Argentina, la
lucha continua....
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13 a�os de resistencia de la f�brica recuperada IMPA
Perder la paciencia
Juli�n Maradeo
Rebeli�n
"Mientras est�bamos desarrollando el corte, nos avisan los compa�eros trabajadores- que estaban en una carpa en Querand�es y Pringles haciendo una guardia permanente desde el primer d�a de desalojo- que la polic�a hab�a retirado las vallas, la infanter�a y el cami�n hidrante y que hab�a dejado sola la puerta de la f�brica. Inmediatamente, nos trasladamos a la puerta de la f�brica y entre todos empezamos a ver qu� hacer. Hasta que algunos trabajadores rompen las fajas de clausura y empiezan a forzar la puerta de la f�brica hasta hacerla ceder. Esa noche hicimos guardia en medio de un festejo y una alegr�a indescriptibles" [1].
En agosto de 2008, los trabajadores de IMPA -o Cooperativa 22 de Mayo- recuperaron por segunda vez la f�brica. Tres a�os despu�s, mientras trabajan con generador el�ctrico porque Edesur no les quiere bajar energ�a, en sus instalaciones laburan m�s de 100 obreros, alrededor de 200 personas cursan el bachillerato popular y comienza a tomar forma la Universidad de los Trabajadores.
Esta es una historia m�s de resistencia en Argentina. Pero todas las historias de resistencia no son como la de IMPA-F�brica Ciudad Cultural.
1996. Mientras muchos argentinos de clase media alta, producto de la convertibilidad impuesta por el ministro de Econom�a, Domingo Cavallo, aprovechaban la ficticia paridad entre el peso y el d�lar para viajar por el mundo o comprar bagatelas importadas, comenzaba el ep�logo del vaciamiento de Industrias Metal�rgicas y Pl�sticas Argentina [2] (IMPA). Consisti� en el robo de partes fundamentales de algunas m�quinas y, finalmente, en la convocatoria de acreedores declarada en 1997.
Por ese entonces, los socios de la supuesta cooperativa IMPA ten�an un retiro diario de cinco pesos.
Abril de 1998. Cierre de IMPA. Ya no trabajaban 500 obreros como durante la d�cada del ‘60 y la mayor�a de los 132 trabajadores estaba suspendida.
4 Mayo de 1998. Un n�mero considerable de trabajadores hab�a encontrado otro laburo para salir del paso. S�lo un tercio, sin otra posibilidad que aguantar, decidi� tomar la f�brica con el apoyo de Guillermo Robledo y Eduardo Mur�a, militantes de la agrupaci�n 17 de Octubre.
La deuda ascend�a a $8.400.000. Lejos, muy lejos, hab�a quedado el momento en que, durante el primer gobierno de Juan Per�n [3], fabricaban las bicicletas "Fuertes, resistentes y livianas" �and�, que eran repartidas por Evita a trav�s de su fundaci�n; o la participaci�n en partes de la construcci�n del Pulqui, primer Jet latinoamericano.
En esa �poca, IMPA contaba con tres plantas: una estaba en Quilmes; otra, en Ciudad Evita y la tercera, en el barrio de Almagro.
Ya en la d�cada del ‘60 hay registro de un atisbo de resistencia. Arturo Frondizi, electo presidente bajo la proscripci�n de Per�n, desestructur� DINIE. El autor de "Petr�leo y pol�tica" decidi�, por un lado, que la planta de Quilmes pase a manos de la Aeron�utica y, por otro lado, el cierre del edificio que estaba en Ciudad Evita. La de Almagro hubiera corrido la misma suerte que esta �ltima si los trabajadores no se levantaban. Motivo por el cual, en 1961, tras llegar a un acuerdo, IMPA se convirti� en cooperativa.
Buenos Aires, 6/4/2011
COMUNICADO DE PRENSA DE IMPA
El d�a jueves 31 de marzo, 8:00hs: Se presentaron en IMPA, Funcionarios Judiciales de la C�mara Nacional Comercial - Sala A, haci�ndose pasar por personas interesadas en el Bachillerato Popular de IMPA, preguntando al compa�ero que estaba en porter�a qu� cantidad de personas trabajan y si trabaj�bamos de noche. Mientras que, en un taxi estacionado en la puerta, hab�a dos personas m�s: una de ellas se identificaba como "Jueza", como no sabemos su nombre la describimos f�sicamente: entrada en a�os y obesa , pelo negro y tez blanca, y otro hombre que conversaban sobre el valor inmobiliario del bien, y lo que har�an con el Caso: que "deb�an esperar la llegada de Valeria la secretaria, que estaba de viaje en el exterior y llegaba en tres semanas, que "solo son 15 y los desalojamos por la fuerza y les iniciamos una causa por usurpaci�n", y repet�an constantemente el valor del inmueble y su excelente ubicaci�n. Cuando se fueron, el taxi los llev� hasta el juzgado de Libertad y Lavalle donde finalmente se bajaron.
Los 40 que se quedaron eran trabajadores manuales-"de la producci�n"-. Ning�n administrativo particip� de la toma.
Como estaba en concurso, la calificaci�n de IMPA en el Banco Central era cinco, es decir que su deuda era considerada incobrable. Esto significar�a una seria limitaci�n para los trabajadores que estaban en plan de recuperar la empresa.
