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"Bienvenidos compa�eros, a la pelea contra la soja y la biotecnolog�a"
EDITORIAL DEL DOMINGO 19 DE ABRIL DE 2009
Jorge Eduardo Rulli
http://horizontesurblog.blogspot.com/
El mundo en estos d�as parece sacudido por sucesivos y generalizados
terremotos, terremotos econ�micos como la debacle de los bancos y de los
mercados, terremotos ideol�gicos como el conflicto de los paradigmas que
desubica a la izquierda convencional y que los lleva a jugar una y otra vez el
juego de las Corporaciones, terremotos y crisis de autoridad como la del papado
y la de pr�cticamente todas las m�ximas autoridades civiles, terremotos en
nuestras emociones y sentimientos, causados por matanzas y nuevos genocidios
como en Palestina, y adem�s, la crisis superior a todas las crisis, porque es la
que pone en riesgo la casa del hombre: la crisis ecol�gica, la contaminaci�n
generalizada y los acelerados cambios clim�ticos. Es un momento en que el mundo
requiere conducciones firmes y basadas en principios morales. Lamentablemente no
es lo que abunda. Todo lo contrario, sobreabunda a nivel de los l�deres, la
improvisaci�n, el oportunismo, la mirada clavada en horizontes cercanos y
coyunturales, y la falta de m�stica. Hoy se produce el extra�o fen�meno de que
los pueblos parecen ser m�s l�cidos que sus presuntos l�deres. Grave situaci�n
que anticipa fuertes e inevitables desgarramientos institucionales. En la
Argentina, lo vivimos y experimentamos a diario. Es evidente que la zona del
dengue coincide como un guante con el territorio en que se extienden los
monocultivos de la soja. No obstante, parece que a ning�n funcionario se le
ocurre reflexionar sobre tal casualidad, como para interrogarse al menos, acerca
de la desaparici�n masiva en ese inmenso espacio, de todos los depredadores
naturales del mosquito, como consecuencia de la saturaci�n de t�xicos por parte
del modelo productivo que respaldan.
Mientras tanto, el descubrimiento tard�o de alguna prensa progresista de los
impactos causados por los agrot�xicos sobre las poblaciones, es una mera
demostraci�n de que todo resulta v�lido en la confrontaci�n electoral para
"limar" al adversario. Algunos dirigentes han pasado de esa manera en no mucho
tiempo, de impulsar en sus zonas los cursos de capacitaci�n para cocinar con
soja a la denuncia furibunda contra los sojeros. Muy bien, uno se dice y les
dice, bienvenidos compa�eros, a la pelea contra la soja y la
biotecnolog�a. Pero no, les hablamos y ellos no nos responden, en
realidad no nos ven o hacen c�mo que no nos ven. No nos ven y tampoco nos
mencionan, sencillamente, de pronto hemos dejado de existir�. Hemos sido
invisibilizados, nos hemos convertido en exiliados medi�ticos ignorados por los
nuevos discursos pol�ticamente correctos, mientras los cursos r�pidos sobre el
campo y los transg�nicos suben el valor de sus acciones, debido a la demanda
creciente en el campo del oportunismo. No se apuren compa�eros,
esfu�rcense y con alg�n tiempo de repetir esas palabras tan raras como
transg�nicos, glifosato, surfactantes, 2.4D, endosulf�n, Roundup Ready y
organismos gen�ticamente modificados, lograr�n la correcta pronunciaci�n aunque
les lleve todav�a un tiempo saber a qu� est�n refiriendo� Es un a�o
electoral y sabemos bien que vale todo, que los discursos tienen poco que ver
con la realidad y que vivimos en el reino de las promesas rotas y del photoshop.
