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Mujeres presas. Delitos menores, penas grandes
Sarah Babiker
ARTEMISA
El n�mero de mujeres en c�rceles federales se increment� en un 350% entre 1990 y
2007. La mayor�a son madres que sufren la desproporci�n entre el da�o social de
los delitos cometidos y el sufrimiento personal y familiar que genera su
encarcelamiento, denuncia un informe.
La mayor�a de ellas procede de sectores vulnerables, la mitad son extranjeras.
Casi todas tienen hijos e hijas a su cargo, que cuidan y mantienen solas. Muchas
de ellas fueron detenidas por tr�fico de estupefacientes a peque�a escala.
Permanecen en las c�rceles, sus hijos menores de cuatro a�os presos junto a
ellas; los mayores, lejanos y desamparados; las familias disgregadas.
Sobre ellas, las mujeres privadas de libertad, trata el informe 'Mujeres en
Prisi�n: los alcances del castigo' presentado el pasado viernes 13 de agosto en
la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Se trata de una
investigaci�n realizada de manera colegiada por la Comisi�n sobre Tem�ticas de
G�nero de la Defensor�a General de la Naci�n, la Procuraci�n Penitenciaria de la
Naci�n y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
Representantes de las instituciones implicadas abrieron el acto. As�, la Dra.
Mar�a Fernanda L�pez Puleio de la Defensor�a General subray� la necesidad de
'empezar a pensar desde el lugar de la protecci�n de derechos con perspectiva de
g�nero' con el fin de generar 'pol�ticas concretas.' Por otro lado, salud� el
m�todo elegido para la investigaci�n que se bas� en entrevistas a 148 mujeres
detenidas (realizadas entre junio y agosto del 2008) pues 'cuando hablamos de
perspectiva de g�nero en relaci�n a la c�rcel estamos diciendo que justamente el
impacto es diferencial y por eso la menci�n y la observaci�n no puede ser
realizada desde un lugar meramente cuantitativo.' Por su parte, Gast�n Chillier,
Director Ejecutivo del CELS, celebr� la posibilidad de trabajar con dos
instituciones estatales para realizar un trabajo 'que no solo se limite a la
denuncia sino tambi�n (�) a promover recomendaciones y pol�ticas p�blicas para
prevenir violaciones (a los derechos humanos).'
Francisco Mugnolo, Procurador Penitenciario, record� que la mayor�a de delitos
cometidos por las mujeres son 'delitos de necesidad econ�mica' por lo que
'muchas de ellas no deber�an estar en la c�rcel' por su nula peligrosidad y
porque las penas recaen en los hijos. 'Estas cosas podr�an hacer pensar en una
reformulaci�n de la pol�tica penal de g�nero.' Por �ltimo salud� la creaci�n de
'una comisi�n para estudiar este tema' en el marco del Ministerio de Justicia.
Los cambios a los que apuntaron los ponentes y que son abordados en el informe
apuntan a tres direcciones: la sustituci�n de la pena de c�rcel por el arresto
domiciliario (sobretodo en el caso de las mujeres embarazadas o madres de ni�os
peque�os), una reforma legislativa que permita suspender el encierro de presas
primarias imputadas por delitos no violentos y, por �ltimo, la adopci�n de penas
basadas en la autodisciplina como la semilibertad -que permite salir de la
c�rcel unas horas al d�a para desarrollar alguna actividad laboral o educativa-
y las salidas transitorias (que de uno o varios d�as, posibilitan mantener los
v�nculos con el exterior y la familia), medidas infrautilizadas y planteadas de
un modo que se vuelven dif�ciles de aplicar a las condenas de las mujeres, de
corta duraci�n.
Delitos menores, penas grandes
Tal como registra el informe, seg�n el Servicio Penitenciario Federal (SPF) el
n�mero de mujeres en c�rceles federales se increment� en un 350% entre 1990 y
2007, pasando de 298 a 1039. Estas mujeres pertenecen a los sectores m�s
vulnerables, y adem�s el 86% son madres, la mayor parte de ellas jefas de
familias monoparentales. Por ello su rol es central en el cuidado cotidiano y
mantenimiento econ�mico de sus hijos e hijas.
Casi la mitad (48%) de la poblaci�n penitenciaria femenina son extranjeras.