En 2001, Horacio Campos, mientras era presidente de la Cooperativa 22 Mayo (actualmente est� jubilado), explic� did�cticamente y en retrospectiva en qu� estado financiero se hallaba IMPA: "en diciembre del ‘97 se present� el concurso, y homologamos en marzo del ‘99. Eso quiere decir que nuestros acreedores estatales y privados nos dieron tres a�os de gracia, y diez de plazo para pagar. Pero por ser una empresa en concurso estamos en calificaci�n cinco del Banco Central, que significa que no podemos pedir cr�dito. Nos cambian esa calificaci�n reci�n cuando paguemos el 40% de la deuda, que suceder� dentro de seis a�os. O sea que durante seis a�os voy a estar en esta situaci�n, teniendo que conseguir cr�dito a trav�s de cuevas financieras que nos cobran el 4% mensual, que significa el 60% anual, cuando cualquier banco nos dar�a cr�dito por el 25% anual. Nosotros ya pagamos 600.000 pesos de intereses en cuevas financieras. Lo incre�ble es que yo negoci� con mis acreedores, y el Central, al que no le debo un peso, me castiga. La norma del Banco Central dice que cualquier banco que le d� cr�dito a una empresa en las condiciones de la nuestra tiene que previsionar el cien por cien. O sea que la tasa es el doble. Si me presta un peso, tengo que devolver dos. Y adem�s no puedo usar el bien como garant�a. Este edificio sale siete millones, pero no lo puedo usar como garant�a. Si hoy el Banco Ciudad nos da un cr�dito, podr�amos levantar la convocatoria y eso nos permitir�a estar en el circuito normal del cr�dito. Con un mill�n y medio de pesos salimos del concurso" [4].
Por esos d�as, los trabajadores que hicieron la toma notaron lo que les hac�a falta: electricidad, materia prima, capital para invertir y, como m�nimo, un aliado de fuerza.
Empezaron a probar con algo que a�os despu�s denominaron hacer alcanc�a. �En qu� consist�a? En ir a las facultades estatales, aula por aula, y, despu�s de explicar la situaci�n que los atravesaba, pedir que les den la plata que pudiesen. "El compa�ero va, explica cu�l es el conflicto, cu�l es el proyecto de toma y funcionamiento de la f�brica. Pas�bamos la alcanc�a, nos tra�amos 500 o 600 pesos. Con eso viajaban los compa�eros y sosten�amos el morfi de ac�, de la toma", detall� Mur�a.
Se estaban erosionando dos paredes a la vez. La primera: trabajadores que nunca hab�an entablado una relaci�n deb�an propinar, de manera forzada, confianza a su par. La segunda: los vecinos, con quienes no hab�a trato alguno, se acercaban por voluntad propia a colaborar
Nosotros, los negros, somos capaces de manejar una empresa
22 de mayo de 1998. Ese d�a se realiz� una asamblea en la que participaron la direcci�n que quebr� IMPA, los trabajadores de la toma y un inspector del INAES [5].
Los antiguos dirigentes quisieron echar a Mur�a bajo el argumento de que no era socio. Los trabajadores se opusieron y �sa fue quiz� la primera victoria en aquella reuni�n.
Campos relat� c�mo fue la inesperada reacci�n de quienes llevaron a IMPA a la quiebra: "(…) iban perdiendo puntos y, bueno, lo �ltimo era la votaci�n. Y cuando llegamos a la votaci�n yo vi que levantaron las carpetas cada uno y, yo no escuch� porque estaba lejos, me contaron que dijeron ‘vamos a dejarla para ellos, dentro de una semana nos van a ir a buscar’" [6].
Ese mismo d�a, los trabajadores eligieron a quienes compondr�an el Consejo. "Las urnas estaban preparadas, fuimos a la votaci�n hasta las seis de la tarde, empezamos a votar, yo jam�s pens� estar en el Consejo. Fuimos a la presidencia y a la distribuci�n de cargos, todo lo hac�amos con voto secreto. Y lo m�s importante de esto es que no se fue ninguno. Todos est�bamos sin comer y no se fue ninguno. Y no era sencilla la cosa, o cerraba IMPA o �bamos para adelante, no era para irse y decir yo tengo hambre. Ah� estaba en juego nuestro trabajo. Vamos a la distribuci�n de cargos y, por unanimidad, estaba de presidente yo. Entonces yo ten�a que salir a hablar a los compa�eros y ya eran las nueve de la noche y ah� parados hicimos la reuni�n, y les digo: "ahora, compa�eros, nosotros tenemos que demostrar que nosotros, los negros, somos capaces de manejar una empresa. Y para eso tenemos que manejarlo as� y as�. Pero parece que todos escucharon que no era sencillo", grafic� Campos [7].
Para volver a producir inmediatamente, dos eran los problemas que necesariamente deb�an resolver: la electricidad y la materia prima.
Nuevamente, los trabajadores sintieron el gusto amargo que causa la aparici�n de dificultades cada vez mayores. La dirigencia que quebr� IMPA manten�a una deuda con Edesur, por lo que esta empresa no quer�a bajarles electricidad. Hubo movilizaciones que no surtieron efecto entre los dirigentes pol�ticos, que ya ten�an el lomo curtido de hacerse los otarios. El sanjuanino Marcelo Castillo jug� su ficha solicitando una entrevista con el senador nacional Alfredo Avel�n, coterr�neo suyo.