Lo sabemos, lo sabemos hace mucho tiempo, aunque ahora vivamos una especie de
paroxismo del mal gusto generalizado, que tal vez anticipe un final de fiesta
sin pizza y sin champa�a�
Dec�amos a principios del a�os 2006 como resultado de los dos primeros a�os de
Campa�a contra las Fumigaciones, en nuestro primer informe a la opini�n p�blica
y las autoridades pol�ticas: "La creciente expansi�n de los monocultivos
de soja RR ha barrido con los cinturones verdes de producci�n de alimentos
locales y tambi�n que oficiaban como morigeradores de los impactos propios de la
agricultura con agrot�xicos, que rodea los pueblos. Estos corredores estaban
generalmente constituidos por montes frutales, criaderos de animales peque�os,
tambos y chacras de peque�os agricultores. Ahora los monocultivos llegan a las
primeras calles de las localidades, y las aerofumigaciones impactan en forma
directa e inmisericorde sobre las poblaciones. Adem�s, las m�quinas fumigadoras
se guardan y se lavan dentro de las zonas urbanas contraviniendo toda norma de
prevenci�n, los aerofumigadores suelen decolar de los aeroclubes de las propias
localidades y cruzan los pueblos chorreando venenos cuando se dirigen o cuando
retornan de sus objetivos sin que la autoridad municipal lo impida. Los granos
se almacenan por razones de comodidad de los sojeros en enormes silos ubicados
generalmente en zonas c�ntricas de los pueblos, y diseminan con el venteo de los
granos part�culas t�xicas que afectan el coraz�n de las peque�as urbanizaciones.
Caravanas de miles y miles de camiones cargados de porotos de soja cruzan los
pueblos ribere�os hacia los puertos, dejando a su paso regueros de muerte en las
poblaciones que viven a orillas de las rutas.
La agricultura industrial de la soja es sin�nimo de desmontes, degradaci�n de
suelos, contaminaci�n generalizada, degradaci�n del medio, destrucci�n de la
Biodiversidad y expulsi�n de poblaciones rurales. Sin embargo, puede haber
consecuencias a�n mucho m�s horrendas. Creemos haber descubierto a partir del
caso de las madres del barrio Ituzaing�, los elementos necesarios para confirmar
una vasta operatoria de contaminaci�n sobre miles de poblados peque�os y
medianos de la Argentina. Se esta configurando una cat�strofe sanitaria de
envergadura tal, que nos motiva a imaginar un genocidio impulsado por las
pol�ticas de las grandes corporaciones y que solo los enormes intereses en juego
y la sorprendente ignorancia de la clase pol�tica logran mantener asordinado. El
c�ncer se ha convertido en una epidemia masiva y generalizada en miles y miles
de localidades argentinas y el responsable es sin lugar a dudas el modelo rural".
S�, lo dijimos, lo dijimos, inclusive, en estos mismos micr�fonos de Radio
Nacional, lo dijimos sin que hubiese o�dos oficiales que registraran lo que
dec�amos. Los asesinos seriales continuaron su festival de v�ctimas y alguna vez
en alguna de las localidades los vecinos nos confesaron con tremenda compasi�n,
que ya no luchaban contra los sojeros y los fumigadores contra los que hab�an
comenzado las denuncias no muchos a�os antes. Que todos hab�an muerto de c�ncer
en el transcurso de esos pocos a�os, y que ahora estaban luchando, contra los
hijos de aquella anterior generaci�n de productores y de contaminadores. Y decir
esto que decimos es importante para nosotros, porque esta Campa�a ha sido
tremendamente desgastante y comprometida, pero ha sido una campa�a sin odios con
el otro. Ha sido como todas las luchas ecologistas, una lucha por la vida,
tambi�n por la vida del otro. Del otro que nos contamina y que tambi�n es
v�ctima, m�s que de su codicia, de su propia ignorancia. Y aqu� estamos llegando
al coraz�n de un pensamiento, al coraz�n de una reflexi�n necesaria en estos
momentos en que el genocidio queda al descubierto, y cuando los que reci�n
descubren la matanza, comienzan a buscar culpables. En el com�n de la gente,
tanto del campo como de la ciudad, las instituciones que forman opini�n p�blica,
sembraron muy firmemente la idea de que los t�xicos de la agricultura son
"remedios" y esta palabra remedio es una palabra clave para develar ahora la
terrible conspiraci�n de que fuimos v�ctimas por parte de las Corporaciones.
Todav�a los informes oficiales del Estado argentino refieren a Fitosanitarios,
no a t�xicos de la agricultura. Y esos informes que hablan de fitosanitarios, no
est�n escritos precisamente, por los fumigadores. No, est�n escritos por
profesionales capaces en su materia, profesionales que estudiaron en las
Universidades argentinas donde el Pueblo pag� sus estudios, esos profesionales
tienen t�tulos y doctorados asimismo, en Universidades extranjeras en cursos y
post grados, que el Estado Argentino solvent�, esos profesionales trabajan en
oficinas y escritorios alejados de todo riesgo de contaminaci�n y cobran sueldos
mensuales que multiplican por cien o por doscientos, el de un pobre banderillero
al que se lo convenci�, de que deb�a soportar con estoicismo el ba�o qu�mico,
cada vez que el avi�n o el mosquito fumigador llegaba al l�mite ese del campo,
en que �l estaba all� parado, haciendo la marcaci�n con su banderita roja� Ahora
como es un a�o electoral, parece que los sojeros son los meros convictos, los
sojeros y los aplicadores, entonces, los autores intelectuales de este modelo
genocida, se permiten recordarnos que ellos son progresistas y se�alan a los
culpables, que no son en cierta medida sino las v�ctimas tambi�n de las
pol�ticas de Estado que se planearon y ejecutaron, desde la Secretar�a de
Agricultura, pero en especial desde el INTA y el SENASA.