Entre las entrevistadas el 80% eran presas primarias, es decir que no hab�an
sido detenidas con anterioridad, este porcentaje se elevaba al 96% en el caso de
las extranjeras. El 55,4% de las entrevistadas se hallaba en situaci�n de
prisi�n preventiva. Siete de cada 10 detenidas est�n acusadas o han sido
condenadas por tr�fico de estupefacientes a peque�a escala, (9 de cada 10
extranjeras), el 16.2% detenidas por delitos contra la propiedad, y solo el
14,2% por delitos contra las personas.
Este es el panorama de las mujeres internas en las c�rceles federales que
describe el informe, datos que fueron desgranados por la investigadora Marta
Moncl�s, abriendo el panel de presentaci�n de conclusiones.
La historiadora y docente universitaria Lila Caimari, alab� la calidad del
informe, y especialmente el 'deseo de intervenci�n, el prop�sito de mejorar una
situaci�n (�) de vulnerabilidad y de un sufrimiento humano desmesurado'. La
historiadora record� que los 'cambios fundamentales en las tasas de
encarcelamiento de las mujeres remiten directamente a cambios en los circuitos
internacionales de la drogas' 'centenares de mujeres est�n pagando con la
prisi�n un lugar subordinado como el eslab�n m�s d�bil de esta cadena de
pl�stico' en un contexto de creciente exclusi�n social. Como se�alaba el
informe, muchas de ellas son madres y jefas de hogares monoparentales: 'la tasa
de encarcelamiento de estas mujeres que yo dir�a es casi lo mismo que decir la
tasa de desarticulaci�n de familias de bajos recursos' aflora cuando 'dicha
desarticulaci�n tiene consecuencias m�s graves que nunca.'
Por su parte Hugo Lorenzo, director de la Oficina para Am�rica Latina de la
Asociaci�n para la Prevenci�n de la Tortura, denunci�: 'no se puede dar que el
estado prive a alguien de libertad y despu�s se desentienda de proteger sus
derechos,' 'el estado as�, se convierte en un estado delincuente porque es �l el
que debiera proteger los derechos y es �l el que los viola.' Esta violaci�n de
derechos es otra de las realidades que desvelan las entrevistas realizadas
durante la investigaci�n, que apunta a graves deficiencias en el ejercicio del
derecho a la Salud, y a la Educaci�n. Adem�s, aunque el 70% de las mujeres
trabajan en prisi�n la baja cualificaci�n de estos trabajos dificultan que
puedan reinsertarse laboralmente una vez en libertad.
Tambi�n la violencia est� presente, en forma de injerencias abusivas en su
intimidad, que incluyen desnudos totales e inspecciones vaginales y anales, o en
forma de agresiones por parte de los funcionarios del SPF (el 32% presenci�
agresiones y el 8.1% fue objeto de ellas) o entre las detenidas ante la
negligencia del mismo funcionariado.
Las pesquisas abusivas que incluyen inspecciones vaginales y anales tambi�n
fueron realizadas en alguna ocasi�n a visitantes del 38% de las mujeres en el
2008, a pesar de que son consideradas ileg�timas por los organismos
internacionales de derechos humanos.
Madres presas
Ya en la presentaci�n, la doctora L�pez Puleio destacaba la relevancia de la
maternidad en este informe de 130 p�ginas, donde la palabra 'hijo', figura,
seg�n cont� L�pez, 280 veces.
En este tema se centr� tambi�n Laurana Malacalza, Coordinadora del �rea de
G�nero del Comit� contra la Tortura de la Comisi�n Provincial de la Memoria. As�
afirm� que el estudio sirve para 'romper con algunos estigmas muy consolidados
en el discurso social (�) de que la maternidad implica beneficios para las
mujeres detenidas, beneficios que se entienden como un plus que tienen esas
mujeres sobre las que no tienen hijos'. La investigaci�n desmentir�a esta
creencia revelando una contradicci�n: 'el estado delega la responsabilidad
absoluta de los ni�os en las madres, eso queda establecido hasta en la
legislaci�n.'
Para Malacalza, contar con la informaci�n derivada del informe ayudar� a
'cuestionar la exclusividad del Ministerio de Justicia de hacerse cargo de ese
cuidado de los hijos dentro de las unidades carcelarias' poniendo de relieve 'la
necesidad de establecer una pol�tica p�blica penitenciaria que comprometa a
distintos organismos dentro del estado.' Pues, denunci�, de momento hay una
ausencia de pol�ticas p�blicas para vincular a la familia que queda dentro de la
c�rcel con aquellas que qued� en el exterior. As�, de las madres encuestadas,
solo el 22% son visitadas por sus hijos e hijas al menos una vez al mes.
Mientras que la mayor�a (el 67%) nunca fue visitada por ellos.