Mur�a, espalda arqueada y con los codos sobre el vidrio que recubre la mesa de su oficina, precis�: "IMPA ten�a una deuda, no nos quer�an conectar la luz. Hicimos movilizaciones en la C�mara de Diputados y en ENRE [8]. Todos los lugares que caminamos y en todos los lugares nos rechazaban. Bah, no nos daban pelota. La clase pol�tica en ese momento- y nunca- nos dio pelota. Hab�a un compa�ero ac� de la cooperativa que se llamaba Castillo que conoc�a a un senador, que es el senador Avel�n, que despu�s fue gobernador en San Juan [9]. Lo fuimos a ver sin muchas esperanzas ya. La verdad es que nos atendieron muy bien. Tom� el tema, llam� a Edesur, apret� como deb�a apretar y ah� Edesur se dign� a aceptarnos algunos cheques y ponernos la luz. Ah� empezamos a hablar con los clientes para que nos den algo de materia prima y conf�en que les �bamos a pagar. Ah�, por fin, empezamos a trabajar".
Resuelto el tema de la energ�a necesaria para poner devuelta en funcionamiento parte de la capacidad de la empresa, faltaba la materia prima. Guillermo Robledo, que al igual que Mur�a, proven�a de la agrupaci�n 17 de Octubre, "le sac� $40 mil al viejo y con eso compramos las primeras toneladas de lingote" [10]. As� se volvi� a producir.
Los trabajadores de IMPA, con el prop�sito de recuperar la empresa, percibieron que la concentraci�n industrial acaecida como pol�tica de los gobiernos de facto y democr�ticos ser�a uno de sus principales problemas. En su caso ten�a nombre e historia: Aluar.
Cuatro d�cadas atr�s, compet�an. Cuatro d�cadas despu�s, Aluar hab�a concentrado horizontalmente e integrado verticalmente. Por lo que IMPA deb�a comprarle materia prima. La hip�tesis de Mur�a es que el crecimiento de Aluar y la gradual destrucci�n de IMPA est�n �ntimamente relacionados. Aluar "aparte de ser monopolio en la materia prima, tambi�n compite en los productos terminados. Al ser monopolio te pon�a la condici�n de pago adelantado. Mientras que la econom�a en el ’98 funcionaba a 90-120 d�as, vos ten�as que morir en el monopolio Aluar a comprar adelantado. O sea que nosotros no solamente ten�amos que reconstituir nuestro propio capital de trabajo, sino que generar capital de trabajo para nuestros clientes. Nosotros no ten�amos la posibilidad de conseguir materia prima a plazo".
El poco tiempo transcurrido entre el cierre y la recuperaci�n permiti� que IMPA mantuviese casi los mismos clientes. Durante la semana, muchos de los trabajadores decidieron quedarse a dormir en las instalaciones para no gastar en vi�tico y reci�n el fin de semana volver a sus casas.
La desconfianza entre los clientes fue superada gracias al oficio de los vendedores, "que son gente muy conocida en el medio y adem�s son parte de la cooperativa" [11]. Por su parte, como una espada de Damocles, el Banco Central de la Rep�blica Argentina mantuvo la calificaci�n de "no sujeto a cr�dito", lo cual hizo que todo lo que faltaba-como por caso las plaquetas electr�nicas que se hab�an llevado los administradores anteriores- fuese repuesto reci�n tras varios meses de trabajo, en los que el apoyo de los vecinos no ces�.
Dentro del universo de empresas recuperadas por sus trabajadores, el caso de IMPA tiene particularidades que sobresalen. Una de ellas es la rapidez con que fue puesta en funcionamiento [12]. Otra se debe a la conformaci�n mixta entre quienes ten�an un pasado sindical- y hab�an llegado desde afuera- y los trabajadores que no formaban parte de ninguno debido a que formalmente figuraban como cooperativa, "cooperativa administrada como sociedad an�nima", defini� Mur�a.
Cuando IMPA emergi�, a�n no se vislumbraba la toma como un patr�n de acci�n al que recurrir�an los trabajadores para defender su fuente laboral.
La d�cada que bajar�a el tel�n al milenio- y que pon�a fin al siglo que vio pasar a Argentina de granero del mundo a uno de los pa�ses con mayor desigualdad- hab�a estado signada por la protesta social. La cual, inicialmente, estuvo protagonizada por los trabajadores estatales, que, producto de la privatizaci�n de las empresas del Estado, eran cesanteados. Luego, a partir de 1995/96, pas� a ser motorizada por nuevos sectores sociales "como desocupados, pobladores, vecinos, piqueteros, productores, presos, grupos ecologistas, de familiares y de padres, organismos de derechos humanos, agrupaciones de mujeres, homosexuales, ex combatientes, entre otros" [13].
Viernes 1� de abril: Al presentarnos en dicha C�mara con una nota de repudio y denuncia firmada por todos los integrantes de la Cooperativa, pudimos confirmar que se trataba efectivamente de Funcionarios Judiciales. All� individualizamos a uno de los tres personajes que mencionamos, quien al ser interpelado por nosotros no pudo justificar su "clandestina" presencia del d�a anterior. (Todav�a deben estar pregunt�ndose c�mo nos enteramos, pero no podr�n entender nunca que la solidaridad de nuestro pueblo existe y puede abortar acciones de injusticia).
Noviembre de 1998. La toma, la resistencia, las movilizaciones y la posterior recuperaci�n establecieron, entre los trabajadores, la sensaci�n de que solos iba a ser muy dif�cil, puesto que el sistema es hostil ante las alternativas que cuestionan sus bases.
