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Latinoamérica

Perú paraíso antichavista
El Asilo para el Filosofo del Zulia

Roque Gonzáles La Rosa

Manuel Rosales tiene casi 30 años en la vida política de su país, desde su primera escuela en las mañas  Acción Democrática hasta su reciente elección como alcalde de Maracaibo su perfil y  gestiones han sido grises e intrascendentes, las veces que cobraron notoriedad han sido cuando se investigó a la empresa Siemens encargada de construir el metro de su ciudad por sobornos a diversos funcionarios del estado por más de 18 millones de dólares, y luego al ser inventado como candidato a presidente por las encuestas de los partidos mediáticos Globovisión, Tal Cual, Venevisión quienes le auguraban un 60 %  frente a  un 30% para Chávez. Rosales fue el mejor candidato que pudo inventar la oligarquía venezolana contra Chávez  y tal vez el único que se creyó verdadero el libreto que le asignaron los hoy relegados del poder, su performance propositiva en la campaña nos dio idea del nivel de desorientación de  esta oligarquía. Rosales prometió que durante su gobierno la producción petrolera se elevaría a 100mil barriles diarios, todos los días, que la oposición no podía albergar esperanzas de democratización de Chávez pues no se podía pedir peras al horno, anunció que a sus mítines asistirían ríos humanos de gente, y denunció que Chávez quiere perpetuarse en el poder por 100 años que es casi un siglo.
Rosales ha llegado al Perú para solicitar asilo no sabemos si por confiar en los valores democráticos y respetuosos de los derechos humanos del gobierno de Alan García o talvez porque sabe que puede resultar mas sencillo obtener la complicidad de gente de su calaña.
Por lo pronto son reveladoras las declaraciones de un tal Barbosa que ha llegado junto a él señalando que el ex premier Jorge del Castillo fue  quien facilitó la llegada de Rosales, y que el Perú habría sido elegido por las buenas relaciones que mantiene el gobierno con la oposición venezolana, si además de esto el congresista Valle Riestra del APRA es su abogado quedan pocas dudas sobre el estatuto de asilado que obtendrá Rosales.
Rosales participó en el golpe de estado que secuestró al Presidente Chávez durante 2 días en Abril del 2002,  tomó parte en la ceremonia de asunción de los golpistas y firmó  avalando al régimen efímero de Carmona Estagna representando a los gobernadores venezolanos; en el estado que gobernaba, el Zulia,  se desmanteló más de un grupete paramilitar; ha hecho parte de todos los cenáculos conspirativos contra el gobierno coordinando con fedecamaras, federación de ganaderos, militares golpistas, paramilitares colombianos, Ongs norteamericanas, etc. sólo por lo que se conoce a la fecha. Y sin embargo ahí ha estado, sin perturbaciones, cortapisas para decir lo que deseó y para postularse a lo que quiso. Si se tratase del gozo de libertades políticas Rosales a estado a pierna suelta y seguramente lo podía seguir dada la tolerancia, excesiva para algunos, que observa Chávez para con todo ese lumpen organizado bajo la llamada Coordinadora Democrática y oposición venezolana.
En Venezuela no se criminaliza la disidencia política, los partícipes en el golpe de estado del 2002 y algunos de los masacradores del Puente Yaguno fueron indultados en la navidad pasada, los especuladores de alimentos de primera necesidad apenas afrontan la incautación de estos, las cacatúas de Globovision y demás medios que  tienen su programación a dedicación exclusiva de la calumnia ahí están intactos para malestar de quienes creemos que una revolución tiene el derecho legítimo de aislar y reprimir la conspiración. Pero alguien que asumió el encargo notorio y lucrativo de recitar el libreto golpista de la oposición, que quiso ponerse a servicio de cuanta conspiración, o como allá llaman, guarimba existiese contra el régimen, un personaje que se sabe rostro visible de la acción desestabilizadora norteamericana en Venezuela pues debió tener sus fechorías a buen recaudo y son estas las que hoy investigadas arrojan un enorme desbalance patrimonial por el que debe responder. Algo debería decir sobre sus propiedades en Estados Unidos, sobre cómo así su secretaria a sueldo mínimo registra casas en Miami, y de dónde salieron 68 millones de dólares que ostenta de patrimonio, de eso se trata hoy la investigación de la que acaba de huir intentando prostituir la figura del asilo político. Una cosa es la persecución política, otra la corrupción, aunque para Rosales y toda la ralea de herederos de la 4ta república política y corrupción sean inseparables como actividad.
El Perú va convirtiéndose así en santuario de ladrones, el país que ha creado comisiones investigadores de las Casas del Alba, que encarcela activistas bolivarianos, que ha creado de manera surealista la figura penal del intervencionismo ideológico, que hostilizando a la Misión Milagro ha terminado por expulsarla, hoy se convierte en destino preferido de corruptos y golpistas venezolanos.
Rosales viene a sumarse a Carlos Ortega dirigente sindical de Acción Democrática  vinculado al narcoparamilitarismo quien fugó de una prisión venezolana junto a los hermanos Faria instructores de Paramilitares colombianos en territorio  venezolano, se suma al asilado Eduardo Lapi García ex gobernador de Yaracuy  prófugo de un penal venezolano donde purgaba condena por corrupción y ejecuciones extrajudiciales, personajes que hoy conviven en nuestro país, que pasean por nuestras calles impunes bajo el manto del régimen aprista.
Rosales finalmente viene a sumarse también a Pedro Carmona Estagna presidente golpista de 48 horas, a Patricia Poleo periodista a sueldo de la CIA, a Nixon Moreno paramilitar que se ocultó en la Nunciatura tras  intentar violar a una policía femenina durante una manifestación en Venezuela (que también se presume oculto en nuestro país.) La escoria que conspira contra el proceso de reformas venezolana ha encontrado un nuevo paraíso, Lima se va haciendo a los ladrones venezolanos lo que otrora Miami a la gusanera cubana.
Manuel Rosales conocido por sus desatinos expresivos popularmente como el Filósofo del Zulia acogido en Perú ya no tendrá que preocuparse por su vida, quedará sólo en el recuerdo su frase emitida durante la última campaña si a mi me matan, y yo me muero, responsabilizo al gobierno de Chávez. Con mayor tino y sintaxis los peruanos podemos decir, si nuestro país sigue haciendose cobijo de facinerosos (externos, pues ya lo es para los propios) responsabilizamos al gobierno de García.

Fuente: lafogata.org