Ahora, porque es un a�o electoral, resulta que hasta el CONICET descubre que
esos doscientos millones de litros anuales que se han estado arrojando cada a�o,
sobre las tierras y los pueblos argentinos, son altamente t�xicos. Pero han
transcurrido doce a�os en que ese crimen fue avalado d�a por d�a, doce a�os en
que se silenci� a quienes lo denunci�bamos, doce a�os en que perdimos nuestros
trabajos en el Estado, doce a�os en que acallaron los informes de centros de
investigaci�n que de manera valiente denunciaban los da�os crecientes a los
ecosistemas y a la salud humana, mientras toneladas y toneladas de t�xicos se
continuaban derramando en forma implacable sobre los pueblos del interior�
Ahora, desde la prensa adicta resulta aceptable reconocer, en un a�o electoral,
el poder letal de esos productos que hasta ayer llamaban fitosanitarios, y que
insist�an con infinita crueldad e irresponsabilidad, en que pod�an beberse como
el agua sin perjuicio alguno para la propia salud. Y eso no solo lo hemos
escuchado de notorios sojeros como el Dr. V�ctor Trucco de AAPRESID, la
Asociaci�n de siembra directa. Recuerdo que lo dice en la pel�cula que
hici�ramos con Nicol�s Sarqu�s en el a�o 2003 desde la Secretaria de Cultura de
la Naci�n, pel�cula que se llamaba "Soja �panacea alimentaria o arma
silenciosa?" y que fuera transmitida reiteradamente por la televisi�n
nacional con el respaldo del entonces secretario de Cultura Rub�n Stella. En esa
pel�cula Sarqu�s lleva la c�mara a repetir de manera graciosa para el p�blico,
el gesto teatral de Trucco de echarse al garguero una copita de glifosato.
Que el glifosato se pod�a beber como agua fue dicho innumerables veces,
tambi�n, alguna vez por altos funcionarios tales como los Secretarios de medio
ambiente de las provincias de Santa Fe y de Entre R�os, que lo han manifestado
en p�blico sin sonrojarse. A�n m�s todav�a, he podido escucharlo de boca de un
humilde profesor frente a sus alumnos adolescentes, en una escuela agraria del
partido de Saladillo, lo cual result� adem�s de penoso, de una tan extrema
peligrosidad que conmueve por sus posibles consecuencias sobre el alumnado
joven. No han sido solamente los empresarios entonces, los que han asegurado tal
desmesura, sino que han estado por detr�s los t�cnicos y los cient�ficos
avalando tales sandeces, en los marcos de una Argentina claramente colonizada
por Monsanto. Y quien dude de ello, que se interrogue acerca del papel de
nuestro Ministro de Ciencia y tecnolog�a en estos asuntos tan delicados, que
tienen que ver con lo que llamamos la Sociedad del Conocimiento y que una vez
m�s, y con ropajes actualizados, refieren a la vieja colonizaci�n pedag�gica de
que nos hablaba don Arturo Jauretche. Y por �ltimo, en medio de la actual fiesta
medi�tica en que funcionarios y prensa oficial reconocen al fin que los
fitosanitarios provocan malformaciones embrionarias y otros da�os espantosos, me
permito recordar que actualmente me encuentro querellado por calumnias e
injurias ante el Se�or Juez Federal Norberto Oyarbide, por un funcionario de
SENASA que habr�a aprobado esos mismos agroqu�micos. Quiero recordarlo porque no
sea cosa que tenga yo que festejar desde Villa Devoto la raz�n de lo que hace
tantos a�os venimos afirmando.
HORIZONTE SUR, programa producido y conducido por Jorge Rulli y el Grupo de
Reflexi�n Rural - de 11:00 a 12:00 (-3: GMT) - Radio Nacional Buenos Aires AM
870 y Filiales en las provincias - Por Internet:
www.radionacional.gov.ar -