Por eso, decidieron invitar a Orlando Borrego, compa�ero del "Che" Guevara, para que d� una charla. Entre el p�blico se mezclaron universitarios que se hicieron eco de IMPA cuando los obreros hac�an alcanc�a en los centros acad�micos.
Mayo de 1999. A un cuarto de siglo de la muerte de Arturo Jauretche, los trabajadores de IMPA organizaron un homenaje que incluy� murgas y artistas callejeros. As�, se fue laborando una relaci�n que desemboc� en la creaci�n del Centro Cultural, el cual, llegando a tener 45 actividades, comenz� a funcionar en el edificio de Querand�es. La s�ntesis quedar�a plasmada en el nombre "F�brica-Ciudad Cultural". Pues, en el mismo espacio, conviven trabajadores y diferentes expresiones art�sticas.
En el Manifiesto de diciembre de 2000 hicieron expl�cito su objetivo: "abrir esta experiencia solidaria a la comunidad llev�ndola a parques, escuelas y otros centros y espacios culturales".
Mur�a entendi� que la emergencia y afianzamiento de IMPA estaban entrelazadas a la resistencia simb�lica: "vimos que alguna gente se iba muy enganchada con el hecho de participar de un centro cultural dentro de una f�brica. Ah� dijimos, bueno, haber qu� pasa. Ese fue el motivo: aparte de poner a producir la f�brica, tengamos un lugar de resistencia y desde donde decir lo que ven�amos diciendo en otro lado. Putear desde ac� el modelo, el sistema, desde ac�".
Durante ese a�o, alrededor de 15 cooperativas se juntaron y formaron el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas.
2001. IMPA fue la sede del Festival Internacional de Cine de Buenos Aires. En Argentina, tras la ca�da del gobierno de Fernando de la R�a, se sucedieron tres presidentes hasta que en el sill�n de Rivadavia se recost� Eduardo Duhalde, ex vice de Carlos Menem y gobernador de la provincia de Buenos Aires entre 1991 y 1999.
En un pa�s fragmentado, en el que el reflujo de las masas permiti� a los dirigentes y empresarios hacer y deshacer a gusto y placer, empezaron a brotar la toma de f�bricas, fundamentalmente, en los centros industriales del pa�s, como lo son la Ciudad de Buenos Aires, el Gran Buenos Aires, Rosario y C�rdoba.
Desde IMPA nos preguntamos:
�Qui�n se har� cargo de este escandaloso accionar judicial? �Qui�n los autoriz�? �C�mo es posible que funcionarios judiciales hagan inteligencia antes de una decisi�n judicial? �C�mo puede ser que est�n preparando un desalojo cuando la propia C�mara Comercial a�n no resolvi� las apelaciones presentadas por nosotros, la Fiscal�a y la Ciudad? �Es casual esta provocaci�n cuando estamos a punto de presentar un proyecto de expropiaci�n definitiva? �C�mo se explica la actitud de la C�mara a la que desde hace meses venimos pidi�ndole una reuni�n, y nunca fuimos atendidos por los jueces? Extra�a situaci�n cuando de su fallo depende la vida de nuestras familias.
Entre 1998 y 2005, IMPA incorpor� 120 trabajadores, incluso al costo de ser improductivos. Para esta recuperada el fundamento econ�mico no es el �nico: "lo hicimos, una, porque pensamos que lo mejor para nosotros era constituir los puestos de trabajo. Que la mayor pelea y demostraci�n era poder generar puestos de trabajo. Pero tambi�n, a veces, en contra de la propia econom�a de la empresa. Ten�amos m�s gente de la que deber�amos tener y �ramos improductivos totalmente. Pero ten�amos muchos compa�eros que hab�an quedado afuera en los a�os ‘97, ‘98, que ven�an y ped�an un lugar y nosotros nunca les pod�amos decir que no. As� que entraban igual, independientemente de que tuvieran tarea o no. Despu�s ve�amos d�nde acomod�bamos a los compa�eros. Fue en contra de cualquier teor�a econ�mica", explic� "el vasco" Mur�a.
Los 120 incorporados toman real dimensi�n si se tiene en cuenta que son aproximadamente 1000 los puestos creados por las recuperadas entre 2001 y 2007 [14]. O sea que m�s del 10% de los puestos creados por las m�s de 200 recuperadas de la Argentina pertenece a IMPA .El criterio reinante no es la especializaci�n, sino la confianza. Por eso los antiguos trabajadores y los familiares son los predilectos.
En IMPA se opt� porque no existiese el per�odo de prueba, por ser considerado una reminiscencia de la flexibilizaci�n laboral ejecutada entre 1976 y 2001: "el compa�ero que entra en IMPA al mes queda como asociado, con todos los mismos derechos y el mismo salario", afirm� Mur�a. Sin embargo, las complicaciones no son pocas, puesto que "el compa�ero que viene de afuera piensa que entra en una f�brica normal, que viene y trabaja en una f�brica. Nosotros hac�amos un proceso. Llamamos al compa�ero, de entrada hablamos con el compa�ero. Cuando hab�a tiempo le explic�bamos c�mo hab�a sido el proceso de recuperaci�n; c�mo trabaj�bamos ac�; cu�l es el sentido de la cooperativa. Pero no todos respondieron como nosotros pens�bamos. Tenemos temor en esas cosas", describi� el hoy integrante del Consejo.
