos argumentan que los liberales ajenos, "mientras aparentan
apoyar los objetivos del Movimiento Ocupar", en su lugar podrían "socavarlo
desde dentro".
La magnitud que el peligro de "cooptación" en realidad representa es asunto de
opinión. En una entrevista reciente, Chris Maisano preguntó a la veterana
teórica del movimiento social Frances Fox Piven acerca del tema. Piven es
autora, entre muchos otros libros, del importante Movimientos de la gente
pobre, y ha discutido ampliamente el tema de la cooptación en su obra. Creo
que en su respuesta ella dio en el clavo:
Maisano: "Como demuestran recientes comentarios hasta del presidente y el
vicepresidente, muchas de las fuerzas institucionalizadas de la izquierda como
los sindicatos, MoveOn y el Movimiento Van Jones del Sueño Norteamericano están
tratando de ligarse a las protestas y convertirlas en lo que algunas personas
llaman la versión liberal del Tea Party. ¿Cómo piensa usted que su compromiso
puede afectar al movimiento? ¿Cómo deben relacionarse con ellos los activistas
que son el núcleo del movimiento?"
Piven: "Deben ser amistosos. Deben pedirles que hagan cosas; deben darles
tareas. Y no deben adoptar la insignia de esos grupos como propia. En otras
palabras, deben mantener una considerable autonomía, pero no obstante deben
tratar a esos grupos como aliados: no deberían permitir que Van Jones les diga
lo que tienen que hacer. En parte porque en realidad ellos parecen saber hacerlo
mejor".
"Así que no creo que ese es su mayor problema, la manera de tratar a sus
antiguos partidarios".
El peligro de la cooptación debe analizarse en su contexto. Ha habido algunas
instancias claramente oportunistas por parte de demócratas que han tratado de
capitalizar el movimiento, como el nada radical Comité de Campaña Congresional
Demócrata que trató de construir su lista de correos por medio de una petición
de "Yo Apoyo a Ocupar Wall Street". ¿Pero realmente es posible que el Partido
Demócrata de alguna manera se lance a "tomar el control" del movimiento Ocupar?
No parece ni siquiera una remota posibilidad.
Es más, Peter Drier ha mencionado que, cuando se trata de cambio social, la
imitación es la forma más sincera de la adulación. El hecho de que figuras
importantes intenten cooptar y promover versiones edulcoradas de las exigencias
de movimiento (como hicieron con demandas en un tiempo radicales como "impuesto
progresivo sobre los ingresos, jornada laboral de ocho horas, elección directa
de los senadores, seguro de vejez y derechos electorales para los
afroestadounidenses") no es una derrota, sino una señal de victoria. Por
supuesto, si los activistas usan esto como una excusa para terminar por hoy, ese
sí es un problema. Pero si lo tratamos como una ocasión para presionar a favor
de cambios aún mayores, es algo muy positivo.
Unión de Fuerzas, Ganancia de Poder
Un problema con la retórica de la "cooptación" es que presenta bajo una luz
negativa la necesidad de expansión del alcance del movimiento. Hace que Chris
Hedges, en un cri de coeur radical más papista que el Papa, adopte
argumentos de la derecha que denuncian a aliados como "capos sindicales", en vez
de enfocar la formación de una coalición de manera constructiva. Esto es
desafortunado. Porque aunque la cooptación es algo que debe evitarse, el fomento
de la solidaridad es una necesidad más actual y apremiante para el movimiento
Ocupar.
Aún antes de que existiera Ocupar Wall Street, había mucha gente trabajando para
enfrentarse a los bancos, revertir las ejecuciones de hipotecas y retar al poder
corporativo. El problema fue que sus esfuerzos eran aislados y casi
universalmente ignorados por los medios. El movimiento Ocupar ha creado una gran
oportunidad para que muchas de estas campañas se vean a sí mismas como parte de
una lucha unificada y para que reciban una inyección adicional de energía. A
cambio, mientras más grupos se unan y se consideren parte del esfuerzo de
Ocupar, el movimiento será más capaz de mantener su estatus como una creciente y
dinámica fuerza. Adquiere un mayor número de participantes, más diversidad y
credibilidad en aumento.
Muchas acciones que diferentes ocupaciones locales han adoptado surgieron de la
solidaridad con grupos que ya se estaban organizando para defender los intereses
del 99 por ciento. Uno de muchos ejemplos: Ocupar Los Ángeles se unió con una
acción de ejecución de hipotecas contra varios bancos y lograron la revocación
de al menos una decisión de ejecución. Esta acción –maravillosamente militante y
eficaz– no surgió de la ocupación en sí. Por el contrario, ya había sido
coordinada por la Alianza de Californianos para el Empoderamiento Comunitario
(ACCE), una organización comunitaria de LA. Pero el hecho de que el movimiento
Ocupar prestara su solidaridad fue una bendición para todos los implicados. Sumó
una tonelada de energía a la acción directa de la ACCE. Y para la gente de
Ocupar, la acción positiva de los medios creada por la acción generó mayor
entusiasmo por la acampada en el Ayuntamiento y ayudó a que asistiera una mayor
variedad de personas a las asambleas de la ocupación.
Cuando Piven argumentó que la cooptación no es el mayor problema del movimiento
Ocupar, su entrevistador replicó: "¿Cuál cree usted que es el mayor problema?"
Piven dio una respuesta profética: "Extender el movimiento. Pensar en segunda,
tercera, cuarta y quinta fases, Otras formas de protesta perturbadora que tengan
más empuje que ocupar una plaza".
Ella tiene razón. Si el movimiento Ocupar va a seguir llamando la atención de
los medios y continúa ganando impulso, debe promover la escalada. Esto podría
agregar muchos pasos, incluyendo la ocupación de bancos, continuar con el uso de
acción directa contra las ejecuciones de hipotecas y adoptar días
internacionales de acción adicionales. La solidaridad será una parte importante
de todo esto.
Dentro del llamado de "Somos el 99 por ciento" está la idea de que, aunque nadie
puede apoderarse del movimiento –ningún individuo o grupo en solitario puede
determinar que ha terminado o anunciar que su ambición ha sido satisfecha– la
coalición de los que se invita a sumarse es vasta. El movimiento saca fuerzas de
su alcance. Y eso no es una parte pequeña de su brillantez.
Mark Engler es analista principal de Foreign Policy In Focus y autor de Cómo
dominar el mundo: la próxima batalla por la economía global (Nation Books). Se
le puede contactar por medio del sitio web