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Argentina, la lucha continua....

A don Segundo

por Andrés Sarlengo

La liberación y las conquistas de la clase obrera tienen que ser fruto de la lucha, el sacrificio y el empuje de la clase obrera. No esperemos nada de arriba. Los de arriba van a abrir la mano cuando los de abajo le exijamos que la abran.
Segundo Ottolini. Uno de abril de 2006.


En la nota inaugural de Venado24 el colega Mauro Camillato describe claramente la ciudad que los venadenses no queremos mirar: el primer desaparecido según datos de la CONADEP (Ángel Brandazza, 28/12/1972); el boom color- verde-dólar soja con sus negocios aledaños; el obispo Mario Pichi y su católica conducta de estafador; el auge, esplendor y la caída del Banco Integrado Departamental (BID).

Pasado y presente: soja, banqueros, desaparecidos, estafadores, multinacionales.

Fue David Viñas quién aseveró que ciudad y política son complementarias.

Venado Tuerto es muestra del subdesarrollo y la dependencia que predomina entre nosotros. Según el INDEC 8.000 venadenses perviven empobrecidos. Y no hay campañas electorales que no deje de nombrarlos vociferando que con esfuerzo saldremos de la escasez y el tercer mundo.

Política burguesa para una ciudad repleta de escaparates y bienes anodinos. Parafraseando a Julio Cortázar: ciudad desnuda que sueña con un smoking.

Pero hay historias que merecen ser contadas o recordadas "en estas fértiles tierras de Venado Tuerto" como asegura Camillato.

Hace casi un año fallecía Don Segundo Ottolini. Y me parece- diferencias mediante- que merece aunque sea un breve homenaje.

Ottolini fue un tenaz militante de la izquierda venadense afiliado al Partido Comunista (PC).

A Segundo lo conocí cuando yo estudiaba periodismo. Era un primero de mayo cuando alguien me señalo: "Ese es Segundo Ottolini". Segundo estaba sentado en un banco de la plaza esperando que de inicio el acto por el día de los trabajadores.

Ottolini nació en los años 20 cuando gobernaba la Nación Argentina Marcelo T. Alvear. En la primera entrevista que le realicé en 1996 me respondió: "Nací y me crié en Venado Tuerto, ciudad que realmente me gusta mucho. Lo que más recuerdo era el esfuerzo y la dedicación de las señoritas maestras a pesar de que solamente contábamos con un libro de lectura, un cuaderno y un lápiz". Como todo niño, jugando comienza a ser: "Realmente no es mucho lo que ha cambiado con lo que se hace hoy, es decir más que todo en el juego de la pelota. Quizás no contábamos con las facilidades de ahora en cuanto a poseer cada grupo de chicos una pelota pero siempre nos ingeniábamos para conseguir una. Lo que sí veo, es que han desaparecido los potreros que en nuestra época abundaban (…) A no más de 300 metros de aquí (San Juan 91) existía la laguna de Toffoli donde nos íbamos a bañar. Era bastante profunda e incluso ahora se nota el bajo adonde estaba. La laguna estaba repleta de chuncacos, unos bichos que se prenden en la piel y que luego son muy difíciles de sacar".

Ottolini no pudo concurrir al colegio secundario como casi el 63 % de los santafesinos mayores de 20 años que actualmente no terminaron la escuela secundaria. Después de las aulas del primario "recuerdo que fui a trabajar a una fidería, luego a una peluquería hasta que a los quince años por esas cosas que tiene la vida decidí irme de Venado. Utilizando uno de los tantos camiones que viajaban rumbo al norte me fui a la zona de Cuyo. Como era buen jugador de fútbol me defendía con lo que ganaba con eso o con los trabajos que conseguía por medio de él. Después de hacer el servicio militar en Córdoba llegué a jugar en la primera de Instituto pero al final, me tuve que volver a Venado Tuerto".

En 1939 Segundo ya integraba el PC aunque recién se afilia en 1949. Ottolini nos narró: "Organizamos el sindicato mosaísta con el apoyo que nos brindaron los socialistas que formaban parte de la Unión Ferroviaria. Nos reuníamos en el local que nos prestaban, ubicado en las calles Falucho y Garibaldi. Con el tiempo me integré al partido y mi carnet tiene fecha de 1949. Toda nuestra actividad estuvo acompañada de detenciones, allanamientos y persecuciones sobre todo desde 1945 hasta 1983"

Segundo estuvo en la ex URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) en 1974 y 1975. "Tengo fotos de un primero de mayo en la Plaza Roja… fotos en colores, diapositivas… Vi el desfile de los trabajadores, los sindicatos, las fábricas. Eso acá hace años que uno no ve", me contestó el militante en un diálogo radial de 2006.