R�os de tinta se han derramado sobre el cambio de subjetividad del trabajador, que pasa de la forma capitalista a la autogesti�n. El analista suele trampear: intenta relegar que la sociedad sigue siendo eminentemente capitalista y lejos est� de cuestion�rselo.
Para Mur�a, el punto de inflexi�n, que no es un quiebre, ocurre cuando el trabajador se da cuenta de que no "tiene ley", que la ley es para otros: "Porque mucha gente cree que tiene ley. Vos laburaste 30 a�os. Ahora te pegan una patada en el culo, no ten�s indemnizaci�n, ni los aportes jubilatorios, ni obra social. Nada. Te robaron todo. Eso es lo m�s dif�cil. Esa comprensi�n de c�mo funciona el sistema. Ac� te das cuenta c�mo funciona todo el sistema. Un trabajador se tiene que preguntar mientras el patr�n se robaba todo, mientras no me pag� los aportes. El Ministerio de Trabajo nunca apareci�. Y ahora que yo quiero quedarme en esta f�brica me mandaron 150 tortugas a cagarme a palo. �Qu� clase de Estado es que nunca vino un tipo a ver qu� estaba haciendo el patr�n y ahora me manda 150 polic�as a cagarme a palo? Digo: �hay Estado o no hay Estado? Hay Estado, pero no es el tuyo, no es el de la clase trabajadora. Es el Estado de la burgues�a. Eso es aprendizaje. Ese es el aprendizaje que no ten�an los compa�eros".
La toma de decisiones colectivas representa otra peculiaridad. En IMPA se hace de dos maneras: asambleas informativas mensuales y charlas diarias entre los compa�eros de turno.
�Qu� cagazo! �Obreros y estudiantes como en el Cordobazo!
2004. La creaci�n del Centro Cultural- considerado, por los trabajadores, como un espacio de resistencia cultural que robustec�a la que opon�an desde lo productivo- decant� en un bachillerato de tres a�os, destinado a los trabajadores que no hab�an completado el nivel secundario. Roberto Elizalde- "compa�ero nuestro en la otra etapa", cont� Mur�a- se puso al frente sin importarle que los t�tulos no est�n oficializados por el Estado, logro que se concret� en 2005.
El bachillerato, que actualmente funciona en el tercer piso de la f�brica, es resultado de la sinergia entre trabajadores, estudiantes, vecinos y desocupados. Inicialmente, apuntado a los trabajadores. Con el tiempo, la necesidad redireccion� su andar y se dio lugar a j�venes de los alrededores que no ten�an cabida en las escuelas "tradicionales".
Partiendo de los postulados del pedagogo brasile�o Paulo Freire, dos profesores por aula fomentan el debate ya sea oral o escrito. La finalidad expl�cita es la de romper las estructuras de poder que se reproducen en el aula del sistema educativo formal, por eso "a veces los profesores nos ponemos de un lado y a veces del otro, lo que parece contradictorio -narr� Nahuel con voz paciente como su andar para subir los tres pisos-. Lo que sucede es que sino los pibes se agarran de tu debate y lo toman como una verdad absoluta. Romper con eso es tarea del docente".
Los j�venes que van al bachillerato provienen del barrio Ram�n Carrillo, de Ciudad Oculta, de la villa 21, de la villa de Flores y del barrio de Almagro donde est� IMPA.
En un aula en construcci�n, en la que los bancos para dos forman un rect�ngulo, Nahuel, con incipiente barba y camisa blanca fuera del jean, explic� en qu� consiste lo que �l denomina proceso de reapropiaci�n por parte de los alumnos: "es todo un proceso desde que ingresan a primer a�o y se van apropiando del bachillerato como si fuera de ellos hasta que llegan a tercero. Va habiendo una transici�n. Uno de primero est� buscando, por lo general, provocar al docente, ver hasta d�nde puede llegar. Busca hasta que lo reten, les pega a sus compa�eros, trata de hacer l�os, no cuida el lugar, escribe las paredes. Ya cuando los encontr�s en tercero son los mismos pibes los que est�n colaborando con los profes para hacer estas reformas edilicias que estamos haciendo, son los mismos pibes con los que uno est� tomando mate en la sala de profesores, son solidarios. Que despu�s, cuando tenemos que salir a pelear, sea por becas para ellos o sea para que a nosotros el Estado nos pague un salario, salimos todos juntos y son los m�s comprometidos. Es un proceso de reapropiaci�n".
Cuando, en 2005, la conducci�n de la Cooperativa 22 de mayo la gan� la facci�n apoyada por el Movimiento Nacional de F�bricas Recuperadas, dirigido por Luis Caro, el bachillerato pas� a funcionar a la Facultad de Filosof�a y Letras (FFyL) de la UBA.
En el presente, 2011, los profesores de los m�s de 30 bachilleratos populares trabajan ad honorem [15]. En el caso de IMPA ocurre desde 2004. Para Nahuel la causa por la que hasta ahora no les pagan el salario es clara: "cuando fuimos a reclamar por los sueldos, lo primero que se pidi� que cedamos fue que los docentes fueran elegidos por concurso, a lo cual nos negamos. Los docentes salen de las organizaciones sociales, no salen de cualquier lado. No se los elige por mejor puntaje, sino porque sean los m�s comprometidos. Tambi�n nos ofrecieron sueldos a cambio de que ellos decidan sobre el programa y el plan de estudios. A eso tambi�n les dijimos que no. El plan de estudios lo armamos nosotros, los programas los hacemos nosotros. Eso no se negocia".
