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Argentina, la lucha continua....

El golpe de 1976 en Santa Fe: "Hubo colaboración de civiles en la DPE"

TMO

Elena Ferrigutti, quien trabajó en la Dirección Provincial de La Energía 40 años desde 1968 hasta su jubilación, se refirió a la persecución política efectuada por la dictadura en la entonces DPE (hoy EPE). "Es importante que las nuevas generaciones entiendan lo que pasó en aquellos días, que fue el golpe militar, sus objetivos.

El accionar en la DPE dejó claro que uno de los objetivos centrales fue dejar de lado los derechos laborales conseguidos a lo largo de décadas de lucha, y perseguir a aquellos que defendíamos esos derechos mediante acusaciones falsas, y el armado de resoluciones administrativas truchas", manifestó en declaraciones a Poco & Nada la ex delegada de Luz y Fuerza. En ese orden, Ferrigutti indicó que "las resoluciones administrativas truchas tuvieron la venia de un sector de empleados de la empresa. A mi ex esposo (hoy detenido desaparecido, que también trabajaba en la DPE) le hicieron una notificación que no podía recibir, porque nadie tenía su dirección, por la sencilla razón que estaba siendo perseguido por la dictadura por su militancia en Montoneros. El había solicitado licencia sin goce de sueldo antes del golpe. Pese a ello, emitieron una resolución administrativa para dejarlo cesante, algo totalmente irregular".

"El 9 de julio de 1976 nos detuvieron a los diez delegados de Luz y Fuerza Santa Fe, sólo por pertenecer al gremio. Nosotros veníamos luchando por el cumplimiento del convenio colectivo de trabajo, para que se respete la dignidad de los trabajadores, porque si esto se cumple, la gente cumple sus tareas con otro ánimo y con mayor eficiencia y productividad. Ese día también se llevaron detenidos a otras personas, creo que fue para confundir respecto al accionar represivo. Pero estuvo claro que nos llevaron por pertenecer al gremio, y por militar en la JTP y en la JP. Nuestro pecado era ser militantes", dijo Elena.

"Quiero resaltar que otros militantes del Partido también fueron perseguidos solo por la pertenencia política. Esto empezó con la complicidad de un sector de empleados de la Dirección, que hizo la venia a los militares para informarles quien era quien, le dieron nuestros nombres, porque los militares venían a una dependencia desconocida. Hicieron inteligencia para los militares. Ya con la salida del interventor Joaquín en octubre de 1975, quien fue echado por el gobierno nacional de entonces, a fines del gobierno de Isabel Perón, y es reemplazado por una persona que no trabajaba en la DPE, Súper Manuel Corral, esto se fue preparando", argumentó.

Sembrar el terror

"El primer interventor Militar, el Coronel Nasim, era una persona que mostraba ampulosamente su arma, colgada a la cintura, se paseaba por las escaleras de la Dirección con ella, la ponía en su escritorio, en el cual guardaba una foto de Daniel (Benavides, detenido desaparecido que trabajó en la DPE y había sido esposo de Elena). Era para generar terror. Lo mismo hacía el interventor Maidana, un militar del Ejército que llegó después a la dirección, en junio del ‘77. Pero sin la colaboración de los civiles, y de los empleados de la empresa cómplices, el accionar represivo de los militares no hubiera sido lo mismo. Sabemos que esto fue así porque los civiles nos fueron advirtiendo que el golpe que se venía no iba a ser lo mismo que los anteriores. Ellos fueron determinantes en la intervención militar de la DPE", indicó Elena Ferrigutti a Poco & Nada.

La actividad gremial

"El trabajo de los delegados de Luz y Fuerza en aquellos años previos al golpe se basaba en hacer cumplir el Convenio Colectivo de Trabajo. Era un tipo de gremialismo que nada tuvo que ver con las prácticas del sector liderado por Lescano, Ieraci y Zanuzi, que se encuadraron en el esquema del sindicalismo empresario y arreglaron con los militares. Les decían a los compañeros ‘agarremos esto porque sino nos quedamos sin nada’. Nosotros pensábamos otra cosa, se lo dije a Lescano en la cara en Buenos Aires en un encuentro de militantes. En los 70 veníamos de otra escuela sindical, que peleaba por los derechos de los trabajadores ante todo. Esto luego cambió, fue evidente. Los militares recortaron de manera brutal el Convenio Colectivo de 1975, fue un retroceso muy duro que todavía debe remontarse", sostuvo finalmente Ferrigutti.

Daniel Albino Benavídez

Daniel "el Peluca" Benavídez trabajaba en la Dirección Provincial de Energía (DPE) de Santa Fe y era delegado gremial del sindicato de Luz y Fuerza en la empresa. También militaba en la Juventud Trabajadora Peronista y era montonero. Era divorciado y tenía tres hijas. Había sido estudiantes de la Facultad de de la Administración (hoy Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Litoral).

En 1975, un grupo armado realizó un allanamiento ilegal en la casa que Daniel compartía con Soledad, su entonces pareja. Los detuvieron durante cinco días y sólo recuperó su libertad cuando su ex-esposa, Elena Ferrigutti se presentó en los tribunales y obtuvo una disposición judicial.

En diciembre de 1975 otro grupo armado fue en busca de Benavidez, pero no lo encontró. Los del grupo de tareas estaban de civil y fueron en Falcón. Se entrevistaron con el jefe directo de Daniel en la DPE.

En enero del '76, días después del secuestro fallido, Daniel pidió licencia sin goce de haberes. La entonces Dirección de Energía de Santa Fe le concedió la solicitud y él se fue Soledad, y la beba de un año y medio que habían tenido juntos a San Nicolás, en el noreste de la provincia de Buenos Aires, pasando así a la clandestinidad.

Benavidez fue dejado cesante el 19 de julio del '76, mediante el decreto N° 865 del gobernador de facto, Jorge Desimone. El decreto invocaba la resolución N° 47 de la entonces Dirección Provincial de Energía de Santa Fe. Esa resolución, que la ex esposa de Benavides, Elena Ferrigutti, definió como "trucha", se refiere a una licitación y no a un eventual problema laboral de Benavidez.

En octubre de aquel año, un grupo de civiles encapuchados ingresó a la vivienda que ocupaban Daniel y Soledad. La pareja huyó a Villa Constitución (Santa Fe), dejando la beba en la cuna. La bebita quedó con los vecinos y luego les fue devuelta a los abuelos. A la semana, hubo otro operativo del Ejército en el que mataron a Soledad. Daniel logró escapar.

Aparentemente Daniel se fue a la provincia de Buenos Aires y trabajó en una fábrica de yeso en las cercanías de La Plata. Fue visto por última vez en julio de 1977, en un bar de Buenos Aires, por Daniel Monti, compañero de trabajo. No se sabe exactamente cuando o como fue "desaparecido".

Su ex-mujer lo buscó desde entonces, haciendo todas las gestiones. Encontró un documento del Archivo General de la provincia de Santa Fe que señala que en 1977 "la Unidad Regional de la Policía de Mendoza informa que Benavidez, miembro de Montoneros y el ERP, está a disposición de la Brigada de Montaña del Ejército". La validez del documento es dudosa ya que Daniel no militaba en el ERP y sería raro que alguien militara en las dos organizaciones.

Un auto Renault Gordini que tenía Daniel y que le había prestado a un amigo, apareció con manchas de sangre en Santa Fé y luego fue apropiado por un policía de Paraná, Entre Ríos.

Fuente: lafogata.org