Las palabras de Segundo –cabe subrayar- vienen bien para repensar el significado del primero de mayo en este Bicentenario de América Latina: "Eso acá hace años que uno no ve. Sí lo veía antes de 1945, cuando al primero de mayo lo organizaban los trabajadores y los sectores de izquierda. La cosa empezó a cambiar cuando el primero de mayo se convirtió en "Fiesta del Trabajo". Se le cambió el carácter y contenido del día del trabajador".

Y realmente Ottolini tiene razón: ¿a quién se le ocurre celebrar el día del trabajo?

Trabajo viene de Tripaliare derivado de Tripalium. Tripalium era un yugo con tres (tri) palos (palium) donde amarraban a los esclavos para azotarlos.

Se ve que a algunos dirigentes les agrada -desde 1945- "festejar" la explotación con sus modernos dispositivos. El Ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, exclamó recientemente: "El trabajo es factor de inclusión social (1)".

Nueva economía institucional globalizadora: incluir para explotar.

No sé si Don Segundo leyó a David Viñas, pero es tan acertado como el autor de Los anarquistas en América Latina, cuando vincula política y ciudad: "El primero de mayo en Venado Tuerto se caracteriza más por las carreras que se hacen en el hipódromo que por la movilización y concentración que la clase obrera debería hacer para llevar adelante sus reivindicaciones".

Ottolini fue también una expresión histórica de la Guerra Fría: "Realmente a esa puja la vivíamos y posiblemente la experiencia nos demostró que en algunas cuestiones practicábamos dogmatismos que no eran los correctos. Los hechos nos demostraron que no éramos el ombligo del mundo, que no éramos los dueños de la verdad y que no éramos la vanguardia. Nos dimos cuenta que la lucha había que hacerla para tratar de hacer coincidir los que piensan como nosotros y aquellos que piensan distinto, tratando de buscar una salida a la situación sin alterar la paz internacional".

Norberto Olivares conoció a Segundo en 1994. "El ideal político de Ottolini responde a una época concreta del PC, épocas de cristalizaciones y dogmatismos del socialismo real, el stalinismo, la guerra fría, la construcción del frente democrático, de un proceso revolucionario en etapas, a veces aliados con dirigencias de la burguesía nacional", sostiene el abogado de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre seccional Rosario y ex miembro del PC.

Más de una vez Segundo se ha tenido que "tragar sapos" como él mismo decía tras acuerdos de la burocracia del PC.

Cuando el Che Guevara cae asesinado (El PC y sus documentos primigenios denostaron la metodología de la Guerra de Guerrillas de Guevara) Ottolini lo siente crudamente: "Tanto nosotros como otros militantes políticos, especialmente aquellos que nos inclinamos hacia la izquierda, seguíamos muy de cerca la actividad del Che. Personalmente nunca creí que iba a ser emboscado y cazado en la selva boliviana. Era tal la admiración, el respeto y la confianza que teníamos por él que realmente fue un golpe muy duro. Pero él mismo decía que un hombre no define la cuestión y que la vida de un revolucionario tiene dos caminos: se mantiene en vida y triunfa o de lo contrario es derrotado y muere".

En definitiva, en este apunte –incompleto aún- va mi homenaje a un tenaz militante de la izquierda venadense. Alejado de toda actitud burguesa Segundo era la contracara de la "ciudad": hoy hacer política es cuestión de "profesionales". Y aquellos que se golpean el pecho e inflan su verba aclamando pelear por los laburantes no abandonan sus oficinas porque el frío o el calor les hace mal y resfriados no pueden gozar de sus privilegios.

Ottolini rechazó ser declarado ciudadano ilustre de una "sociedad aburguesada" que nunca se atrevió a reconocerse a sí misma como tal…

Un 12 de mayo de 2010 Segundo Ottolini murió…

Pero sus sueños quedaron: "Me gustaría que los problemas del hambre, de la gran cantidad de analfabetos, del desempleo y muchos otros más se solucionen. Anhelaría que la humanidad encuentre el camino y las fuerzas suficientes para que estas calamidades alguna vez desaparezcan del mundo. Sé que es difícil pero hay que seguir batallando".

Hay que ver quién se atreve a convertir las convicciones de Segundo en banderas de luchas colectivas y solidarias. Más allá de la seudo retórica progresista de moda.
Nota:
1) Telam. 27/04/2011

Fuente: lafogata.org