Desde IMPA alertamos:
No queremos ser utilizados para que hablen de hechos de violencia en la ciudad y c�mo se debe o no actuar ante un conflicto. Todos aquellos que, teniendo la posibilidad de evitar y prevenir estas cuestiones, no act�en en consecuencia, no quieran, ma�ana, hablar sobre nosotros de "hechos de violencia", sepan que, desde el momento de leer este comunicado, son RESPONSABLES y est� en sus manos aportar, colaborar para evitarlos.
12 de octubre de 2004. Convocado desde la Casa Rosada, Eduardo Mur�a se re�ne con el entonces presidente N�stor Kirchner y su jefe de Gabinete, Alberto Fern�ndez. Las demandas fueron puntuales: la creaci�n del fondo para capital de trabajo de las empresas recuperadas por fuera del sistema financiero formal; el env�o del proyecto de Ley Nacional de Expropiaciones de Unidades Productivas por parte del Ejecutivo y el reconocimiento de los trabajadores autogestionados para que en el futuro puedan jubilarse.
Una salvedad que marca una diferencia clara entre el MNER y el MNFRT: la Ley Nacional de Expropiaciones de Unidades Productivas tiene un alcance m�s profundo que el pedido de reforma de la Ley de Concursos y Quiebras [16], puesto que la finalidad es que "una vez quebrada la empresa, organizado el grupo de trabajadores que lo solicite, el Estado expropia el bien, se lo dona a los trabajadores para la continuidad. Y el Estado se queda con el bien", expres� Mur�a.
En esa reuni�n, el santacruce�o, seg�n Mur�a, estuvo de acuerdo con lo solicitado e, incluso, delante de �l indic� a Fern�ndez que se encargase de la redacci�n del proyecto de ley y a Patricio Griffin, del fondo para capital de trabajo. Pasaron los a�os, y nada. S�lo una invitaci�n a la residencia presidencial para participar del acto en que iban a anunciar un cr�dito de $15 mil para las recuperadas.
Tiempo despu�s, cuando el conflicto por Gatic, imprimieron numerosas mariposas que portaban la inscripci�n "Kirchner=Menem. Caso Gatic". Las mariposas coparon el microcentro, lo que levant� polvareda en el gobierno, que entre sus ejes discursivos exaltaba la oposici�n al Menemato. Mur�a est� seguro que esto llev� a que el movimiento dirigido por Caro obtuviese beneficios, como la bajada de luz inmediata, que le eran negados a IMPA.
En 2006, en el medio del canje de la deuda, con Mur�a a la cabeza, tomaron la oficina de Oscar Parrilli, secretario General de la Presidencia, despu�s de no alcanzar un acuerdo. Estuvieron desde las 10 de la ma�ana hasta las 2 de la madrugada. Ah� se produjo un quiebre dentro del MNER, porque "empiezan muchos compa�eros del propio movimiento a llamar al gobierno diciendo que Mur�a est� loco, que ellos no estaban de acuerdo y esas cosas. Eso debilita", se�al� Mur�a.
En esos a�os, IMPA denunci� a Aluar por pr�ctica desleal tanto frente a la Comisi�n Nacional de Defensa de la Competencia, en 2006, como ante la Secretar�a de Comercio en 2007. Las cosas, a pesar de la ret�rica oficial en torno a lo nacional y popular, siguieron iguales.
2008. En la noche del martes 15 de abril, portando la orden del juez Hugo Vitale, a cargo del Juzgado en lo Comercial N� 4, a ra�z del reclamo por una deuda generada por quienes administraron IMPA antes de la recuperaci�n, un cuerpo de polic�as ejecut� el desaloj� aprovechando que hab�a s�lo cuatro personas.
En 2007, cuando retomaron la conducci�n, relat� Mur�a, se encontraron con que "hab�an pasado varias cosas. Primero, no se hab�an pagado las cuotas concursales y, por otro lado, hab�an entrado con el otro Movimiento de F�bricas Recuperadas (MNFRT), que hab�a tra�do un grupo inversor que quer�a vender la f�brica, vender el inmueble. Se les hab�a hecho una propuesta a los trabajadores de llevarse un retiro y vender el inmueble. (Caro) Trajo unos inversores que manejaron desde 2006 hasta el 2007, a los que les ocupamos la f�brica nuevamente y los sacamos. Pudimos empezar otra vez de cero, pudimos recomponer m�s o menos la actividad. Pero no pudimos pagar".
La decisi�n del juez Vitale formaba parte del "rulo". �Qu� era el rulo? Un acuerdo entre los inversores, el juez y el s�ndico para vender el inmueble, cuya tasaci�n era de $20 millones. Mur�a despleg� c�mo ser�a la operaci�n: "el rulo era que esto sal�a 20 millones de pesos. A los trabajadores les iban a dar 3 millones. Iban a pagar 4 millones de deuda. Entonces, le iban a quedar 13 millones limpios. Eso hab�a que repartirlo entre los inversores, el s�ndico y el juez. Estaba todo atadito. Estaba todo para hacer. Solamente que muchos compa�eros de ac� dentro, m�s nosotros que est�bamos afuera, le ocupamos la f�brica y le rompimos el negocio. S�ndicos y juez estaban enloquecidos porque ven�an cobrando 15 Lucas por mes de los inversores que les tiraban guita".
