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Nuestro Planeta

Glifosato, parte de un modelo

Dar�o Aranda

El monocultivo de soja es pol�tica de Estado desde hace quince a�os. Todos los gobiernos, sin diferencia de signo pol�tico, avalaron e impulsaron que Argentina hoy sea el tercer productor mundial de grano de soja y el primer exportador mundial de aceite de la oleaginosa. Tambi�n fue pol�tica de Estado, de todos los gobiernos, permitir las consecuencias sociales y ambientales que acarrea el modelo de agronegocios. No comenzaron con la Resoluci�n 125 los desalojos compulsivos de campesinos y pueblos originarios. No naci� en marzo pasado la judicializaci�n y represi�n indiscriminada que se padece a diario en los ranchos rurales. Tampoco es nueva la expulsi�n violenta de familias numerosas, siempre de la mano de empresarios sojeros (muchos de ellos miembros de la Mesa de Enlace). Y mucho menos es nueva la contaminaci�n ambiental y los desastres en la salud que ocasiona el modelo agropecuarios vigente, donde el glifosato (o Roundup, marca comercial de la multinacional Monsanto) es s�lo su cara m�s famosa.

No es necesario ser cient�fico para comprobar el efecto t�xico de los agroqu�micos. En Chaco, Santiago del Estero, C�rdoba, Formosa y en todos los ranchos campesinos se pueden observar los efectos del agrot�xico. Puede ser en los ojos rojos y llorosos de una ni�a, en la piel en carne viva de una abuela, en las malformaciones prenatales, en los embarazos que no llegan a t�rmino o en la muerte de chicos fumigados. El Movimiento Nacional Campesino Ind�gena lo resumi� en tres palabras: "Un desastre sanitario".

Durante los �ltimos cinco a�os, las hect�reas dedicadas a la soja transg�nica no pararon de crecer, al igual que el uso de glifosato y tambi�n las denuncias de pueblos originarios y familias campesinas. Ning�n gobierno (ni provincial ni nacional) tom� nota. El Ministerio de Salud nunca acept� hablar sobre el tema. En mayo �ltimo, este redactor detect� un relevamiento sanitario en el sitio web de la cartera. Las conclusiones confirmaban efectos agudos como alergias, dolor de cabeza, mareos, irritaci�n respiratoria, d�rmica y de ojos. Apuntaba al glifosato. Ante la consulta period�stica, desde el Ministerio de Salud no aceptaron hablar y retiraron el estudio del sitio oficial. Tampoco quisieron referirse al tema el Senasa, el INTA y la Secretar�a de Agricultura, todos organismos del Estado. Por ello, que la Presidenta solicite estudios no puede menos que provocar escepticismo.

Tampoco se debe creer que el glifosato y Monsanto son los �nicos males del pa�s. El reciente veto presidencial a la Ley de Glaciares y la muy demorada reglamentaci�n de la Ley que Bosques confirman que �por m�s estudios que se realicen� agronegocios, pasteras, agrocombustibles y miner�a obedecen a un mismo modelo extractivo que es hoy pol�tica de Estado.

Fuente: lafogata.org

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