Esa connivencia condujo a que "con cualquier pedido que te hac�an en el concurso los tipos te jod�an". Ante este intento de asfixia, los trabajadores elevaron a Vitale una propuesta: vender el galp�n que estaba frente a la planta de Almagro, para poder saldar la deuda del concurso. A esto se sumaba que en enero de 2009 cobrar�an, por un juicio, $3 millones 300 mil. Con eso, estimaban, podr�an abonar por adelantado dos a�os de concurso y capitalizar la empresa.
Desde el primer momento, profesores y alumnos, que hab�an mudado las clases del bachillerato popular a la FFyL , pusieron el cuerpo a la par de los trabajadores. La imagen expresaba en s� misma qui�nes se enfrentaban. Polic�as armados y parapetados en torno a un cami�n hidrante. Sobre el vallado colgaba un trapo blanco en el que con letras negras se sentenciaba que "IMPA es nuestro". A metros del vallado, profesores y alumnos debat�an en plena clase.
Nahuel, que estuvo dando clases durante esos d�as, ya no se espanta de que el Estado, que monopoliza la fuerza coercitiva, vaya contra ellos: "d�bamos clases al lado del vallado policial que nos separaba de la infanter�a de la polic�a y de un cami�n hidrante que estaban ubicados en Querand�es entre Rawson y Pringles, con vallas en ambas esquinas. Entonces, pas� lo inevitable. Vinieron en apoyo a la f�brica trabajadores de otras recuperadas como la UST (Uni�n Solidaria de Trabajadores), y, en medio de provocaciones verbales de la polic�a y la respuesta de algunos trabajadores, se produjo una gran represi�n policial que abarc� unas 20 cuadras a la redonda en pleno centro de Almagro. Por suerte, ning�n estudiante cay� preso. Misteriosamente, hubo un silencio total en todos los medios de difusi�n, a excepci�n de algunos peque�os medios alternativos". El saldo de esas jornadas, que el en relato llevan el nombre de re-recuperaci�n, fue 16 detenidos y 20 hospitalizados.
En asamblea, trabajadores, profesores, alumnos, artistas y aliados decidieron que entrar�an el 23 de abril a como d� lugar. Pero el 22, por orden del juez, fueron quitadas las vallas y la polic�a se retir�. Un grupo de trabajadores rompieron la faja de clausura y empujaron la puerta hasta que cedi�.
De inmediato, como un acto reflejo, se pidi� a los integrantes del bachillerato que retornen a la f�brica. A su vez, se eligi� como presidente a Marcelo Castillo, con m�s de 20 a�os de antig�edad en IMPA, y a los que compondr�an el Consejo: Marcelo Jim�nez, Ra�l Miguez, Eduardo Mur�a, Juan Carlos de Lucca, Mart�n Orieta, Julia Taborda, Sonia Guti�rrez y V�ctor P�ez.
Visto r�pidamente podr�a quedar para la an�cdota o como un excurso. Pero representa fielmente lo que es esta historia de lucha: a finales de 2008, en IMPA, se desarroll� la Feria del Libro Independiente.
Ese mismo a�o, en diciembre, la Legislatura porte�a aprob� la ley N� 2969, en cuyo art�culo 6� dice que "La Ciudad Aut�noma de Buenos Aires cede en comodato, a la Cooperativa de Trabajo 22 de Mayo, los bienes a expropiar, con la condici�n que la entidad contin�e con la explotaci�n del establecimiento donde desarrollaba sus actividades la mencionada empresa".
Antes de que terminase el 2008, a trav�s de un comunicado firmado por Marcelo Castillo, flamante presidente de IMPA, y Eduardo Mur�a, presidente del MNER, se convoc� a "perder la paciencia". Desde la perspectiva de la lucha de IMPA, perder la paciencia significa formar nuevos dirigentes; crear �mbitos para disputar saberes; disputar en �mbitos legales y disputar frente a la clase pol�tica.
IMPA es de los trabajadores y al que no le gusta se jode, se jode
2009. Vitale declar� inconstitucional la ley 2969 alegando que la Ciudad no pagaba las expropiaciones, "no lo hizo en ning�n caso…. Ellos se agarran del art�culo de la Constituci�n Nacional que dice que tiene que haber indemnizaci�n previa para la expropiaci�n. Ni el Estado de la provincia, ni el de la Ciudad est�n cumpliendo con eso. El Estado de la Ciudad tiene una ley propia, la 238, que le da dos a�os de plazo. As� que el juez ten�a que haber esperado eso, por lo menos, para despu�s declararla inconstitucional. Pero con esto de que le hab�amos jodido el negocio, el tipo se puso duro y la declar� inconstitucional", asegur� Mur�a.
A fines de agosto, ante esta decisi�n de Vitale, que se�alaba que la expropiaci�n de IMPA "vulnera el derecho de propiedad", toda la comunidad de IMPA-F�brica Ciudad Cultural tom� estado de asamblea permanente. En esas condiciones adversas, Mur�a, en plena huelga de hambre, propuso no parar hasta crear la Universidad de los Trabajadores.
Facundo Di Filippo de la Coalici�n C�vica, coautor del proyecto de expropiaci�n junto a Eduardo Epszteyn de Di�logo por Buenos Aires, no dud� en marcar que en la decisi�n de Vitale "existe animosidad espec�fica contra los trabajadores de la cooperativa y vale sospechar intenciones de lucro con el inmueble" [17].
Vitale no avanz� pero pidi� al gobierno porte�o que no expropie. Por su parte, desde IMPA se recurri� a la C�mara de Apelaciones en lo Comercial, la cual ratific� la inconstitucionalidad de la ley. Por esto, los trabajadores hicieron un recurso extraordinario para solicitar la intervenci�n de la Corte Suprema, el cual tambi�n fue rechazado.
Actualmente, en IMPA se producen pomos, bandejas y papel de aluminio para alrededor de 100 clientes. A ra�z de que Edesur no les quiere bajar energ�a, luego del endeudamiento de quienes administraron entre 2005 y 2007, trabajan con un generador el�ctrico: "nos cuesta 40 mil pesos m�s de lo que tendr�amos con energ�a de Edesur. En estos 24 meses ya hemos perdido m�s o menos 1 mill�n 200 mil pesos. Tirados a la basura en gasoil y en alquiler del equipo", remarc� Mur�a.
En sus instalaciones, simult�neamente, funcionan el Centro Cultural, el Bachillerato Popular, Subteradio, Barricada TV y un Centro de Salud de Atenci�n Primaria resultado de un acuerdo con el Hospital Durand.
La Universidad de los Trabajadores es una realidad desde el 30 de junio de 2010 y est� bajo la direcci�n del poeta Vicente Zito Lema.
Al igual que el bachiller, funcionar� en un galp�n, que fue refaccionado. "Empezamos a principio de abril con los cursos sobre movimiento obrero, educaci�n popular y algunas otras cosas. Despu�s vamos a ir viendo c�mo nos organizamos en el tema de ya empezar a preparar las carreras. Ya estamos discutiendo con algunas universidades, porque va a ser dif�cil tambi�n. Las universidades en Argentina se crean por ley. Las experiencias que hay son universidades privadas o p�blicas. No hay esta experiencia autogestiva (…) Va a haber que tener una ley particular para la creaci�n de esta universidad. No queremos estar ligados a lo p�blico. Bah, somos p�blicos. Digamos, que el Estado no nos condicione ni queremos ser una universidad privada. Entonces, vamos a necesitar una ley especial para la creaci�n y tambi�n vamos a necesitar recursos", se explay� Mur�a.
El objetivo es claro pero no sencillo. As� como la recuperaci�n de la f�brica y la autogesti�n significaron un paso hacia la autonom�a, el objetivo de la Universidad de los Trabajadores es apropiarse de los saberes a trav�s de este espacio. Entonces, en todo sentido, la consigna es perder la paciencia y, por fin, "tomar lo que es de uno" [18].
Desde IMPA afirmamos:
As� como resistimos desalojos: en el 2008 con compa�eros apaleados y detenidos, as� como en el 2009 realizamos 15 d�as de vigilia cultural y la huelga de hambre de dos compa�eros en la puerta de la f�brica. Resistiremos con mucha m�s fuerza cualquier intento de desalojo. Queremos continuar produciendo, ense�ando y creando en PAZ. Pero la violencia est� en ciernes y no viene de nuestro lado.
��IMPA RESISTE- NO PASARAN!!
IMPA - La F�brica
Lucha, trabajo y cultura
Querand�es 4290 - (y Pringles)
Notas
[1] Contado por Nahuel, profesor del bachillerato popular de IMPA.
[2] Est� situada en Querand�es 4290, en la Ciudad de Buenos Aires.
[3] En 1947 pas� a formar parte de la Direcci�n Nacional de Industrias del Estado (DINIE).
[4] "Mundo IMPA", Leila Guerriero. La Naci�n, 22 de abril de 2001.
[5] Instituto Nacional de Asociativismo y Econom�a Social.
[6] P�g. 50. "Imparables. Resistencia y lucha en una empresa recuperada por sus trabajadores", Julieta �valos. Obra publicada en 2010, de forma independiente, por IMPA.
[7] �dem.
[8] Ente Nacional Regulador de la Electricidad.
[9] Se desempe�� en ese cargo entre 1999 y 2002.
[10] Eduardo Mur�a en entrevista para este trabajo.
[11] Dicho por Horacio Campos. P�g. 49. "Imparables. Resistencia y lucha en una empresa recuperada por sus trabajadores", Julieta Abalos. Obra publicada en 2010, de forma independiente, por IMPA.
[12] Seg�n el relevamiento hecho por el programa Facultad Abierta de la UBA, en 2001 la recuperaci�n llevaba 9 meses; en 2002, 15 meses y en 2003-04 demoraba 7 meses.
[13] Ver "En los once a�os de convertibilidad hubo, en promedio, 6 conflictos diarios" en http://www.iade.org.ar/modules/noticias/article.php?storyid=257.
[14] El dato figura en el "Informe del Tercer Relevamiento de Empresas Recuperadas por sus trabajadores", realizado en 2010 por el Programa Facultad Abierta de la Universidad de Buenos Aires.
[15] Seg�n Mur�a est� redactado el decreto que destina fondos para pagarles el salario.
[16] En la sesi�n del 13 de abril, la C�mara de Diputados de la Naci�n dio media sanci�n a la modificaci�n de la ley de Concursos y Quiebras.
[17] "Ofensiva contra una empresa recuperada", Nahuel Lag. En P�gina 12, 28 de agosto de 2009.
[18] Frase pronunciada por Eduardo Mur�a en una entrevista con la revista El Abasto N�41, diciembre de 2002.